Estudios y artículos literarios

Portada
P.E. Coni é hijos, 1889 - 600 páginas
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 118 - ... desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. Y luego sosegada el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo.
Página 173 - Al rey, la hacienda y la vida se ha de dar; pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios.
Página 14 - La prenda del payador. Ella, en el tronco sentada. Meditabunda le espera, Y en su negra cabellera Hunde la mano rosada. Le ve venir: su mirada, Más que la tarde, serena, Se cierra entonces sin pena, Porque es todo su embeleso Que él la despierte de un beso Dado en su frente morena.
Página 25 - Yo soy la nube lejana (Vega en su canto decía) que con la noche sombría huye al venir la mañana; soy la luz que en tu ventana filtra en manojos la luna; la que de niña en la cuna, abrió tus ojos risueños; la que dibuja tus sueños en la desierta laguna.
Página 3 - Precisamente por haberse apartado Echeverría de lo español y castizo más de lo que nuestra propia naturaleza consiente, no pudo ser suficientemente americano. No acertó a librarse de la imitación romántico-francesa, como se libró de la seudoclásica española; y pensando en francés, escribió en castellano de mediana ley. Afrancesado su pensamiento por influjo del deslumbrador romanticismo, ya no pudo hallar en moldes castellanos su...
Página 23 - Cuando la tarde se inclina sollozando al occidente, corre una sombra doliente sobre la pampa argentina. Y cuando el sol ilumina con luz brillante y serena del ancho campo la escena, la melancólica sombra huye besando su alfombra con el afán de la pena.
Página 119 - Pero llegas . . ., y el agua, El bosque, el cielo mismo, Es como una explosión de mil colores, Y el aire rompe en sonorosos himnos.
Página 51 - De teutones ly eslavos el imperio, En la ley, en el arte y en la ciencia Nuestra raza latina sentiría, Y que nombres por ti no pronunciables, Porque en tu hermosa lengua mal sonaran, El habla de los Dioses enturbiando, Tu nombre borrarían?
Página 4 - ... de imaginar y de sentir y de expresar, que de consuno la engendraron, amamantaron y desarrollaron hasta el altísimo grado de perfección en que hoy se encuentra? La lengua no es un ropaje exterior, susceptible de sacarse, ponerse y cambiarse a voluntad, sino la expansión inmediata que lleva embebida esencialmente el alma del pueblo que la posee.
Página 78 - Como una casta ruborosa virgen se alza mi musa, y tímida las cuerdas pulsando de su arpa solitaria, suelta la voz del canto. ¡ Lejos, profanas gentes ! No su acento del placer muelle, corruptor del alma. en ritmo cadencioso hará suave la funesta ponzoña. ¡ Lejos, esclavos, lejos ! No sus gracias cual vuestro honor trafícanse y se venden ; no sangrisalpicados techos de oro resonarán sus versos.

Información bibliográfica