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les como el venado, que le gusta mucho, de donde seguramente trae su nombre; tambien se traga los demas que sean más pequeños que éste. Cuando se ha tragado un venado, si tiene cuernos, le deja la cabeza fuera de su asquerosa boca, y entonces se ve al reptil como hinchado y en un estado de entorpecimiento, sin poderse mover hasta que la cabeza del venado cae por la putrefaccion. Esta culebra tiene los dientes como la boa, y es tan voraz como él. Si el venado no tiene astas, empieza á tragarlo por la cabeza.

La macaurel. Es una culebra igual á la traga-venado con la misma figura y costumbres, diferenciándose sólo en que no crece tanto como ella.

La culebra cascabel. Es la más temible de esta especie; llega á tener 6 piés de largo y 18 pulgadas de circunferencia. Su cola termina en lo que se llama cascabel; se dice que cada año echa uno más, lo cierto es que se han visto con dos y hasta seis de éstos; exhala un olor fuerte de almizcle y encierra un veneno mortal en los colmillos. Parece que sus ojos centellean, su boca presenta una grande abertura, tiene la lengua dividida en dos, y el ruido que hace con sus cascabeles es muy semejante al que se haria al estregar un pergamino, y se puede oir à 60 pasos de distancia. A pesar del aviso que este sonido proporciona, es muy difícil evitar el ser picado si se pasa arrimado á ella. Cuando camina, sus movimientos son lentos; abunda mucho en los llanos y sus habitaciones preferidas son las cuevas. Se mantienen escondidas entre las altas pajas, y allí se encuentran ordinariamente enrolladas, pero con la cabeza levantada para poderse defender más fácilmente. Lo fuerte del calor las hace esconder de dia ó

buscar lugares sombríos ó frescos; y por la tarde empiezan á salir de sus escondrijos cazando parte de la noche, y al amanecer es la hora segura de encontrarlas: abundan en todas partes ménos en las serranías muy elevadas.

La mapanare. Es una culebra muy venenosa cuyos colores forman una cadena de negro y amarillo en la parte superior, y en la inferior tiene un amarillo que degenera sensiblemente en blanco: encima es como un cuero pintado, pero por debajo tiene dos hileras de escamas movibles que le facilitan andar con mucha agilidad; así es que se la considera como la culebra más ligera y de las más atrevidas que atacan al hombre. Abunda en todos los parajes calientes; se mantiene de frutas y gusta de las guayabas y las parchas.

Mapanare rabo-frito. Culebra de la misma clase pero más grande; le dan este nombre porque tiene la cola muy delgada y sus pintas tambien muy pequeñas; es tan cruel y venenosa como la otra.

Culebra-tigre, de la misma clase. Tiene escamas por debajo, y es pintada con manchas casi negras sobre un fondo verdoso y blanquecino hacia abajo, tirando á color de pizarra. Cuando esta culebra está irritada y se dispone á morder, levanta la parte inferior del cuerpo y alza la cabeza hasta la altura de média vara: algunas tienen más de 12 piés.

Lora. Culebra de 2 piés de largo; tiene escamas por debajo, color verde oscuro con manchas irregulares, amarillas y pardas: es de la misma familia de las mapanares.

Macaurel de cuatro narices. Culebra de la familia de las mapanares y con los colores de la traga-venado ma

caurel. Su longitud es tan sólo de poco más de un pié; se la distingue por un par de cuernos móviles ó eminencias encima de los ojos. La cabeza es chata casi como la del sapo, y representa en el hocico la figura de cuatro narices, de donde toma su nombre. Es muy venenosa y se dice que la persona ó animal picado por ella cae inmediatamente al suelo, - tan agudo es el dolor que ocasiona.

La culebra-sapa ó voladora, tiene cerca de 2 piés, la cabeza muy chata, color pardo, y el resto del cuerpo, por encima, de un amarillo oscuro, marcado con grandes manchas redondas y negras; el vientre es de un blanco amarillo. Cuando quiere morder se encoge, de modo que representa la figura de un sapo, de donde le viene el nombre. Al atacar se estira, y es tan atrevida y feroz que persigue a veces por más de 200 pasos lanzándose á morder.

Sabanera. Culebra muy grande de un color amarillo por debajo y amarillo verde por encima. Tienen algunas más de 10 piés y caminan con una velocidad extraordinaria, ondeándose por todo su cuerpo y teniendo una gran parte de él levantado á más de 4 piés de altura. Esta culebra no es peligrosa y se encuentra en abundancia en las sabanas, de donde tomó el nombre, sin duda por el modo de caminar en ellas mirando á todas partes.

Sobadora. Culebra larga y no maligna, de color verdegay en la parte superior, con una lista negra sobre el lomo, y el vientre de un verde manzana muy claro y brillante. Llega á tener hasta 6 piés. Llámanla sobadora porque su maldad consiste en dar grandes latigazos á las personas ó animales por medio de su larga cola, sea que

esté agarrada á un árbol, sea que se encuentre en el suelo. Brinca desde muy lejos sobre el objeto que la irrita, fustigándolo con una rapidez extraordinaria, persiguiéndolo constantemente, apoyando su cabeza sobre el suelo y batiendo fuertemente la cola. Esta culebra se alimenta de peces y reptiles.

Viejita. Culebra que tiene las mismas pintas que la tigre, con la diferencia de que no tiene sino 2 piés de largo; su veneno es muy activo; suele vivir en las quebradas secas y entre las piedras.

Culebra-bejuco. Reptil que tiene la forma y el color del nombre que lleva; no ataca si no se la toca. Suele estar en las ramas de los árboles, y cuando anda por el suelo se tiende como un bejuco. Hay una amarilla mucho más delgada y de la misma forma, que llaman hiladilla: dicen que su picadura es mortal.

Culebra de dos cabezas. Tiene cerca de uno o dos piés de largo, las dos extremidades de su cuerpo son de igual grosor; tiene los ojos excesivamente pequeños y cubiertos por una membrana; seis escamas anchas cubren la parte superior de su cabeza, y el cuerpo está lleno de pequeñas escamas cuadradas. Se alimenta de lombrices, escarabajos y otros insectos; devora sobre todo las hormigas que en numerosas legiones hacen grandes daños á los sembrados. Como esta culebra tiene la facultad de andar hácia adelante y hácia atras, puede penetrar en los retiros subterráneos de las hormigas, gusanos y otros insectos. Es capaz de excavar la tierra más que ninguna otra culebra, siendo su piel muy flexible y sus músculos muy fuertes. No es venenosa.

Víbora. Llega á crecer hasta 3 piés, su color es amarillo marcado con manchas negras; se alimenta de ani

males pequeños y nunca ataca al hombre ni á los grandes cuadrúpedos, á no ser que se le toque ó irrite; en este caso se enfurece, y su mordedura es peligrosa porque tiene en cada lado de sus mandíbulas 4 dientes como de 5 líneas de longitud. Estos dientes son blancos, diáfanos y agudísimos, y se les llama dientes caninos. El veneno está contenido en unas vejiguillas colocadas en uno y otro lado de la cabeza. Oprimidas estas vejiguillas por el movimiento de la mandíbula, dejan escapar el licor mortífero, que atravesando por el diente dispuesto naturalmente á darle paso, filtra en la herida. Se dice que el tabaco las mata.

Culebra comun: muy distinta de la vibora por los bellos colores con que la naturaleza adornó todo su cuerpo. Existe la culebra coral, cuyo nombre le viene de su color que es encarnado con anillos negros: es muy venenosa.

Todos estos reptiles abundan en la parte cálida, y disminuyen á medida que se eleva el terreno hácia la region fria.

Sapo verde. Reptil de la familia de los escuerzos; se encuentra en las cavidades de las rocas y en las hendiduras de las paredes. Su color es blanco lívido, marcado con manchas por encima del cuerpo, rodeadas de un círculo negro y frecuentemente reunidas muchas de ellas; su cuerpo está salpicado de verrugas lividas sobre el vientre, verdes sobre las manchas y encarnadas en los intervalos. Exhala su cuerpo un olor fétido cuando está irritado, y, como el sapo comun, derrama un humor más corrosivo que el de éste. Su respiracion va acompañada de una hinchanzon en la boca.

Sapo comadron. Este género de sapo habita en climas más cálidos y en parajes pantanosos: tiene el cuerpo

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