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por depósitos marítimos agregados á los sedimentos y rocas arrastradas por el rio que tiene su desembocadura en el mismo plano ocupado por la ciudad, y los despojos arrancados por las lluvias de las montañas que se elevan al sur.

Las islas adyacentes ya nombradas son arrecifes de coral ó madréporas, estando formadas tambien de pólipos petreos aglomerados unos con otras.

É islas llegarán á ser tambien los bajos que se encuentran en la bahía cuando las aguas las hayan cubierto con el cieno que ellas depositan, si no se toman las medidas convenientes para impedirlo.

Los pólipos que contribuyen más especialmente á la formacion de esas islas y que se encuentran en gran abundancia en toda la extension de esta ciudad, pues constituyen la piedra con que hacen las casas, se arreglan las calles y se ciegan las aguas manglares, son generalmente:

La porita clavaria (Porites clavaria); la porita cardo (Porites cardus); la porita en haz (Madrépora facienlaris); la meandrita (Madrépora girosa); la madrépora sólida (Millépora pollimonpha); la oculina (Ocullina hirtella), etc.

El nivel de estos terrenos sobre el del mar es 2 metros por término medio.

El nivel de los quicios de las puertas de casas en las diferentes calles, si tenemos tiempo, se marcarán respectivamente en ellos, en el plano urbano de la ciudad.

Las leyes del ascenso y descenso del mar, que fueron la desesperacion de la ciencia antigua en su representante más caracterizado, Aristóteles, que hizo ver á Alejandro que no era Dios, y que áun hoy mismo á pesar de las explicaciones de Descartes, D'Alembert, etc., del descubrimiento de sus leyes generales explicadas por la teoría de la atraccion y la gravitacion de Newton, y por último los trabajos de La Place, no pueden precisarse de manera satisfactoria, particularmente en ciertos detalles, que son de importancia; porque una ciudad como Puerto Cabello, por ejemplo, de muy escasa altura sobre el ni

vel del mar, está expuesta á una inundacion proveniente de una de esas grandes mareas que suelen presentarse á confundir aún más á los sabios, sobre este fenómeno, que no infundadamente atribuyó la fábula á los movimientos de la tierra al respirar, suponiéndola como animal viviente.

Hemos procurado en el corto tiempo de seis meses hacer todas las observaciones del caso; hemos fijado en diversos puntos, así de la bahía interior como de la exterior y de las aguas manglares en los parajes ménos expuestos al viento y á las ondas, marcas graduadas, observándolas á la vez y al mismo tiempo á todas, y no ha sido posible fijar una proporcion. Hemos consultado á antiguos habitantes de Puerto Cabello, á marinos y pescadores que viven, puede decirse, en el agua, y sus informes ninguna luz nos han dado que pudiera guiarnos para la fijacion de una regla, salvo la general del doble ascenso y descenso cada dia de 24h 49', tiempo que tarda la luna en hacer su aparente revolucion completa al rededor de la tierra; el mensual en que son mayores las mareas en los novilunios y plenilunios; y naturalmente suponemos que tambien el anuo, por el cual esas mismas grandes mareas de los plenilunios y los novilunios son mayores en los equinoccios, al contrario que en los solsticios.

Hemos tratado de averiguar si como en la generalidad de las costas donde son más palpables las mareas, en Puerto Cabello ván siendo mayores de las cuadraturas para las sisigias, y menores de estas para aquellas; si en las sisigias la pleamar tiene lugar tres horas despues del paso de la luna por el meridiano, y si este retardo disminuye de los novilunios á los plenilunios, aumentando de éstos á aquellos; y últimamente si en el período anuo las mareas del solsticio de invierno son mayores que las del solsticio de verano, etc., etc.; pero desgraciadamente no hemos contado con el tiempo suficiente para estas observaciones, y si apuntamos la idea es porque no dudamos que ella servirá de estímulo á algun interesado ó de base á algunos más inteligentes para el estudio de este fenómeno que debe ser cono

cido en esta ciudad, por lo mismo que está casi rodeada de agua (1).

El resultado de nuestras escasas y quizas infructuosas observaciones y de los informes positivos que hemos adquirido, es el siguiente:

En los primeros meses del año, la marea asciende de 27 á 40

(1) No dudando que pueda haber quien quiera dedicarse á este estudio y hacerle este servicio á Puerto Cabello, nos vamos á permitir el recordar la teoría en que se funda el fenómeno de las mareas, no muy generalmente conocido. A la vez que por sus ideas filosóficas, por su fórmula sencilla y al alcance de todos.

Supongamos que la luna está en reposo y que la tierra es un globo sólido, tambien en reposo y cubierto de un fluido homogéneo; y pues que segun la ley descubierta por Newton, todas las partes de este fluido pesan hacia el centro de la tierra, al mismo tiempo, que experimentan los efectos de la atraccion del sol y de la luna, si todas las partes del fluido fuesen atraidas de un modo igual y en direccion paralela, la accion de aquellos dos astros no tendria otro efecto que el de mover toda la masa del globo sin alterar la situacion respectiva de sus partes. Pero segun las leyes de la gravitacion, el hemisferio más próximo al astro ó sea el superior, es atraido con más fuerza que el centro del globo, y al contrario, el inferior con ménos; es claro, pues, que el fluido que cubre aquel hemisferio debe moverse hácia el astro con más velocidad que dicho centro, y por consiguiente elevarse con una fuerza igual á la diferencia de estas dos atracciones. El fluido del hemisferio inferior atraido con ménos fuerza que el centro, debe moverse con ménos velocidad y separarse de él próximamente como el del otro hemisferio. Así, el fluido se elevará en los dos puntos extremos de la línea en que se halla el sol ó la luna, hácia los cuales acudirá digámoslo así, de los demas del hemisferio con tanta más velocidad cuanto más próximo están á ellos. Por tanto, es evidente que la elevacion y descenso del mar se efectúa en un mismo instante en dos puntos opuestos de un meridiano. — Sentado este principio comun á las acciones del sol y de la luna, fácilmente se conoce que la elevacion de las aguas en un mismo lugar debe estar sujeta á grandes variaciones, segun la situacion respectiva de aquellos dos astros. En las conjunciones y oposiciones, las fuerzas atractivas del sol y la

centímetros. Sigue aumentando proporcionalmente hasta llegar á 50 y 60.

En los meses de setiembre y octubre, se nos asegura por personas fidedignas, que llegan hasta un metro de altura.

luna concurren á un mismo fin, porque en las conjunciones pasan á un mismo tiempo por el meridiano; y en las oposiciones, cuando uno de estos dos astros pasa por el meridiano superior, el otro lo verifica por el inferior. Por consiguiente, en ambos casos la elevacion de las aguas es el resultado de las dos acciones, puesto que cada una de estas acciones las suspende en los dos puntos extremos de la línea en que se halla el astro, y se hallan en una misma el sol y la luna. Lo contrario sucede en las cuadraturas: la fuerza atractiva del sol contraría entonces la de la luna, y la de esta á aquella. Porque distando 90° la accion de cada uno de estos dos astros sobre las aguas, tiene por efecto elevar las que están debajo de él y hacer descender las que se hallan debajo del otro. Por esta razon las mareas mayores son en las sisigias, y las menores en las cuadraturas.

Considerando ahora el movimiento giratorio de la tierra, es claro que las aguas suspendidas en un punto cualquiera por la influencia del sol y la luna, en virtud de su inercia, tienden á permanecer en tal estado; al paso que aquel movimiento separándolas de dichos astros, contribuye á su descanso en el mismo punto, y por eso retarda las mareas y disminuye su elevacion.

Si la luna estuviera siempre en el Ecuador, es evidente que distaria 90 de los polos; la accion sobre ellos seria constante é invariable y por lo tanto no habria flujo y reflujo en dichos puntos; pero como aunque no sea cierta esta hipótesis, lo es el que no se separa del Ecuador más de unos 28°, de aquí el que en las inmediaciones de los polos y áun en las latitudes de 65° para arriba no sean sensibles las

mareas.

Como sólo sucede dos veces al mes que el sol y la luna corresponden á un mismo punto del cielo, ó á puntos opuestos, la elevacion de as aguas áun haciendo abstraccion de la inercia, no debe estar precisamente debajo del uno ni del otro astro, sino en punto intermedio. - Así, cuando la luna camina por las sisigias para las cuadraturas, esto es, cuando no está á 90o del sol, la grande elevacion de las aguas debe verificarse al O. de la luna; y al contrario cuando este astro va de las cuadraturas á las sisigias. En el primer caso la pleamar se an

ESTADÍSTICA COMERCIAL

La aduana de Puerto Cabello importó de 1849 á 1850, 42,336,693 francos, y exportó en la misma época 7,302,553; siendo el total de 40,536,247 francos, y los derechos ascendieron á 4,090,341,15.

En el período de 1859 á 1860, hubo un aumento de 1,194,129 francos en las importaciones, y de 4,469,526 en las importaciones; de este modo, importacion: 5,427,822; exportacion 14,444,990.

En el período de 1864 á 1865 hubo un aumento sobre el de 1859 á 1860; en la importacion, de 5,340,959 francos, y en la exportacion de 14,339,607; siendo la primera de 40,768,784 francos y la segunda de 22,784,597 francos.

En el período de 1872 á 1873 ascendieron las cantidades importadas á 7,173,133 francos, y las exportadas á 32,938,964,95; la diferencia con el período de 1864 á 1865 fué la siguiente: en la importacion, una diminucion de 3,595,648 francos, y en las exportaciones un aumento de 10,275,367.

En estos últimos años, el movimiento comercial do este puerto ha tomado tal incremento con motivo de haber venido á ser puerto de depósito para Nueva Colombia y puertos occidentales de Venezuela, cerrados al comercio exterior, que los capitales importados en 1874 han sido de 19,697,520 francos y los exportados de 24,676,790.

ticipará á las tres horas lunares, porque la inercia de las aguas da su elevacion tres horas despues del paso de la luna por el meridiano; y por otra parte, la posicion respectiva de aquel astro y del sol la da ántes de dicho paso. Lo contrario y por igual razon sucede en el caso segundo.

Tales son en extracto las teorías generales que rigen el movimiento de las mareas segun D'Alambert, La Place, Maclursy, etc.; pero fácilmente se comprende que la profundidad de los mares, las distintas figuras de las costas, los estrechos, canales, vientos, corrientes, etc., todo influye en las mareas para retardarlas, acelerarlas, hacerlas mayores o menores, etc.

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