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los vecinos y libraba órdenes que manifiestan el celo de esa autoridad. (1)

El Rey de Francia confirmó el nombramiento hecho por d'Ogeron en su sobrino M. de Poinci y desde entonces se hicieron mas

(1) El Sargento mayor Don Antonio Pichardo Vinuesa Gobernador de las armas & &. Por la presente ordeno al Alférez Don Francisco del Monte Pichardo, que lo es de la costa, vaya con la gente que le fuese posible, tomándola en los hatos poblados y vaya á la parte de Manzanillos y boca del rio Yaque que entra por aquella parte, y vea si hay embarcaciones en la mar que echen franceses en tierra, y si hubiesen les amonestará se retiren á sus poblaciones, con apercibimiento de que de no hacerlo se tomará el expediente que mas conviniere para estorbar los daños que sobrevinieren en andar matando ganados en las partes despobladas, y ver si puede con toda sagacidad adquirir algunas noticias de los que van por esta Isla á otra parte; y del Manzanillo pasará á la parte de Bayajá, y vea dicho puerto con el mismo cuidado que lo hizo antes, para dar razon de todo lo visto y entendido; y si en alguna de las partes despobladas topase alguna persona sin licencia mia lo prenderá y traerá preso, por haber contravenido al bando que se divulgó sobre este punto, y no consienta que ningun extrangero en el tiempo que estuviere por las partes arriba referidas pase á la Tortuga, aunque diga que trae cartas para su Señoría, menos que no venga guiado, y que no se tenga trato con ellos, so pena de perdimiento de bienes y de que se castigarán los que cogiere en conformidad de los mandatos de su Señoría el Sr. Presidente y Capitan General Don Andrés de Robles, caballero de la Orden de Santiago, y mando y ordeno á las personas que notificare dicho Alférez, vayan con él á las partes que lleva encargado, que le obedezcan y guarden sus órdenes, como las mas propias en las del servicio de Su Magestad. Fecha en Santiago en 24 de mayo de 1686."

Hay otra orden concebida en estos términos: "El Capitan y Sargento mayor Don Antonio Pichardo y Vinuesa á cuyo cargo está el Gobierno de las armas en esta frontera, Por la presente ordeno al cabo Francisco Fernandez vaya y coja toda la gente que hubiere en los hatos desde este lugar para abajo, pena de la vida, y á los que notificare, so la misma pena, que cumplan con lo mandado, porque así importa al servicio de Su Magestad poniendo toda diligencia como el caso lo requiere y habiendo cumplido con ella me vendrá á dar cuenta. Fecho en Santiago en veinte de Febrero de mil seiscientos ochenta y seis.-Antonio Pichardo y Vinuesa. Despues de haber escrito esta ordeno al Alférez Don Francisco del Monte que lo es de la costa, cumpla con lo que le tengo encargado á boca porque así importa al servicio de Su Magestad y todas las personas que notificare dicho Alférez, obedezcan sus órdenes, pena de la vida y traidores al Rey.-Antonio Pichardo.

El año siguiente se despachó tambien la que sigue: "El Sargento mayor Don Antonio Pichardo Vinuesa Gobernador de las armas eu esta Ciudad de Santiago de los Caballeros y su frontera. Por la presente ordeno al Alférez Don Francisco del Monte Pichardo que lo es de la costa vaya en conformidad del mandato de S. S, el Señor Presidente Don Andres de Robles, caballero de la Orden de Santiago, Gobernador y Capitan General, á los lugares que están poblados de los franceses y entregue los pliegos al Gobernador de dichos franceses ó sus tenientes y tome recibo de su entrega y reconozca con la mayor exactitud el estado en que se hallaren sus poblaciones, procurando saber así mismo de los Piratas, á donde están, y de qué parte ha venido el pirata Lorenzo y Agramon, y si han hecho algun robo y en qué parte, y

frecuentes el trato y comunicacion entre los fraceses y los españoles, halagados estos por las utilidades que reportaban. Pero los jefes, siempre celosos, velaban por la conservacion, del territorio aunqué los franceses procuraban siempre extender sus posesiones de las lilanuras del Guarico que ya tenian fomentadas con varias habitaciones cerca del rio Guayubin. Tambien procuraban los franceses fortalecerse, porque recordaban que el año pasado de 1678 sufrieron mucho con la entrada y escaramuzas de los españoles, bien que ya mediaban entre ellos comunicaciones oficiales como lo demuestran varios documentos. (1)

si tienen intencion de hacernos algun perjuicio los pobladores franceses ó de apoderarse de toda la Isla, para dar cuenta á Su Señoría el Señor Presidente, lo cual hará el Alférez con toda cordura sin darlo á entender, antes bien sea con mucho secreto, como se espera de sus buenos procedimientos y conocimiento de las poblaciones de dichos franceses, por haber ido otras dos veces en cumplimiento de lo mandado por el Señor Presidente. Dado en Santiago de los Caballeros en veinte y seis de Noviembre de mil seiscientos ochenta y siete.-Antonio Pichardo Vinuesa."

(1) "El Sargento mayor Don Pedro Perez Polanco & &. Por cuanto su Señoría el Señor Presidente Maestre de Campo Don Francisco Segura Sandoval y Castilla Gobernador y Capitan General me tiene mandado y advertido haga el despacho del Licenciado Don Juan Bautista Escoto que va á llevar un pliego de su Señoría el Señor Presidente á la Isla de la Tortuga á su Gobernador M. de Poinci ó á la persona que estuviere en su lugar en conformidad de lo dispuesto por S. S. ordeno al Alférez Don Francisco del Monte Pichardo que lo es pagado de las costas del Norte por Su Magestad, que luego sin dilacion salga de esta Ciudad con toda la gente pagada de su compañía y con las demás que se le hayan agregado de las compañías milicianas, llevando en su compañía al dicho Ledo. Don Juan Bautista Escoto, á quien con la mayor seguridad de su persona que sea posible ha de procurar introducir con los franceses y continuar y llegar á los puertos y costas de la banda del Norte, siendo la parte donde ha de hacer esta diligencia desde el Puerto de Plata para abajo hasta el Puerto de Bayajá, de doude no pasará, y llegando á cualquier puerto donde halle franceses el dicho Alférez Don Francisco del Monte, hará del modo que se pueda, embarcar al dicho Ledo. Don Juan Bautista Escoto y tambien hará testigos de como lo deja embarcado en efecto, y como se llama el francés que estuviere por Capitan ó cabo de la embarcacion en que fuere, del nombre del navío ó lanchon, no consintiendo que ninguna persona de ningun estado ni calidad que sea, se embarque sino solamente el dicho Licenciado Don Juan Bautista Escoto: todo lo cual obrará el dicho Alférez Don Francisco del Monte con la sagacidad y buen celo que se fia de su persona y crédito en el servicio de Su Magestad, dejando á su disposicion y buen acuerdo todo lo que se ofreciere obrar al mejor acierto de este intento; que es fecha en la Ciudad de Santiago de los Caballeros en veinte y dos dias del mes de Julio de mil seiscientos ochenta.-Don Pedro Perez Polanco."

Esta comision parece que fué desempeñada cumplidamente segun lo acredita oficio del Presidente Gobernador y Capitan General que dice: "Estimo en mucho el cuidado y buena diligencia con que Ud. ha obrado en la introduccion de Don Juan Bautista Escoto, y lo tendré muy en mi memoria para las ocasiones que se ofrezcan de sus aumentos. Siem

Estos documentos y otros muchos que poseo relativos á sorpre sas de los buques filibusteros, conduccion de provisiones, asaltos en la costa y otras expediciones militares, persuaden que á la vez que se continuaba con eficacia en la defensa de los terrenos invadidos, los franceses bajo la direccion de un militar como M. de Poinci que al valor unia una firmeza y experiencia poco comunes, iban ganando terreno particularmente al Oeste que estaba casi despoblado, Pero aquel jefe salió para Francia el año siguiente de 1681 y á su regreso murió sentido de todos por las graves circunstancias en que se encontraban. Eran pocos los bucaneros porque con el cebo de las presas que se hacian en los mares, todos se dedicaban al corso y las expediciones marítimas, y el Teniente de Rey M. de Franquesnay que habia sucedido en el mando tenia poco influjo; de modo que para con placerlos adoptó por primera providencia el ataque y asalto de Vera Cruz en la costa de Méjico, para lo cual nombró de jefes á los célebres filibusteros Granmont Wandhorn y Lorenzo Graff. Asaltaron estos en efecto el castillo de San Juan de Ulúa, saquearon la ciudad y habrian pasado á los habitantes por el filo de la espada á no haberse encontrado en Vera Cruz el Arzobispo de Puebla en visita de su diócesis, el cual obtuvo el perdon á condicion de que se entregaran á los piratas dos millones de pesos. El uno de estos fué pagado, pero se salvó la otra mitad que debia reunirse en las provincias y pueblos del interior, porque se avistó la escuadra española y corrió la noticia que el Virey se acercaba con fuerzas superiores al socorro de Vera Cruz. Los filibusteros que no quisieron verse entre dos fuegos, se retiraron con su rico botin, dirigiéndose para repartirlo á sus dos cuarteles de la Tortuga y Petit Goave en Santo Domingo.

Llegó en aquellos dias el nombramiento á M. de Cussy, confirmando la corte el que habia hecho años antes M. d'Ogeron, y el nuevo Gobernador se trasladó sin pérdida de tiempo de Petit Goave al Guarico, que adelantado ya en edificios, habitaciones rurales y fuertes, pronosticaba que seria la capital. En ella fijó su residencia, descuidando las antiguas capitales de la Tortuga y Petit Goave, donde posteriormente se fundó el Puerto del Príncipe y allí recibió á los primeros comisionados de la corte, caballeros de San Lorenzo y á Mr. Begon, nombrado por el Rey para que de acuerdo con el Go

pre tuve mucha confianza tendria buen suceso el despacho de dicho Licenciado corriendo por su mano, como quien se esmera en el servicio de Su Magestad. En cuanto á la compañía de la costa y cómo se han de portar en ella, aviso á su Capitan y tambien al Gobernador de las armas. Está muy bien el que se aguarde el aviso de donde ha de desembarcar el dicho Ledo. Escoto y teniéndole avísemelo luego para que yo dé la órden que se ha de observar. En cuanto á la carta que Ud. dice habia escrito al tiempo del despacho del dicho Ledo., la recibí y no respondí á ella por juzgarle estaba fuera de dicha Ciudad, porque no se perdiese. Siempre me tiene Vd. con seguridad de procurar sus aumentos por lo mucho que merece con el buen celo con que sirve al Rey. Nuestro Señor guarde á Ud. muchos años. Santo Domingo y Agosto 19 de 1680 años.--Don Francisco de Segura."

bernador estableciesen el debido órden conteniendo los abusos y demasías que habian hasta entonces escandalizado al mundo, y organizando las corporaciones, empleos y demás conducente á formar una colonia civilizada. Tambien venian encargados de examinar un proyecto de invasion contra la Nueva Vizcaya, propuesto por el Conde de Peñalosa, ofendido con el Gobierno. Pero estando los filibusteros y bucaneros ocupados en empresas agrícolas, formando habitaciones, se estimó perjudicial inquietar las buenas inclinaciones de unos hombres que habian sido tan turbulentos hasta entonces, y que ya daban pruebas de tranquilidad y aplicacion al trabajo. Establecieron entonces los primeros Concejos, y por cuantos medios tuvieron á su alcance, construyeron ciertas naves á propósito para invadir las costas, que asaltaban con frecuencia.

El filibustero Lorenzo Graff, despues de su expedicion á Campeche en union de Granmont, se retiró de su ejercicio y obtuvo ciertas gracias de la corte y su naturalizacion con el empleo de Sargento mayor. Fué uno de los filibusteros mas distinguidos por su valor y extraordinaria serenidad, que le captaron siempre el respeto y la sumision de sus compañeros. Habia casado con una española nombrada Doña Petronila de Guzman segun lo explicaba el diploma del Rey de Francia. Era de origen holandés y habia servido anteriormente al Rey de España. La gracia concedida á Lorencillo, diminutivo con el cual fué siempre conocido Graff, y á su compañero Granmont, que tambien fué dispensado, tenia por objeto regularizar la marina francesa de América bajo las órdenes de estos dos hombres singulares por su valor, para hacer frente á las galeras españolas que hacian mucho daño en las costas habitadas por los intrusos. En estas circunstancias acabó el año de 1688.

CAPITULO IV.

Ordena la corte de Francia la toma de la isla.--Progresos de la agricul tura.-Insurreccion de M. Chevalier.-Ataque de Santiago de losCaballeros. Saqueo de la ciudad y retirada de los franceses.-Propo ne M. de Cussy la toma de toda la isla.-Venganza de los españoles en la batalla de Sabana Real de Limonade.-Se retiran los franceses al Cul-de-Sac y se emprende otra expedicion á Guaba.-Sucede en el mando Mr. Dumas y corrige los desórdenes-Devuelve Mr. Decasse los prisioneros españoles al Gobierno de la Habana.-Terremoto de Jamaica y saqueo de los filibusteros.-Los ingleses y españoles de a cuerdo invaden y destruyen el Guarico, y sitian á Port Paix.-Temo. res de Mr. Decasse.-Nombramiento del caballero d'Angiers; presas que hizo su escuadra en el mar de las Antillas y su regreso á Francia.- Gobierno de Mr. Gallifeté, incursiones de los franceses en el territorio español.

Roros los tratados de paz celebrados en Nimega, retiró sus órdenes el Gobierno francés á principios del año 1689 para que el Gobernador invadiese el territorio español. En despacho de 13 de Enero decia lo siguiente:

"Teniendo el Rey mas que nunca á la mira el proyecto de apo"derarse del territorio español, podreis creer que no ejecutareis en la "vida una empresa mas grande, y contad que si lo conseguis obten"dreis las gracias de Su Magestad, con el Gobierno de la Colonia, "que os será concedido; y así se os previene informeis de las medi"das que se hayan tomado sobre este asunto."

Entretanto una compañía francesa autorizada al efecto hacia el comercio de negros y los introducia en la isla, por cuyo medio se iban aumentando de dia en dia los establecimientos agrícolas; pero el reglamento de aquella dió causa á muchos clamores y á la insuireccion promovida en el Guarico por un francés nombrado M. Chevalier, y apaciguada por el celo y diligencia del Goberaador M. Cussy y sus tenientes M. de Fontenoy y M. Dumas.

Los filibusteros que aun conservaban algunos buques solicitaban licencias para invadir los puertos españoles del continente, pero el Gobernador aprovechando sus deseos y queriendo obedecer las insinuaciones de la corte, hizo ver que ninguna empresa seria tan útil ni laudable como la de apoderarse de Santiago de los Caballeros, ofreciéndoles ir él mismo en persona á su cabeza. Convinieron

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