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es el motivo por el cual he presentado mi enmienda al artículo 1.o, y ruego á las Córtes se sirvan tomarla en consideracion.>>

Leida nuevamente la enmienda del Sr. Forgás, no fué tomada en consideracion,

Abierta discusion sobre el art. 1.o, dijo

explicado. Nosotros hemos dejado al Sr. Forgás dec lo que ha tenido por conveniente, porque hemos crei una cosa, y es, que S. S. no podia tener intencion ofender á la Comision.

Señores, este es un artículo que tiene una gran significacion; es un artículo indispensable para la tra

El Sr. FIGUERAS: Voy solo á hacer una observa- saccion que se ha hecho en este negocio, y que yo teng cion, bien ajena por cierto á este negocio.

Se dice en el art. 1.o, al hablar de los arbitrios que se establezcan: serán de tantos reales, etc. Pues digo yo: toda vez que el sistema métrico ha de regir próximamente, póngase esto con arreglo á ese sistema,

El Sr. Ministro de FOMENTO (Luxán): Yo tambien desearia que á todas las transacciones sociales pudiera aplicarse inmediatamente el sistema métrico; pero el Sr. Figueras comprende que en una ley como ésta, que habla de arbitrios para personas á cuyo alcance no está, ese nuevo idioma, seria introducir una perturbacion. El Sr. Figueras y todos los demás hemos votado los presupuestos por reales y maravedís, y no se ha hablado de décimas ni nada del sistema métrico.

Para hacerse esa réforma es menester que se haya infiltrado en las costumbres poco a poco. En Francia llevan más de cincuenta años con ese sistema, y todavía siguen vendiendo en las tiendas por anas, y se escriben las medidas antiguas, á pesar de las revoluciones por que ha pasado aquel país.

Yo deseo tanto como el Sr. Figueras que se haga esa reforma; pero creo que no puede adoptarse ahora en esta ley.

El Sr. FORGÁS: Seré muy corto, porque creo que la cuestion está decidida,

Suplicaria á la Comision que retirara el art. 1.o y el 2.o, porque á poco conducen, toda vez que en el 3.° se dispone que una Comision se encargue de presentar los planos, etc.

Si así no fuera, yo propongo á la Comision, y en esta parte no sé si será tan amable como con mi enmienda, que en el art. 1.°, despues de la palabra mejora, y antes del recargo siguiente, se añada: «en seguida de principiarse las obras.>>

El Sr. MONTESINO: La Comision no puede admitir esa enmienda.»>

No habiendo quien tuviese pedida la palabra en contra del art. 1.°, se hizo la oportuna pregunta, y quedó aprobado.

Leido el 2.o, dijo

precision de explicar. ¿Quiere S. S. que no se haga subasta inmediatamente? Pues precisamente la exige cia de Barcelona es que inmediatamente se haga la s basta y que comiencen luego las obras. Deséche este artículo, ¿y qué va á suceder? Que estaremos t año ó más de un año sin que se hagan los planos, entre tanto no se comenzarán las obras.

Pero, señores, en todos los proyectos del puerto Barcelona hay una cosa en que todos convienen, y € en la continuacion del muelle del Este; pero varían si será de 80, 90 ó 100 metros, y los que queremos luz, los que ansiamos el exámen de todos los datos, d cimos: no queremos que porque se hayan de examin nuevos datos dejen de continuar los trabajos; por e proponemos que se haga el muelle del Este, respec al cual no hay dificultad. ¿Y cómo ha de hacerse? P medio de subasta y en el menor tiempo posible. C esta explicacion la Asamblea puede aprobar este a tículo, segura de que vota una cosa en consonanc con lo ya acordado y en interés de aquella poblacio El Sr. FORGÁS: He preguntado cómo se iba á h cer la subasta de la obra, y hasta ahora...

El Sr. MADOZ (D. Pascual): Como la ley previen El Sr. FORGÁS: Aunque sea como la ley previ ne, porque no puede ser de otra manera (y por lo mi mo no sé qué leccion es la que S. S. se ha propues darme con esa respuesta, si bien yo estoy dispuesto recibir lecciones de S. S., en quien reconozco mayor conocimientos que en el Diputado bisoño que dirige palabra á la Asamblea); aunque sea, repito, como la l previene, al subastarse la obra debieran presentarse 1 planos, para saber qué es lo que se va a hacer. Se s bastará el muelle, lo sabemos; pero no sabemos si curva será cóncava ó convexa.

Por lo demás, Barcelona toda, y el Diputado que este momento usa de la palabra, desea que se reali cuanto antes esa obra, pero quiere que no haya inco venientes despues, y que sepamos desde luego á q atenernos. Me ha llamado la atencion la palabra «c riosidad» que ha usado S. S.; y aunque supongo q

El Sr. FORGÁS: Voy nada más á hacer una pre- puede ser escapada en el calor de la improvisacio gunta.

Aquí se habla de subasta, pero no se dice nada de planos ni cosa alguna parecida. Desearia que la Comision nos explicara lo necesario.

El Sr. MADOZ (D. Pascual): Me parece que no hay necesidad de grandes explicaciones para satisfacer la curiosidad de S. S. (El Sr. Forgás: Curiosidad, no; es deber del Diputado.)

Pues si S. S. se pica de que diga yo que es esa curiosidad de S. S., ¿no podria yo decir que no se usan aquí palabras de desatencion? ¿No hemos hecho nosotros bastante con callar cuando hemos dejado á S. S. que dijera una palabra que bien podíamos haber pedido que se escribiera como ofensiva? Curiosidad, vuelvo á decir, y nunca uso yo expresiones que puedan ofender á los Sres. Diputados. Diputado viejo, pues que llevo veinte años de carrera parlamentaria, no he proferido una palabra de que nadie pueda quejarse, y si alguno ha podido ofenderse, en el momento la he

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debo decir sin embargo que no es simple curiosida sino el deseo del acierto el que me ha movido á tom la palabra en este asunto. Si los que representamos u de las provincias catalanas no tomamos parte en e debate procurando esclarecerle, no sé yo quién lo ha Jamás por curiosidad ocuparia yo la atencion de Asamblea Constituyente.

El Sr. MADOZ (D. Pascual): La Comision, cuan ha redactado el artículo, se ha referido á una cosa nocida. No tenga cuidado el Sr. Forgás; la subasta s solo de aquellas obras respecto de las cuales están dos de acuerdo: el Gobierno tendrá buen cuidado no subastar más que aquello que no haya luego d desbaratar, porque respecto á ello está de acuerdo to el mundo. Para ciertas cosas no hay necesidad de marino; yo no lo soy, pero me he pascado mucho, ha poco tiempo, por el muelle del Este, y sé por el ex men que he hecho de los planos, que ese es un trab de mucha importancio, sin que haya en él la me

dada, Eso, pues, será lo que se subastará; hay que fiar en la prudencia del Gobierno y en sus conocimientos, que no subastará más que aquello respecto á lo cual no quepa duda alguna. Esto es lo que va a votar la Asamblea.»

Sin más debate quedó aprobado el art. 2.° Procediéndose á la discusion del 3.o, se leyó por segunda vez una enmienda del Sr. Figueras, inserta en el Diario núm. 360, y en su apoyo dijo

El Sr. FIGUERAS: Siento mucho que el estado de mi salud no me haya permitido asistir á la sesion en que se discutió el voto particular de mi amigo el señor Degollada, porque pensaba apoyarle hasta donde mis débiles fuerzas me lo hubiesen permitido: hoy no me o permite ya el Reglamento; no estoy en estado de tratar este asunto con la extension que quisiera haberlo hecho, para probar la conveniencia y justicia del voto particular de S. S.; sin embargo, haré algunas observaciones que conducen á demostrar la oportunidad de mi enmienda. El Sr. Madoz acaba de decir que el art. 2.° aprobado ya por las Córtes es el resultado le una transaccion. Esta transaccion la creo yo funesa para el porvenir de Barcelona; yo hubiera preferido que se hubiese adoptado cualquiera de los dos planos, ara que la resolucion que se hubiera propuesto huiese sido definitiva. De otro modo tal vez no se consia resultado alguno; porque aunque creo que mienras dure el estado normal del país y esté al frente el Ministerio de Fomento el Sr. Luxán, los fondos sorantes de esos arbitrios no se distraerán del objeto á ue se destinan, nadie puede asegurar que cesando ese stado normal no se eche mano de esos fondos, y méOs puede asegurarse que el Sr. Luxán continúe etermente en el poder.

Aquí se presentaban dos planos: uno propuesto or un ingeniero de caminos y canales, el Sr. Puigllers; otro por un ingeniero naval, el Sr. Soler. Yo❘ biera preferido haber adoptado cualquiera de los s, á dejar la cuestion al aire, porque entonces saiamos el presupuesto de las obras y el número de os que debian pagarse esos arbitrios, y no habria ese edo de que pudieran distraerse esos fondos del obo á que se destinan.

Señores, cuando se trata de una obra pública de esta importancia, no debemos mirar que en la actualidad no se necesita que sea de tanta extension. Conviene tener presente que Marsella piensa absorbernos, y si lo consigue respecto de Barcelona, lo conseguirá respecto de todos los puertos del Mediterráneo. El dia en que Barcelona tenga un puerto capaz y de seguridad y comodidad para los buques, esa absorcion será imposible, porque la posicion topográfica de Barcelona está brindando para ir á su puerto.

Mi enmienda no se diferencia del dictámen de la Comision más que en tres puntos, y extraño que siendo tan ligeras las modificaciones que con la enmienda se introducen, no haya querido aceptarlas la Comision. En tres puntos, digo, se diferencia del art. 3.o presentado por la Comision: son los siguientes: primero, el gobierno dice que se formará una Comision de ingenieros de caminos, ingenieros militares y oficiales de la armada, y yo digo que se forme una Comision de igual número de ingenieros de caminos, ingenieros navales y oficiales de la armada. No sé por qué los ingenieros de ejército han de formar parte de la Comision que entienda sobre la bondad del proyecto del puerto de Barcelona; otros planos de puertos de plazas militares se han hecho, y no se ha necesitado para nada el parecer de los ingenieros militares. Yo sé de un expediente que he tenido la suerte ó la desgracia y digo la desgracia porque hace cuatro años que estoy gestionando sobre él y no he podido llevarlo á conclusion, cuyo expediente se refiere al puerto de Tarragona; y puedo decir al Sr. Sagasta que se ha oido, no una, sino muchas veces al Ministerio de Marina y á sus ingenieros; y por cierto que en este puerto se han introducido cinco modificaciones, todas aprobadas por la Junta consultiva: hoy he sabido la quinta modificacion propuesta por un ingeniero, y ahora me he convencido de la verdad del refran que dice que lo mejor es enemigo de lo bueno, pues por querer mejorar ese puerto, como se continúe mejorándole como hasta aquí, Tarragona quedará sin puerto. Los ingenieros militares entenderán de fortificacion; pero de construccion de puertos, de la mayor ó menor bondad para la entrada de los buques y de la seguridad de éstos, no creo que entenderán mucho. Esta es una de las variantes; la primera.

La segunda variante, señores, consiste en que la Comision dice que se harán los estudios de la dársena en todos los terrenos contiguos, y yo los fijo diciendo que sean los marcados en el plano del Sr. Soler, que es el plano más grandioso que se ha presentado, para que no ocurra despues la dificultad que podria surgir con la aprobacion del artículo de la Comision. El nombre de Huertas de San Beltran es el nombre de una partida, y se sabe que la extension que se da á esa partida no es tanta como en realidad debe ser; podria ocurrir la cuestion de si la huerta llega hasta aquí ó hasta allá, y entonces, ateniéndose al sentido literal de la ley, podria no hacerse la dársena más que en un terreno limitado, y hasta podria haber motivo para que la dársena no se construyese. Como no llevo otra mira que la de que puedan hacerse todos los estudios necesarios á fin de construir en este terreno la dársena mercante, yo creo que la Comision no tendrá inconveniente ninguno en aceptar esta modificacion.

Se ha tratado de poner en duda si las Córtes poan discutir esta cuestion, y ha habido quien ha opido que por ser facultativa compete á la Junta conItiva de caminos y canales. Yo creo que las Córtes nen derecho á discutir esta y todas las cuestiones, das absolutamente, y ésta tanto más, cuanto que es a cuestion compleja, porque hay además de la parte cultativa la parte política y comercial. Además, el recer de la Junta consultiva ha variado, lo cual ueba que no ha habido en sus indivíduos toda la conccion que seria de desear en tales casos. La Junta sultiva aprobó el proyecto de los Sres. Ferrer y rieta, y despues se decidió por el del Sr. Puigdullers, r el cual se da doble cabida al puerto de Barcelona. Pero dejando esto á un lado, voy á exponer el obo de mi enmienda. En la discusion, que he leido en Diario de las Sesiones, se ha sentado el principio por Sr. Madoz y por otros indivíduos de la Comision, que necesario un puerto grandioso con antepuerto y dára mercante, y despues se ha puesto en duda esta cesidad por los Sres. Montesino y Sagasta, porque Ultimamente, el Sr. Madoz al contestar al Sr. Degocen que un puerto como el que manifestaba el señor llada dijo que si bien no se habia puesto en el articudoz tendria triple capacidad que el de Marsella, y que lado ó en la parte dispositiva de la ley que hubiese es necesario para Barcelona un puerto tan grande. I antepuerto, estaba consignado en el preámbulo: á esto

contestó, muy bien el Sr. Degollada, que el preámbulo no se votaba. Yo he puesto que hubiese antepuerto, para evitar las dilaciones que pudieran diferir la construccion de ese puerto, y ruego al Sr. Madoz que teniendo presente esto, me haga el favor de admitir las ligeras modificaciones que por mi enmienda se introducen en el dictámen, á lo cual creo que accederá su señoría con su acostumbrada amabilidad.

El Sr. Ministro de la GUERRA (Conde de Lucena): No voy a entrar en la cuestion de si es ó no conveniente admitir la enmienda del Sr. Figueras; pero segun mi costumbre, siempre que se habla de cualquiera cosa que tiene relacion con el ejército, el Ministro de la Guerra cree que tiene el derecho de levantarse á rectificar las equivocaciones que pueden cometerse, como en mi opinion al ménos las ha padecido el Sr. Figueras.

Empezaré por decir á S. S. que está en un error al creer que los ingenieros militares no pueden servir para esas obras, pues recientemente se acaba de pedir por el Ministerio de Marina que un jefe de ingenieros se ponga á disposicion del jefe de marina para dirigir las obras hidráulicas del departamento del Ferrol; y si no estoy equivocado, que creo que no, el dique que se ha hecho en el Ferrol para la carena de los grandes buques ha sido tambien dirigido por un ingeniero militar. Véase, pues, cómo sirven para la construccion de obras como la de que se trata. Dicho esto, réstame solo decir dos palabras: manifestar al Sr. Figueras que siempre tendrian que entender los ingenieros militares en la cuestion de las huertas de San Beltran, en el caso de que se llegue á llevar a cabo ese proyecto, que será difícil, tanto que creo no lo veremos nosotros aunque se apruebe por las Córtes; siempre, repito, tendrán que entender los ingenieros militares, porque estando interpuestos esos terrenos entre Monjuich y el fuerte de Atarazanas, es indispensable oir el parecer de los ingenieros militares en una cuestion que se roza con la fortificacion y defensa de aquella plaza. Esto es lo único que tenia que decir.

El Sr. FIGUERAS: Ya sé yo que el Sr. Ministro de la Guerra se ha hecho un deber en velar exclusivamente por el ejército, en mejorar la suerte del ejército: no es extraño; S. S., militar desde que ha nacido, ha nacido militar tambien y ha ligado su suerte y su fortuna à la fortuna y la suerte del ejército español. Ayer, sin ir más lejos, pudo tener el ejército una nueva prueba de los desvelos. de S. S. por él, cual es el aumento de sueldos á los cabos y sargentos, en lo cual ha hecho bien, y las Córtes. Constituyentes mejor.

Su señoría vió que no fué atacado este proyecto por ningun lado de la Cámara, y de esto debe calcular S. S. que aunque nosotros no somos partidarios de las quintas, creemos no obstante que debe procurarse mejorar la suerte de los soldados. Debo sin embargo advertir á S. S. que no seria extraño que esa influencia y ese celo del Ministerio do la Guerra sea el que haya hecho que por el Ministerio de Marina se hayan aceptado esos ingenieros militares para dirigir las obras hidráulicas. Yo no debo entrar en esta cuestion, porque no tengo datos para ello, si bien creo que toda vez que S. S. lo ha hecho, habrá tenido sus razones. Esto me servirá de leccion para en adelante, y me alegro mucho que los ingenieros militares puedan dirigir las obras hidráulicas.

El Sr. MADOZ (D. Pascual): El discurso del señor Figueras se resiente, como habrá observado el Con

greso, de una circunstancia lamentable ciertamente, saber, de que antes de ayer no hubiera podido asist á las Córtes por indisposicion en su salud. A no ser a hubiera visto cómo algunas de las observaciones qu S. S. ha presentado hoy han sido anteriormente con testadas, por lo cual tendré que reproducir, aunqu muy ligeramente, observaciones que ya se han hech Y antes de entrar en el exámen de la enmienda voy contestar á algunas consideraciones que no pued quedar sin respuesta.

Ha dicho S. S. que considera funesta para el po venir la transaccion hecha, y yo diré á S. S. que lo f nesto hubiera sido el insistir el Sr. Ministro de Fome to y los indivíduos de la Comision en que prevalecie tal ó cual proyecto, pues ahora no va á perderse tien po y se va á buscar el acierto de tal modo que, lej de ser funesto, lo creo muy ventajoso para Barcelon toda vez que en aquello en que habia dudas se ha co venido dejarlo para un exámen más detenido, princ piando entre tanto los trabajos que desde luego ofrecian dificultad alguna.

Ha dicho S. S. una cosa que no ha podido ménos llamarme la atencion, y es, que las obras no consum rán los arbitrios que se hagan efectivos, y que en qu se invertirán esos fondos, que pueden correr algun p ligro. A esto manifestaré, en primer lugar, que es n cesario tener presente que en estas obras el Gobier se verá precisado á estar mucho tiempo alcanzando los interesados en la empresa y tendrá que abonar ba tantes cantidades. Por eso el art. 4.° dice lo siguient

«El déficit entre la cantidad que produzcan los a bitrios que se cobren en el puerto de Barcelona y la d importe de las obras ejecutadas anualmente se ab nará con cargo al capítulo del material de puertos d presupuesto general del Estado.»>

De manera que, aunque ahora rindan algo más, ha que tener en cuenta que el año que viene estarán alg adelantadas las obras y el Gobierno estará en algu descubierto y se habrá visto en la necesidad de ade lantar algunas cantidades: de consiguiente, no ha motivo para el temor que abriga S. S.

He oido decir á S. S. una cosa que confirma más r opinion. El puerto de Tarragona, donde no se ha obra do con la prudencia y cautela con que se quiere obra ahora, y donde no se ha procedido con las precaucio nes que aquí, ya dice S. S. mismo que ha venido quinta modificacion; y para evitar otro tanto quiere Comision que respecto del puerto de que se trata examinen bien los trabajos, para que no haya nece sidad de venir con la tercera, cuarta ni quinta mod ficacion.

Pregunta S. s. qué son las huertas de San Beltra y acerca de esto manifestaré á S. S. lo que la Comi sion entiende por huerta de San Beltran; y al hacer creo que le daré una contestacion satisfactoria, en 1 cual supongo que tambien estará conforme el Sr. M nistro de Fomento. Diré, pues, á S. S. que el plano d entre los presentados que más extension tenga, que mɛ terreno coja de las huertas de San Beltran, éste será denominado con el nombre de huertas de San Beltra La Comision comprende desde luego la oportunida de esta aclaracion, porque lo mismo puede decirs huertas de San Beltran á una extension de 200 ó 30 metros, que al terreno que se comprende hasta 1 puerta de San Antonio. Fije, pues, S. S. el terreno qu más extension comprenda en esta parte, y sobre él s harán los estudios.

Dice S. S. que aun cuando se diga algo de dárse na mercante, no se dice nada de antepuerto: y bien, yo diré á S. S. que donde hay dársena hay antepuerto; pero ¿quiere S. S. que se diga antepuerto? Pues bien, se dirá: ahí está en su lugar la enmienda. Pero la enmienda de S. S., ha sido presentada para un objeto que no puede ménos de comprenderse bien, porque siendo conocida la habilidad de S. S. el mucho estudio que ha hecho del Reglamento, y el conocimiento exacto que tiene de todos los medios que el mismo proporciona para poder hablar sobre una cuestion, se comprende muy bien que S. S. ha apelado á un ardid parlamenta rio para pronunciar su discurso. Su señoría tenia necesidad de hablar sobre el voto particular del Sr. Degollada, y como no pudo hacerlo, ha trasladado á su enmienda todo el voto de este Sr. Diputado.

Yo, señores, he tenido buen cuidado de examinar las palabras que comprende esta enmienda, y precisamente son tomadas del voto del Sr. Degollada, como va a verlo el Congreso. «El Gobierno, dice la enmienda del Sr. Figueras, elegirá una Comision compuesta de igual número de ingenieros de caminos, de ingenieros navales y de oficiales de la armada, nombrados respectivamente por los Ministerios de Guerra y de Marina.»>> Las mismas palabras, absolutamente las mismas; aquí están: fija el establecimiento de la dársena, y dice: «y el establecimiento de un antepuerto en la dársena mercante.» Las mismas palabras tambien. Al hablar de las huertas de San Beltran, dice: «hasta que esta cuestion se resuelva, queda prohibida la edificacion á los dueños de los terrenos, y la enajenacion de las localidades que pertenecen al Estado y al dominio público.» Son exactamente las mismas palabras.

Vamos ahora á ver la diferencia. La diferencia está en que el Sr. Degollada decia que se habia de examinar el plano presentado en 12 de Setiembre, que era el de Soler, y el Sr. Figueras dice que se examinen los planos del Sr. Soler. De suerte, señores, que esta enmienda es el voto particular del Sr. Degollada; por eso ne parece que S. S. alcanza todo el triunfo que podia lcanzar. Yo no tengo inconveniente, y creo que no le endrá tampoco la Comision ni el Gobierno, en fijar lo ue se entiende por huerta de San Beltran en los térinos que he indicado, y en que se diga que ha de haer antepuerto, porque no puede haber dársena merante sin antepuerto. No encuentro, pues, reparo en ceptar esto, y creo que S. S. quedará así satisfecho. Todos queremos una misma cosa, aun cuando haya guna diferencia en el modo de llevarla á cabo. Lo e quiere el Sr. Figueras lo quiero yo, y lo que quieyo lo quiere el Sr. Degollada; sino que el Sr. Degoda no ha apreciado en todo su valor el sacrificio que hecho el Sr. Ministro de Fomento y lo que ha palo respecto á la transaccion que ha habido. Desde momento que el Sr. Ministro ha dicho: desisto de e prevalezca mi opinion sobre que se adopte el pladel Sr. Puigdullers, yo he debido decir que desisde mi ánimo de hacer prevalecer el del Sr. Soler, ando por que se hagan nuevos estudios y se examidetenidamente cuál es el mejor medio de llevar á o el persamiento que tanto deseamos ver en prác

El Sr. DEGOLLADA: Ha dicho mi amigo el señor loz que yo no he apreciado lo bastante las concees que ha hecho el Sr. Ministro: en esto se equivo En tanto las he apreciado, que contra mis convices acepté los arbitrios propuestos por el Gobierno

por ser innecesarios si se hubiese admitido el proyecto de ley presentado por los Sres, Diputados. Si el Sr. Ministro ha hecho una concesion, mis compañores han hecho muchas; yo no puedo pasar por ellas.

El Sr. Ministro de FOMENTO (Luxán): Señores, en este punto, tanto el Gobierno como la Comision han hecho lo que se hace siempre, que es, ver lo que exige la conveniencia en materia de interés público. Por eso todos hemos cedido un poco, como ha cedido el mismo Sr. Degollada, pues su voto es bien diferente que el proyecto primitivo que presentó aquí. Ahora se acepta la idea del Sr. Madoz, y claro es que habiendo dársena habrá antepuerto. ¿Qué es lo que aquí se quiere? Buscar lo mejor: pues esto es lo que quieren SS. SS. y lo que quiere el Gobierno; y de consiguiente, me parece que todos estamos conformes en lo principal.

El Sr. TORRECILLA: Pedí la palabra al oir al Sr. Figueras combatir la conveniencia de que en el proyecto de mejora del puerto de Barcelona interviniera el cuerpo de ingenieros militares. Honrándome con pertenecer á él, debo manifestar que está muy lejos de ser cierto que á la influencia del Ministro de la Guerra deban algunos indivíduos de tal cuerpo el haber sido llamados para dirigir las obras de dos ó tres puertos: débenlo solo á su reputacion, no tan nueva que no deba extrañarme oir al Sr. Figueras buscar causas extrañas á ella, cuando se trata de obras interesantes que exigen ciencia probada. Justamente, si en este momento no recuerdo mal, ese mismo puerto de Barcelona ha sido dirigido en más de una ocasion por ingenieros militares; y de seguro los de Alicante, Almería y otros se encuentran en este caso.

Pero hay más. Nada es de tan fácil variacion, aun por causas poco apreciadas á primera vista; nada más atendible é interesante en un puerto que su régimen, es decir, sus condiciones esenciales, efecto de la debida combinacion de sus aguas, sus vientos y suelo. El accidente ménos apreciado puede crear corrientes ú otros efectos que alteren aquel con graves inconvenientes; y como el puerto de Barcelona es necesario quede defendido, las condiciones que esto exige deben ser tomadas muy en cuenta al formular el proyecto de mejora para evitar sucesivas alteraciones. Esto, sin entrar á enumerar otras razones, convencerá al Sr. Figueras y á la Asamblea de que es un acuerdo muy prudente y atinado el tomado por la Comision para dar participacion en los trabajos de ese proyecto al cuerpo de ingenieros militares; concluyendo con apuntar únicamente que su ordenanza, que tiene mucho de verdaderamente sabia, prescribe á los ingenieros que desempeñan ciertos cargos en plazas marítimas, conocimientos respecto de sus puertos, que solo pueden apreciar bastante los que hayan tenido que dirigir la defensa de alguna de ellas.

El Sr. Ministro de la GUERRA (Conde de Lucena): Dos palabras no más tengo que decir en rectificacion al Sr. Figueras. Dijo S. S. que tal vez à la influencia del Ministro de la Guerra se haya debido el nombrar un jefe de ingenieros para las obras de que se trata, Debo declarar que S. S. está completamente equivocado: el Ministro de la Guerra no ha tenido ninguna intervencion en este negocio, y la primera noticia que tuvo de él fué una comunicacion del Ministro de Marina en que se pedia ese nombramiento. Yo creo que como la marina es tambien cuerpo que pertenece a la Nacion, y sabiendo el Ministro de Marina los conocimientos que adornan á los ingenieros, lo mismo que los demás indivíduos de la marina, no es extraño que hayan tenido

mucho gusto en llamar á sus compañeros de tierra para que contribuyan á la mejora de las obras públicas de esta clase.

El Sr. FIGUERAS: Nada tengo que decir respecto ȧ eso; yo me alegro mucho que haya esa armonía, y así no extrañaré ver algun dia que à un ingeniero naval se le llame para dirigir una fortificacion de tierra. Respecto al Sr. Madoz, haré una sola observacion, y es, que aun cuando hubiera presentado un artículo entero del voto del Sr. Degollada, nada tendria de particular. El Congreso lo desechó en completo ó en su conjunto, y de consiguiente, no sabemos ni podemos saber si admitia alguna de sus partes. Despues de las explicaciones que he dado, S. S. comprenderá que mi enmienda era necesaria, y por eso ha convenido S. S. en el modo de entenderse el territorio de las huertas de San Beltran. Explicado lo que S. S. ha tenido la bondad de decirnos, yo no tendria inconveniente en retirar mi enmienda si se admitiese la idea de que igual número de ingenieros de caminos, de ingenieros militares y de ingenieros navales interviniesen en el exámen del proyecto. Si así se expresa, la retiraré.

El Sr. Ministro de FOMENTO (Luxán): Creo que no puede admitirse esa parte, porque toda la dificultad ha estado en la fácil ó difícil entrada del puerto, y quien propuso lo conveniente para evitarla fueron los marinos, los que han de navegar, y de consiguiente entrar y salir del puerto. Los ingenieros navales tienen otra mision: es la de construir los buques en los astilleros y botarlos luego al agua. Por consiguiente, creo que no haya necesidad de la intervencion de esos ingenieros navales, toda vez que la dificultad que se presentaba en el proyecto del Sr. Puigdullers ha sido vencida por los marinos, que son los llamados á este objeto.

El Sr. MADOZ (D. Pascual): La Comision no admite la enmienda del Sr. Figueras, pero al discutirse el art. 3.o explicará bien la idea relativa á las huertas de San Beltran,

perentorio, y no sé qué inconveniente puede haber que se fije ese término ahora. No crea el Sr. Minist que será para exigirle la responsabilidad: aun cuand se prefijase un término á la Comision, como se ha todos los dias, si sobreviniesen por desgracia distu bios, revolucion ó guerra, no podria hacerse cargo á la Comision ni á nadie, y en tiempo normal no pued haber ningun inconveniente en hacer los estudios der tro del término señalado. De otro modo, ¿qué puede e perar Barcelona despues de treinta ó cuarenta años d gestionar y no conseguir nada? Y en verdad es sensib y doloroso cuando nada se pide al Gobierno para el co te de aquella obra, y cuando no se gravaria ni al co mercio ni á la marina si se aceptaran los medios pro puestos en el proyecto presentado en la sesion del 1 de Diciembre.

En el dia, los efectos y mercancías que se desem barcan en el puerto hay que trasladarlas á los depósito del interior de la ciudad ó á la aduana, ó vice versa, po que el puerto no tiene más que algunos almacenes d poca capacidad: esos trasportes cuestan desde 1', á 2' reales: si hubiese almacenes en el puerto, se ahorraria ese gasto; y ese ahorro, que importaria cantidades d consideracion al año, serviria para costear las obras de puerto, y no veríamos, como vemos en el dia, miles d fanegas de trigo, centenares de pacas de algodon, d géneros y otras mercancías puestos á la intempérie jur to al andén del puerto y sufriendo mil deterioros en pe juicio del comercio y con escándalo de nacionales y d extranjeros.

Faltando almacenes en el puerto, el comercio ten drá que sufrir el gravámen de los trasportes ó el dete rioro de sus mercancías, y si se construyen como requieren las necesidades del comercio, con sus bueno almacenes, una vez cubiertos los gastos de la obra, e comercio experimentará un grande alivio.

Véase, pues, cómo no se gravaria ni al comercio n á la marina.

Si no sufre modificacion el dictámen de la mayo

El Sr. FIGUERAS: ¿Pero no admite lo de los in- ría, si no se prefija un término, lo que habrá hecho la genieros navales? mayoría de la Comision y lo que habrán votado la

El Sr. MADOZ (D. Pascual): Se adhiere á lo dicho Córtes, será que Barcelona no tenga puerto. Se irán re por el Gobierno.

El Sr. FIGUERAS: En ese caso, no puedo retirar la enmienda, y pido se someta á votacion,»

Verificado así, no fué tomada en consideracion la enmienda del Sr. Figueras.

El Sr. SECRETARIO (Bayarri): Hay otra enmienda del Sr. Degollada tambien al art. 3.o»

Leida dicha enmienda (Véase en el citado Diario número 360), dijo en su apoyo

El Sr. DEGOLLADA: Tengo una necesidad absoluta de apoyar mi enmienda, por lo que se ha dicho aquí y fuera de aquí, La Cámara recordará que la diferencia que hay entre mi voto particular y el dictámen de la mayoría se reduce à dos cosas: al acierto y prontitud en hacer la obra. No hablaré de lo primero, porque es punto juzgado; me limitaré á solo el segundo, á la prontitud. Y no se crea que es solo el capricho el que me obliga a insistir en esto; hace treinta ó cuarenta años, y acaso más, que Barcelona viene reclamando la mejora de su puerto, y nada se ha hecho hasta ahora. Yo he visto instancias del año 1821, y creo que las hay anteriores.

Hace de tres á cuatro años que ha vuelto á activarse, y veo que estamos como al principio. Cuando al Gobierno le conviene una cosa, fija un término fatal y

caudando los arbitrios votados, como ha sucedido en otras ocasiones; se harán algunas obras con suma lentitud, y no tendremos puerto, á ménos que mis paisanos tomen la firme resolucion de poner como primera condicion ú obligacion á los Diputados que nombren er lo sucesivo la de instar contínuamente el expediente del puerto. Yo procuraré influir por mi parte en que así se haga.

Veremos lo que tarda en publicarse en la Gaceta e nombramiento de la Comision; lo que tarda ésta en reunirse en Barcelona para el desempeño de su cometido el tiempo que en ello emplea, a pesar del tiempo que el expediente dormirá en las oficinas.

Yo quisiera que se persuadiera el Sr. Luxán de la necesidad de fijar un término, si tiene intencion de que se lleve á efecto esa obra. Puede ponerse un año porque hay ya trabajos hechos; se tienen la mayor parte de los datos, si no todos, y para dentro de un año creo muy bien que pueden haberse hecho los es tudios, y entre tanto puede consultarse á la Junta de comercio y al Ayuntamiento y Diputacion provincial de Barcelona sobre los medios propuestos en el proyecto de ley leido en la sesion del 12 de Diciembre último.

Así es que si no se me dan razones que me conven

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