Imágenes de páginas
PDF
EPUB

mountain crossings most famous in the world's history. Even though we do not try to compare San Martín with the genius of Napoleon, it ought to be remembered (acordarse de) that in this undertaking the former committed none of Napoleon's mistakes, although he had less men and less resources. Hannibal and Napoleon, in crossing the Alps, were impelled by vengeance, greed, or ambition. The motive of San Martín's undertaking was the independence of South America.

VI

LA ENTREVISTA DE GUAYAQUIL

[Fundada la nueva república de Chile (el acta de Independencia se promulgó el 12 de febrero de 1818), los españoles trataron de reconquistarla, pero fueron definitivamente derrotados por San Martín y O'Higgins el 5 de abril de 1818, en el llano llamado de 5 Maipú, una legua al sur de Santiago. Pero el plan emancipador de San Martín no fué realizado por completo todavía, porque el virreinato de Lima - hoy día la república del Perú - continuaba manteniendo el régimen colonial en América. Por consiguiente preparó San Martín una expedición para libertar el Perú. Desde 10 este momento el gobierno argentino le retiró toda suerte de apoyos, pero el gobierno chileno tomó por su cuenta el equipamiento y costo de la expedición, siendo chilenos la casi totalidad de la tropa y la mayoría de los oficiales. Se equipó un ejército de 4,500 plazas al mando de San Martín, y una escuadra de 23 buques al mando del 15 célebre marino inglés, Lord Cochrane, que vino a prestar a la causa americana todo el esfuerzo de su inteligencia y su valor. A mediados de agosto de 1820 salió la expedición libertadora del puerto de Valparaíso. Después de casi un año de guerra entraron las tropas de San Martín en la ciudad de Lima. El 28 de julio 20 de 1821 se hizo la proclamación de la independencia del Perú, siendo nombrado San Martín jefe del país con el título de Protector. En la misma época Bolívar había destruido el dominio español en Venezuela y la Nueva Granada, y estaba en la provincia de Quito hoy día república del Ecuador - llevando a cabo su pro25 yecto de formar la Gran Colombia (véase arriba, página 102, nota 2). San Martín, comprendiendo la importancia de una combinación de operaciones en el Perú entre el ejército de su mando y las tropas del héroe venezolano, fué personalmente en busca de Bolívar. Este acababa de incorporar en la Gran Colombia a la ciudad de 30 Guayaquil, puerto de mar del Ecuador, y allí se efectuó la célebre entrevista llamada de Guayaquil. - El capítulo que sigue está sacado de la misma Historia que el anterior.]

2

CONSUMADA de hecho la incorporación de Guayaquil,1 Bolívar, al contestar la carta de San Martín, que le anunciaba su visita, lo invitaba a verle en "el suelo de Colombia,' o a esperarle en cualquier otro punto, envolviendo en palabras lisonjeras el punto capital, que era “arreglar de común acuerdo 5 la suerte de la América." Decíale: "Con suma satisfacción, dignísimo amigo, doy a usted por la primera vez el título que mucho tiempo há mi corazón le ha consagrado. Amigo le llamo, y este nombre será el que debe quedarnos por la vida, porque la amistad es el único título que corresponde a hermanos de 10 armas, de empresa, y de opinión. Tan sensible me será que no venga a esta ciudad, como si fuéremos vencidos en muchas batallas; pero no, no dejará burlada la ansia que tengo de estrechar en el suelo de Colombia al primer amigo de mi corazón y de mi patria. ¿Cómo es posible que venga usted de tan 15 lejos para dejarnos sin la posesión positiva en Guayaquil del hombre singular que todos anhelan conocer y si es posible tocar? No es posible. Yo espero a usted y también iré a encontrarle donde quiera esperarme; pero sin desistir que nos honre en esta ciudad. Pocas horas, como usted dice, bastan 20 para tratar entre militares; pero no serían bastantes esas mismas para satisfacer la pasión de la amistad que va a empezar a disfrutar de la dicha de conocer el objeto caro que le amaba sólo por la opinión, sólo por la fama."

Al firmar Bolívar esta carta de 25 de julio de 1822, a las 7 de 25 la mañana, anuncióse que se avistaba una vela en el horizonte.

1 Para las ciudades ecuatorianas y peruanas mencionadas en este capítulo, véase el mapa de la página 24.

2 Insistía Bolívar en el hecho de la incorporación de Guayaquil en el territorio de la Gran Colombia, por saber que San Martín quería incorporarla en el Perú. Ya había comenzado Bolívar a considerar a San Martín como un obstáculo a la expansión de su genio atrevido. Se comprende, por consiguiente, que la proyectada conferencia iba a abrirse bajo auspicios algo siniestros.

M

Poco después la goleta "Macedonia," conduciendo al Protector, echaba anclas frente a la isla de Puna, y la insignia que flotaba en su mástil señalaba la presencia del gran personaje que traía a su bordo. Anunciada la visita, el Libertador 5 mandó saludarle por medio de dos edecanes, ofreciéndole la hospitalidad. Al día siguiente desembarcó San Martín. El pueblo, al divisar la falúa que lo conducía, lo aclamó con entusiasmo a lo largo del malecón de la ribera. Un batallón tendido en carrera le hizo los honores. Al llegar a la suntuosa Io casa que se le tenía preparada, el Libertador le esperaba de gran uniforme, rodeado de su estado mayor, al pie de la escalera, y salió a su encuentro. Los dos grandes hombres de la América del Sud se abrazaron por la primera y por la última vez. "Al fin se cumplieron mis deseos de conocer y 15 estrechar la mano del renombrado general San Martín," exclamó Bolívar. San Martín contestó que los suyos estaban cumplidos al encontrar al Libertador del norte. Ambos subieron del brazo las escaleras, saludados por grandes aclamaciones populares.

20

En el salón de honor, el Libertador presentó sus generales al Protector. En seguida empezaron a desfilar las corporaciones que iban a saludar al ilustre huésped, presente el que hacía los honores. Una diputación de matronas y señoritas se presentó a darle la bienvenida en una arenga, que él con25 testó agradeciendo. En seguida una joven de diez y ocho años, que era la más radiante belleza del Guayas,1 se adelantó del grupo, y ciñó la frente del Libertador del sud con una corona de laurel de oro esmaltado. San Martín, poco acostumbrado a estas manifestaciones teatrales y enemigo de ellas por tem30 peramento, a la inversa de Bolívar, se ruborizó, y quitándose con amabilidad la corona de la cabeza, dijo: que no merecía 1 Provincia del Ecuador, cuya capital es Guayaquil.

aquella demostración, a que otros eran más acreedores que él ; pero que conservaría el presente por el sentimiento patriótico que lo inspiraba y por las manos que lo ofrecían, como recuerdo de uno de sus días más felices. Luego que se hubo retirado la concurrencia, los dos grandes representantes de la revolución 5 de la América del Sud quedaron solos. Los dos permanecían de pie. Paseáronse algunos instantes por el salón, cambiando palabras que no llegaban a oídos de los edecanes que ocupaban la antesala. Bolívar parecía inquieto: San Martín estaba sereno y reconcentrado. Cerraron la puerta y hablaron 10 sin testigos, por el espacio de más de hora y media. Abrióse luego la puerta; Bolívar se retiró impenetrable y grave como una esfinge, y San Martín lo acompañó hasta el pie de la escalera con la misma expresión, despidiéndose ambos amistosamente. Más tarde, el Protector pagó al 15 Libertador su visita, que fué de mero aparato y sólo duró media hora.

Al día siguiente (27 de julio), San Martín ordenó que se embarcase su equipaje a bordo de su goleta, anunciando que en esa misma noche pensaba hacerse a la vela, después de 20 un gran baile a que estaba invitado. Señal que no esperaba ya nada de la entrevista. A la una del día se dirigió a la casa del Libertador, y encerrados ambos sin testigos como la víspera, permanecieron cuatro horas en conferencia secreta. Todo indica que éste fué el momento psicológico de la entrevista. 25 A las 5 de la tarde, sentábanse uno al lado del otro a la mesa de un espléndido banquete. Al llegar el momento de los brindis, Bolívar se puso de pie, invitando a la concurrencia de imitar su ejemplo, y dijo: "Por los dos hombres más grandes de la América del Sud: el General San Martín y yo." San Martín 30 a su turno contestó modestamente, pero con palabras conceptuosas que parecían responder a una preocupación secreta:

« AnteriorContinuar »