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de cartas de los personajes que mas han figurado en nuestra historia; así será fácil que se escriba la biografía de cada uno de ellos.

Para dar mejor idea de algunos hechos importantes y que se conozcan las pasiones ó mérito con que entónces se procedia, procuro referirlos, copiando las mas veces, textualmente la narracion que los principales actores ó testigos hacian en sus cartas privadas ó en documentos coetáneos: creo que esta es la verdadera Historia, en su parte narrativa; así parece que se oye referir el hecho en el momento que acaba de tener lugar y no perjudica en lo menor á la verdad histórica, desde que "por las observaciones ó notas que pongo, aclaro ó rectifico lo que es inexacto.

No me propongo escribir la Historia Militar ó de las Campañas del Perú Independiente; por esto no entro en describir las maniobras del ejército, los campos de batalla, evoluciones militares ni aquellos permenores que interesan al guerrero: basta á mi propósito dar idea clara de cada combate, de los preparativos y plan de la campaña, terreno que sirvió de teatro de la guerra; y si es posible, copiar textualmente, los partes ó narraciones de los que intervinieron en ellas. Doy el mérito al que lo tiene sin pensar en su nacionalidad: "algunos historiadores han creido que el patriotismo los obligaba ántes que todo á ser los abogados de su Nacion y de sus jefes, [príncipes] á disimular sus crueldades, á disculpar sus debilidades, á dar explicaciones satisfactorias de sus injusticias y á demostrar que apesar del testimonio de historiadores extrangeros ó de los acontecimientos posteriores, todos sus Gobernantes, han sido siempre buenos ó grandes hombres; que sus ejércitos han sido siempre victoriosos y que sus pueblos, excepto cuando sacudian el yugo de la autoridad legítima, han sido siempre prudentes y felices; pero esta vanidad supone que el historiador no tiene conciencia ni estimacion propia: que el historiador disimule los vicios del gobernante es imprudente y hasta criminal." (*)

Recordando aquellos hechos crueles de los Españoles, de que no faltan, por desgracia, muchos ejemplos, no imitaré al Español Torrente, quien se expresa en una obra que tituló Historia de la Revolucion Hispano-Americana, no con la imparcialidad y sangre fria de un historiador, sino con toda la pasion de un frenético partidario: este escritor jamás encuentra mérito ni virtud en los que sostenian la causa de la libertad: para él todos son insurgentes, criminales, ingratos, habladores y revoltosos los héroes de nuestra independencia son ánte sus ojos y criterio, ladrones, canalla, aventureros y otros calificativos semejantes: no imito pues este ejemplo, al recordar el incendio de Cangallo y el degüello de sus indefensos habitantes: compadezco á Carratalá, sin desconocer su mérito como guerrero. Al narrar que estos actos de barbárie merecian la aprobacion del Virey Laserna, no por esto dejo de confesar que fué humano, generoso y liberal, casi siempre, en su gobernio y durante la campaña.

(*) Sismondi: Introduccion.

El mas grande y peligroso escollo que encontrará mi obra, es la falsa y errónea noticia que se tiene de muchos de nuestro principales hechos. El corazon humano se inclina naturalmente á todo lo que es mas conforme con sus ideas, creencias ó deseos; de aqui resulta que el primero que narra un hecho, si halaga nuestro amor, odio ó vanidad, sin analizarlo, se acepta como cierto y se repite de boca en boca hasta convertirse casi en verdad historica y ¡desgraciado del que quiera combatirla! Yo he temido mucho incurrir en este vicio: he desconfiado de la tradicion; he dudado del juicio de algunos contemporáneos, sobre los sucesos de que fueron actores ó testigos; sin dejar por ello de consultarlos, oirlos y meditar. [] Comparando muchas de las tradiciones y la narracion escrita de algunos de los principales sucesos, con los documentos fehacientes que poseo, tales como cartas privadas ú otros dignos de fé y crédito, encuentro notoriamente falsas las relaciones ó tradiciones de tales hechos y necesito sobreponerme á ellas para que resplandezca la verdad; de pronto será difícil; pero con el criterio, ella triunfará y yo habré tenido la satisfaccion de verla resplandecer. "Yo, conozco que el orgullo se irrita contra el que quiere destruir una opinion arraigada y cómoda y que los interesados juzgan parcial á quienes con ellos choca; pero apelaré á los ingénuos y desapasionados y aun haré que aquel que de mi opinion disienta, confiese que busqué la verdad de buena fé. Por lo demas he aducido las pruebas de mis acertos y en caso de haber sido inexacto, el contraste entre ellos y los documentos harán palpable mi inexactitud." [+] Tambien sé que "es empresa muy varonil del historiador resistir las preocupaciones propias, adquiridas desde la infancia; la de los lectores y en fin las ilusiones que los mismos contemporáneos han consagrado. Necesita cierta fuerza para marchar firme al traves de todo esto, separando sombras vanas, refundiendo 6 rechazando muchas verdades pequeñas que embarazaban el tránsito: pero si asi procede el historiador, tiene por recompensa ver surgir de un oceano confuso, el encadenamiento de las grandes causas vivas." [+]

Por pobre que sea el mérito literario de mi obra, ella servirá de manantial abundante y seguro para que génios distinguidos y mas felices que yo, saquen de él un fruto que quizá no he podido conseguir; solo ruego á esos escritores que al aprovecharse de mi trabajo, recuerden que con mi incansable laboriosidad les he facilitado los materiales confundidos ó repartidos en un verdadero laberinto: en todo me avantajarán, ménos en laboriosidad y buena fé.

Los documentos en que apoyo mi narracion, los debo á la generosidad de algunos, á mis constantes indagaciones, á la casualidad y tambien

[*]"El vulgo necio y liviano, siempre se deja imprimir en el ánimo las primeras querellas que oye, y cuando las tiene impresas, no admite escusa ni defensa contra ellas, en el principio; hasta que con el tiempo se desvanecen." Tac. Ann. II. afor. 401.

Cantú Hist. Univ. Discurs Preliminar pag. L.

Michelet Luis XIV. Prefacio.

á los destinos que he desempeñado. Cartas autógrafas de importancia han llegado á mi poder de un modo milagroso. Para ser mas explícito y tributar un público agradecimiento á los que me han colmado de gratitud con su ilimitada confianza debo decir: que el Gran Mariscal Don Antonio Gutierrez de la Fuente me entregó mas de veinte cajones grandes, llenos de cartas y documentos originales é ineditos, los mas reservados y sin la menor desconfianza: durante ocho meses trabajé mas de cuatro horas diarias para ponerlas en órden y con su consentimiento y plena voluntad saqué cópia de todas las que me convenian; tomé los duplicados y aclaré algunas dudas que resultaban de esos documentos, oyendo al mismo Mariscal, cuya reminicencia tuve motivo de admirar. Jamás olvidaré la hidalguia con que me trató este viejo procér de nuestra libertad: "Lea U. todas mis cartas, hasta las de mi esposa; solo le pido que antes de formar alguna opinion definitiva acerca de mi conducta pública ó privada, me pida U. explicacion y con lo que U. me oiga júzgueme con severidad: yo he sido el blanco de las injurias y calumnias; jamás he querido hablar porque conozco que tiempo llegará en que se me haga justicia; yo he procedido siempre con honradez y patriotismo y sin embargo se ha dudado de mí: sea U. señor Paz Soldan mi severo censor." Yo pues, acepto este encargo y ojála pueda desempeñarlo satisfactoriamente.

Tambien ha llegado á mi poder un paquete de cartas y documentos que poseía el sábio é ilustre Arzobispo Luna Pizarro; ese hombre que figuró tanto en toda nuestra revolucion. Este Prelado conservaba esos papeles muy doblados y cerrados con un sobre que decia: estos papeles serán muy útiles para el que escriba la historia del Perú. Una de las personas allegadas al Ilustrisimo Luna Pizarro, me lo entregó sabiendo que me ocupaba en escribir la historia.

El General Don Luis José Orbegoso, me honró con su amistad en los últimos años de su vida. Le oi referir los principales sucesos de su tormentosa vida y lo hacia con tanta fluidez, naturalidad y franqueza que no parecia que el narrador era el héroe principal, al no saberlo por los mismos sucesos á que se referia. Su hijo el Coronel Don Pedro Orbegoso no dudó en entregarme el precioso archivo de su señor padre, del cual he copiado preciosísimos y singulares documentos: toda la correspondencia con Santa Cruz y otros sujetos. Es muy importante lo que él mismo escribió en los dias de su mayor inquietud pública en 1838 y que doy á luz ahora bajo el nombre de Memorias del General Orbegoso: es una desgracia que esos apuntamientos no lleguen hasta la época mas importante de la vida de este hombre que ha desempeñado un papel tan notable en nuestra Revolucion.

El señor Coronel Don Andrés Gamarra, hijo lejítimo del Gran Mariscal Gamarra, me ha dado multitud de cartas de su señor padre, desde los primeros años de nuestra independencia hasta pocos dias ántes de la batalla de Ingavi, en que pereció llenándose de gloria. Esta coleccion

contiene cartas de Bolivar, Sucre, La-Mar, Orbegoso, Salaverry, Bulnes, Prieto y muchisimos otros personajes que figuraron en esos años, ya como actores principales ya como consejeros.

Debo á mi íntimo amigo el Dr. D. M. Alvarez todo el archivo íntegro de su señor padre el Dr. D. Mariano Alejo Alvarez: este fogoso y puro republicano, este incorruptible juez, desempeñó papeles muy importantes desde que San Martin pisó las playas del Perú; con quien tuvo intima amistad y en su adversidad no lo olvidó; por esto San Martin le escribia casi hasta los últimos años de su vida, llamándole su fiel amigo.

El Coronel Don Diego Salazar, hijo del General Don Juan Salazar, me entregó multitud de cartas y papeles, todos referentes á los primeros años de la época que yo abrazo, 1819 á 1822, mediante estos singulares documentos he decifrado muchísimas cartas que tenia en claves ininteligibles y estoy al corriente de muchos secretos de aquellos tiempos.

Por circunstancias tan raras como excepcionales y que no es del caso referir, poseo cartas de Monteagudo con San Martin, de Bolivar con Sucre, de Riva-Agüero con sus innumerables corresponsales: de Gamarra con Salaverry y multitud de personas que seria tan fastidioso y largo como inútil el detallar, pero que verán la luz pública en su respectivo lugar y tiempo. Todos los archivos de los Ministerios han estado á mi completa disposicion y he podido sacar copias de cuanto he necesitado sin restriccion ninguna, debido esto á la circunstancia de haber sido yo Ministro de Relaciones Exteriores y á la ámplia facultad que me dieron para ello el Gran Mariscal Don Ramon Castilla y sus Ministros, General Don Juan Antonio Pezet, Dr. Don Juan Manuel del Mar y Dr. Don Manuel Morales. Asi mismo han estado á mi disposicion el archivo del Congreso y de las otras oficinas del Estado..

Los documentos que debo á la generosidad de las personas que me han honrado con su confianza, jamás verán la luz pública para apoyar con ellos algo que mancille su honra: los considero como si no tuviera noticia de ellos y supongo que los cargos que se les hagan son vagos rumores, sino tengo otros documentos con que acreditarlo. El historiador debe ser moral, no traidor, y traicionaria si yo comprobára el hecho con las armas que generosamente se me entregan. Se me dirá que ignoro un hecho, quizá importante, ó que no lo documento; solo en este caso acepto el cargo de falto de pruebas.

Con todos estos elementos he podido reunir treinta y seis volúmenes en folio de documentos inéditos que suman algunos millares de páginas.

Respecto á los documentos impresos, hace mas de veinte años que me ocupo sin cesar en acopiarlos y he podido reunir hasta hoy mas de 500 volúmenes sin contar las obras impresas en el extrangero relativas al Perú. No he perdonado arbítrio ni dinero para aumentar mi coleccion y presumo que sea la mas completa que existe.

Compaginados tan dispersos como heterogéneos materiales, procedí á su respectiva clasificacion por años, despues de numerarlos y para cono

cer en general la marcha de los sucesos, los he leido metódicamente formando índice de unos o extractando el espíritu de otros: estos índices y extractos tambien los público en gran parte, para que sirvan tambien al que se dedique al estudio de nuestra historia. Quiero que lo mucho que he trabajado, lo aprovechen todos.

Entro en todos estas pormenores, no para enzalsar mi mérito, sinó para que se tenga confianza en mi trabajo y en lo futuro se puedan citar los documentos á que me refiero como una fuente pura y auténtica, hastá en sus detalles.

El año de 1854, escribí una obra que titulé. Apuntamientos para la Historia del Perú Independiente, dedicada á mi hijo, que entonces se educaba en Norte América (Baltimore): me propuse hacerle conocer á grandes rasgos la historia de los diez primeros años de nuestra emancipacion, desde la venida de San Martin; porque no quise que mi hijo estuviera muy al corriente de la historia de los Medos, de los Asirios y otras naciones que ya no existen y que ignorara la historia de su patria, como sucede á muchos peruanos que se educan en el extrangero. Ese trabajo, inédito, me ha servido de guia ó indice del que hoy principio á publicar.

En cuanto al plan ó distribucion de la obra me ha parecido mas conforme dividirlo en periodos. Llamo periodo el tiempo trascurrido de un Congreso Constituyente á otro, supuesto que cada Constitucion indica un nuevo órden de cosas y casi nuevas personas é ideas: estos periodos se subdividen naturalmente por los grandes acontecimientos que durante ellos han tenido lugar. Así es que toda la obra comprenderá cinco periodos á saber:

PRIMER PERÍODO: desde que se preparó la expedicion libertadora de San Martin hasta que se instaló el Congreso Constituyente en 20 de Septiembre de 1822.

SEGUNDO PERÍODO: desde la instalacion de éste Congreso hasta el segundo Congreso Constituyente instalado el 4 de Junio de 1827.

TERCER PERÍODO: desde el 4 de Junio de 1827 hasta el 12 de Septiembre de 1833 en que se instaló la Convencion Nacional.

CUARTO PERÍODO: desde el 12 de Septiembre de 1833 hasta el Congreso de Huancayo instalado el 15 de Agosto de 1839.

QUINTO PERÍODO: desde la instalacion del Gongreso de Huancayo hasta el de 1855 en que se instaló la Convencion Nacional.

Como complemento de mi trabajo haré conocer la marcha y progreso del Perú Independiente, en las ciencias, artes y literatura: la rápida variacion de costumbres públicas y privadas, en un sentido favorable al progreso moral, público y social; pondré al lector al corriente de cuanto se ha publicado contra el Perú por apasionados escritores y la simple comparacion de lo que ellos dicen y de lo que existe en realidad, hará conocer que fueron ó ignorantes ó perversos. Este trabajo demanda tiempo, muy maduro exámen y gran caudal de conocimientos; yo procuraré estudiar contínuamente y como lo principal de mi trabajo demanda

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