Imágenes de páginas
PDF
EPUB

mendador salió de Santo Domingo con trescientos hombres de á pié y setenta caballos, acompañado de subalternos esforzados. Entre ellos se distinguian Diego Velazquez, Rodrigo Mejía de Trillo y otros.

Al saber Anacaona que se dirigia el Comendador á sus estados se preparó á recibirlo del modo amigable que se hizo en vida de su hermano el Adelantado D. Bartolomé Colon. Mandó citar á todos sus Caciques dependientes para que se presentasen en Jaragua, donde residia, á fin de hacer cumplida reverencia al Comendador.

En efecto, concurrieron todos y con ellos un número tan considerable de gente que sorprendió á los huéspedes. Anacaona, acompañada de trescientos señores salió al camino á recibirlos, cantando sus areitos y bailando al son de sus instrumentos músicos, como tenian de costumbre. Fué hospedado el Comendador en la casa principal de la poblacion, y la demás gente del ejército en las casas más contiguas á aquellas. El obsequio fué espléndido, porque Anacaona solícita y advertida hizo contribuir para el regalo de sus huéspedes con todas las producciones animales y vegetales de que era tan abundante el territorio. Continuaron los bailes, cantares y regocijos públicos hasta el domingo siguiente.

Séase que el Comendador hubiese reconocido algun fundamento ó temor por el aspecto de los indios, ó séase por las noticias que le comunicaron los de Jaragua, lo cierto es que él quedó persuadido de la figurada conspiracion. Y para prevenirla, despues de haber comido mandó poner sus tropas sobre las armas, á pretexto de jugar cañas, y porque Anacaona le habia manifestado que sus Naytianos deseaban ver ejecutar este juego. Ya habia advertido el Comendador á los suyos lo que queria ejecutar y fué, que los de á caballo cercasen su casa y los de infantería con sus armas estuviesen en cuadrillas en ciertos puntos, y cuando dirigiéndoles la palabra pusiera la mano en la cruz de su hábito, atasen á Anacaona y á todos los Caciques y despues de asegurados los presos se pusiese fuego á las casas.

Así se ejecutó en efecto. En el momento dado fueron arrestados Anacaona y los suyos, que con horror y sentimiento eran conducidos á la prision, dejando en combustion y ardiendo las casas de los infelices Indios. El espanto fué general en la comarca y al propagarse la noticia, entre los que no concurrieron á la festividad, fué inexplicable su turbacion. La mayor parte de ellos emigraron en sus canoas á las islas vecinas de Goanaba y otras tierras mas lejanas. El Cacique Hatuey, que no concurrió al festin, escapó para la isla de Cuba. No fué tan afortunado el otro Cacique Guaroa que se creyó mas seguro amparándose de las montañas del Bahoruco, pero su calidad de sobrino de Anacaona fué causa de que se le persiguió con empeño hasta capturarlo, como á los otros. Era regular que el espanto se comunicase á las provincias adyacentes y el Comendador en prosecusion de su intento puso en armas las pacíficas provincias de Higuayagua y de Guaba, situadas en las llanuras del Norte y Oeste de Jaragua, las cuales tomaron entonces el carácter de rebeldes, porque algunos indios, visto lo pasado, pre

sentaban resistencia á la fuerza que se les hacia. Nombró el Comendador de jefe para la expedicion á Diego Velazquez, á quien siempre habia distinguido, y que vino á la Española en el segundo viaje del Almirante, y tenia bienes y repartimientos. Para Guaba nombró á Rodrigo Mejía, y ambos se comportaron con energía hasta lograr Velazquez la captura del Cacique de Higuayagua; con lo cual se acabaron las hostilidades, remitiendo el Comendador los presos á Santo Domingo y permaneciendo él algun tiempo mas en el Cacicato, con el objeto de formar nuevas poblaciones.

CAPITULO II.

EL COMENDADOR NICOLAS DE OVANDO.

Año de 1504 á 1506.

Inconvenientes morales y materiales en los negocios.-Diego Mendez arriba á Jaragua.-Envía una nave el Comendador á la isla de Jamaica.-Carta del Almirante Colon al Comendador Ovando.-Repartimientos de los indios de Jaragua y nombramiento de Teniente Gobernador á Diego Velazquez.-Segunda carta del Almirante Colon al Comendador.-Regresa el Comendador á Santo Domingo.-Nueva insurreccion de los indios de Higüey.-Expedicion contra los indios sublevados y prision de Cotubanamá.—Ejecucion de justicia en los Caciques Cotubanamá y Anacaona.-Fundacion de varios pueblos del Este.-Llega el Almirante al puerto de Santo Domingo.— Acrecentamiento del comercio y poblacion de la isla.-Se instala la casa de contratacion de Sevilla.-Creacion de la Alcaldía mayor de la Villa de Santiago.-Sale el Almirante para Cádiz.-Escribe á su hijo Diego sobre la enfermedad de la Reina.-Muerte de la Reina Católica.-Dilacion en el despacho de los negocios del Almirante. -Prosigue el Rey Católico en Roma las solicitudes sobre Obispados. -Carta del Almirante á su hijo.-El Almirante y su hermano D. Bartolomé pasan á Segovia y se presentan al Rey sin lograr despacho sobre sus pretensiones.-En el corto período del reinado del Archiduque D. Felipe el Hermoso tampoco se provee sobre las solicitudes pendientes de Virey.-Vuelve á tomar la Administracion del reino el Sr. D. Fernando el Católico.-Carta del Almirante á su hijo.-Muerte del Almirante.

Hasta aquí hemos descifrado el verdadero espíritu de la conquista

y los inconvenientes que encontrara para su desarrollo. Percíbese ya en esta otra época de la Historia de Santo Domingo el combate de las ideas y de los intereses: lid inevitable y por medio de la cual se resuelven de siglo en siglo problemas que conducen á la humanidad á situaciones menos azarosas. Las causas de la progresion y adelanto de la nueva colonia y las que habian detenido su marcha hasta entonces eran evidentes: no podia escaparse al ojo menos perspicaz que la industria y el trabajo habian fomentado los intereses morales. Penetrados los Reyes Católicos de estos efectos y colocados á la cabeza de la civilizacion europea, se propusieron cortar en este nuevo teatro hasta en su raíz los estorbos que pudie

ran contener el impulso civilizador. Estos grandes monarcas llevaban la insignia de la unidad en Europa y no podian menos de conducir esa antorcha de luz hácia las fértiles regiones de América. Conciliar unos y otros intereses, tal fué el pensamiento dominante de su política.

En aquellos dias acababa de sufrir un cambio y revolucion el órden antiguo. Todas las instituciones económicas y políticas habian sido planteadas en Europa desde el siglo doce al quince, á fuerza del combate perenne de los intereses y de las ideas. Idéntico fenómeno debia desarrollarse en América; pero si las ciencias habian comenzado á deducir sus primeras bases de las relaciones necesarias entre las nacionalidades é intereses diversos contenidos en aquel continente, no pudo preverse que la aplicacion de los mismos principios debieran obrar en América de un modo distinto dando resultados tan opuestos por las influencias locales y por otras causas contrarias. Teníase que lidiar ó con los instrumentos que debieran contribuir á la plantificacion del pensamiento ó contra los intereses contrarios que se desarrollaban en distintas latitudes 6 localidades. Iban en pos y atravesaban silenciosamente el Océano no solo las miras de la civilizacion sino con ellas algunos restos del mundo antiguo. Uníase á estos obstáculos la distancia de la metrópoli que, debilitando ó variando el aspecto de las cosas con el transcurso del tiempo, hacia que el remedio llegase cuando no producia mas efecto que su flagrante importunidad. Sin embargo, prevenidos los Reyes Católicos contra algunos inconvenientes que tenian que vencer, no salvándolos todos por la imposibilidad de la situacion, siguieron la via que les señalaba el estudio de los acontecimientos pasados. Siendo la proteccion de los intereses materiales y la propagacion de las máximas del cristianismo los móviles del progreso en Europa, á ellos se tomó por guia para la mas acertada aplicacion de los nuevos principios políticos que desde entonces se babian declarado protectores de la reforma social. La isla Española debia ser, pues, el plantel de las semillas que mas tarde habrian de esparcirse por toda América.

La Española habia recibido con el nombramiento de Ovando, personaje ilustrado y caballeroso, un impulso denodado. Elegido por los Reyes para introducir las benéficas disposiciones que habian premeditado, sus miras se contrageron á variar 6 modificar la direccion extraviada que Bobadilla habia dado á los negocios de la conquista. No era ya tan solo el deseo de oro y lucro, ni el acrecentamiento material lo que convenia: este espíritu habia variado con los últimos acontecimientos: se trataba ya de un establecimiento fijo, y la religion debia con sus saludables preceptos modificar la aplicacion de las ideas de las franquicias. No solo eran necesarios buenos principios y sanas intenciones en el gobierno, sino que tambien se introdujesen costumbres morales y religiosas en la masa del pueblo con la influencia de los misioneros y con la comunicacion de las luces.

Colocado Ovando en posicion tan espinosa como delicada, no

puede ponerse en duda, que para llenar su plan necesitaba de una cooperacion eficaz de parte de los indios como de los españoles, pues que unos y otros debieran auxiliarse en la ejecucion del proyecto intentado. Veamos cuales fueron los estorbos y las complicaciones que se presentaban entre unos y otros para la fructificacion de tan nobles ideas. Aunque la servidumbre feudal y la esclavitud doméstica habian sido derrotadas con golpes pausados y lentos por el catolicismo, no dejó por eso de llamar la atencion de los Reyes Católicos sobre "cual era el mejor sistema" que debiera establecerse entre los indios y los españoles. Ninguno se habia encontrado mas adecuado al estado de estas gentes que el de los repartimientos y las encomiendas, porque privados de la sujecion en que se hallaban á la entrada de Ovando, por un efecto de la magnanimidad de los Reyes, volvieron á un estado de abandono y holgazanería que fué tan perjudicial á los intereses de los conquistadores, como á los de la raza conquistada. I habia sido preciso elegir este medio término de las encomiendas, tanto mas urgente, cuanto que de otro modo con la ignorancia del idioma y la falta de otros arbitrios de comunicacion, no era posible la relacion en otro sentido, sin que produjera una verdadera anarquía.

De cualquier manera que se juzgue este pensamiento á la luz imparcial de la historia, no podrá menos de convenirse que fué el único adaptable á las circunstancias. Se acogió como favorable, como la condicion necesaria de existencia entre el hombre civilizado y el hombre salvaje. Las reglas santas de la religion y de la política establecieron igualdad de relaciones, retribucion de la parte que se empleaba en el trabajo y en la industria con los mismos productos; tal era la norma y el principio civilizador admitido.

Nada mas sano, nada mas político que las miras protectoras del gobierno. El nuevo Gobernador habia obrado en esta escala de condiciones. Comenzó la obra de las aplicaciones conforme á los deseos humanitarios de los Reyes Católicos, Empero ¿cuál fué la suerte de esta tan útil institucion? Produjo los saludables efectos que se propusieron los monarcas españoles? Esto es lo que descubriremos en el discurso de esta historia.

Los indígenas no podian prever á qué punto se les conducia, ni comprendieron que este sistema era un medio transitorio á que se les reducia por una necesidad imperiosa, la de la conservacion y adelanto de su propia raza. Entregados á los encomenderos, vieron estos en aquellos hombres obstinados, no dispuestos á entrar en el camino que se les abria, y en vez de acoger los medios de dulzura aconsejados por la bondadosa Isabel, adoptaron el extremo opuesto: las violencias. En medio de esta dificultad de conciliar situacion tan espinosa, es preciso sobre todo ser imparcial: la legislacion no habia establecido los medios de conciliacion; quedaba á la sana intencion del Gobernador la aplicacion de las reglas que la equidad le dictara, mas no se obró generalmente en este sentido; la balanza se inclinaba hácia la parte fuerte y no por falta de un principio de justicia, sino por el de las conveniencias. Desde

« AnteriorContinuar »