Tratado de la sublimidad: traducido fielmente del Griego de Dionisio Casio Longino, con notas históricas, críticas y biográficas, y con ejemplos sublimes castellanos comparados con los Griegos citados por Longino

Portada
R. Tarascó y Lassa, 1882 - 315 páginas
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 270 - Ille mi par esse deo videtur, ille, si fas est, superare divos, qui sedens adversus identidem te spectat et audit...
Página 75 - ... crecen. De la vida asaltadas se estremecen atónitas las mudas sepulturas: libran sus cuerpos á las almas puras y á los justos vivientes aparecen. Las piedras se quebrantan y á su ejemplo visten los astros voluntario luto : rómpese el velo místico del templo.
Página 126 - Tal genio o religión fuerza la mente De la vecina gente, Que refiere admirada Que en la noche callada Una voz triste se oye que, llorando, Cayó Itálica dice, y lastimosa. Eco reclama Itálica...
Página 44 - Salíme al campo, vi que el sol bebía los arroyos del hielo desatados; y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despojos; mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad...
Página 210 - Como las corderillas temerosas de las queridas madres apartadas, balando van perdidas presurosas haciendo en poco espacio mil paradas, ponen atenta oreja a todas cosas, corren aquí y allí desatinadas: así las tiernas vírgenes llorando a voces a las madres van llamando.
Página 190 - Qué donoso disparate ! Tú no guardas tu secreto, ¿ Y quieres que otro lo guarde ? No quiero admitir disculpa, Otra vez vuelvo á avisarte : Esta será la postrera Que me veas y te hable. — Dijo la discreta mora Al altivo Abencerraje, Y al despedirle replica : — «Quien tal hace, que tal pague.
Página 118 - Conoce, desdichado, tu fortuna, Y prevén a tu mal: que la desdicha Prevenida con tiempo no penetra Tanto como la súbita.
Página 71 - ¿No ves cuando acontece turbarse el aire todo en el verano? El día se ennegrece, sopla el gallego insano, y sube hasta el cielo el polvo vano; y entre las nubes mueve su carro Dios ligero y reluciente, horrible son conmueve, relumbra fuego ardiente, treme la tierra, humíllase la gente. La lluvia baña el techo; envían largos ríos los collados; su trabajo deshecho, los campos anegados, miran los labradores espantados...
Página 117 - TIRSIS, ah Tirsis ! vuelve, y endereza tu navecilla contrastada y frágil a la seguridad del puerto ; mira que se te cierra el cielo. El frio Boreas, y el ardiente Noto, apoderados de la mar insana, anegaron agora en este piélago una dichosa nave.
Página 122 - Revuelto con el ansia el rojo velo del pabellón a la siniestra mano, descubre el espectáculo inhumano del tronco horrible, convertido en hielo. Vertido Baco, el fuerte arnés afea...

Información bibliográfica