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en la reunion de comerciantes se hiciera pública su mala fé, y así se explica el fenómeno que se observa todos los dias, de que se cumplan religiosamente contratos que carecen en absoluto de fuerza civil de obligar, pero á los que ha dado una sancion enérgica la publicidad con que se celebraron.

La reunion de la Bolsa sirve además para que el comerciante tenga conocimiento exacto y completo de ciertas noticias que han de determinar su conducta en la contratacion. Estos hechos son, entre otros: la mayor ó menor abundancia del género que desea comprar, dato que se indica de un modo evidente por la oferta; conocerá tambien el precio corriente de tales mercaderías, la opinion dominante sobre determinados acontecimientos que pueden influir en la marcha de los negocios de un modo más ó ménos directo; en vista de todo, el comerciante calcula si aquel dia le conviene negociar, y se decide en uno ú otro sentido el que

ántes de la reunion se encontraba dudoso é irresoluto, obrando en la confianza de que posee todas las noticias necesarias para juzgar con acierto, noticias y antecedentes que no hubiera tenido á su disposicion lejos del punto donde se reunen los especuladores.

Tan evidentes ventajas no podrian alcanzarse de ningun modo si cada comerciante permaneciese en su casa y solo saliese de ella en busca de aquél con quien juzgara que podria celebrar el contrato que meditaba; así es, que apenas empezó á desarrollarse

el comercio, apenas empézaron á verificarse con alguna frecuencia contratos de índole mercantil, vemos aparecer por todas partes esas reuniones de hombres de negocios, que son el orígen racional de las Lonjas, Casas de contratacion y Bolsas.

CAPÍTULO II.

ORÍGEN HISTÓRICO DE LAS BOLSAas.

Habiendo demostrado que la conveniencia y el deseo de facilitar la contratacion fueron las causas de reunirse los comerciantes periódicamente en lugares y horas determinados, consagraremos este capítulo al orígen histórico de las Bolsas, cuyos gérmenes hallamos en las reuniones diarias que en los pórticos del Pireo, celebraban los mercaderes interesados en las operaciones que eran consecuencia del activo comercio que los atenienses mantenian con el Ponto Euxino, el Bósforo, el Egipto, la Tracia y la Siria, del mismo modo que en la plaza pública de Corinto se ajustaban los convenios que producia el vasto tráfico de Europa y Asia que los griegos, cartagineses y fenicios hacian entre sí.

Durante el consulado de Apio Claudio y Publio Servilio, 493 años antes de la era vulgar, se construyỏ en Roma un edificio conocido con el nombre

con el

de Collegium mercatorum (1), cuyos restos se conservan aún en la plaza de San Jorge, ruinas que los habitantes de la Ciudad Eterna conocen nombre de Loggia. Algunos, sin embargo, no entienden de igual manera las frases del historiador romano, y fijándose en la pureza del idioma latino, afirman que la frase collegium significa asamblea, reunion y de ningun modo edificio, debiendo entenderse la frase de Tito Livio como prueba del que los mercaderes formaban una compañía (2); pero áun cuando nos merezca respeto la opinion consignada, es lo cierto que todos los que se ocupan de antigüedades romanas, hablan del Collegium mercatorum como edificio en que tenian lugar las reuniones de comerciantes, concepto robustecido hasta por la idea que tiene el pueblo de las ruinas de la Loggia.

España, una de las más ricas provincias romanas, sotenia un comercio muy activo con Italia, á cuyos puertos arribaban con frecuencia las naves catalanas, valencianas y andaluzas, cargadas de los ricos frutos de nuestro suelo. Para dirigir estas empresas, mantener y fomentar el tráfico que tan pingües utilidades reportaban á los comerciantes españoles, tenian éstos sus colegios, á imitacion de la capital del imperio, y en ellos celebraban sus conferencias y reuniones. El gremio de mercaderes

(1) Tito Livio, libro II, cap. 27.
(2) Mellado. Enciclopedia moderna.

asotanos (1) dedicó una inscripcion á Lucio Licinio II; otra inscripcion que existia en Braga, recordaba el colegio de negociantes de la ciudad de Osuna en Andalucía; mientras los barqueros que comerciaban con Rómula, nombre dado por los romanos á Sevillą, dedicaron dos estatuas, una al emperador Antonino Pio y otra á su hijo Marco Aurelio Vero (2), y puede afirmarse que Cartagena, Málaga, Cádiz y otras poblaciones situadas en el Mediterráneo, tendrian establecimientos de índole igual; reduciéndose á lo dicho, lo que podemos llamar historia antigua de las Bolsas.

El comercio progresaba paulatinamente, dando calor á las instituciones nacidas á su sombra, hasta que por la invasion de los bárbaros desaparecen las Lonjas, para surgir de nuevo hácia el siglo XIII, en que la vida del comercio, la fundacion de los consulados y otros establecimientos, hizo pensar que las reuniones de mercaderes debian reorganizarse bajo bases convenientes para que se alcanzaran las ventajas que era posible lograr de la asociacion. En la Edad Meca, toma gran vuelo el comercio de las ciudades italianas, y á consecuencia de esa prosperidad, Mesina en 1128, Luca y Módena en 1182, Génova en 1250 y Venecia en 1280, nos presentan reuniones de hombres de negocios congregados por

(1) De la ciudad antigua de Aso, en el reino de Múrcia. (2) Arrazola. Enciclopedia de Derecho.

el deseo de lucro y de hallar manera fácil de conclúir sus transacciones. Nuestra Valencia crea tambien en 1283 una Lonja de comercio, y áun cuando algunos quieren negarle ese carácter, asegurando que sólo era un Consulado que ejerció la jurisdiccion comercial y no una verdadera Casa de contratacion, no fué perdido el ejemplo de la ciudad del Turia, pues poco tiempo despues nace la Lonja de la capital de Cataluña.

Considerábase á Barcelona ciudad muy principal por el auge y desarrollo que habia alcanzado su comercio, y deseando la municipalidad contribuir al progreso de esa industria, decidió en 1339 construir un edificio para que celebrara sus juntas el Consulado, y á la vez sirviera de punto de reunion para los mercaderes, mareantes y hombres de negocios (1). Obtenida la Real cédula en 1380 y concedidos los terrenos necesarios, se emprendió la fábrica, terminándose el edificio á los pocos años, pues en 1401 se celebró en él la reunion que tuvieron los síndicos de Barcelona con los representantes de las Lonjas ó Consulados de Valencia, Mallorca y Perpiñan para tratar de los socorros que habian de ofrecerse al rey D. Martin para la guerra con Cerdeña. Desde esta época sigue en creciente' prosperidad el comercio de Barcelona, llegando, no sólo á

(1) Capmany. Memorias históricas sobre la marina, el comercio y las artes de Barcelona.

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