Autores españoles é hispano-americanos: (estudio crítico de sus obras principales)

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Perlado, Páez, 1911 - 913 páginas
 

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Página 753 - La princesa está triste. . . ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro; y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
Página 283 - Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba: y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía ; pues entre el llanto que el dolor vertía, el corazón deshecho destilaba.
Página 236 - Estos, Fabio, ¡ay dolor! , que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa. Aquí de Cipión la vencedora colonia fue: por tierra derribado yace el temido honor de la espantosa muralla, y lastimosa reliquia es solamente. De su invencible gente sólo quedan memorias funerales, donde erraron ya sombras de alto ejemplo.
Página 282 - ¿Qué humor puede ser más raro, que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo y siente que no esté claro? Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Opinión ninguna gana; pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata, y si os admite, liviana. Siempre tan necios andáis, que, con desigual nivel, a una culpáis por cruel ya otra por fácil culpáis. ¿Pues cómo ha de estar templada la que vuestro amor...
Página 394 - OH dulces prendas, por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería! Juntas estáis en la memoria mía, y con ella en mi muerte conjuradas.
Página 281 - Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que más quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo. Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego fugitivo? Mas blasonar no puedes, satisfecho, de que triunfa de mí tu tiranía: que aunque dejas burlado el lazo estrecho que tu forma fantástica ceñía, poco importa burlar brazos y pecho si te labra prisión mi fantasía.
Página 616 - Cuentan los criollos del suelo que en tibia noche de luna en solitaria laguna para la sombra su vuelo; que allí se ensancha, y un velo va sobre el agua formando. mientras se goza escuchando por singular beneficio el incesante bullicio que hacen las olas rodando. Dicen que en noche nublada si su guitarra algún mozo en el crucero del pozo deja de intento colgada, llega la sombra callada y al envolverla en su manto suena el preludio de un canto entre las cuerdas dormidas, cuerdas que vibran heridas...
Página 281 - Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?
Página 25 - ¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo. los dos unidos siempre y amándonos los dos; tú, siempre enamorada : yo, siempre satisfecho; los dos, una sola alma ; los dos, un solo pecho, y en medio de nosotros, mi madre como un Dios!
Página 216 - De todos era señor, y de todos me vengaba; sólo a una mujer amaba. Que fue verdad creo yo en que todo se acabó y esto sólo no se acaba.

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