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antigua, y á donde habia mas comercio y reunion de personas, con facultad de que el Presidente y Oidores la desempeñasen, pues eran personas de autoridad, letras y conciencia; por cuyo medio seria mas respetable el Tribunal y los súbditos mas quietos V sosegados. En efecto, esta acertada providencia produjo en la Española los benéficos efectos que se propuso el Emperador. Nunca se oyeron esos clamores y persecuciones é injusticias atribuidas á un Tribunal generalmente odiado y contra cuyo sistema de sustanciacion se ha escrito tanto y con tanta acrimonía. Las causas de la fé sometida al criterio de hombres experimentados, jamás alarmaron la conciencia de los fieles, y Santo Domingo gozó hasta los últimos dias la inapreciable excepcion de no ser comprendida en la nómina de los pueblos que sufrieron las persecuciones de aquel Tribunal memorable.

A principios del año anterior habia fallecido el célebre Adelantado de Cuba Diego Velazquez, y al saber el Emperador nueva tan importante y trascendental no pudo menos de manifestar su sentimiento por la muerte de aquel fiel vasallo. En tantos años de servicios desempeñó sus comisiones con el valor del héroe y con el acierto del gobernante. Cuba particularmente le es deudora de los fundamentos de su prosperidad, y el autor de esta historia no puede recordar sin amargura lo que ha pasado á su vista en el lugar de su sepultura y con la loza que cubria aquel depósito sagrado.

No quiero decir por esto que fuera aquel el lugar en donde fué enterrado Velazquez luego que acaeció su fallecimiento, porque la tradicion asegura que lo fué en la primera iglesia que él mismo habia fundado con el título de Santa Catalina, que probablemente existia en la inmediacion de una plazuela que estuvo en la calle Real á la subida de la cuesta de Belen. Hablo del hallazgo de un pedazo de lápida que se halló á la profundidad de siete y medio piés. Efectivamente entendia el Ilustrísimo Señor Arzobispo de Cuba Don Joaquin Oses y Alzua en levantar la Catedral de aquella ciudad que estaba en ruinas desde los memorables terremotos del siglo anterior, y el veinte y seis de Noviembre del año de 1810 se excavaba el hoyo en que debia colocarse el colosal horcon que con otros debian servir para andamios del edificio, cuando se encontró una lápida sepulcral que seguramente descansaba sobre la sepultura de Diego Velazquez y lo denotaba la inscripcion. Tal vez se trasladó de donde estaba á aquel lugar cuando se fundó la Catedral de Cuba. En el momento del hallazgo fué llamado el autor de esta obra, por el Señor Administrador de Rentas Reales Don Juan Miguel Calvo, hombre observador y curioso que tuvo la feliz ocurrencia de copiar aquel monumento. Todos los concurrentes se llenaron de admiracion y regocijo con el descubrimiento. Creimos que el entusiasmo por aquella memorable reliquia la haria conservar en la isla como un recuerdo precioso de su fundador, pero no sucedió así desgraciadamente. El año siguiente de 1812, publicada por primera vez la

Constitucion política de la monarquía española, se mandó fijar una lápida en las plazas de las ciudades principales que indicase las fechas de la promulgacion de aquel Código, y el jefe civil ó Gobernador y el Cabildo Constitucional cometieron el imperdonable yerro de mandar borrar la inscripcion de aquella célebre lápida sepuleral y que se escribiese sobre ella el nuevo letrero con la fecha de la Constitucion, como si no hubiera mármoles en la ciudad que sirvieran para aquel objeto, ó como si se tratara de la mas vulgar inscripcion, y no la que denotaba las circunstancias mas importantes sobre el fundador de Cuba, para quien debiera ser tan cara y perpetua su memoria; pero por una casualidad, que en parte salva aquel atentado histórico cometido en el siglo XIX, conservo entre mis papeles curiosos la copia exacta y minuciosa que hizo el Señor Calvo algunos dias despues del hallazgo en un dibujo en que se detallan las dimensiones de la loza, la inscripcion con el aditamento de los cuatro pedazos que se encontraron en otros lugares, el escudo de las armas de Velazquez, y el pedazo de piedra que faltaba para completar la lápida. Dicha copia con la nota explicativa del Señor Calvo se incluye en esta obra.

Tambien murió en la Española el año de que hablamos el Veedor Cristóbal de Tapia. Despues de haber regresado de su viaje a España donde puso cobro á los sueldos que devengó en su comision de Gobernador de Méjico y de permanecer como dos años en el desempeño de su oficio y en el manejo de sus haciendas y del ingenio de azúcar Itabo que poseia en los valles de Azua, falleció en Santo Domingo dejando por sucesor á su hijo Francisco.

En estos mismos dias obtuvieron los herederos de Francisco Garay, Real Orden para que se les entregasen todos los bienes que habia dejado y que le correspondian de la Nueva España. Al bijo mayor, Antonio de Garay se le hizo concesion de un oficio de Regidor perpetuo en la isla de Santo Domingo y merced de dos Alcaidías, una de la fortaleza de Jáquino en la Española, y otra en Sevilla, isla de Jamaica. Habian sido notables los servicios de este español desde los dias primitivos del Almirante en la isla, y mas despues en la Guadalupe, Jamaica, Panneo y costas de las Floridas, y sus descendientes ficles á los principios elevados de su progenitor, se han perpetuado en Santo Domingo adornados de virtudes, y reconocidos como de la primera hidalguía en la Española hasta nuestros dias.

Aun se mantenia la isla en próspero estado. Las continuas sacas de todo género de cosas necesarias para llevar adelante las grandiosas empresas del Perú, consolidacion de Méjico y nuevos asientos y contratas con Luis Ponce de Leon, Diego Lopez de Salcedo y Pántilo de Narvaez, sin disminuir la prosperidad, eran suficientes para cubrir aquellas necesidades y aun para que sus vecinos pensasen en expediciones ultramarinas. En este año de 1525, Diego Caballero, vecino de una de las villas interiores de la Española, obtuvo la concesion para pacificar y poblar bajo el pro

pio órden y condiciones que lo hicieron otros descubridores, cient leguas de la Costa firme que corre desde el cabo de San Roman af de la Vela; pero mas que todo prueba el estado floreciente de la isla, que ese mismo año se remitieron y llegaron al puerto de Sevilla el cuatro de Noviembre, tres naves enviadas de Santo Domingo con los productos de aquella isla, de Cuba y de Puerto Rico, en que ascendiendo los de Cuba á cuatro mil pesos de oro y los de Puerto Rico á siete, la Española enviaba por sí sola once mil pesos de oro, doscientos veinte marcos de perlas y de aljófar y trescientos treinta y cinco perlas redondas pescadas en la ensenada de las Perlas, fondo de la gran bahía de Samaná.

El envío de estas naves y las acusaciones que se propalaban por todas partes contra los procedimientos de Hernan Cortés, de que ni temia á Dios ni al Rey, obrando despóticamente, y que se apoderaba de los quintos del oro, de los que habia reunido hasta cuatro millones, cobrando de una sola de las cuarenta provincias que tenia hasta cincuenta mil castellanos al dia, y manteniendo oculto y enterrado el oro de Moctezuma, impulsaron al Emperador y al Consejo que entendia en las cosas del Almirante Virey á nombrar á éste Presidente y Gobernador de Méjico con la condieion que llevara á su costa hasta mil soldados españoles; pero la fatalidad que seguia á esta familia de Colon dejó sin efecto aquella promocion, porque interponiéndose los mas altos personajes de la Corte, tuvieron bastante influjo para embarazar el proyecto, y el Almirante Virey entretenido con plausibles dilaciones y razones especiosas, se veia obligado á correr tras sus pretensiones sin verles el deseado término. Fatigado de ellas y yendo en seguimiento del Emperador que estaba en Sevilla fué asaltado en la Puebla de Montalvan de una grave enfermedad de que murió el viernes veinte y tres de Febrero de 1526, siendo enterrado en la misma capilla de Santa Ana de los Cartujos de Sevilla, donde reposaba su difunto padre. Las nobles y relevantes circunstancias del hijo honraban la memoria de su progenitor, el célebre Don Cristóbal.

Su condicion noble, blanda y afable habia distinguido al Almirante Virey desde los dias de su juventud en que servia de paje al Príncipe Don Juan. Su eficacia, constancia y actividad fueron otras tantas dotes de que estuvo adornado en su virilidad, como lo acreditó agenciando los difíciles negocios de su padre, á quien merecia confianza ilimitada y el cariño con que lo distinguió siempre en sus cartas, llamándole "mi muy caro y amado fijo;" y ya casado con la descendiente de la casa de Toledo y elevado á las mas altas dignidades, demostró la generosidad de su alma, sin envanecerse por su posicion y riquezas, ni abatirse por la envidia con que fué perseguido constantemente por sus émulos; pues desentendiéndose de sus intrigas, mantuvo su atencion fija en los progresos y mejoras de la isla, dejando entre otras cosas que perpetuan su memoria la casa de su morada que se conserva en el dia como uno de los mas antiguos monumentos construidos despues del establecimiento de los españoles en Indias.

CAPITULO XIII.

EL ALMIRANTE DON DIEGO COLON, EL OBISPO DON SEBASTIAN RA2 MIREZ DE FUENLEAL Y EL ARZOBISPO DON ALONSO DE

FUENMAYOR.

De 1526 á 1541.

Muerte de Miguel de Pasamonte y su testamento.-Fundacion del convento de los P. P. de las Mercedes.-Providencias del Emperador para la Española é isla de Cuba.-Expedicion de l'ánfilo de Narvaez á las costas de Méjico.-Nacimiento del Príncipe Don Felipe.-Nombramientos de Obispos para Santo Domingo, la Vega, Cuba y Abadía de Jamaica.—Introduccion de negros esclavos.-Es nombrado Gobernador de la Española el Licenciado Don Sebastian Ramirez de Fuenleal que era Obispo de Santo Domingo por muerte de Don Alejandro Geraldino.—Ordenes é instrucciones del Emperador para su administracion.-Gracias y mercedes á varios de los conquistadores de las Indias.-Reunion de una junta general en Barcelona que decidiese el sistema que debiera regir en lo sucesivo y enmienda de los males y abusos que se habian introducido relativamente á los indígenas. El Obispo Fuenleal toma posesion de su mitra.-Prosigue procurando la reduccion del Cacique Enrique.-Sublevacion del indio Tamayo.-Entrevista con el Cacique Enrique que no tuvo efecto por su desconfianza.-Diferentes disposiciones favorables á la industria y comercio de las Indias por la junta que creó el Obispo Gobernador; y su informe al Soberano:-Es promovido Ramirez de Fuenleal al gobierno de Méjico.-Se deciden las cuestiones del heredero del Almirante Virey en la Corte y es nombrado Gobernador Presidente de la Audiencia Don Luis Colon, nieto del Almirante Don Cristóbal.-Acontecimientos en el Perú y demás provincias del continente americano y desgraciado fin de Panfilo de Narvaez.

THUCHOS años habian transcurrido desde que viño á la Española Miguel de Pasamonte, con el título de Tesorero general de las Indias. Favorecido por el Rey Católico Don Fernando, que le distinguió constantemente, habia desempeñado las funciones de su cargo con toda la actividad y diligencia propias de él, sin descuidar sus negocios particulares que le valieron en repartimiento y otras ganancias muchas y muy grandes riquezas, pero su génio turbulento, altanero y acre lo mantuvieron en pugna abierta

con los gobernadores. Sus mas virulentos debates fueron contra el Almirante Virey y contra Fray Bartolomé de las Casas. Tal vez desapareciera su memoria en Santo Domingo, si no se recordara el buen uso que hizo de sus bienes: mandó fundar una hermita 6 iglesia bajo la advocacion del Santo Arcángel de su nombre, que subsiste hasta el dia, y otras obras piadosas, que tambien fueron costeadas de su bolsillo y legadas al tiempo de su muerte, acaecida á principios del año de 1526.

Probablemente adolecia Pasamonte de algun mal crónico y previendo su próximo fallecimiento, obtuvo la concesion de la futura de su empleo á favor de su sobrino Esteban de Pasamonte, dotado del mismo carácter del tio.

Continuó, al sucederle en la Tesorería general, las mismas cuestiones y porfias que aquel habia sostenido por tanto tiempo. con los otros empleados.

Las órdenes monásticas experimentaron en estos dias una nueva mejora. Algunos religiosos de la órden de la Merced habian venido á la isla desde los dias del Almirante y se mantenian siempre como seculares é independientes; pero en este año de veinte y seis se celebró en Burgos un capítulo general de los Padres religiosos de esta Orden, para acordar una reforma, como en efecto se hizo, enviándose á Fray Francisco de Bobadilla y doce religiosos auxiliados de Reales provisiones y llevando lo necesario para reunir en convento á todos los frailes que vivian fuera de comunidad. El buen acogimiento que tuvieron los padres y la liberalidad de todos los vecinos para la fábrica del convento, correspondieron al fervor y devocion con que habia sido reverenciada la Santísima Virgen de las Mercedes desde su aparicion en la Cruz del Santo Cerro. Se edificó el convento y su iglesia anexa que fué levantada con extraordinaria magnificencia y adornada de preciosas alhajas y ornamentos que la distinguian de las otras que habia en la ciudad. Este nuevo instituto religioso aumentó la devocion de los vecinos y dió por resultado los cuantiosos donativos que hicieron sostener el culto con la decencia y esplendor que se ha conservado hasta el dia, á pesar de las azarosas vicisitudes por que ha pasado la isla.

El Emperador Carlos V no perdia de vista los intereses de las Indias. Las islas Española y la de Cuba atraian su atencion en este tiempo con los nuevos descubrimientos, y el gobierno proveyó cuanto fuese útil 6 pudiese reparar las desgracias inevitables que causaban los terremotos, incendios y huracanes, fenómenos tan comunes en estos climas. Santo Domingo sufrió este año uno de los mas memorables huracanes con que fueron azotadas las Antillas. En el mes de Octubre se habian desbordado todos los rios y fueron incalculables los perjuicios que experimentaron los vecinos con las pérdidas de sus siembras y muerte de sus ganados. En Cuba por una casual desgracia se quemó la ciudad capital de Santiago, que se habia acrecentado con muchos miles de vecinos. El Emperador ocurrió con su bolsillo á reparar estas desgracias, man

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