La literatura española: El clasicismo

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Pasajes populares

Página 499 - Era la tarde; su ligera brisa las alas en silencio ya plegaba, y entre la hierba y árboles dormía, mientras el ancho sol su disco hundía detrás de Iztaccihual.
Página 490 - Tú das la caña hermosa, de do la miel se acendra, por quien desdeña el mundo los panales. Tú en urnas de coral cuajas la almendra que en la espumante jicara rebosa; bulle carmín viviente en tus nopales, que afrenta fuera al múrice de Tiro; y de tu añil la tinta generosa émula es de la lumbre del zafiro.
Página 10 - Tulio, espejo de la vida humana, ejemplo de las costumbres e imagen de la verdad, las que ahora se representan son espejos de disparates, ejemplos de necedades e imágenes de lascivia.
Página 491 - Honrad el campo, honrad la simple vida Del labrador, y su frugal llaneza. Así tendrán en vos perpetuamente La libertad morada, Y freno la ambición, y la ley templo. Las gentes a la senda De la inmortalidad, ardua y fragosa, Se animarán, citando vuestro ejemplo. Lo emulará celosa Vuestra posteridad, y nuevos nombres Añadiendo la fama A los que ahora aclama. "Hijos son éstos, hijos (Pregonará a los hombres) De los que vencedores superaron De los Andes la cima; De los que en Boyacá los que...
Página 491 - ¡Oh jóvenes naciones, que ceñida Alzáis sobre el atónito occidente De tempranos laureles la cabeza! Honrad el campo, honrad la simple vida Del labrador, y su frugal llaneza. Así tendrán en vos perpetuamente La libertad morada, Y freno la ambición, y la ley templo.
Página 159 - Admiróse un portugués de ver que en su tierna infancia todos los niños en Francia supiesen hablar francés: Arte diabólica es, dijo torciendo el mostacho, que para hablar en gabacho un fidalgo en Portugal llega a viejo y lo habla mal; y aquí lo parla un muchacho.
Página 307 - Oh paz, oh gloria del culpado mundo! ¿Qué pecho empedernido no se parte Al golpe acerbo del dolor profundo, Viendo que en la delicia Del gran Jehová descarga su justicia? ¿Quién abrió los raudales De esas sangrientas llagas, amor mío?
Página 493 - ¡Guerra al usurpador! — ¿Qué le debemos? ¿luces, costumbres, religión o leyes...? ¡Si ellos fueron estúpidos, viciosos, feroces y por fin supersticiosos! ¿Qué religión? ¿la de Jesús? . . . ¡Blasfemos! Sangre, plomo veloz, cadenas fueron los sacramentos santos que trajeron.
Página 208 - ROSANA, EN LOS FUEGOS Del sol llevaba la lumbre, y la alegría del alba, en sus celestiales ojos la hermosísima Rosana, una noche que a los fuegos salió, la fiesta de Pascua, para abrasar todo el valle en mil amorosas ansias.
Página 10 - ¿Qué diré, pues, de la observancia que guardan en los tiempos en que pueden o podían suceder las acciones que representan, sino que he visto comedia que la primera jornada comenzó en Europa, la segunda en Asia, la tercera se acabó en África, y aun, si fuera de cuatro jornadas, la cuarta acababa en América, y así, se hubiera hecho en todas las cuatro partes del mundo?

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