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suprimen algunos juzgados, de cuyos negocios conocerán en lo sucesivo los funcionarios correspondientes del fuero ordinario, ‚1señalándoseles por esta razon la gratificación de que disfrutan actualmente en los puntos donde no hay jueces especiales del ramo. Se determina tambien la categoría de los Promotores fiscales de Hacienda que se conservan, aplicándose á los de las capitales de provincia de primera clase la categoría y sueldo de que disfrutan los de término en el fuero ordinario, y á los de segunda y tercera las consideracion y emolumentos que respectivamente corresponden á los Promotores de ascenso y entrada. Estas reformas descansan en los datos suministrados por la Estadística criminal del último período. Conforme á ellos, es probable, al decir del periódido citado, que se cree una plaza de Tenien¬~ te fiscal en la Audiencia de la Coruña.

Premio al mérito.—Bibliografia-paleográfica de las iglesias y monas◄ terios de España.

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En la tarde del domingo 2 del corriente, á la una de ella, segun estaba anunciado, se verificó en el salón del Museo numismático de la Biblioteca Nacional la sesion pública anual que previenen sus reglamentos con el objeto de leer la memoria de su Director, relativa á los trabajos hechos du¬ rante el año anterior en el establecimiento, y con el de verificar al propio tiempo la solemne entrega de los premios que todos los años anuncia la Biblioteca.

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Presidió el acto el Excmo. Sr. Ministro de Fomento, ocupando el estra➡ do de la presidencia los Sres. D. Manuel Ortiz de Zúñiga, D. Pascual de Gayangos, D. Severo Catalina, D. Francisco Gonzalez de Vera y el Director y Bibliotecarios del establecimiento, indivíduos del Tribunal nombrado i para la calificacion de las obras presentadas al concurso, asistiendo tambien entre multitud de personas notables en la república de las letras, los señores Marqués de Pidal, Heros, Nocedal, Cabanilles, Fort, Fernandez Guerra, Amador de los Rios, Arizcun, Conde de Villafranca, Dacarrete, Serra, Barbieri, Castellanos, Ferraz, Tro, Mariño, Massarnau, Sabau, Palou, Santero, y otros que seria prolijo mencionar.

En el concurso del año próximo pasado solo ha obtenido premio el manuscrito titulado: Bibligrafia paleográfica de las iglesias y monasterios de España, obra de nuestro particular amigo el Sr. D. José María de Egú➡ ren, que recibió de manos del Sr. Ministro el diploma de adjudicacion, la cual se imprimirá á espensas del Gobierno de S. M., como se ha verificado con las premiadas el año de 1857.

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Lo que mas escitó el interés de un auditorio tan escogido como numeroso fué la relacion que se hacia en la memoria en primer lugar de la adquisicion del riquísimo monetario que el Sr. D. Joaquin María Rubio, de Cádiz, ha cedido á impulsos de su patriotismo y por menos de su valor á la Biblioteca, y en segundo del donativo hecho á esta por el Sr. P. Van-Rees, residente que fué de Batavia y Presidente de la Comision superior de Ins➡ truccion pública en las islas Neerlandesas. Consiste en una curiosísima coleccion de ídolos índicos, en número de ocho, que pertenecieron á ur templo de Kassoumba, ciudad de la isla de Balí, situada al Este de la de Java; efigies casi todas de aspecto horrible y de rudas formas, que sin embargo son reverenciadas como deidades por uno de los pueblos en otro tiempo mas cultos de la tierra.

Terminada la ceremonia, se detuvieron los concurrentes á examinar los citados ídolos, que aumentarán desde hoy el número de preciosidades existentes en la Biblioteca Nacional, retirándose todos sumamente com

placidos y satisfechos del celo con que este establecimiento procura corres➡ ponder á los utilísimos fines de su instituto.

Apertura de Tribunales.-Con la solemnidad que en tales casos es costumbre, se ha verificado este año en todas las Audiencias la apertura de los Tribunales. Sin anticiparnos á dar detalles minuciosos, irémos publicando así en la REVISTA como en el BOLETIN la varias noticias que obran ya en nuestro poder sobre la Estadística judicial de 1858, y los discursos que los señores Regentes han leido, llamando notablemente la atencion del distinguido y autorizado concurso que los escuchaba.

Estadística judicial de la Audiencia de Zaragoza en el año de 1858.

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Espedientes despachados por la Sala de Gobierno.

Idem por la Audiencia plena..

Número de espedientes.

444

3

414

1,071
17

1,201 1,080 3,352 32

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112

95

330

Total..

Número de Magistrados que han jurado y tomado posesion.
Idem de Jueces de primera instancia.

Idem de subalternos del Tribunal que han tomado posesion.
Idem de Escribanos que han sido examinados.

Total.

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Espedientes de indulto despachados por la Junta inspectora
penal..

Id. de licencias á confinados.

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Total.

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Reos á quienes se impuso la pena de muerte y se ejecutó, Reos á quienes se impuso la misma pena y no se ha ejecutado por hallarse ausentes.

Reos á quienes se impuso la pena de muerte y se indultó.

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La Regencia ha dado despachados todos los espedientes de su especial incumbencia, evacuado los diferentes informes que se la han pedido, y nombrado 2,961 Jueces de paz y suplentes para los pueblos de las tres provincias que forman el territorio de esta Audiencia.

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Comparando el despacho de los negocios tanto civiles como criminales en el año 1858 con el de 1857, resulta que en ambos lo han sido un mismo número de pleitos, y que en los pendientes de sustanciacion quedan ocho de menos en 1858. En lo criminal hay la diferencia de 56 causas de menos, falladas en 1858, y 140 tambien, de menos en las pendientes de sustanciacion que forman un total de 196.

De las 3,352 causas ejecutoriadas y falladas en 1858, las 343 lo han sido por la conformidad de los reos, con las penas pedidas por el ministerio fiscal, por ser de las causas de que trata el art. 38 de la ley provisional, y 24 han sido de la jurisdiccion de Hacienda.

Por la Seccion de Variedades.
JOSÉ REUS.

ADVERTENCIA A LOS SEÑORES SUSCRITORES.

La grave enfermedad que desde fines del mes anterior tiene postrado en cama at regente de nuestra imprenta, es la unica causa del atraso que esperimentan nuestras publicaciones: por fortuna ha entrado ya en el periodo de convalecencia, y pronto quedarán satisfechos los deseos de los muchos abonados que nos han favorecido estos dias con sus cartas.

Editor responsable, D. JULIAN MORALES.

MADRID.-1859.

IMPRENTA DE LA Revista de Legislacion, a CARGO DE JULIAN MORALES, calle de los Abades, núm. 20, piso bajo.

AÑO VI.

(Segunda época.)

NÚM. 82.

BOLETIN

DE LA

REVISTA GENERAL DE LEGISLACION Y JURISPRUDENCIA,

PERIÓDICO OFICIAL DEL 1. COLEGIO DE ABOGados de madrid,

Se publica los dias 5, 10, 15, 20, 25 y 30 de cada mes.

SECCION DOCTRINAL.

De las contrariedades y satisfacciones de la justicia.—Estadística judicial de la Audiencia de Barcelona en 1858.—Solemne apertura de este Tribunal superior el dia 3 de enero de 1859 (1).

SEÑORES:

Lo primero que escita la mente y mueve mi corazon en este momento, es el deseo de felicitaros, Señores Magistrados, por el celo, la laboriosidad, la inteligencia que habeis desplegado en el desempeño de vuestras augustas funciones. Si mi voto, si mi aprobacion, valen algo, yo os felicito, aunque el efecto que os profeso podria argüir en mí cierta parcialidad; pero estando, como está, la opinion pública de mi parte, no temo incurrir en la nota de apasionado.

De seguro teneis vosotros la conviccion de que esto no es una lisonja; y ¿para qué habia yo de emplearla, cuando cuento con vuestra estimación, con la que me envanezco, y de la que estoy recibiendo diariamente las mas inequívocas pruebas? ¿Para qué habia de emplearla, cuando estoy persuadido hasta la evidencia de que poseeis la absoluta confianza de vuestros administrados, porque Cataluña es justa, y no son nunca perdidos los beneficios que se la proporcionan? ¿Para que habia de emplearla, en fin, cuando vuestros recomendables esfuerzos pueden reducirse á la demostracion con la simple reseña de vuestros trabajos que haré al fin de este discurso?

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La consideracion, sin embargo, de que á pesar de vuestras virtudes, pesar de que la generalidad de los hombres no puede menos de reconocerlas, no faltan contrariedades á la justicia, no le faltan enemigos, acibara un tanto el placer que esperimento.

No se concibe, señores, que una cosa tan sagrada, de tan universal

(1) Discurso leido por el Excmo. Sr. D. Nicolás Peñalver, Regente de la Audiencia territorial de Barcelona, en el solemne acto de la apertura de los Tribunales, el dia 3 de enero de 1859.

TOMO X. (10 y 15 de enero de 1859.)

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utilidad como la justicia, tenga enemigos. No seré yo, á pesar de ello, quien diga que estos enemigos son descubiertos, que atacan de frente la mas santa de las instituciones sociales; pero sí que hay quien la combata sin saberlo, por crasa ignorancia, y quien lo hace porque sus intereses están en contradiccion con los intereses de la justicia.

Son, pues, contrariedades de la justicia: primero, el interés, el afan inmoderado de adquirir para gozar sin reparar en los medios, que es la fie bre que consume la sociedad actual.

Segundo, la sencillez ó ignorancia de ciertas clases del pueblo.

Este discurso, que haré llegar hasta la última de las aldeas de este territorio, se resentirá acaso de falta de elevacion; pero como la mayor parte de mis conceptos tienden á desvanecer errores, funestas preocupaciones, no sois vosotros, señores Magistrados y demás personas ilustradas que me escuchan, á quienes me dirijo. ¿Qué podria yo deciros en esta parte que no sepais? Con las gentes sencillas, con los preocupados, es con quienes hablo cuando emito ideas por demás triviales, aunque para ellos sean

nuevas.

se

El interés enemigo de la justicia. Repugnante, y hasta doloroso es, ñores, levantar el velo, por mas que sea ya harto trasparente, que encubre ciertas miserias, ciertas inmundicias de nuestra sociedad; pero en el estado á que han llegado las cosas, los que tienen el deber sagrado de velar por los intereses de la misma, no deben vacilar un punto en dar la voz de alerta, aplicando al mismo tiempo el remedio, y arrancando la infame máscara que encubre á los malvados, librando de este modo á los incautos de sus asechanzas, y devolviendo á instituciones respetables el concepto que no deben perder un solo momento, siquiera sea entre gentes ignorantes y sercillas, las que, si en su proceder no se descubriese algo de inmoral y villano, serian mas dignos de lástima que de desprecio.

Hablo de ciertos hombres que tienen por esclusiva ocupacion éstafar cantidades de dinero á los litigantes incautos, haciéndoles entender que sirven para tener propicios á los jueces y obtener decisiones favorables.

Semejantes malvados que pululan á la sombra de los Tribunales, á la manera que al pié de la frondosa y secular encina crecen los hongos y otras plantas parásitas venenosas, pueden compararse en su proceder, al que para hurtar una mezquina fruta derroca el árbol que la produce, ó al que para apoderarse de algunas ramas de un bosque, asesina á su custodio.

El mal del delito es, en estos casos, mayor que la utilidad que reporta el que lo comete, y por consiguiente inmensa su gravedad.

El que se emplea en tan infame granjería, causa dos males de estraordinaria trascendencia: calumnia una clase que solo puede vivir rodeada de prestigio, y arranca del corazon del hombre la confianza en la justicia, sin la cual es el mas desgraciado de los séres, porque no debe haber desesperacion que iguale á la del que llevado injustamente ante los tribunales sin contar con las riquezas que su adversario, llega á estar poseido del error que inspiran las torpes maquinaciones que combato.

Ha llegado á tal estremo la maldad, la superchería de estos séres degradados, que se ha dado caso de procurar uno de ellos entrar separadamente en relaciones con las dos partes de un litigio, y mintiendo influencias y favor con los jueces, exigir á cada una de ellas una crecida suma prometiendo á ambas que obtendrian decision favorable; y para no inspirarles desconfianza, y asegurar el fruto de su maldad, hacer se depositasen las cantidades hasta el término del pleito. Concluido éste, naturalmente habia de ser absuelto ó condenado el reconvenido: si lo primero, se apoderaba

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