ESPAÑA EN EL SIGLO XIX SUCESOS POLÍTICOS, ECONÓMICOS, SOCIALES Y ARTÍSTICOS, ACAECIDOS DURANTE EL MISMO. DETALLADA NARRACIÓN DE SUS ACONTECIMIENTOS Y POR D. FRANCISCO PI Y MARGALL (OBRA PÓSTUMA) Y D. FRANCISCO PI Y ARSUAGA ILUSTRADA POR J. PASSOS Y P. BÉJAR TOMO III BARCELONA MIGUEL SEGUÍ - EDITOR RAMBLA DE CATALUÑA, 125 1902 CAPÍTULO XXX V I. Comienzo de la Regencia de Cristina. Miraflores y Quesada contra Zea Bermúdez.- Constitúyese el Consejo de gobierno dispuesto en su testamento por Fernando. -Escasa importancia que tuvo este Consejo. - Manifiesto dado por la Regente el 4 de Octubre de 1833. - Modificación ministerial. — Explosión de la guerra civil. - Medidas del Gobierno. — Regreso á la Patria de Argüelles, Gómez Becerra, Mina, Istúriz, Galiano y otros emigrados. - Exposiciones de los generales Llauder v Quesada pidiendo el cambio de régimen politico y la reunión de Cortes. Martinez de la Rosa en el poder. - II. Ideas reaccionarias de Martinez de la Rosa. - El Estatuto real. - Falso punto de partida dado con su promulgación al reinado de Isabel II. Abolición definitiva del Santo Oficio. - Ciérrase la Escuela de tauromaquia de Sevilla. - El cólera de 1834. — Matanza de los frailes en Madrid. - Cristina y Muñoz.-Su matrimonio secreto. Reglamentos reaccionarios. - Conspiración liberal. — Inaugúranse las Cortes generales. — Discurso de Cristina. — El Duque de Rivas en el Estamento de próceres. — El Estamento de procuradores. Su contestación al discurso de la Corona.- Petición sobre la «Tabla de derechos. - Exclúyese al Infante Don Carlos y ȧ toda su línea del derecho de suceder å la Corona de España. Notable dictamen de la comisión del Estamento de procuradores. Ruinoso estado de la Hacienda pública. - La Milicia nacional. - Elogio que hace de ella don Joaquin María López. I La actitud belicosa del partido carlista antes de la muerte de Fernando VII indicaba claramente cuál había de ser la que siguiera después de tal acontecimiento. La Regencia de Cristina y el Trono de su hija Isabel corrían grave riesgo ante la oposición de un Pretendiente tenaz al que apoyaban todas las fuerzas del absolutismo; imponíase, pues, un cambio completo de sistema, echándose en brazos del partido liberal, unido á la Monarquia legítima por comunes intereses desde el restablecimiento de la Pragmática-sanción. Cristina no lo comprendió así, y desde luego confirmó en sus cargos á los ministros que presidia Zea Bermúdez, enemigo de cambio alguno en la politica, aficionado al antiguo régimen y desconocedor, además, de la nueva situación creada al vacilante Trono de una niña por la hostilidad de los reaccionarios de todos matices. El Marqués de Miraflores y el general Quesada, cuyas opiniones retrógradas no podían hacerles sospechosos, acudieron à la Regente haciéndola ver lo peligroso que era para su causa la continuación en el poder de Zea Bermúdez. Aconsejáronla que llamase á su lado á los liberales, quienes excitarían al País en |