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locadas tan simétricamente que no parece sino obra del arte humano. A veces hay enormes rocas que descansan con maravilloso equilibrio sobre otras sumamente pequeñas. En ella se hallan dos aberturas cuadradas á manera de ventanas talladas en la roca. Este curioso paredon es digno de ser estudiado detenidamente.

En el mismo distrito y en el rio Tiznados, se forma la bella cascada conocida con el nombre de Salto de Canuto. El rio se precipita de una altura de 20 metros; cae à una hoya de piedra de 16 metros de circunferencia y 24 de profundidad, y luego continúa por un lecho de la misma piedra que se extiende á 65 metros de longitud. Todos los años se hace en esta pintoresca cascada famosa pesca (1).

En el cerro de Barragan, departamento Cedeño, se hallan unas cuevas que parecen haber servido de cementerio á los indios, pues en ellas se encuentran como hemos dicho antes, muchos esqueletos. Estas cuevas son muy poco conocidas. Tambien hay otras cuevas en distintos puntos de la República; de ellas las más conocidas son la del cerro de Guacamaya en las cercanías de Valencia, que es bastante grande; la gran gruta del cerro Cuchivano (Estado Cumaná), de la cual ha salido várias veces por la noche un gas inflamable, que se ve relucir, segun Humboldt, á una altura de cien toesas. Este sabio dice que es probable que la descomposicion del agua en la magra pizanosa, la cual está llena de piritas y contiene carburos de hidrógeno sea una de las causas principales de este fenómeno. » Observó ademas este sabio, que los temblores en Cumaná durante su estancia allí, se

(1) Apuntes estadísticos del Estado Guárico (1875).

verifican despues de las lluvias y que entonces estas cuevas despiden aquellos gases.

Por último, hállase en el cerro de Monai, en Trujillo, una caverna que despide con frecuencia gases inflamables, causando espanto á las gentes ignorantes, que todo lo achacan á causas sobrenaturales.

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Poco ó nada habian hecho por el fomento del país los gobiernos que se sucedieron en Venezuela de 1830 á 1872. En los primeros tiempos de la República ponian los gobernantes el mayor empeño en administrar con pureza los caudales públicos; y era cosa en que cifraban toda su gloria el poder dejar en las arcas públicas grandes sumas de dinero, que con la mayor economía lograban reunir en la administracion. Y si bien es cierto que esto honra en gran manera á aquellos gobiernos, tambien demuestra á las claras no sólo ideas erróneas sobre economía política, sino estrechez de miras y falta de ideas verdaderas acerca de los medios conducentes á encarrilar los pueblos por las vias del progreso y de la civilizacion.

Esto se comprende fácilmente, si se considera que los

hombres más notables de aquellos tiempos no habian podido desprenderse por completo de la influencia de las doctrinas coloniales. Los hábitos del país, creados bajo el sistema del gobierno español, contrario en todo al desenvolvimiento moral y material, y el espíritu de rutina que se opone como un muro invencible á toda innovacion, eran circunstancias que naturalmente venian á reflejarse en el poder, pues tenian hondas raices en la sociedad.

Así es que en los primeros años de paz, ni se pensó en abrir vias carreteras que unieran los principales centros de produccion, ni se propendió á que brazos extranjeros vinieran al país á establecerse. Trabajóse, sí, con tino en el ramo de instruccion científica, fundando en 1832 (setiembre) los importantísimos estudios matemáticos que tan fructiferos han sido al país, y se establecieron algunas escuelas para la enseñanza primaria. ¡Cuántos varones, honra de nuestra patria, no han salido de la escuela de Cajigal! Esta sola consideracion basta para medir todo lo que ha podido hacerse en beneficio de la instruccion pública; pues si todos los gobiernos hubieran continuado en tan laudable y honorifica tarea, ¡cuánta gloria no alcanzaria hoy la República, y qué hermosos horizontes no se ofrecerian á nuestra vista!

Si estos gobiernos, comprendiendo mejor en qué estriban los verdaderos intereses de las naciones, hubieran construido vias de comunicacion, protegido de una manera verdaderamente eficaz la instruccion popular, y atraido con acierto la inmigracion, sin descuidar por esto la pureza en el manejo del Tesoro público, Venezuela seria hoy una de las más florecientes naciones del

Nuevo Mundo. Mas estos errores deben considerarse como característicos de la época, y casi puede decirse que fueron involuntarios en los hombres que empuñaban las riendas del Estado, puesto que ellos creian de muy buena fé que bastaba seguir el camino que se habian trazado para hacer la felicidad de su patria.

Luego surgieron los partidos; vinieron las guerras; se ensangrentó y cubrió de ruinas la República, y apénas pueden contarse, desde entónces desgraciadamente, algunos años de paz, que más que otra cosa fueron un necesario interregno proporcionado por el cansancio de los partidos, que al sentirse repuestos volvieron á la lucha.

Durante este largo período, la ambicion y todas la pasiones que se exaltan en las contiendas civiles han predominado casi siempre; y el carro de la civilizacion ha encontrado grandes obstáculos que le han impedido traer á esta sociedad al más alto grado de esplendor.

La imprenta, vehiculo admirable, llamado á iniciar los pueblos en los misterios de la ciencia y de las letras, convirtióse bien pronto en instrumento de guerra; y poniéndose al servicio de las personalidades y de los partidos, olvidó su sagrado ministerio, y se encaminó de lleno por las sendas que señala el odio y abre y asegura la venganza. En medio del estruendo de las armas, los ánimos no pensaron ya en ennoblecerse é ilustrarse por medio del estudio, y así languidecieron las ciencias y se estacionaron las artes. Cambiáronse los nombres de las cosas y viniéronse á realizar en Venezuela los mismos abusos de que se quejaba Caton contra el pueblo romano: premióse al delator; el fraude dejó de mirarse con horror y desprecio; los fallidos burlaron

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