Horacio en España: Traductores castellanos, portugueses gallegos, asturianos y catalanes de HoracioA. Pérez Dubrull, 1885 |
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Términos y frases comunes
14.ª del libro Alberto Lista Alejandro da Sacra amor Anónimo Antonio Antonio Ribeiro Arte Poética autor Bartolomé Martínez Beatus ille Bello Biblioteca Brocense Burgos Cándido Lusitano canto Castellanos Catalanes ción cita clásicos códice crítica Dantisco Diego ducción edición endecasílabo Epistola Épodo Epodon erudito español Espinel estilo estrofas Filinto Elysio Francisco de Medrano Gualberto González horaciano Horacio Flacco imitación impresa inédita inserta Integer vitae intérprete Iriarte Joaquín Joaquín Lorenzo Villanueva Jorge Dantisco José latino lengua Licenciado Lisboa Luís de León Lydia Macedo Manuel manuscrito marquesa de Alorna Mecenas Menéndez y Pelayo Miguel mundo navis obras odas de Horacio original Otium Divos Píndaro Pisones poeta Poética de Horacio Portugueses prosa publicó Quid Quinto Horacio Flacco Quis multa gracilis Rafael Pombo Rectius vives romance Sacra Familia Sátira Sic te Diva Tanaim texto Tineo tomo traducciones de Horacio traducidas Venus versión verso suelto Vicente Vicente Espinel XXVII
Pasajes populares
Página 61 - Horacio, impresa año de 1591, donde dice que " son los libros traducidos tapicería del revés, que está allí la trama, la materia, y las formas, colores y figuras, como madera y piedras por labrar, faltas de lustre y de pulimento...
Página 209 - Y ya padrón infausto Que al navegante asombra, En un desnudo escollo Está cubierta de ovas. ¡Qué! ¿No me oyes? ¿El rumbo No tuerces? ¿Orgullosa Descoges nuevas velas Y sin pavor te engolfas? ¿No ves, ¡oh malhadada! Que ya el cielo se entolda, Y las nubes bramando Relámpagos abortan? ¿No ves la espuma cana Que hinchada se alborota, Ni el vendaval te asusta Que silba en las maromas? ¡Vuelve, objeto querido De mi inquietud ansiosa; Vuelve á la amiga playa Antes que el sol se esconda!
Página xxxviii - Lejos de mí las nieblas hiperbóreas! ¿Quién te dijera que en la edad futura de Tudescos y Eslavos el imperio en la ley, en el arte y en la ciencia nuestra raza latina sentiría, y que nombres por ti no pronunciables, porque en tu hermosa lengua mal sonaran, el habla de los Dioses enturbiando, tu nombre borrarían?
Página lvii - Vengan dáctilos, yambos y pirriquios Caldeados en tu fragua creadora. Que se entrelacen en 'vistoso juego, Y dancen cual las ninfas desceñidas Que con rítmico pie baten la tierra.
Página lv - Que los corceles del rugiente trueno Lance el Saturnio por el aire vago, Y se estremezca desquiciado el orbe. Mas nunca el pecho del varón constante. ¡Ven, libro viejo, ven, roto y ajado! Quiero embriagarme de tu añejo vino, A Baco ver entre escarpados montes, A Fauno amante de ligeras ninfas, A Hermes facundo, y al intonso Cintio.
Página 24 - Cual hace la sabina o calabresa, de andar al sol tostada, y ya que viene el dueño, enciende apriesa la leña no mojada, y ataja entre los zarzos los ganados, y los ordeña luego, y pone mil manjares no comprados, y el vino como fuego.
Página xxxviii - O al Germano tenaz y nebuloso, Oscurecen tus obras inmortales Labradas por las manos de las Gracias, Cual por diestro cincel mármol de Paros.
Página lvii - Una sola familia, un pueblo solo, Por los lazos del arte y de la lengua Unidos, formarán. Pero otra lumbre Antes encienda el ánimo del vate. El vierta añejo vino en odres nuevos, Y esa forma purísima, pagana, Labre con mano y corazón cristianos. ¡Esa la ley será de la "armonía"!
Página liii - Cieis la madre Supo inflamar con férvidos amores A bien trenzadas vírgenes Lesbianas, Y el son de Alceo entre borrascas hórridas Al opresor de Mitilene infausto. Todo, rey de la lira, lo abarcaste, Pusiste en todo la medida tuya, El ne quid nimis ¡sobriedad eterna!