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zuela, se han verificado en las lluvias cambios que no podemos explicar.

Aunque se ha calculado que por término medio caen anualmente dos mil milímetros de agua, las iluvias no son tan frecuentes como en el litoral de oriente, aunque sí y más que en muchos puntos del occidente.

Poco más ó ménos, son 70 el número de dias lluviosos en el año.

La humedad del aire es considerable á lo elevado de la temperatura, que eleva tambien el punto de saturacion.

La presion atmosférica está muy poco sujeta á variaciones sensibles; casi siempre está en el máximum.

VIENTOS

Como se ha dicho, los vientos modifican notablemente el clima de Puerto Cabello, ejerciendo muy notable influencia sobre la temperatura y el estado higrométrico del aire.

Los vientos reinantes son los de la parte del E., con frecuencia frescos, raras veces violentos; y en este puerto casi son desconocidas las borrascas.

Dichos vientos, como todos saben, llamados generalmente brisas, principian á soplar de las ocho á las doce A. M., teniendo su máximum de fuerza de 2 á 4 P. M. y decayendo luégo gradualmente hasta el ocaso del sol en que queda calma.

Por supuesto, no siempre sucede así; habiéndose notado ademas que si al ponerse el sol aumenta la brisa, continúa soplando hasta media noche poco más ó ménos, sobre todo en la costa.

En los meses de abril á octubre decaen un tanto, sustituyendose á las veces con la calma más completa, otras con el viento del medio dia, y de cuando en cuando con algun airecito del O. y NO.

Cuando por la noche cesa la brisa, da lugar al vientecillo, comunmente llamado «< terral, » y que á las veces sopla fresco, el cual dura por lo regular hasta la salida del sol, con interrupciones de calma en absoluto.

Este viento, como es sabido, lo produce el desigual enfriamiento de la tierra y del agua.

Durante los meses de junio á octubre sopla frecuentemente el viento que viene del sur, llamado « caldereta » cuyo nombre se origina de que se hace sentir como el vapor del agua hirviendo.

Y con razon.

Porque si bien es cierto que no es tan abrasador como el Khamsin del Egipto, el Simoün de la Arabia ni el Hamattan de los desiertos de Sahara, no lo es mucho ménos que el Siroco de las costas de Italia, ó el de Medina de las costas de Andalucía.

Así, las calderetas por su extrema sequedad son temibles ; por su elevada temperatura y el polvo impalpable de que están cargadas son molestas.

Pero afortunadamente no soplan con violencia, y no tiene este puerto que sufrir lo que las poblaciones del Océano índico con sus Ciclones, ni los de la costa de Africa con los Tifones, ni los del golfo de Méjico con vientos semejantes que llegan hasta el furor de los huracanes.

Es de notarse que durante el tiempo que sopla la caldereta, la temperatura del agua baja, en la misma proporcion que la temperatura del aire sube.

El Dr Ponte ha hecho la siguiente observacion :

En uno de los primeros dias del mes de junio, á las 9. A. M., soplando la brisa, el termómetro marcaba 860 Farenheit á la sombra, y el agua marcada en un termómetro de baños, dió la temperatura de 79° 25; Farenheit tambien. A las diez principió á soplar la caldereta con alguna fuerza, y á las 40 h. 30′ el mismo termómetro indicó 95o y el del baño marcaba 600 25 F.

Este viento muy raramente sopla de noche y no se extiende más de ocho á diez leguas de la costa; es anunciado generalmente por una barra de nubes blancas en la cima de la serranía del Sur ; cuando está soplando y como un poco antes, se despeja de tal manera la atmósfera, que todos los cerros ménos la parte que ocupa la nube blanca de donde proviene, y toda la costa á sotavento se aclara. Causa gran daño en las plantaciones, derribando platanales, etc. Como la brisa, este viento no es constante sino que sopla por ráfagas.

PUREZA DEL AIRE

(Cuestion salubridad )

A principios del siglo actual, ya se ha dicho, se vió como una conquista reducir los muertos en sólo la fiebre amarilla ó vómito prieto al 20 % en los extranjeros y al 40% en los criollos.

¿Cuál es la causa de tan notable diferencia?

No encontramos la razon sino en un pensamiento del sabio Humboldt, sin el cual no puede hacerse investigacion alguna en Venezuela, pues es forzoso ocurrir á su alta respetabilidad (1).

(1) El Colon de las ciencias en América es Alejandro de Humboldt, y á él debe Venezuela la más brillante descripcion de su naturaleza, que reune toda la riqueza, variedad y preciosidades, repartida en los demas países del mundo.

Desde el principio del siglo actual, las ciencias naturales no pueden profundizarse sin el estudio de Humboldt, y á cada instante en las páginas del ilustre sabio se tropieza con Venezuela.

Nació en Berlin, de padres honorables, el 14 de setiembre de 1769, y murió próximo á cumplir un siglo de existencia, consagrada enteramente á dar la luz en los fenómenos físicos, el 6 de mayo de 1862.

Hasta los últimos instantes de su vida, su espíritu elevado, su juicio certero, sus deducciones lógicas, su memoria, que era el libre abierto del Universo entero, al alcance de todos, no declinaron un solo instante.

Dice el filósofo aleman:

« Esperemos que el hombre, cambiando la superficie del suelo, llegue a mudar poco á poco la constitucion de la atmósfera. »

La esperanza concebida por el genio hoy, es realidad ma

ñana.

Y como en muchos puntos de Venezuela, ello ha tenido lugar en Puerto Cabello tambien.

Sólo de vez en cuando suelen presentarse fiebres periódicas que hoy nada tienen de mortales.

La causa de esas fiebres es explicable.

La falta de corriente franca para las aguas meteóricas, y las que produce las inundaciones del rio, hace que se estanquen en los sitios sin declive; se alteran por consiguiente, y los miasmas que exhalan no pueden ser sino elementos de insalubridad.

Por fortuna, el viento se lleva la mayor parte y los disemina; pero á las veces alguno queda é inficciona la atmósfera, produciendo alguna vez la fiebre de que hablamos.

Esta fiebre, pues, que no es en manera alguna el vómito negro, y que puede hacerse mortal por mal tratamiento, cuido ú otra circunstancia particular, es la sola enfermedad que podia llamarse especial de este suelo.

Por lo demas, no es aventurado asegurar que Puerto Cabello es salubre; y tan pronto como se dé el nivel preciso á sus calles y un corte al rio, se convertirá en uno de los lugares más sanos de Venezuela.

Porque las enfermedades que se observan son escasas, y poco variable el número de elementos que las constituyen; siendo

Por el contrario, primero los años, despues los meses, y, ya próximo el término de su existencia en la tierra, los dias, horas y áun minutos, parecian crear nuevos horizontes á su fecunda imaginacion.

El primer país de América que visitó fué Venezuela. Desembarcó por Cumaná, principiando de allí sus exploraciones, que duraron próximamente un año en esta República.

de notar su benignidad relativa, sobre todo al compararse con las terribles endemias de otras localidades.

Así, resumiendo los caractéres generales del clima de Puerto Cabello, tenemos :

4° Temperatura casi uniforme y constantamente elevada; 20 Falta de amplitud en las variaciones anuales, mensuales y diurnas;

30 Considerable humedad en el aire ;

40 Falta de estaciones, difiriendo tan sólo por el grado de sequedad;

50 Lluvias periódicas;

60 Vientos de direccion constante;

70 Falta de oscilaciones barométricas;

80 Terrenos flojos que se hacen pantanosos á la menor lluvia.

Y por último, todas las razas viven bien en esta ciudad, donde ni el clima enferma, ni la temperatura estorba.

Y de ello es prueba la circunstancia de que abrigados en el seno de Puerto Cabello están muchos representantes de la gran familia humana, y todos soportan fácilmente la influencia de este clima tórrido.

Y esos mismos extranjeros de la raza cáucasa, á poco tiempo de permanencia en esta ciudad, gozan de una inmunidad tal vez mayor que la de los mismos criollos, bien que todos sufren por igual la accion enervante de la temperatura.

Exceptuando el lugar que ocupan las calles de La Muralla, Colombia y del Comercio, todos los demas terrenos en la parte N. de la ciudad han sido cegados. En los demas el terreno es arenoso; y hasta la profundidad en que se encuentra agua, desde 2 à 3 metros hasta 4 y 5 en puntos más al sur, se hallan depósitos que encierran conchas análogas á las que existen en estas playas y á las de animales del mar; y tambien pólipos semejantes á los que forman los arrecifes y las islas madréporas inmediatas.

Esto indica que fueron los terrenos formándose lentamente

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