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quieren conservar los empleos que se han distribuido sin pudor, y con mengua de los intereses nacionales.

Por mas que el gobierno de, US. y sus ajentes se empeñen en hacer creer que cuentan con la opinion de los pueblos, estos lo contradicen con hechos notorios:

El gobierno de US. ha tocado todos los medios imajinables para conseguir que estos habitantes inocentes tomasen parte en sus planes parricidas; mas la opinion pública negándose al sacrificio que miras personales le exijian, ha mirado con indifereneia las maniobras perturbadoras; y por esto es, señor coronel, que se les ha oprimido y vejado de la manera mas bárbara y cruel, las prisiones, los insultos y las calumnias de toda especie han sido las armas que los agentes del gobierno de US. han empleado contra los leales habitantes de la provincia de Chimborazo, y en particular contra los pacíficos moradores de Ambato que han sido obligados por órdenes de sangre y muerte, á abandonar sus hogares, amenazados con las puntas de las lanzas. Esta es la conducta liberal adoptada por el gobierno de US. y sus agentes que sin equivocacion puede compararse á la de los árabes. El impreso que US. acompañó con su nota habia sido recibido mucho antes por conducto del oficial García que habia ido cerca de ese gobierno conduciendo pliegos, y á quien el señor general Flores, abusando de la buena fé, y empleando los medios rastreros que tiene de costumbre, quiso ganárselo para que sedujera al escuadron Húsares de Ayacucho con dádivas de dinero y ofrecimiento de ascensos, como lo ha hecho en repetidas ocasiones, corrompiendo de este modo la moral del ejército.

Dios guarde à US.-Ramon Madrid.

Es copia-Acevedo.

("El Colombiano."

Capítulo de carta del Libertador, inserta en el número 5 del BALUARTE dirigida al Vicepresidente Caicedo.

Turbaco, Junio 1o de 1830.

Mi estimado amigo y señor.

Todavia me tiene U. aquí porque no he recibido el pasaporte que U. me ofreció, apesar de que han venido muchos amigos y dos correos despues de mi salida. Desde Mompox recordé á U. de nuevo este olvido, pues es imposible que verifique mi marcha sin el permiso del Gobierno. No hay un solo documento por el cual conste pue puedo salir de Colombia; asi es que tendré que esperar aquel hasta que lo reciba; mientras tanto estaré impaciente y molestísimo con su retardo, pues las desgracias se multiplican y las calumnias con ella. Ultimamente ha venido una Aurora llena de groserias infames, y cuando yo estoy trabajando noche y dia en mantener el órden público y predicar la union, se me supone un vil conspirador. A nadie consta mas que á U. lo que ha pasado en Bogotá con el batallon granaderos, y por lo último yo esperaba que no se me dejase calumniar impu

nemente.

He recibido carta del general Flores, en que me dice- que la acta ó representacion de Popayan habia gustado mucho en Quito y que el espíritu de division se habia exaltado: que de Pasto lo llamaban, y él marchaba con dos batallones. Ésto quiere decir que ya se habrán roto las hostilidades entre Quito y Popayan. Ahora tambien me atribuirán á mí esta desgracia, y esta verdadera locura, que no puede ménos que hacer sucumbir el Sur.

Al general Flores le he escrito, por el Istmo, repitiéndole mis consejos por la union con Cundinamarca, y la obediencia al gobierno. Despues me corresponderán esto con nuevas calumnias.

No será estraño que sucedan mil diabluras, y que tambien se me atribuyan: por lo cual ruego á U. nuevamente me envie cuanto antes mi pasaporte para salir del pais.

Cartagena está muy tranquila y tanto el prefecto como el

comandante general resueltos á cumplir su deber: creo que así lo harán si el genio del mal no dispone otra cosa.

Nada sabemos de Silva, ni de las tropas que se hallaban en Pamplona. Suponemos que se habrán ida para Venezuela.

Queda muy sinceramente de U. amigo de corazon.

BOLIVAR.

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EDITORIAL DEL PERIÓDICO BALUARTE.

Cuando los hombres se desvian de la senda del órden, los vemos tropezando á cada paso y entrando en contradicciones con si mismo hasta el término de no entenderse, ni ser entendidos. Pruebas son de esta verdad los documentos que hoy copiamos de la Gaceta oficial de Quito de 8 de Enero de este año.

El decreto del general Flores en que segrega á Popayan del resto de la República ademas de ser un atentado inaudito y alarmante, no se eoncilia muy bien con sus protestas de union y concordia con Colombia, ni con los sentimientos de igual naturaleza que espresa su Ministro en la contestacion al reclamo que hace el Gobierno de la República sobre la separacion de Pasto del departamento á que legalmente pertenece. Estos dos actos, si hubiese de durar la aciaga independencia de Quito, serian las inevitables causas de una guerra eterna con los demas pueblos de Colombia; y son de hecho la declaratoria de aquellos principios desorganizadores con que se comenzáron á trastornar los pacíficos departamentos del Sur. De una ambicion tan desmesurada y tan aturdida ¿qué se podría esperar sino una anarquía universal, y el esterminio total de la misma sociedad, cuyo interes se pretende defender? Por lo demas ignoramos de donde emana la autoridad que se manifiesta en el referido decreto. No la hallamos en la constitucion ecuatoriana; ni creemos, por violento que sea el espíritu de faccion, se encontrará en el Sur un Congreso capaz de sancionar medidas reprobadas por todos los hombres de bien, por el derecho internacional, y por los mas obvios principios de moral y utilidad pública.

En cuanto á la referida respuesta del ministro de Quito, y que verán nuestros lectores trunca en este papel por haberse recibido así, harémos muy pocas observaciones, porque el contenido de ella no es mas que una repeticion de los mismos alegatos que distinguen en esta época los documenros oficiales de aquella capital. Si se objeta el voto de la asamblea de Buga, por que fué invitada por un oficio del Gobierno; ¿qué dirémos del pronunciamiento de Popayan que despues de haberse sometido sus habitantes á la asamblea de Buga, fueron obligados por Obando y Lopez á segregarse del Centro, sin duda por la esperanza que tendrán estos traidores de hallar un asilo en el seno de la faccion quiteña contra la justicia tremenda y le vindicta pública que reclaman las personas de estos hombres? ¿Qué juicio formarémos de la acta de Pasto, agregándose al Ecuador, cuando es notorio que el general Flores ocupó aquella provincia con el batallon Quito y el escuadron de granaderos, para sofocar la primera voluntad espresada por Pasto, en favor del Libertador y de la integridad nacional?

No es nuestro ánimo entretener á nuestros lectores con demostraciones, sobre la mas ó menos legalidad de esta ó aquella asamblea; y estamos persuadidos que el mismo Gobierno de la República no ha dado otro sentido á los pronunciamientos populares en su favor, que el de una mera espresion de la voluntad de las personas notables, y de ningun como un derecho constitutivo. Promulgada la Constitucion del Estado, los colombianos todos esperamos manifestar por las vias que ella señale, y en la calma de la razon, cuales sean nuestros deseos, cuales las instituciones que apetecemos: No nos cansarémos de repetir que todo cuanto re hace en violacion de esta norma legal de nuestros deberes, es vicioso, productivo de males sin término, y tiende á dejarnos solos al fin sin patria, y sin los distintivos de un ser social.

El Ministro de Quito nos asegura que el Congreso ordenó que se sometiese la constitucion al exámen de los pueblos, pero que á ninguno se le obligase á admitirla por la fuerza. Como este señor concurrió á la formacion de dicha carta y de las leyes que de ella emanaron, es muy estraño que se avanze á fijar una proposicion contraria á la verdad; pues el decreto de 11 de Mayo solo se refiere á las provin

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cias de Venezuela; y sin duda aquel soberano cuerpo no, creeria necesario mencionar las demas de la República, tanto porque ellas, y en particular las del Sur, no indicaban deseos de trastorno, ni era regular que un congreso llamado á consolidar á Colombia, legitimára el desórden abriendo la puerta para las puebladas y los manejos de los ambiciosos Ademas quisiéramos saber si esta carta sancionada por nuestros legítimos representantes ha sido presentada á los pueblos del Sur por sus autoridades? Es notorio que no solamente no le fué dada á conocer sino que para estimular los pronunciamientos del mes de Mayo se hizo creer la inexistencia de un código nacional. Luego es en vano que se insulte con proposiciones supuestas al sentido comun de los ciudadanos en mengua de sus intereses y de la decencia que debemos observar, aun en nuestras querellas.

Nos atrevemos á creer que el público verá ya con indignacion y fastidio las declamaciones hipócritas y los falsos inciensos que se tributan en los papeles oficiales de la desgraciada Quito. Se dice que este héroe es el protector del Estado Ecuatoriano, cuando S. E. ha proclamado la integridad nacional y la uion de todos los colombianos. Nos convida á reunirnos en torno de aquel gobierno que el peligro comun ha puesto á nuestro frente; y sus pretendidos amigos no solo desobedecen este gobierno sino que emplean la calumnia, la intriga y las armas para desacreditarle y anular todos sus buenos designios.

Ponderan la irresistible fuerza de la opinion en su favor; al tiempo mismo que oprimen con bandos de muerte y sangré á los pueblos que se apresuran á recibir y auxiliar á las tropas nacionales.

En medio de este cuadro lamentable, hemos tenido el consuelo de ver por las noticias del ejército que su digno jefe asociándose á algunos de los mas distinguidos ciudadanos del Ecuador, promovia por todos los medios de la prudencia y de la moderacion el restablecimiento de la paz bajo las bases mas adecuadas á asegurar la tranquilidad de los pueblos, el goce de sus legítimas instituciones y el giro del comercio y de la industria.

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