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aquel país. El no dudaba que el asunto, por lo que toca á este país, hubiera sido llevado á una conclusión satisfactoria hace muchos años, si no nos hubiéramos mezclado con otros. Estaba seguro que el presidente de la república Argentina estaba pronto á consentir en todo lo que pedíamos para nosotros, pero no quería concederlo cuando se proponía que las mismas estipulaciones fuesen extensivas á otro país. Había otro punto al cual deseaba aludir, pero á cuyo respecto sólo tenía que observar que las hostilidades habían sido empezadas cuando en efecto no había guerra.

Revelación del Courrier du Havre sobre pretensiones franco-inglesas en el Río de la Plata.

"Se dice que una expedición para el Plata se prepara en este momento. La expedición ascendería á seis mil colonos militarmente organizados y primeramente reconocidos capaces de llevar las armas. Estos colonos tendrían la libertad de llevar sus familias. El gobierno no les facilitaría sino el pasaje. En cuanto á los gastos de armamento después de la instalación sobre el territorio montevideano, serían tomados de una suma de 20 millones prestados en Inglaterra para el estado oriental, bajo la garantía de la Francia, quien recibiría suficientes seguridades por una hipoteca sobre la aduana de Montevideo. Los seis mil colonos reunidos á la fuerza de que la república Oriental dispone aun, expulsarían á Oribe, y se obtendrían así todos los provechos de la victoria sin haber tenido los embarazos de la guerra. Además, se hubiera ofrecido á seis mil ciudadanos que carezcan de empleo en la madre patria, una ocasión de utilizar sus brazos y su valor."

Es preciso no cansarse en decir que todos los esfuerzos hechos por la prensa, en este momento, para galvanizar la cuestión del Plata, de donde por más que se haga, nos será preciso salir por una debilidad, después de haber entrado allí por locura, no tienen más que un fin; se trata de continuar la ganga de 600.000 francos en cada trimestre á los defensores de Montevideo, á los de espada, como á los de pluma, y la comisión de Hacienda no ha mostrado un aire muy solícito al prestarse á este pillaje de nuestro tesoro. Ahora pues, á la comisión que ha rehusado estos 600.000 francos, se le piden

20 millones, hipotecados, es verdad, sobre las rentas algo confusas de la aduana de Montevideo!

Decididamente, el proyecto de arreglo de los asuntos del Plata, tal cual está revelado por el Siècle, ha debido ser concebido en algún café, entre dos partidas de dominó, en el momento en que el mozo traía la media taza y la copita de consumación, y tal proyecto no ha podido hacer fortuna sino en el espíritu de los diplomáticos de semejante escuela.

Lord Howden

en la cámara de lores.

Hablando lord Howden en la cámara de lores sobre los motivos que habían promovido la ingerencia extranjera en los negocios interiores del Río de la Plata, dijo: que no intentaría hacer retroceder á sus señorías al origen de estas transacciones, porque no había podido saber jamás dónde se habían originado. Ambos países (Francia é Inglaterra) desechaban en vez de reclamar el honor de su origen. En el primer bloqueo de Buenos Aires por los franceses, el general Oribe fue depuesto de la presidencia de Montevideo, porque no quiso permitir que se vendiesen presas argentinas en el puerto de Montevideo; en otras palabras, porque rehusaba permitir que la propiedad de un aliado fuese vendida y confiscada en aquel puerto.

.Pocos de sus señorías, imaginaba lord Howden, sabían lo que significaban las palabras "bloqueo del Río de la Plata." No bloqueábais con él á Buenos Aires; no bloqueábais á los buques que calaban poco; pero bloqueábais los buques de Londres y Liverpool. Bloqueábais también innumerables buques de los Estados Unidos de América. Además el modo como se ejecutaba este bloqueo, lo hacía el bloqueo más extraordinario conocido en la historia de las naciones. Se aseguraba que era un bloqueo político y no un bloqueo comercial; distinción que él (lord Howden) se confesaba incapaz de entender y que comentó por algún tiempo. Sin embargo para llevar á efecto esta nueva idea, se dispuso que á todos los buques dispuestos á pagar una suma á la aduana de Montevideo sería permitido ir á Buenos Aires, el puerto bloqueado. El no podía llamar esto más que una contribución pirática esta

TOMO V

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conde describe á Rosas como una persona desafecta á conexio nes europeas, y yo no pretendo entrar en ninguna defensa. de Rosas; pero digo esto para satisfacción del noble conde, y para la de aquellos que estuvieron deseosos de que él trajese el asunto ante la cámara, que en ningún tiempo el comercio de este país ha sido seguido más benéficamente que con él, aunque se le haya representado como opuesto á conexiones europeas. (Oid, oid.) Aquel comercio ha ido aumentando de mes en mes, y la persona que ha llegado á Buenos Aires encargada por el gobierno de S. M., al describir el deseo de relaciones inglesas bajo este gobierno absoluto de Rosas, declara que hay "hambre y sed" de mercancías inglesas, y que el hambre y la sed son atendidas lo más efectivamente por uno de los comercios más benéficos que jamás se hayan hecho. (Oid, oid.) Aquel caballero expresa también que todas las franquicias que él ha tenido ocasión de solicitar, han sido concedidas con la mayor prontitud por las autoridades y por Rosas mismo. (Oid, oid, oid.)

Opinión de lord Beaumont, de la cámara bri

en

una de las sesiones de la misma.

Lord Beaumont consideraba que la moción tánica de comunes, del noble conde tenía referencia á uno de los sucesos más extraños y complicados en que jamás haya estado comprometido este país, y si el noble conde deseaba desenredar los hilos de esta curiosa telaraña,. debía volver un poco más atrás. Debería volver al principio de la intervención; y si lo hacía, hubiera visto tales errores. que eran materia de asombro para el que estuviese á punto de escapar de las dificultades en que se habían envuelto. El principio de aquella intervención fue un error, la continuación un gran negocio. Uno de los principales motivos de las personas que agitaron este asunto fue, ni más ni menos, que asegurar hasta el año de 1850 las ganancias que obtenían en consecuencia del gran negocio que tuvo lugar en Montevideo entre ciertos comerciantes y el gobierno. El negocio era este el gobierno de Montevideo deseó levantar un empréstito sobre la garantía de las rentas de la aduana, y toda la historia de este bloqueo debe encontrarse en el deseo de aumentar las entradas de la aduana. (Oid, oid.) Todo el objeto del pequeño círculo de personas que tenían autoridad

en la ciudad de Montevideo, y cuyos corresponsales en este país agitaban este asunto, era hacer ganancias sobre las negociaciones que tenían lugar con respecto á la aduana. (Oid, oid. El grande error cometido en el primer caso fue tal que no podría hablarse de él con demasiada energía ante la cámara, por motivo de la ofensa que hubiera inferido á los intereses de este país. Parecía que un principio diferente fue adoptado en las mismas personas en un caso, del que se adoptaron en otro. La línea de política observada con respecto á este hemisferio fue abandonada en el hemisferio occidental, y se promulgaron principios totalmente contrarios. (Oid, oid.)

:

La causa de la intervención en Montevideo fue ésta fueron y apoyaron el partido revolucionario, derribaron al gobierno primitivo; y de quiénes estaba compuesto el partido revolucionario? No del pueblo de la Banda Oriental; no: sino que sucedió lo más originalmente, que todos eran extranjeros. Había algunos italianos y algunos franceses entre ellos; y á la cabeza de aquel partido estaba uno de los hombres que tantas veces había sido denunciado por el noble conde (lord Aberdeen) que está en el otro lado; un hombre á quien se complacerían en ver ahorcado: era el mismo Garibaldi por quien habían intervenido. El (lord Beaumont) no sabía lo que Garibaldi debía haber pensado cuando se oyó denunciado por el noble lord y sus amigos del otro lado, quienes habían por tantos años, con gran riesgo, puesto buques á su mando para bloquear á Buenos Aires, y hasta regimientos ingleses fueron desembarcados para sostener á Garibaldi y á sus amigos. — (Oid, oid.)

Lord Colchester declara que se habían comenzado las hostilidades cuando en efecto no había

guerra.

Lord Colchester pensaba que el grande error del caso no había sino mencionado absolutamente, y era que en la negociación no se habían considerado únicamente sus propios intereses, sino que se había obrado en unión con otro partido. Se unieron en la negociación con otro poder europeo, cuya cooperación en general es de la mayor importancia para el mundo civilizado, pero desgraciadamente sucedió que por la posición en que los franceses estaban con respecto á Buenos Aires, no pudieron obrar como co-mediadores con la Inglaterra con referencia á

aquel país. El no dudaba que el asunto, por lo que toca á este país, hubiera sido llevado á una conclusión satisfactoria hace muchos años, si no nos hubiéramos mezclado con otros. Estaba seguro que el presidente de la república Argentina estaba pronto á consentir en todo lo que pedíamos para nosotros, pero no quería concederlo cuando se proponía que las mismas estipulaciones fuesen extensivas á otro país. Había otro punto al cual deseaba aludir, pero á cuyo respecto sólo tenía que observar que las hostilidades habían sido empezadas cuando en efecto no había guerra.

Revelación del Courrier du Havre sobre pretensiones franco-inglesas en el Río de la Plata.

"Se dice que una expedición para el Plata se prepara en este momento. La expedición ascendería á seis mil colonos militarmente organizados y pri meramente reconocidos capaces de llevar las armas. Estos colonos tendrían la libertad de llevar sus familias. El gobierno no les facilitaría sino el pasaje. En cuanto á los gastos de armamento después de la instalación sobre el territorio. montevideano, serían tomados de una suma de 20 millones prestados en Inglaterra para el estado oriental, bajo la garantía de la Francia, quien recibiría suficientes seguridades por una hipoteca sobre la aduana de Montevideo. Los seis mil colonos reunidos á la fuerza de que la república Oriental dispone aun, expulsarían á Oribe, y se obtendrían así todos los provechos de la victoria sin haber tenido los embarazos de la guerra. Además, se hubiera ofrecido á seis mil ciudadanos que carezcan de empleo en la madre patria, una ocasión de utilizar sus brazos y su valor."

Es preciso no cansarse en decir que todos los esfuerzos hechos por la prensa, en este momento, para galvanizar la cuestión del Plata, de donde por más que se haga, nos será preciso salir por una debilidad, después de haber entrado allí por locura, no tienen más que un fin; se trata de continuar la ganga de 600.000 francos en cada trimestre á los defensores de Montevideo, á los de espada, como á los de pluma, y la comisión de Hacienda no ha mostrado un aire muy solícito al prestarse á este pillaje de nuestro tesoro. Ahora pues, á la comisión que ha rehusado estos 600.000 francos, se le piden

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