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Mc. Gregor, escocés inteligente y valeroso fué reconocido como Jefe de la expedición. Narremos á vuela-pluma este tan glorioso incidente de la magna guerra.

:

Salieron los expedicionarios á las nueve de la noche llegaron al siguiente día á Choroni; una fuerza republicana se les incorporó en el camino de Maracai.

Bajaron tranquilamente al valle de Onoto. Una columna realista que se les opuso, fué derrotada. Continuaron por los Valles de Aragua. En la montaña de Güere, encontraron 29 republicanos asesinados por Chepito Gonzalez, en cumplimiento de una órden de

Μοχό.

Ocuparon la ciudad de La Victoria, dirigiéronse en seguida al Pao de Zárate, después á San Sebastian, donde dispersaron las fuerzas del realista Rosete.

Continuaron los expedicionarios su retirada por San Francisco de Cara y Camatagua, atravesaron el río Orituco, dirigiéronse á Chaguaramas, donde se apoderaron del estanco del Tabaco, é intentaron someter un destaca

mento español que se había atrincherado en las casas, al aproximarse los patriotas.

Allí fué depuesto Mc. Gregor por el mal éxito de esta operación, y nombrado Soublette para proseguir la retirada.

Continuó la marcha el 1° de Agosto, pernoctando la expedición en el Socorro, donde fué repuesto Mc. Gregor, en virtud del arrepentimiento de sus compañeros.

Allí se incorporó una columna republicana al mando de Infante. Á poco andar, hubo una refriega con una fuerza realista dirigida por el traidor Quero, cuyo solo nombre bastó para derrotarle. Siguieron los expedicionarios á Santa María de Ipire, á donde llegaron el 3. Allí se incorporó Zaraza con una fuerza, y se continuó la retirada hasta San Diego de Cabrutica, donde se hizo alto para incorporar las fuerzas de Zaraza y Monagas. Hecho esto y mejorado el personal y material de la infanteria, se emprendió la marcha hácia la villa de Aragua.

En el sitio de los Alacranes se aprestó la expedición, que contaba con 1,300 hombres

á librar batalla contra una división española al mando del coronel Lopez. Se dió y se ganó el combate pereciendo casi toda la fuerza enemiga, y por último fué ocupada Barcelona el día 13.

Los que conozcan la inmensa distancia que separa á Choroní de Barcelona, recorrida por aquel puñado de héroes, la fragosidad de las tierras, la dificultad en las marchas de un ejército, ora expuesto á la lluvia torrencial, ora á la acción de un sol abrasador, y la falta de subsistencias y de abrigo en los desiertos, pueden apreciar la importancia de tan admirable retirada.

Entre tanto Bolívar logró alcanzar los dos buques de Villaret, reunióse á Brión en Bonaire, y siguió á Güiria junto con Bermudez, que se le incorporó en aquella isla. Pero apénas había llegado, que fué desconocida su autoridad por las tropas que allí tenía el general Mariño, alegándose que el Jefe Supremo había abandonado la expedición de Ocumare. Mariño se hizo nombrar primer Jefe, Ꭹ Bermudez şe

gundo. Ambos fueron los autores de tan escandalosa trama.

Quedó, pués, Bolívar destituido por el momento, é incapacitado para reunirse á las leales tropas de Mc. Gregor, y marchó para Puerte Príncipe en Haiti.

Pero no tardó mucho su ausencia, porque los patriotas de Barcelona comisionaron á Zea para que fuera á las Colonias á buscarle, y el mismo deseo de tenerle á su lado manifestaron las fuerzas de Margarita y de otros puntos. Para el 28 de Diciembre estaba ya en Juan Griego, y el 31 en Barcelona á la cabeza de las tropas. Y desde ese día en adelante, no abandonó más el suelo de América.

Pero, antes de narrar sus nuevas y gloriosas campañas, precisa decir cuál era entonces el verdadero estado de la guerra.

No parecía tan mal trecha la reacción patriótica en el resto del país. En Oriente, Mariño conservaba sus posiciones; Piár había marchado con 1,500 hombres á unirse con Cedeño, que con 1,300 operaba sobre Guayana; y la provincia de Margarita estaba toda en poder de los republicanos. En las llanuras de Casanare y del Apure había surgido Paez, predes

tinado á ser el Aquiles de la Epopeya Americana.

Á la cabeza de un cuerpo de caballería compuesto de 500 hombres, se había apoderado del pueblo de Guasdualito. Querido de sus llaneros, su prestigio era cada vez mayor. La acción de Mata de la Miel, tan gallardamente ganada en las llanuras de Apure contra las fuerzas realistas al mando de Lopez, dió á Paez renombre extraordinario.

Tenía el Jefe realista 1,600 hombres y dos piezas de artillería: las fuerzas de Paez eran inferiores. Trabóse el combate á la caida de la tarde, y aún se discutió si se continuaría á tal hora ó si se diferiría. El caballo que Paez montaba fué muerto á los primeros tiros, y cayó sobre una pierna del general. Desembarazóse éste del obstáculo, y dió órden de avanzar. El combate formal se efectuó, y el ejército enemigo fué completamente derrotado, quedando en el campo 400 realistas muertos, 400 prisioneros, 3,500 caballos, y las armas.

Lo más singular de aquella batalla noc

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