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marinos y se apoderaron de $70,000 que los Españoles remitian para embarcarlos en el puerto de Guambacho; tambien tomaron algunas provisiones militares. De allí se dirigió la escuadra á Guarmey y logró apoderarse de $ 60,000 embarcados en el bergantin francés Gazelle, de propiedad Española. Estas ricas presas se debieron, segun lo confiesa Cochrane, á los avisos que le daban los patriotas de Lima por conducto de los vecinos de Huacho. Este importante auxilio bastó para cubrir las necesidades de toda clase que esperimentaba la Escuadra en sus buques y tripulacion.

Mientras el Almirante Blanco continuaba el bloqueo del Callao con la Chacabuco y Puyrredon, Cochrane se dirige al puerto de Payta; desembarca 120 hombres al mando del capitan Forster, haciendo huir la guarnicion Española que allí habia; la poblacion no les opuso resistencia y sin embargo, manejándose cual piratas, la saquearon, sin respetar ni las Iglesias; se apoderan de algunos cañones de bronce, y otros artículos de guerra. (13 de Abril) y cuando ya no habia que llevar se reembarcaron. [Cat. núm. 5. II. pág. 496 y núm. 7. I. pág. 188.] Si se ha de dar crédito á Cochrane, parece que castigó á los principales promovedores del saqueo; devolvió á la Iglesia parte de lo que robaron y ademas entregó mil pesos por los daños [Cat. núm. 8 I. pág.] Este atentado de la desmoralizada tropa, perjudicó mucho á la causa de los Patriotas.

No teniendo mas presas que hacer y sabiendo Cochrane que el Almirante Blanco se habia visto en la necesidad de levantar el bloqueo del Callao por falta de víveres, regresó á este puerto y despues de un ligero reconocimiento, se dirijió á Supe, desembarcó algunos hombres al mando del Capitan Forster y mayor Miller; despues de pequeños choques con las fuerzas Españolas se reembarcaron llevando azúcar, ganado vacuno y otros artículos que quitaron á los partidarios de la causa del Rey y 150 esclavos á quienes dieron libertad. (13 de Mayo.)

COCHRANE regresó á Valparaiso con todos los buques, adonde llegó el 16 de Junio. Muchos vecinos de Huacho atemorizados con la suerte. que cupo á sus compañeros de opinion, se embarcaron para Chile á ponerse de acuerdo con San Martin; entre otros debemos recordar á Don Andres Reyes, Don Remijio Silva, el jóven Francisco Vidal y Don José María Pagador. Estos prestaron distinguidos servicios á la causa de la libertad de su patria y merecieron con justicia, generosas recompensas y elevados puestos.

ESTA primera expedicion tenia por objeto ponerse en contacto con los patriotas; repartir emisarios en todo el territorio, reconocer prácticamente las operaciones que deberian emprenderse despues, con mayores elementos de buques y hombres; y examinar el estado en que se hallaba lá opinion del Perú respecto á su emancipacion política. Además, importaba sobre manera tener la superioridad del mar, base principal para las operaciones de los patriotas. Cochrane se convenció de que su pericia y arrojo no bastaban para sobreponerse á los Españoles, sinó se prepa

raba debidamente con mayores elementos. El entusiasmo de los Peruanos y su deseo de sacudir el yugo de la Metrópoli, no podia ser dudoso á los Gobiernos de Chile y Provincias Argentinas y en particular á San Martin y O'Higgins, mas por desgracia los muchos excesos cometidos por las indisciplinadas fuerzas que se desembarcaron en algunos puertos y especialmente en Huacho y Payta, hicieron dudosa, para algunos, la santidad de nuestra causa, confundiendo los abusos con los principios.

CAPITULO II.

San Martin emprende un nuevo viaje a Buenos Ayres-Dificil situacion en que se encuentra -Toma una heroica resolucion-Renuncia el mando y vuelve a ser nombrado General en Jefe-Tra ado entre las Provincias Unidas del Rio de la Plata y Chile para libertar al Peru-Dificultades para obtener dinero-Segunda expedicion de Cochrane-Ataques infructuosos al Callao-Se retira y se dirige a Guayaquil y hace varias presas-Ataque a Pisco-Regresa a Valparaiso Crece la ansiedad de los Peruanos por la venida de la expedicion-El Senado de Chile da las instrucciones que debe observar el General en Jefe del Ejército Libertador del Peru-Estado politico del Peru en esa época-La Serna llega a Lima-Pezuela no cree realizable la expedicion-Apurada situacion en que se encuentraCochrane pretende el mando del ejército—Rivalidad de Cochrane con Guisse y Spry.

MIENTRAS Cochrane se hallaba en las costas del Perú llenando de terror y espanto á la marina Española y animando á los tímidos patriotas para que levantaran el grito de independencia, viéndose apoyados por tan ilustre campeon, el General San Martin organizaba en Chile su plan de ataque sobre el Perú; pero la escasez de recursos de esa República, era suma y su erario estaba exhausto. Semejantes dificultades no podian salvarse sin buscar esos auxilios en la vecina Nacion que los habia ofrecido y á fin de realizar cuanto ántes el gran plan de ayudar á la libertad del Perú, aniquilando de ese modo tambien el poder Español, emprendió un tercer viaje á Buenos Ayres, en Febrero de 1819. Así creyó satisfacer á la vez los deseos de Puyrredon que, como hemos dicho, temia la expedicion de Abisbal, proponiéndose igualmente ahogar la anarquia que principiaba á devorar ese país.

PARECE que el revoltoso José Miguel Carrera intentó apoderarse de la persona de San Martin en su tránsito á Buenos Ayres y aun atentar contra su vida. Este temor lo obligó á permanecer en Mendoza y frustró su viaje; con lo cual se vió en la situacion mas dificil y delicada; pues, á la vez lo llamaba el Gobierno de Chile para llevar á efecto la expedicion sobre el Perú, ofreciéndole vencer todo obstáculo, el Gobierno de Buenos Ayres le ordenaba que con la division existente en Mendoza pasara á sufocar la anarquia que se propagaba con lamentable rapidez. La alternativa hubiera sido dudosa para el que no tuviera la mirada profunda de San Martin; pero

que

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TRATADO ENTRE CHNE Y PROVINCIAS ARGENTINAS.

entre emplear sus armas en guerra fratricida, ó aniquilar el poder de los usurpadores de nuestra independencia, la eleccion no era incierta: desobedeció pues la órden del Gobierno de Buenos Ayres. A pesar del mal estado de su salud, pasó á Chile, atravezando los Andes en angarillas (Enero de 1820) y ordenó al General D. Rudecindo Alvarado que, con su division de dos mil hombres, le siguiera para realizar la expedicion sobre el Perú. Los hechos comprobaron lo acertado de la resolucion de San Martin; pues el mismo Puyrredon revocó á los veinte dias, la órden de que viniera con su division y ántes bien, le dijo que pasara á Chile para llevar á efecto sus planes sobre el Perú y tambien salvó la division de Alvarado del funesto ejemplo que dió la de Belgrano, que amotinándose, perdió mas de mil hombres y entre ellos uno de los mejores escuadrones de caballería. Al llegar á Rancagua supo que los anarquistas de Buenos Ayres habian derrocado al Gobierno de quien emanaba su autoridad militar y por ello la renunció ante una Junta de todos los Jefes Argentinos; mas estos por aclamacion lo eligieron de General en Jefe, cuyo cargo solo aceptó forzado y bajo la expresa condicion de que se habia de marchar al Perú. [Cat. núm. 345. pag. 26. y núm. 351. pag. 21.]

El partido que abrazó San Martin de abandonar su patria, entregada á la mas desenfrenada anarquía, por dar libertad al Perú; los honores que á porfia se le tributaban en Chile por los espléndidos triunfos que dieron á esa nacion libertad é independencia, excitaron la envidia contra el héroe y la calumnia y la intriga se unieron para desacreditarlo; pero él, mas grande que todos, miró con lástima á sus raquíticos émulos y solo pensó en aumentar las glorias de su patria, contribuyendo á la independencia de sus hermanos del Perú. En una sentida carta "A los habitantes de las Provincias del Rio de la Plata" les manifiesta, con inimitable moderacion y de un modo tan breve como elocuente, los servicios que les ha prestado desde el principio de 1812 y las quejas que tenia por su ingratitud: les dice que no ha queride tomar parte en esa lucha fratricida, porque "en tal caso era preciso renunciar la empresa de libertar al Perú, y suponiendo que la suerte de las armas le hubiera sido favorable en la guerra civil, habria tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos. No: el General San Martin jamas derramará la sangre de sus compatriotas y solo desenvainará la espada contra los enemigos de la América." [Cat. núm. 346. pág. 184.] Jamas se presentará mas grande la Nacion Argentina que en esa malhadada época en la cual, á pesar de que cada provincia se ensangrentaba contra la otra y se devoraban por la guerra civil, ostentaba sin embargo su poder en el exterior, dando libertad á Chile y formando otra division para libertar tambien al Perú.

CASI en el mismo dia en que San Martin emprendió el viaje de que acabamos de hablar, se celebró un tratado entre las Provincias Unidas del Rio de la Plata y la República de Chile, en la ciudad de Buenos Ayres, el 5 de Febrero de 1819. Los Ministros Plenipotenciarios D. Gregorio Tagle, por parte de las Provincias Unidas del Rio de la Plata y D. Antonio Jo

sé de Irrisarri por Chile fueron los que concurrieron á él. Accediendo ámbos Estados á los descos que manifestaron de recobrar su libertad los habitantes del Perú, con cuyo objeto los vecinos de Lima habian solicitado auxilios, se comprometieron á enviar una expedicion capaz de destruir el poder Español. Este ejército auxiliar solo permaneceria en el Perú el tiempo necesario para que se estableciera un Gobierno Nacional y luego se retiraria. En cuanto á los gastos de la expedicion, no se trataria de ello hasta que se arreglasen con el Gobierno Independiente que se estableciera en Lima, alejando así todo motivo de que la prestacion de auxilios se atribuyese á miras interesadas; y el pago se arreglaria amigablemente, en el tiempo, modo y forma que se acordaria entre los tres Gobiernos de Buenos Ayres, Chile y Lima. Los dos Estados auxiliadores garantizaban mútuamente la independencia del nuevo Estado que se formara en el Perú, cuando la capital estuviese libre. [Cat. núms. 35 y 346.]

El Ministro Irrisarri al dar cuenta á O'Higgins de su comision, le dice, en 9 del mismo Febrero, al incluirle los tratados celebrados, "hé hecho cuanto he podido para llenar nuestro objeto, sin descubrir los verdaderos motivos que se han tenido en esto. Mi deseo habria sido satisfecho si hubiera logrado realizar los otros tratados, de que tambien acompaño cópia al Ministerio, en los cuales se daba una satisfaccion pública á Chile y á todo el mundo sobre las bases en que estriba la union y tácita alianza de estos tres Estados... Yo espero que, publicados estos tratados y haciéndolos circular en Lima, pondremos de nuestra parte á los Limeños y aun los mismos Europeos dejarán de temer su sacrificio, empeñándose ménos en hacernos resistencia. Por otra parte nada perdemos nosotros en ofrecer lo que ofrecemos, pues podemos pagarnos cuando quisiésemos y del modo que quisiésemos, teniendo á nuestro arbitrio hacer el primer Gobierno Limeño á todo nuestro sabor y contento.

y

"Los tratados dicen: que las cuentas, la mansion del ejército en Lima la conservacion del órden en nuestras tropas, se encomendarán á los respectivos Generales de ámbos Estados. Para que esto no faltase, yo soy de opinion de que U. fuese con nuestras fuerzas á Lima, pues no encuentro á quien encomendarlas, quedándose U. en Chile. Yo encargo á U. á Echevarria, á Zenteno y á Perez, que mediten detenidamente sobre el texto de cada artículo de los tratados; y que observen que Chile en ellos asegura cuanto sin ellos tenia al aire." [Cat. MS. núms. 1 y 2.] ¡Siempre se descubren en las acciones mas grandes, la mezquindad de los intereses personales y el provincialismo! Todo el mérito y todas las glorias adquiridas en las jornadas de Chacabuco y Maypú se querian atribuir á solo Chile, olvidando á sus libertadores.

GRANDES fueron las dificultades para proporcionarse dinero. Hemos dicho que en Chile estaban agotados los capitales; baste saber que, para reunir ochenta mil pesos, valor de una de las fragatas, se solicitó de los comerciantes de Valparaiso y Santiago y de algunos propietarios que

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