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CAPITULO PRIMERO

CAUSAS QUE PRODUJERON LA CAIDA DE O'HIGGINS

I. Glorias i servicios del gobierno de O'Higgins.-II. Miseria pública i privada durante esta época.-III. Oposicion anti-arjentina contra el Director.-IV. Tirantez de su gobierno. Rodriguez Aldea.—V, O'Higgins i Freire.

I

El gobierno del jeneral O'Higgins es acreedor a la gratitud de los chilenos.

Empezó el dia siguiente de la batalla de Chacabuco, en medio del desórden consiguiente a un cambio de réjimen, en que todo lo antiguo desaparecia sin que estuvieran creados los resortes del sistema que debia sustituirlo. Ademas, la victoria obtenida en el campo de batalla no habia hecho sino estinguir el poder español en su principal foco militar, que era Santiago, pero gran parte del pais continuaba dominada por las armas realistas.

Lo estaba, ademas, el Perú, de donde habian partido i seguirian viniendo las espediciones militares encargadas de combatir la independencia de Chile; así es que O'Higgins necesitaba ocuparse del restablecimiento de la administracion pública en

todos sus ramos i esferas, i de la creacion de un ejército i de una marina que defendieran nuestro suelo de la invasion, primero, i en seguida que pudiese conducirnos al Perú a sofocar el poder español en su mas fuerte baluarte. Esta obra inmensa debia ser realizada sin dinero, porque no lo habia. La guerra habia vaciado las arcas públicas i destruido la fortuna de los particulares. El gobierno tenia que exijir al patriotismo lo que le negaba la escasez de recursos.

Manejando con la mas severa economía las escasas rentas que producian las contribuciones, imponiendo cupos estraordinarios de guerra a los secuaces del réjimen español, contribuciones tambien estraordinarias a los vecindarios, consiguió repeler al ejército de invasion que envió el virrei del Perú, disputar palmo a palmo las fronteras a los caudillos realistas que se levantaban en el sur, organizar el ejército espedicionario que fué al Perú a las órdenes de San Martin, i dominar el Pacífico con una escuadra fuerte i briosa, que hizo conocer i respetar nuestra bandera desde Méjico hasta el cabo de Hornos.

Las atenciones de la guerra no le impidieron preocuparse de la administracion interior. Trabajó por el adelanto local en la medida de los recursos del Estado, i dejó la huella de su paso en instituciones durables, que despues han tenido grande influencia en el desenvolvimiento intelectual del pais, siendo la principal de ellas el Instituto Nacional. Organizó las aduanas, fundó cementerios para desterrar la práctica de sepultar los cadáveres en los templos, con grave daño de la salubridad pú. blica; hizo algunas tentativas por traer emigracion europea, i otorgó a los protestantes el derecho de enterrarse en cementerios propios.

En este sentido O'Higgins fué superior al comun de sus contemporáneos, porque habiéndose educado en Londres, su espíritu estaba relativamente libre de los errores i estrechas preocupaciones que habia fomentado la vida colonial. Es imposible que un hombre habite la Europa el tiempo que la habitó O'Higgins, sin que se empape de ideas de tolerancia para las diversas relijiones; que no comprenda las ventajas de la emigracion, que es escuela viva i palpitante de una civilizacion superior; que no adquiera ideas de hijiene, que se relacionan

con la trasformacion de las ciudades. Bajo este aspecto, O'Higgins fué superior a su tiempo i pudo añadir a las relevantes dotes de su patriotismo las cualidades que se adquieren viviendo en mundos mas grandes i en presencia de una civilizacion mas refinada.

O'Higgins tuvo que luchar con grandes dificultades. Una de las principales fué la escasez de recursos, pero la mayor de todas fué mantener el equilibrio entre la dignidad e independencia del gobierno, i la cordialidad de relaciones con el ejército estranjero que ocupaba a Chile, con el jeneral que lo mandaba, que era respetuoso en las formas, pero duro i exijente en el fondo, i con el gobierno de Buenos Aires, que ejercia un verdadero imperio en nuestra política.

O'Higgins tenia que navegar entre dos escollos: la sujecion inevitable a aquellas influencias i el respeto de la susceptibilidad nacional. Una i otra causa tenian representantes poderosos: el de aquella era la Lojia lautarina, el de ésta el Senado Conservador.

Viviendo en perpétuas contemplaciones con la Lojia, con San Martin, con lord Cochrane, gobernando un pais arruinado, al frente de una administracion completamente nueva e inesperta, el jeneral O'Higgins pudo realizar obras que serán el asombro de la posteridad, como ser la Escuadra i la Espedicion Libertadora del Perú, i adornar la frente de la República con los laureles de Maipo, de Lima, de Valdivia, con la destruccion completa de la escuadra enemiga en el Pacífico; i en menor escala, con los triunfos del Sur, i el mas importante de todos, Vegas de Saldías, que fué la reconquista de nuestro territorio sobre los ejércitos irregulares que despues de la batalla de Maipo brotaron del suelo de las provincias varoniles e inagotables de soldados que están situadas entre el Ñuble i el Bio-Bio.

Cuando se mide con el pensamiento el camino de gloria que recorrió el director O'Higgins entre 1817 i 1820, no se encuentra a primera vista una esplicacion plausible a su caida. Para hallarla es preciso entrar en los detalles de su gobierno i buscar en ellos las causas del movimiento nacional que, junto con deponerlo del mando, condenó su ilustre nombre a una proscripcion de medio siglo. La Patria que él contribuyó a formar mas

que nadie se olvidó de él; la política que él inauguró sufrió una modificacion desde su caida; i como el período que vamos a historiar está directamente influenciado por esta desviacion, necesitamos dar a conocer brevemente las razones jenerales que influyeron en el cambio político de 1823.

II

Es casi imposible que un lector chileno se forme hoi una idea exacta de la pobreza del pais en la época del gobierno de O'Higgins. Las escasísimas rentas públicas se percibian con suma dificultad, porque la única industria nacional que existia era la agricultura, la que, ademas de estar en un estado primitivo, semibárbaro, pasaba por una crísis terrible, a consecuencia de la guerra que habia devastado los campos. Esta agricultura tan pobre no tenia mas que un mercado internacional, el Perú, el que le estaba cerrado a causa de los acontecimientos políticos. La minería casi no merecia ser tomada en cuenta, ni tampoco el comercio, porque si bien éste empezaba a desarrollarse gracias a la supresion de la clausura internacional que fué la esencia del antiguo réjimen, todavía tenia poca importancia e influia mui escasamente en la fortuna pública. Las rentas particulares, que nunca habian sido crecidas, estaban considerablemente disminuidas i las principales familias se encontraban al borde de la miseria.

Esta situacion, que era mui dura en Santiago, era mucho mas aflictiva al sur del Maule. Puede decirse que en esa rejion la agricultura habia desaparecido. Los campos habian sido asolados por las montoneras, los ganados consumidos por los ejércitos, las ciudades destruidas por la guerra o el incendio. No habia seguridad sino detras de las líneas del ejército, porque aun las poblaciones de mas importancia, como Chillan, los Ánjeles i la misma Concepcion fueron alternativamente abandonadas por las fuerzas patriotas i ocupadas por las montoneras. El sur no producia para su sustento, y el hambre impulsaba a sus moradores a incorporarse en las tropas realistas que vivian del merodeo i del saqueo.

En esta situacion, O'Higgins tenia que atender al mantenimiento i pago de la division arjentina que ocupaba a Chile, al ejército chileno que se formaba, a la escuadra, i a los ejércitos del sur que estaban a cargo de Freire i de Prieto. Tenia que preparar los elementos para organizar la Espedicion Libertadora del Perú, dotando al ejército espedicionario de cuanto necesitaba i ademas proveerlo de caja militar.

No hai popularidad, por grande que sea, que resista a la imposicion sucesiva de contribuciones forzosas, que equivalian a quitar el pan de las familias i que a menudo era necesario sacar por la fuerza, i O'Higgins tenia que hacerlo para realizar los altos fines de su política internacional. Naturalmente, la imposicion era mas dura sobre los españoles i sobre los tachados. de haber sido partidarios del antiguo réjimen, i como muchos de ellos eran vecinos respetables i queridos, i a veces ligados con las familias patriotas con vínculos de parentesco, sus quejas encontraban apoyo en la sociedad, i se condensaba al rededor de la persona del Director una nube de oposicion i de descon

tento.

El Senado se hizo eco de las quejas del público, pero O'Hig gins le resistió (1) con imperturbable enerjia i siguió adelante en la línea de conducta que se habia trazado. Si se hubiera dejado intimidar por estas quejas, Chile no habria tenido la gloria de lanzar sobre el Perú la Espedicion Libertadora, ni de mantener en pié los ejércitos que luchaban en el sur contra las montoneras realistas.

Podríamos escribir muchas pájinas sobre el estado de miseria en que se encontraba el pais, pero preferimos tomar al acaso algunos ejemplos que darán una idea de las penalidades que soportaban los soldados que defendian la línea de frontera de la República i las poblaciones que protejian con sus armas. Prieto le escribia a O'Higgins desde Concepcion: «Hasta los enfermos de este hospital están racionados de a pan por dia, i comiendo charqui o lo primero que se halla. Muchos dias dan las once i no tiene la provincia cosa alguna que dar que comer

(1) Véase Barros Arana, Historia de Chile, tomo XII, páj. 415 i nota de la páj. 416.

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