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picaduras de las abejas, á las que presenta una piel dura y cubierta de pelos. Vive en las montañas y países poco habitados de la zona caliente: suele alimentarse de pajarillos y ratones, trepa muy bien á los árboles, duerme más de dia que de noche y se domestica con facilidad desde pequeño (4).

ORDEN DE LOS PACHIDERMOS

La váquira, del género del cerdo, es una especie de cerdo pequeño y sin cola; su color es gris, el lomo y costados negros con algo de pardo á los lados de la cabeza, cerca de las orejas. Sus barbas son largas y compuestas de cerdas negras, que tiene tambien sobre los ojos: el hocico es blanco. Las váquiras van en tan numerosas manadas, que algunas veces llegan á más de mil individuos de todas edades, que atraviesan inmensas extensiones de terreno. Si tienen que pasar un rio, la que va á la cabeza se detiene un instante, luego se arroja al agua y al momento es seguida de todas. Cuando ven alguna cosa que las alarma, se les oye un castañeteo en los dientes, se paran y examinan el objeto de su temor. Si algun cazador se aventura á atacarlas cuando están reunidas en gran número, le rodean y le hacen pedazos si no logra subirse á algun árbol para sustraerse á su venganza. Es abundante en las selvas de la Guayana y en toda la parte cálida y templada del país (1).

La váquira de collar, del género del cerdo, es igual en la forma á la anterior, pasa su vida en los bosques y anda apareada ó en pequeñas piaras. Se alimenta de ve

getales y raíces que se procura hozando la tierra; come tambien pescados y reptiles, y destruye muchas serpientes. Se oye su gruñido á una distancia considerable. Tiene una glándula colocada en medio de los riñones con la que arroja un liquido infecto á los que la persiguen. Tiene cerca de tres piés de largo y una raya amarillenta rodea su cuello. Se amansa con facilidad y puede vivir en el estado doméstico. Su carne es buena, pero al momento de matar la váquira es preciso quitarle inmediatamente la bolsa, porque de lo contrario no se podria comer. Se encuentra este animal en las llanuras y sabanas elevadas hasta la altura de 2,400 varas sobre el nivel del mar (2).

La danta, del género tapir, tiene como seis piés de largo. Su color es moreno oscuro; blanco puro los lados del labio inferior. Tiene una banda á lo largo del nacimiento de las crines al rededor de las orejas; el pelo es corto y la piel muy gruesa. La cabeza termina en un hocico ó especie de trompa cubierta de pelos del mismo color que el resto del cuerpo. Vive solitaria en lo interior de los bosques y á las orillas de los rios, y huye de la vecindad de los hombres. Se alimenta de vegetales, es de un natural tranquilo y no ataca al hombre sino en propia defensa. Se amansa, y sigue á su amo con docilidad. Su carne es excelente. La danta se encuentra en los llanos y en la serranía elevada (3).

ORDEN DE LOS RUMIANTES

El venado, del género de los ciervos, es cuando pequeño de un color leonado mosqueado de blanco, cuyas manchas pierde á medida que crece, y al año se le ve leonado rojizo: debajo del pecho y de la cola es blanco. Su asta crece á proporcion de los años, y su mayor altura es de dos piés. Es extremadamente vivo, habita los bosques y las sabanas, en las cuales suele vérsele en manadas. No se sirve de las astas para defenderse, pero sí de los piés : la hembra no tiene cornamenta ramosa. Este animal come frutas, yerbas y renuevos de los árboles. Se retira á lugares ocultos para rumiar; tiene el oido y el olfato muy finos. La hembra pare uno o dos cervatillos. Sa amansa fácilmente, pero no se pueden poner juntos dos machos, porque combaten hasta morir. Los hay de várias especies, y entre éstas unos enteramente blancos con las mismas calidades (4).

ORDEN DE LOS CETÁCEOS

El manatí, del género lamentino, es anfibio, herbivoro y náda muy bien; pero no puede arrastrarse sobre la tierra con facilidad, aunque tiene la costumbre de arrimarse al borde para nutrirse de yerbas y de la corteza de los mangles. Es de 10 á 15 piés de largo, y su color gris ceniciento. Tiene un buen natural, los ojos peque

ños y está obligado á salir frecuentemente á flor de agua para poder respirar. Su cuero es más grueso y espeso que el del buey, y su carne tiene el gusto de la de éste; la grasa es abundante y útil para el alumbrado: suele pesar de 500 à 800 libras. Este animal tiene dos pequeños brazos ó aletas irregulares sin division de dedos ni de uñas. La hembra suele llevar en los brazos dos hijuelos que generalmente son hembra y macho: los estrecha contra el estómago y los nutre con una leche gruesa hasta que pueden seguir á la madre. Hay muchos manaties en el lago de Maracaibo, en el Orinoco y en algunos de los rios que caen á este (5).

La tonina, del género de los delfines, tiene como de 9 á 10 piés de largo y 2 de diámetro; su color es negruzco en el lomo, y el del vientre blanquecino; náda con mucha agilidad en bandadas de cinco á seis y á veces más, saltando por las aguas. La hembra da uno ó dos hijos que cria con cuidado, llevándolos en sus aletas mientras son débiles ejercítalos en nadar, juega con ellos, los defiende con valor y nunca los abandona. Se alimenta de peces, principalmente de torácicos. Abunda en el mar de las Antillas y en el Atlántico: bandadas numerosas se ven en los rios Apure y Orinoco. En el Guaviare y el Atabapo hay muchas toninas, y se duda si habrán llegado alli remontando por el Orinoco ó bien por él Amazonas (6).

El fiseter ó chacalote, es un animal gigantesco que rivaliza con la ballena y llega á tener 60 piés de largo y más de 40 de circunferencia: su cabeza ocupa la cuarta parte de la masa total. Este cetáceo es de natural feroz y muy terrible; sin embargo, es objeto de la persecucion del hombre, porque su grasa, esperma y el ámbar que

tiene son un cebo demasiado poderoso para que aquel no arrostre los peligros que hay en su pesca. Habita nuestros mares, y á veces se le ve en bandadas numerosas. No hace muchos años que uno de ellos quedó varado en las costas, entre Uchire y la boca del Unare, causando tal putrefaccion, que infectó todo el aire de aquellas comarcas (7).

El narval, llamado pez-espada, tiene de 20 á 25 piés de largo; su forma es oval, carece de dientes, pero de la mandíbula superior le sale una púa de hueso que no baja de 7 à 10 piés de largo. Con ella ataca á sus enemigos sin exceptuar la ballena, atravesándoles el cuerpo. La fuerza con que la descarga es tal, que penetra en el casco de las embarcaciones. Esta púa es de un marfil preferible al del elefante, porque jamas se pone amarillo. Hay bastantes de ellos en nuestras costas y principalmente en las de Maracaibo (8).

Todos estos cetáceos parece á primera vista que debieran pertenecer á los peces, pero el exámen prueba lo contrario. Ellos respiran por los pulmones, lo cual les obliga á salir de tiempo en tiempo sobre la superficie del agua para tomar el aire necesario à la conservacion de la vida. Su sangre es caliente, sus hijuelos nacen vivos, y las madres están provistas de un aparato mamario para amamantarlos.

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