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y magistrados de Maestricht, la repugnancia que experimentábamos en hacer uso de medios tan rigurosos contra habitantes que deseábamos tener por hermanos y amigos. Escribí en consecuencia la carta cuya copia es adjunta (1) para acreditarles estos sentimientos, é invitarles á poner la plaza bajo la salvaguardia de las armas francesas.... El oficial que envié con este mensaje, no fué recibido en la plaza, aparentemente por temor de que observase los estragos que nuestro bombardeo había ocasionado, lo que el oficial de guardia del puesto avanzado le hizo comprender suficientemente por su conversación. Pero el gobernador y magistrados enviaron la respuesta evasiva cuya copia incluyo.

Hacemos preparar algunas baterías de cañones, que, con el fuego de las bombas, reducirán la plaza á la necesidad indispensable de rendirse en pocas días, si nuestros triunfos en Holanda continúan. Un cuerpo de tropas del ejército de Bélgica, de diez mil hombres, se encargará de esta comisión, ocupando los puestos delante de Maestricht, que las de mi mando tienen en este momento, para continuar el sitio y el ataque, mientras que el ejército que yo mando, cuya vanguardia se halla actualmente

(1)

Hochten, 27 de Febrero de 1793.

El general Miranda al gobernador de Maestrickt. Habiendo esperado dos dias la contestación prometida de los magistrados de la ciudad de Maestricht, ruego á V. considere, y les haga saber que si se obstinan en rehusarnos una respuesta satisfactoria á las equitativas y fraternales proposiciones que les han sido hechas en nombre de la república francesa, emplearemos los últimos medios para reducir la plaza por medio de su ruina absoluta.

Debo informarle á V. y anunciarles oficialmente, que un ejército francés, á las órdenes del general Dumouriez, se halla ya en posesión de la plaza de Breda y de otras dos fortalezas, y que en este momento debe haber penetrado en el interior de Holanda.

Estas circunstancias deben convencerles á ustedes de la inutilidad de una resistencia supérflua, y que no conduciría sino al mal de los habitantes á quienes deseamos tratar como á hermanos y quienes tal vez no son, en efecto, sino inocentes víctimas del interés particular.

El general, etc. Firmado: MIRANDA.

en la orilla derecha del Meuse, mas allá de Venlo, se dirija sobre Grave, para secundar las operaciones del general Dumouriez en Holanda, según hemos convenido.

El general de Harville acaba de comunicarme oficialmente la toma del puesto de Laroche, que ocupaban los Austriacos sobre el viejo camino de Luxemburgo á Nemur, y del cual, en mi opinión, los ha echado con éxito, y sin perdida alguna.

Firmado: MIRANDA.

El general Miranda al general Leveneur.

Hochten, 28 de febrero de 1793.

Le ruego á Vd., general, que haga venir de San Tron ó de Lieja cuatro piezas de cañón de á doce, y las coloque detrás de un buen espaldón, para que pueda Vd. disparar algunas balas rojas de rebote, sobre la parte de Wick, mientras que nosotros hacemos lo mismo por este lado, sobre Maestricht, con piezas de á diez y seis. Este ultimo expediente, unido á la ruína que los incendios, causados por el bombardeo, han ocasionado en la ciudad, nos dará la plaza, tal vez en pocos días: es cuanto podemos hacer en esta estación y con los medios y órdenes que se me han dado. Le repito á Vd. una vez más que la intención no es de establecer un sitio, sino pura y simplemente un bombardeo.

Dos oficiales que han venido aquí esta mañana de parte de Vd. me han asegurado que, algunos domésticos de emigrados, saliendo de Maestricht por la fortificación de Wick, habían sido recibidos en la división de Vd. Le recomiendo á Vd. en esto la mayor circunspección, puesto que las leyes, contra cualesquiera emigrados, son muy severas; y que estos indivíduos, sir

viendo probablemente de espías á nuestros enemigos, podrían ocasionar graves males á los intereses de la república que servimos con la más estricta severidad. Otro oficial del estado mayor de Vd. ha llegado después pidiendo consejos sobre la posición de su batería, y muy pronto empezó á dictarnos preceptos obligándonos á creer que cuanto hacíamos aquí no tenía las apariencias sino de un sitio. Vd. comprenderá muy bien que este paso, de su parte, no era cosa que debía yo aprobar ni oir con paciencia. Procure Vd. realizar su operación en el sentido simple y literal que indican sus órdenes, conformes en todo á las intenciones del general en jefe Dumouriez, y no según el espíritu que parece darles este oficial de su estado mayor, que ha venido á hablarme sobre este asunto, esta mañana, de parte de Vd.

Si, no obstante, hay algo en este parque que pueda serle á Vd. útil para la nueva batería de á doce, no tiene Vd. más que ir á pedirlo al general de la artillería Hanghest, que se lo procurará.

Firmado: MIRANDA.

El ministro de la guerra al general Miranda.

París, 2 de marzo de 1793
(año II de la República).

He recibido, general, con su carta del 27 del pasado, los detalles que me ha enviado Vd., sobre la continuación del ataque de Maestricht. No me extraña en manera alguna la resistencia que opone esa plaza cinco ó seis mil emigrados, al frente de los cuales se halla Autichamp, y que no ven por doquier sino la muerte, deben impedir á los habitantes que se rindan, como éstos, talvez, lo desearían. Hay que triunfar de esta resistencia :

la constancia y la obstinación de un general, nacido en España, deben vencerla. Descanso, pues, en la actividad con que continuará Vd. apresurando este importante ataque. Un fuego sin descanso debe someter al fin esa plaza y es preciso quemar hasta las murallas, si persiste en no ceder.

Apruebo las disposiciones de Vd. respecto á la marcha del ejército que manda, sobre Grave, para secundar las operaciones del general Dumouriez, dejando diez mil hombres del ejército de Bélgica para continuar el sitio de Maestricht.

He visto con placer que la posición de la vanguardia de Vd., más allá de Venlo, era tan importante como podía desearse, y hago justicia á las disposiciones del general Champmorin, que son muy buenas y tienen muy bien en jaque á los Prusianos en esa parte. Es también un triunfo el haber arrojado á los Austriacos del puesto de Laroche. La actividad de las tropas que lo han alcanzado, no deja nada que desear. Por todas partes se conoce lo que puede el ardimiento del soldado francés, y es el más dichoso augurio para el resto de la campaña en que en

tramos.

Firmado BEURNONVILLE.

POR DUPLICADO.

El general Valence al general Dumouriez.

Lieja, 2 de marzo de 1793
(año II de la República).

Ha concluído nuestro sueño en Holanda, mi querido general lo que había previsto ha sucedido. Los enemigos han atacado á Lanoue en sus acantonamientos de derecha é izquierda. Este estableció en consecuencia su campamento delante de Aix-la

Chapelle; pero ha sido forzado. Tuve la primera noticia del ataque ayer á las once de la noche, y esta mañana á las cinco me anuncian que evacúa á Aix y se retira á Herve. En virtud de esta desagradable noticia, pienso que es preciso sostenerse el tiempo que sea necesario, para que Miranda se decida á pasar el Meuse, á dar la batalla, ó á levantar el sitio de Maestricht, si no quiere pasar el Meuse. Pensamos, Thowenot y yo, que es preciso, si Miranda toma este partido, que Leveneur se retire hacia nosotros, y destruya el puente de Viset, y durante este tiempo Miranda tomará posiciones para impedir á los enemigos que pasen por Maestricht.

La providencia que vela por la Francia ha hecho que Vd., mi general, no se haya embarcado. Vuele Vd. aquí: yo declaro que si Vd. no viene, no me hallo en estado de mandar tales fuerzas, en tal posición: recuerde Vd. que yo había manifestado esto al ministro cuando quiso que reemplazase á Vd. durante su primera ausencia. Es evidente que la expedición de Holanda no podrá ya verificarse cuando nos hayan hecho levantar el sitio. de Maestricht. En todo caso Vd. puede estar aquí, se lo repito, y llegará Vd. á tiempo todavía para decidir el partido que quiera Vd. tomar. No sé aún noticia alguna de toda la izquierda de los acantonamientos, donde está Chamboran, etc..... Vuele Vd. aquí. ponga Vd. gente en Malines y tendrá Vd. tiempo, cuando haya llegado, de decidir lo que quiera Vd. hacer del ejército que ha tomado á Breda.

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P. S. Aun cuando quisiera Vd. seguir su proyecto de Holanda hay que cambiar el plan de campaña y Vd. solo puede hacerlo; los minutos son siglos.

Vd. solo, manejando el conjunto, puede decidir un movimiento que ponga á Maestricht ó nuestra retirada al azar de una batalla.

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