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Siempre he creido que los ejércitos permanentes eran un mal que, por una razon ú otra, tenian que sorportar las naciones, cualquiera que fuera la forma de sus gobiernos, pero particularmente en las repúblicas democráticas cuyos ciudadanos aun no tienen las costumbres cívicas á la altura de las instituciones que se han dado, los ejércitos permanentes son un amago constante contra sus libertades; mas que la espada de Damocles, pues esta no cayó sobre su cabeza, mientras que la historia de las repúblicas hispano-americanas particularmente, nos enseña en cada una de sus páginas los golpes que han recibido de aquellos á quienes se esmeraban en atender para que las defendieran.

Para que estos males no acontecieran, seria necesario que los individuos que formáran parte del ejército comprendieran y profesáran el principio de que, al ceñirse una espada y ser sostenidos por sus conciudadanos, deben sacrificar su propia libertad para defender la de los otros.

EDELMI RO MÁYER.

de criterio es falsa. Ni las naciones mueren, porque su territorio sea estrecho para servir de pedestal á la universalidad de las ambiciones; ni sus instituciones perecen, porque buscando su encarnacion necesaria se produzca la lucha y de ella resulten vencidos unos, vencedores otros.

Tanto los pueblos como los principios superiores que gobiernan su vida, tienen para mí un destino inmortal. Pasarán los siglos modificando tendencias, costumbres y leyes, que son accidentes, pero quedará siempre viva la solidaridad humana. El tiempo puede demoler todo lo que edificaron los partidos, pero aun entónces, descollará sobre esas ruinas, un algo que no perece, y es, el principio generador de la nacionalidad y la verdad fundamental de sus instituciones. Esto es eterno solidario y todas las genepara raciones en el órden del Universo. Constituye el mas allá de todas las ambiciones; ese horizonte sin fin que solo puede espresarlo esta palabra: el progreso.

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REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

Nuestra civilizacion, nuestra industria actual es embrionaria; ella ha de ser el resultado de las civilizaciones, de las industrias, de las inmigraciones extranjeras que, mezclándose con nosotros, aclimatándose en nuestro suelo, esplotándolo, si, esplotándolo, han de producir cuando nos bastemos á nosotros mismos, cuando rellenemos los desiertos, cuando uniformemos nuestra educacion, una civilizacion, una industria Sudamericana.

El camino que nos está trazado en este sentido, el único que puede llevarnos á un alto grado de prosperidad y de cultura, á una entera y sólida independencia, es el que nos enseña la América del Norte: ella ha llamado la poblacion extranjera por la liberalidad y la proteccion de sus leyes; ella la ha aclimatado haciendo fácil el acceso á los goces de la ciudadania, arrancando de raiz, las rancias y absurdas limitaciones que podian dificultar el ejercicio de todas la profesiones Ꭹ de todas las industrias. Así duplicó su poblacion y sus productos en menos de un siglo, así han surgido de aquella selvas prodigios de civilizacion y de riqueza,-dejando que todos trabajen, que todos enriquezcan; protegiendo, con igualdad, el derecho, el trabajo, la riqueza de todos; no mezclándose ni en su creencia, ni en sus opiniones, ni en su modo de vivir,-no preguntándole ni de dónde viene ni á dónde vá, -dejando al hombre, en una palabra, en el plenísimo ejercicio de todas su facultades, en cuanto no dañe á tercero ó perturbe el órden público.

Buenos Aires, 1874.

ANDRÉS LAMAS. Politico, Diplomático é Historiador.

Las tremendas convulsiones por que están pasando en nuestra época los pueblos mas adelandos, arrastran el pensamiento á la contemplacion de abismos sociales de una espantosa profundidad, adonde no alcanza la sonda limitada de la ciencia política. Solo la luz de la filosofía podría alumbrárnoslos, y no deja encenderla en la razon del hombre la atmósfera formada en ella por preocu paciones nutridas con la sávia de siglos, asidas á todas las pasiones é intereses del mundo actual, desesperanzado de los falsos mirajes del porvenir.

En mi conviccion, mientras la humanidad no dé por bases á la personalidad del individuo, á la familia Ꭹ á la sociabilidad, las eternas leyes de la naturaleza, jamás impunemente violadadas ó desconocidas, en vano pedirá á las formas de gobierno y á las instituciones políticas la descifracion del enigma, que aguardando su Edipo, inunda en sangre á Norte América por unos pobres negros, y despedaza á la Francia, para hacer un Imperio feudal ó deshacer el cadáver de una Teocracia.

Buenos Aires, 1871.

JUAN CARLOS GOMEZ. Jurisconsulto y Publicista.

La repúblicas hispano-americanas llevan una vida precaria desde su independencia de la metrópoli, envueltas siempre en contínuas revoluciones intestinas. ¿Se cuestionan principios? no, puesto que ninguno de los partidos en que se encuentran divididas invoca otra forma de gobierno que el republicano. ¿Qué se disputa,

pues? La posicion personal y nada mas-herencia esta de la madre pátria.

La España, dotada por la naturaleza de una zona fecundísima en producciones naturales, se encuentra estacionaria en poblacion é industria y agena á los adelantos modernos. Allí las revoluciones se cuentan por años; sus habitantes abandonan el suelo natal en busca de bienestar; teniendo su país todos los medios de poder hacerlos felices, encontrándose dotada de inmejorable clima, despoblado, con ménos de la mitad de poblacion que su tierra puede sustentar. A los americanos españoles nos sucede lo mismo, ¿no será debido á nuestra educacion? Creo que no es otra la causa; seria una coincidencia singularísima el que todas las repúblicas de orígen español que adolecen de un mismo mal no tuvieran por causa la homogeneidad de su educacion primitiva; hay mas para creerlo así; la gran república de Estados-Unidos y el imperio del Brasil, agenos á la educacion española, viven en completa paz y garantidos sus habitantes por leyes liberales observándolas con religioso credo.

La República Oriental del Uruguay tiene tambien las suyas, su Constitucion política calcada en la de los Estados-Unidos nos haria felices sin el mal endémico de las aspiraciones bastardas. Echamos por tierra la ley para encaramarnos al poder.

El año 1830 se juró la Constitucion fundada en los principios mas liberales; libertad de industria, comercio, de cultos y de imprenta. ¿La hemos observado ? no, sinó en muy pequeños intérvalos. Ha sido un contínuo batallar en revoluciones intestinas, resultado inmediatola anarquía y, como premisa de esta erigirse gobiernos fuertes-es decir-Dictadores. Hace tres años que el coronel D. Lorenzo Latorre gobierna el pais como Gobernador Provisorio; ha convocado al pueblo á elecciones generales de senadores y representantes, cuya reunion debe tener lugar en el próximo Febrero-1879, y elegir el 1° de Marzo del mismo el Presidente Constitucional que debe ejercer el mandato por cuatro años que la Constitucion previene.

El nombramiento de Presidente Constitucional de la República volverá al pais á ser gobernado por su ley fundamental ¿volveremos á las revoluciones cuotidianas? puede ser; el hombre olvida pronto los ejemplos del pasado y reincide

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Las cuestiones de límites que dividen á algunas de las Repúblicas que surjieron de las ruinas del poder colonial, iluminadas por los esplendores de la revolucion, deben resolverse en el seno de la armonia y de la solidaridad, en que confunden sus intereses permanentes y sus aspiraciones inmortales. No hemos degenerado tanto de nuestros insignes progenitores: ellos regaron con su sangre generosa la mitad del continente, fecundando su libertad, y nosotros, habríamos de verterla, por disputarnos un giron del estenso desierto no conquistado aun á la barbarie!... Seria eso renegar de nuestras gloriosas tradiciones, quebrantar los vínculos y los deberes supremos de nuestro orígen histórico: vínculos que han de salvar todavia á nuestras Repúblicas en las vicisitudes y en las complicaciones del porvenir.

AGUSTIN DE VEDIA.
Periodista.

Dolores (República Argentina), 1878.

Chile, como la República Argentina, erijiendo monumentos á sus grandes hombres, á sus varones ilustres, á los héroes é insignes colaboradores de su independencia y libertad, desde O'Higgins, Freire, Portales, hasta San Martin, Belgrano, Moreno y tantas otras celebridades, practican actos de elevada justicia nacional, que á la vez de honrar á los pueblos que los producen glorifican y perpetuan la memoria de patriotas esclarecidos ó preclaros pensadores, que por sus méritos y virtudes supieron hacerse dignos del recuerdo respetuoso de la posteridad y del aplauso de la Historia.

Esos monumentos que responden á sentimien tos de justicia póstuma, de gratitud y de veneracion de los pueblos, son un estímulo y una enseñanza saludable para las jeneraciones del porvenir.

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Las sociedades americanas son entidades completamente desconocidas; fuera de ellas nadie puede imajinarse lo que son porque no hay comparacion posible, y si algunos estranjeros ilustrados las han visitado, ha sido muy de prisa y sea por esta causa ó por otras, no han fijado su atencion en la naturaleza propia de ellas sino en algunos hechos que, ó predisponen mucho en contra ó producen ilusiones en su favor. En cuanto á nosotros mismos somos los que menos las conocemos, lo que no es estraño si se recuerda que en el frontispicio del Templo de Delfos estuvo grabada por muchos siglos la célebre inscripcion: Noce te ipsum.

Nadie desconoce cuál fué el origen de estas sociedades. Colonias de una nacion despedazada por la anarquía, embrutecidas por un fanatismo cruel y alimentadas por la mas grosera ignorancia, debian reproducir todos los vicios de la metrópoli: Pero esto es nada aun en comparacion de los males que debian venir á causa de la misma inmensa estension de territorio que debia colonizarse. La España se vió obligada á desparramar sus pocos elementos en todo el Continente Americano quedando separadas las fracciones de esos elementos por altísimas montañas, por caudalosos rios ó por desiertos intransitables,

Es una observacion confirmada por la esperiencia que el aislamiento de los grupos humanos produce el decaimiento moral é intelectual, y si no impide el desarrollo físico hace imposible la combinacion de los esfuerzos para luchar con la naturaleza y someterla á las necesidades de la

vida civilizada dando nacimiento á las artes y á las industrias.

El Reino de Portugal, no en prevision de estos males, sinó porque el territorio que debia colonizar era relativamente mucho menor, no dispersó sus elementos, los concentró y formó así sociedades que se diferencian con las de orígen español, no ya solo en el carácter de órden y da constitucionalidad, sinó muy especialmente en una tendencia á la unidad, en un espíritu conservador que se ha notado igualmente en todos los pueblos que han llegado á desarrollar todas sus fuerzas naturales.

Y no es la forma de gobierno la que ha influido en estas diferencias; los ensayos monárquicos que tan infructuosamente se han hecho en algunas de las sociedades americanas son la prueba mas evidente de que estos caractéres diferenciales no solo son agenos á la forma de gobierno, sinó tambien que el cambio de ella no los hace desaparecer ni aun los modifica.

No puede decirse tampoco que esté en la raza la causa de esas diferencias, porque es la misma la que hizo la conquista de ambos territorios sufriendo la misma trasfusion con la sangre africana é indígena. Y es de notar que esta diferencia se ha conservado y se conserva persistentemente, á pesar del contacto íntimo en que están todos estos elementos sin que nada puedan los ejemplos de los unos contra las costumbres de los otros.

Las sociedades americanas de orígen español, si por las causas enumeradas han carecido de la tendencia constitucional y conservadora, en cambio han estado ajitados de una actividad febril que las ha llevado á empresas superiores á sus fuerzas y en menos de medio siglo han realizado la epopeya mas grandiosa de los tiempos modernos, desalojando de todo el continente americano á la valiente y terrible raza conquistadora sin que fuera un obstáculo esas altísimas montañas, esos caudalosos rios, esos inmensos desiertos que se han convertido en pájinas de gloria y en monumentos soberbios. Pero ese esfuerzo en que una jeneracion hacia sola el trabajo de veinte jeneraciones y el esfuerzo posterior de las guerras civiles, ha producido en las sociedades americanas un fenómeno digno de estudiarse. No se ha abatido la virilidad, no ha decaido la fuerza intelectual ni la actividad en todo sentido; los elementos políticos y militares subsisten; las instituciones liberales

se conservan, pero la base de estos elementos no existe.

La sociedad que no es el gobierno, que no es el ejército, que no son los grupos políticos que dan actividad á la vida pública, la sociedad que es el núcleo de los elementos económicos y reproductivos no existe, ó al ménos no existe como elemento propio, y es aquí donde se vé una nueva colonizacion espontánea producida por la inmigracion que afluye de todas partes del mundo.

Las sociedades americanas, y, sobre todo, las del Rio de la Plata, han vuelto, pues, al periodo de la incubacion y este estado embrionario lucha y choca con el progreso de las instituciones políticas.

Los dos grandes sistemas de gobierno republicano, la unidad y la federacion, han sido ropage que le venian á nuestros pobres pueblos como la túnica del gigante al empinado liliputiense. Sarmiento disculpa á Rivadavia diciendo que este creia y practicaba todo cuanto creia y practicaba la Europa civilizada en su época y la organizacion definitiva de estos paises ha disculpado á los caudillos federales, al menos en cuanto á la independencia y á la autonomia provincial. El único que no se disculpa es quien vino despues de Rivadavia y cortó los faldones del traje político y aun las cabezas que sobresalian demasiado, pretendiendo formar un pueblo modelo y sobre todo americano puro.

Se han ensayado, pues, todos los sistemas y ninguno ha conseguido darnos organizacion capaz de dejar al pueblo que funcione regularmente. En cuanto se requiere su accion, se encuentra embarazado entre los pliegues de su traje político, tropieza y si no cae en la lucha civil, queda en las mismas dificultades, á pesar de los discursos sublimes que se pronuncian, y de las leyes que se promulgan.

Sin embargo, el traje político está bien cortado, es una obra maestra copiada del mismo traje que llevan con desenvoltura y gallardia otros pueblos:-¿Cómo se esplica el fenómeno? No es cosa de decir que el que no está hecho á bragas... porque estos pueblos, como se ha visto, se han vestido y desnudado mas que un actor en comedia antigua, mientras que los otros pueblos de los que sacamos el molde, no han cambiado de traje desde que vinieron al mundo.

Pues si la dificultad no está en eso, debe estarlo en las jorobas sociales que hemos dicho

tienen estos pueblos, y que nosotros no vemos ni queremos ver, marchando muy persuadidos de que nuestro dorso es recto y gracioso como una palmera y que nuestras tibias se articulan en línea irreprochable con nuestros fémures al extremo de poder servir de modelo para un Apolo.

Así vemos convocar al pueblo en los dias clásicos; es decir, de elecciones y de manifestaciones prévias, creemos asistir á grandes actos de libertad y de autonomia y al fin lo que vemos es á la entidad tal, seguida de sus clientes ó á la entidad cual, seguida de los suyos.

No hablamos de clientes de abogado sinó de unos caballeros que eran así llamados por los romanos, porque se afiliaban á la proteccion de un patricio, lo seguian, lo defendian y votaban por él ó por quien él votaba.

Como en las sociedades americanas la guerra civil ha hecho gran consumo de pueblo nacional, resulta que los artesanos, los agricultores, los comerciantes y todos los que en el nivel del pueblo tenian ó podian tener ocupacion independiente, han sido sustituidos por extranjeros que no se han nacionalizado y que por lo tanto no ejercen derechos políticos; no quedan, pues, sinó los ex-soldados, los peones y los vagabundos clientes todos de las entidades políticas.

Siquiera en tiempo del Padre Castañeda habia dos pueblos, el heróico pueblo de Buenos Aires (lo mismo puede decirse de Montevideo ó de cualquier otra parte, con tal que sea de Sur América) y el pueblo liso y llano. Pero hoy no hay mas que uno y se divide en entidades y en clientes.

Desde el célebre plebiscito que elevó á Napoleon III hemos desconfiado mucho del sistema electoral, tal cual lo reconoce nuestro derecho constitucional actual; pero nunca tanto como del cónclave que elije Papas, y, dada la joroba con que tropezamos en el dorso de nuestras sociedades, resulta que eliminado el cortejo de clientes que no hacen sinó número, nos quedamos con un cónclave de entidades que al fin vale tanto como un cónclave de cardenales;-no hay mas diferencia sino que estos se encierran con llave, que tal cosa quiere decir cónclave, pero esta diferencia no mejora la situacion y pluguiese á Dios que al menos algunas de nuestras entidades se encerrasen, no con llave, sinó herméticamente.

Reconocida esta joroba constitucional y por qué no reconocerla? Cervantes y Juvenal son los mayores patriotas de la España porqué dijeron las

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