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sos que ocurrieron entónces en el Perú. Sin embargo, no debemos omitir de decir que así como Riva Agüero llamaba a Bolívar sin desear que viniera, Santa Cruz, Martinez, Gamarra, Herrera, Salazar, i en jeneral todos los que tenian una posicion oficial que cuidar, amigos i enemigos, trataban de congraciárselo haciendo lo mismo (2).

III

Vamos a ocuparnos de un proyecto militar que tuvo Riva Agüero, que no pasó de la categoría de proyecto porque no se ejecutó, pero que tiene conexion con las corrientes políticas que en esa época se cruzaban en Lima, i que arroja mucha luz sobre el espíritu del Presidente.

En los primeros dias de su gobierno, Riva Agüero determinó el plan de la campaña que se proponia hacer en Intermedios, i de conformidad con él, envió los comisionados que fueron a solicitar los ausilios de Colombia, Chile i la Arjentina, i lo comunicó a estos paises. Como ese plan, mas que tal, fué un proyecto que no se realizó, creemos oportuno considerarlo aquí para dar a conocer los propósitos i tendencias de Riva Agüero en órden a la guerra. Las comunicaciones que envió con este motivo a Chile i Colombia, coinciden i se complementan.

A Chile le pidió que mandara, a mas tardar a fines de abril, un ejército que no bajara de 2,000 hombres a la costa de Intermedios, dejándole la eleccion del punto de desembarco, pero indicando que fuera en la seccion comprendida entre Cobija por el sur i Arica por el norte. Este ejército iria allí a proceder en concierto con una division colombiana de 4,000 hombres que se mandaria de Lima a la caleta de Ocaña, que es la desem. bocadura de un arroyo del mismo nombre que cruza la pampa de Chuquibamba. El objeto de esta invasion seria atraer hácia allá la atencion de los españoles i obligarlos a desalojar sus posiciones de la sierra, las que serian al punto reocupadas por un ejército de 4,000 hombres que saldria de Lima por tierra para el interior, i por una division de 1,000 hombres que desembar

(2) Véase Restrepo, Historia, tomo III, páj. 304.

caria en Pisco. El jeneral chileno, al llegar al Perú, debia tratar de ponerse en comunicacion con el coronel Urdininea, que estaba encargado de amagar el sur del alto Perú con la division mitolójica que Buenos Aires debia proporcionar a Blanco Encalada, i con el coronel Lanza, que hacia la guerra a los españoles en los valles calientes de la provincia de la Paz. La division debia ser convoyada por los buques de guerra chilenos (3).

(3) He aquí ese plan:

CAL MINISTRO DE LA GUERRA DE CHILE

«Lima, marzo 9 de 1823.

<S. E. el Presidente de esta República, queriendo dar al plan de campaña que va a abrirse para concluir la guerra, un sistema que combine los movimientos i operaciones de las diversas divisiones que se destinarán a este objeto, me previene dirija a V. S., para conocimiento de ese gobierno, las indicaciones necesarias, a fin de que sobre ellas se proceda en el ausilio que este gobierno ha pedido anteriormente i espera de esa República. Tales son las siguientes:

1. La espedicion que arme el estado de Chile convendrá que pase de 2,000 hombres, de los que, al menos 500, deberán ser de caballería con sus respectivos caballos.

<2.a Debe de estar, cuando mas tarde, toda esta fuerza a fines de abril próximo sobre las costas de Intermedios, todo lo posible que sea al sur, а fin de evitar un inmediato encuentro con el enemigo, que probablemente reconcentrará sus fuerzas hácia esta capital; con prevencion de que el dia mismo que salga de Valparaiso deba comunicarse el aviso por un buque velero, a este Gobierno.

<3.a Con este objeto deberá mantenerse en los valles inmediatos o en la misma costa, hasta mediados de mayo, tiempo preciso en que otra division de Colombia de 3 o 4,000 hombres, desembarcará en Ocaña, al norte de Quilca; otra de 2,000 en Pisco i otra de 4,000 marchará por tierra ocupan do los puntos que abandone el enemigo.

<4. La division de Chile vendrá mandada por el jeneral que nombre aquel gobierno, i convendrá que aquél obre de acuerdo con las divisiones inmediatas para poder prestar i recibir mútuos ausilios i seguir un plan jeneral.

<5. Este será el de no comprometer una accion, sino entretener al enemigo, llamándole por varias partes la atencion i obligándolo a hacer repetidos movimientos para fatigar i disminuir sus fuerzas con las marchas, hasta que todas las divisiones principien sus operaciones uniformemente

Aunque decia espresamente que el objeto de esta espedicion era ocupar la atencion del enemigo i no comprometerse en ninguna operacion de guerra, facultaba al jeneral chileno para que, en caso de considerarlo mui necesario i sin peligro, ocupase a Arequipa.

Las instrucciones impartidas a Colombia guardan conformidad con éstas.

El ejército colombiano debia encontrarse en Intermedios, lo mas tarde a fines de mayo, o sea un mes despues que hubiese llegado la division chilena. Debia traer 4,000 hombres i el convoi navegar «precisamente por la altura sin arribar a punto alguno», hasta llegar a la faja de costa señalada para el desembarco. Como el ejército de Colombia no era sino una fraccion del gran ejército que Riva Agüero se proponia lanzar simultáneamente por el sur i por Pisco i la Sierra, el jeneral de Colombia no debia ejecutar ninguna operacion sino cuando todas estas fuerzas estuviesen en movimiento, i mientras tanto se mantendria a la defensiva en la costa desierta, o en el valle de Chuquibamba, o cuando mas, i en el mismo caso previsto en las ins

i pueda inundarse a todo el pais de tropas a un mismo tiempo, si fuese posible.

<6.a Por Salta debe venir igualmente otra espedicion al mando del coronel Urdininea con el objeto de distraer al enemigo i ocupar, si pudiese, hasta Oruro. Por consiguiente, cuidará el jeneral de la division de Chile de ponerse en comunicacion i contacto con dicho coronel, como tambien con el coronel Lanza, que se halla en las inmediaciones de la Paz, para que a un tiempo se abran las hostilidades.

<7.a Será de mucha utilidad que la division traiga cuanto armamento de repuesto sea posible, destinado a armar los pueblos levantando en ellos partidas de guerrillas, mandadas por los hijos del pais que tengan dispo sicion, conocimientos locales, relaciones, arbitrios, etc.

<8.a Tendrá el jeneral de la espedicion de Chile especial cuidado en man. tener las comunicaciones necesarias para que luego que llegue la division de Colombia a cualquiera de los puertos que hai desde Arica hasta Nasca, pueda darle las noticias interesantes, prestarle o recibir ausilio de ella, etc. <9. No siendo posible señalar desde ahora el plan determinado de operaciones, ni tampoco fijar el punto preciso en que pueda hacerse el desembarco, quedará de arbitrio del jeneral de la division elejir desde Loa o Cobija hasta Arica, el que segun las noticias que adquiera del estado del enemigo, le parezca mejor, i emprender en sus primeras marchas las direc

trucciones de la division de Chile, podria ocupar a Arequipa (4).

Este conjunto de disposiciones revela un táctico de oficina i nó un verdadero jeneral, i mas que todo, el empeño de que la tropa colombiana no fuese a Lima a inclinar con su influencia el platillo de la balanza en que se decidia su predominio i la conservacion de su puesto. La medida era mui estrafalaria porque no habia trasportes sino para 2,000 hombres; porque la costa del Perú es desierta i los espedicionarios se habrian encontrado en ella en la misma situacion que a bordo de los buques; porque el territorio de Chuquibamba no podia proporcionarles recursos, i sobre todo porque se disponia al acaso de la suerte de los ejércitos, pues la base de todas esas combinaciones estratéjicas era la coexistencia de varios ejércitos, que a la fecha en que se dictaban no se sabia si estaban organizados

ciones mas seguras, en intelijencia de que, si por hallarse las tropas enemigas a gran distancia, creyese poder hacer sin riesgo una incursion sobre Arequipa, seria mui útil la verificacion, con las precauciones necesarias para evitar que la division sea cortada.

<10. Los buques de guerra Independencia i Galvarino será indispensable que vengan convoyando la espedicion, i que para sostener rigorosamente el bloqueo, se pongan en las costas del Perú a las órdenes del comandante de él; corriendo de cuenta de este gobierno los gastos de nuestros buques desde su salida de Valparaiso

<11. Siendo tan preciso para dar un rápido impulso a la guerra, sostener la opinion en los pueblos, por cuanto ella sirve para facilitar ausilios de todo jénero a las tropas, se espera que el jeneral de Chile ponga especial esmero en que se guarde toda consideracion a los habitantes, quienes han hecho de antemano grandes sacrificios por la causa, i se han distinguido, particularmente en las costas del sur, por un exaltado patriotismo.

«Con estos datos e indicaciones cree S. E. que esa República, tan interesada siempre en la libertad del Perú, a la que ha sacrificado sus hijos i recursos, sabrá al presente dirijir las providencias análogas a la consecucion del plan propuesto, i a un objeto en que está empeñada la estrecha relacion de ámbos estados.

«Con este motivo me encarga S. E. manifieste a su gobierno, por el conducto de V. S., los sentimientos de su alta consideracion, i yo tengo la honra de ofrecer a V. S. los de mi mas distinguido aprecio con que soi su atento servidor.

RAMON HERRERA>

(4) Estas instrucciones están publicadas en Perú Independiente, Paz Soldan, páj. 78.

o en situacion de ponerse en marcha. Conocido todo esto, no queda otra esplicacion plausible que la que hemos dado, salvo que se acepte, lo que no seria exacto, que la camarilla del Presidente carecia de toda intelijencia militar.

Cuando tomaba estas disposiciones acababa de embarcarse en el Callao el plenipotenciario Larrea i Loredo para Chile en busca de hombres i de dinero, i solo dos meses despues se puso en viaje Blanco Encalada para la República Arjentina. La base, pues, era completamente antojadiza, i sobre ella se disponia de la suerte de un ejército estranjero i de la propia independencia.

Puede alegarse en abono de Riva Agüero, que tenia motivos para creer que los refuerzos que habia ido a pedir a Chile el jeneral Cruz para ausiliar a Alvarado, deberian encontrarse en camino, supuesto que al enviarlo se calculó que tardarian cincuenta dias en volver, o sea mediados de marzo; pero ¿quién le aseguraba que el desastre de Moquegua i la caida de O'Higgins, que ya sabia, no hubieran modificado el aspecto de las cosas?

Dando el hecho por realizado, le decia a Bolívar que las tropas colombianas, al llegar al sur del Perú despues de un viaje por alta mar desde Guayaquil, buscasen la division chilena, reconociendo la costa desde Atacama hasta Arica para obrar en combinacion con ella, y que despues se quedase en tierra en inaccion, a la espectativa. Si el enemigo tenia fuerzas respetables en lugares próximos, no deberia abandonar la costa, i aunque no lo dice, parece que fuera teniendo en vista el reembarcarse en caso de ser atacado. Si nó, le ordenaba internarse de preferencia al territorio de Chuquibamba, situado al pié de la cordillera i estarse ahí. Cumplida cualquiera de estas órdenes, el ejército colombiano habria quedado aislado, sin que hubiera podido salvarlo, en caso de apuro, el reembarcarse, desde que esta es una operacion tan difícil de ejecutar con el enemigo al frente, que de ordinario equivale a una tremenda derrota, i no debia salir de su inmovilidad sino cuando estuviesen en campaña todas las divisiones.

Estas eran cuatro: la de Colombia, de cuya suerte se disponia colocándola en Chuquibamba; la de Chile; una de 2,000 hom

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