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Deslandes.)

De Mithon. (En funciones de Intendente.).

El mismo, como jefe superior. (Intendente de las Islas del Viento) Duclos. (Interino por haber partido para Francia M. de Mithon.) De Montholon. (Muerto en Leogane) Godemard. (Interino. Muerto en Ouanaminthe.)

Tesson de Saint-Aubin. (Interino.) Diclos. (Interino. El mismo ya citado que volvió entonces de Francia.) Duclos. (Nombrado Intendente), Tesson de Saint-Aubin. En ausencia de M. Duclos, que partió para Francia.)

Duclos. (Vuelto de Francia.)

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De la Chapelle. Muerto en Leogane.

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.

20 de Mayo

1725. 1726.

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1760.

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Le Brasseur. (Interino, cuando partió para Francia M. de Vaivre)

De Bongars. (Por segunda vez.)
De Marbois.

De Proisy. (Interino.)

9 de Noviembre 1785. 26 de Octubre 1789.

APÉNDICE.

El gobernador general de la Colonia francesa Mr. Blancheland al Comandante español de la frontera del Norte.-Carta fecha en 5 de Octubre de 1791.-Correspondencia oficial.-Con el corazon lacerado, señor, os envio esta carta, aunque estoy muy lejos de creer á los españoles capaces de perfidia; pues estamos íntimamente persuadidos de su nobleza y generosidad; pero me veo obligado á ello, porque de esto depende la salvacion de la Colonia francesa. Ud. no ignora, señor, los daños y peligros que nos affigen en la abierta sublevacion de nuestros esclavos hace como cuarenta dias. Los que hemos aprehendido de ellos se hallan provistos de municiones de guerra y declaran que las han habido de los españoles, lo que no hemos creido; antes bien suponemos que con tal excusa tratan de distraer nuestra atencion de los falsos hermanos que tenemos en nuestro seno. Pero como tambien es posible que guiados algunos españoles por el sórdido interés vendan á los negros algunas municiones; suplico á Ud. que para inpedirlo dé las órdenes mas estrechas á su Comandancia para que prohiba á todo español vender bajo ningun pretexto municiones de guerra á los negros de la Colonia, y para que vigile todo con la mayor escrupulosidad, contando con el debido reconocimiento de nuestra parte.

Diciembre 24.-El Capitan General Don Joaquin García al Comandaute general de la frontera del Norte Don Andrés de Heredia.-Con la de ́ U. S. de 9 de este mes he recibido un pliego del General de la Colónia y otra carta que dirigió á Don Francisco Pepin. Una y otra manifiestan que las noticias que llegan á S. E. son diametralmente opuestas á los hechos, á mis disposiciones y al honor de nuestros oficiales: contesto por el adjunto, haciéndole ver la circunspeccion y el órden que hemos observado desde el primer momento de la revolucion y le ruego que no dé crédito á especies falsas, cuando estas hieren á la conducta de una nacion y las contradicen los hechos. Se le hace relacion por mayor de los sujetos que no solo han sido admitidos sino obsequiados segun el carácter de sus personas.

El oficio reservado de U. S. al coronel Don Joaquin Cabrera está bien premeditado y merece mi aprobacion y espero que el talento de U. S. continúe con sus buenas disposiciones para precaver y resistir en todo caso.

Por todas partes reina un silencio grande en cuanto á los negros: nada dicen de Cahobas, Neiva y San Rafael: sin duda que no se hallan hoy con las fuerzas que antes ó que los blancos hacen algunos esfuerzos extraordina rios para atacarlos, y ellos guardan sigilo.

Aunque mi instruccion de 7 de Setiembre último no niega la proteccion y asilo convenidos en los tratados, por la presente constitucion de la Colonia impongo tal circunspeccion, que el asilo haya de entenderse "notorio y calificado". Advierto á U. S. que tenga por notorio el que se pida por cualquier francés que se conozca que huye del hierro ó del fuego, por ser esto ademas un acto de humanidad. Tambien advierto á U. S. que caso de entregar á algun francés, se repare en las circunstancias, para no sacrificarlo. El asilo que se otorgue por inminente peligro será momentáneo por el tiempo absolutamente necesario, que despues elegirá él por donde ha de salir del territorio español. Con los asilos de otra clase se observará lo que se ha practicado siempre con respecto á los tratados.

El General de la Colonia francesa Mr. Blancheland ha insistido en pedir socorro de gente á título de ser solo los esclavos los levantados; y yo he insistido en que no puedo, en que si lo de Pto. Príncipe y que entre los mulatos y presos del Guarico se han encontrado blancos y de todas clases, que no puedo abandonar mi casa al incendio que ia amenaza (segun sus mismas expresiones por apagar el del vecino, que lo puede hacer con sus fuerzas superiores; por lo demas mucha compasion, lástima etc, etc. (*)

re.

3 de Noviembre.-Pliego del General al Comandante del Norte.El pliego al General queda en mi poder y va contestado. Contenidas dos cartas y ademas otra para Mr. Lavigerie. La solicitud del General se reduce á querer pasar tropas de una parte á otra, segun convenga, por la mas corta distancia, á los fines de la pacificacion de su territorio. La conce do como punto acordado en el tratado de límites: el General avisará el cuando y por donde. Estoy enterado de las noticias corrientes que U. S. me refiePor acá suena que los mulatos están apoderados de San Marcos y que un número de 7000 trata de caer sobre el Príncipe, estando acuertelados en la Croix-des-Bouquets. Al que venga afligido hace U.S. bien en consolarlo en obsequio de la humanidad, y en darle asilo si fuere perseguido de los perversos; pero que sea momentáneamente, no nos carguemos de consumidores y extrangeros que resisten las leyes. Los hechos de los mulatos, y la variedad que encuentra el caballero Tousard en sus relaciones son iguales á las que yo manifesté tan luego como tuve noticia del convenio. Los mulatos deben tener toda su esperanza en las fuerzas de los negros, y por esto ningun mérito pueden tener sns ofrecimientos. Segun la confusion y desórden que reina en toda la Colonia no seria extraña la noticia de haber depuesto al General Blancheland de su autoridad. Es incomprensible la sublevacion: los sujetos de mas probidad, honor y caudal que hoy persiguen á los negros mañana los vemos á la cabeza de los mulatos. Unos dias dicen que desean que el General Blancheland tome las riendas absolutas del Gobierno, y otros apetecen que se le prive aun de lo mas preciso. Esto no tiene remedio si solo la Omnipotencia divina puede enviarlo; todos están ciegos de los ojos del alma y así se vé que proceden sin tino y sin reflexion. Ya tenia yo noticia por Tudela del incendio de Puerto Príncipe y aunque varian en las circunstancias y número de infelices sacrificados, están conformes las noticias que tengo en lo principal. Parece indispensable que los blancos franceses cedan á la solicitud de los negros, no teniendo fuerzas para contenerlos, viendo que son superiores en todas partes y que están persuadidos del favor de los decretos nacionales: de lo contrario, se exponen á no poder contener á los negros, y á que ni esos ni los de Puerto Principe se quieran uuir para mirar

(*) Hai una frase aquí que no tiene sentido. Acaso sea: sé lo de Puerto Príncipe. (N. de la S)

por el bien comun.

Es de justicia la hospitalidad y mas con las damas: U.S. y ellas verán los riesgos y la conveniencia de mantenerse donde están, ó de alejarse, segun esté bien á todos, á procurar su comodidad en esa, ó por mar si se cierra la comunicacion de Bayajá por tierra.

Está bien que las guardias y rondas vayan sin fusiles para quitar la tentacion á los levantados. Mucho cuidado, revistas á las tropas y buena guardia en las baterías de cañones para evitar sorpresas ó atentados que nos sean ruinoses. Ya es preciso comunicarse todo aviso recíprocamente con Cabrera y que uno y otro jefe, prevengan á Don José Pepin en Bánica lo que haya de vigilar con respecto á las transmigraciones que puedan legar allí.

Sea co-
Ellos

8 de Noviembre.-El General al Comandante del Norte. mo fuere mientras no nos hostilicen no hay que hacer novedad. están á la parte de allá; no se les contemple, ni se les irrite en tanto que no recibamos daño. Es el caso de mayor finura para el ejercicio de la prudencia, é ir con el nivel de la política entre dos partidos, el uno celoso, y el otro tan cercano y fuerte que aunque no nos haga temer, no es regular excitarlo de suerte que no nos incomode. Si U. S. les abre contestacion. lo sofocarán con solicitudes todos los dias. Dígales U.S. que se dirijan á mí, que yo no les contestaré, á favor de la distancia, mientras que sin experimentar mal trato se conserve la quietud con todos en esa frontera.

El 10 del mismo mes dijo.--La suya de oficio me hace ver el estado tan doloroso y crítico en que está esa Colonia. A los negros y mulatos se les mira como muy superiores en fuerzas y en arrojo, lo que hace que estén sin ánimo los hombres sensatos y de honor. Quedo enterado de las últimas ocurrencias de esa frontera, que me participa U. S. en carta del 9 del corriente, acompañándome la carta de conorte del negro para la asistencia á la misa y Te-Deum, con la contestacion que le dió U S. Segun se ve las cosas van á quien mas puede, y que preponderando los negros han ganado sobre los mulatos la presa recien hecha á los primeros en Bayajá y Juana Mendez. ¡Esto va bueno!

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Creo que

19 de Noviembre.-El Gral al Comandante del Norte. los libres de color sabedores del tratado de concordia y otro de paz en la parte del Oeste con los blancos, procuran lo mismo con el Norte, en donde incendian, matan y roban, lo que no ejecutan los otros que unidos con los blancos guarnecen el Príncipe Los filántropos trabajan por esa parte seguramente. Es injusta la premeditacion de U. S. y sus precauciones merecen mi atencion y mis desvelos en consideracion del accidente que puede recelarse de una gente que sin otras leyes, gobierno ni direccion que su antojo y la falta de sujeción, pueden dirigirse á cometer insultos á nuestro pabellon; si esto intentaren sé que U. S. con el ardor, prudencia y espíritu militar que le adornan, sabrá con un golpe de mano hacerse respetar y persuadirlos del honor con que deben mirar, respetar y tratar las ar mas y el suelo de nuestro augusto soberano.

Veo con cuanta osadía caminan los insurgentes, el modo con que roban, incendian y cometen sus ordinarios y contínuos delitos, al paso que observo la inaccion en que está el Gobierno francés, ya por falta de fuerzas 6 por otras razones.

-

El mismo al mismo en 30 de Noviembre. La de U. S. de 25 del que espira me deja instruido de las disposiciones tomadas por el General de la Colonia para atajar y concluir una revolucion que camina á la ruina y desolacion del pais. Yo celebraré que Mr. Tousard, Comandante de la expedicion, consiga la victoria y que los mulatos no se acnerden de lo que son, y le hagan sentir su inconstancia. Espero como U. S. me ofrece el tratado ó concordia celebrado entre blancos y mulatos, como tambien que vele U. S. en esta ocasion, mas que en otra, para impedir la entrada en nuestro territorio de esos feroces Brigantes. Si Mr. Tousard tiene la felicidad de que el contrato de los mulatos sea sincero y que no tengan motivo de algun resentimiento en medio de su union para conseguir parte de sus intenciones y cumplir con estimacion los cargos. Pero si los mulatos se resisten, si los negros y sus cabecillas tienen constantes noticias de este ataque no espero su buen resultado. No obstante deseo que llegue ya el tiempo de su cumplimiento para ver que los blancos hacen algo en defensa de sus casas, haciendas y vidas y que destierran el temor que hasta ahora han manifestado.

El mismo al mismo en 7 de Diciembre. Recibí la carta de U. S. de 1o de Diciembre en que me informa de las últimas novedades causadas en esa parte de la frontera por los sublevados de la Colonia. Me convenzo con U.S. de que á pesar del tiempo y las oportunidades nada se adelanta hacia la quietud cuya falta nos tiene á todos en alerta por lo que pueda ofrecerse. Tambien advierto que al mismo paso que los blancos nada producen de favorable, á los negros y mulatos se les aumenta el partido y se radica en ellos la comezon de la libertad y de la igualdad, cebados en la insolencia, en la insubordinacion y osadía. Ningun auxilio recibe la Colonia de tantos como pidió. Sabemos que los de dentro son como el de Mr. Tousard. ¡Qué número de tropa! ¡qué buena cantidad la de paisanos y obreros! Dios quiera no experimenten algun golpe fatal de manos de la infidencia y de su credulidad. Nada tendrá de raro que depongan á Blancheland del mando, como tampoco que tomen otras providencias extrañas; pues se vé que caminan sin tino y sin reflexion.

Espero me diga U.S. dónde fueron los cañonazos que se sintieron el dia 4.

Si los Comisarios llegados al Guarico hubieran traido 20 6 25 mil hombres, desde luego sus disposiciones pudieran haber producido buen fruto; pero no conseguirán sino poner en mayor combustion la Colonia.

30 de Diciembre.-El mismo al mismo.-Con mucho gusto leo la carta de U.S. fecha 23 del corriente al ver que cuanto por ella me anuncia, indica de algun modo el restablecimiento del órden por esa parte y aun por el resto de la colonia en el departamento del Norte El ascendiente de los Comisarios civiles que parece entusiasmó, el cómo no han ganado los ánimos, (ó sea efecto de la volubilidad de los genios con que dan) esa pequeña victoria ganada por Mr. Tousard, la separacion de Milsar y Gerard, la disposicion hácia la quietud que me dice U.S. abunda en los negros y la milagrosa tranquilizacion que se puede esperar por medio de varios cooperadores son premisas favorables para el logro de un bien que á todos interesa. Es sinembargo peligrosa la llegada de las tropas, si vienen infectas como es de temer; y tambien es peligrosa por su particular carácter la Colonia del Occidente. Apruebo las providencias de U.S. con relacion á la despedida de la compa

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