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todo manifestando el deseo de que jamás se llegue al es tremo de tentarse la separacion de la Provincia lo que causaria una guerra aun mas desoladora.

Concluida esta entrevista, que fué breve, indiqué al Sr. Querencio la conveniencia de regresar en el mismo buque brasilero en que se encontraba y sin mas retardo.

Luego que partí de á bordo, el vapor siguió con desti. no á la Paz, no habiendo estado en este Puerto mas que el tiempo de mi corta entrevista con el Sr. Querencio y no habiéndo tenido otra comunicacion con tierra. El comandante del vapor recibió órden de no tocar en nin gun puerto durante el viaje hasta la Paz.

No siendo necesario, y no conviniendo, que yo conservase la carta del Sr. General Lopez Jordan, la dejè en poder de su portador, observándole que no podia mantener correspondencia con aquel Señor.

Por el mismo buque en que vino de Montevideo el Sr. Coronel Querencio recibí una carta en que el Sr. Viscon de de Rio Blanco me comunicó que habia tenido con este Sr. la entrevista pedida por él, en la cual S. E. oyó las mismas declaraciones é hizo idénticas observaciones. Agregó S. E. que el Sr. Querencio, despues de oirlo inmediatamente para queria regresar la Paz, pero que el mismo Sr. Visconde le habia observado que era mas re gular avistarse con el Ministro Residente en Buenos Aires, que estaba prevenido, y para quien era destinada la carta, porque ese Ministro, estando en contacto con el Gobierno Argentino, podria tal vez hacerle alguna indicacion mas útil en el sentido de los sentimientos de paz que el Sr. Coronel manifestaba.

Conviene aquí observar que la conducta del Coman.

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date que recibió á bordo al Coronel Querencio y à sus compañeros no fué aprobada, á pesar de las buenas inten ciones del mismo Comandante; que creyó que no debia negar pasaje á bordo de su buque que pasaba casualmen te por el puerto de la Paz, á Oficiales que se decian por tadores de correspondencia para el Ministro del Brasil. Luego que regresé de á bordo comuniqué confidencial. mente á V. E. todo cuanto habia pasado. Entendemos, el Sr. Visconde de Rio Blanco y yó, que era deber de lealtad no ocultar al Gobierno de la República estas circunstancias. La naturaleza del hecho exijia entre tanto que la comunicacion fuese confidencial, como fué, y sien do por mi especialmente deseada la reserva que me pare cia conveni-nte para todos.

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Pero, como se vé de lo que dejo espuesto, ese deseo, en

que respecta á los Representantes del Brasil, solo se fundaba en motivos de delicadeza. Ellos tienen la conciencia de que su proceder fué digno y amistoso para con el Gobierno Argentino, probando así tanto cuanto les era posible en tales circunstancias, los votos que hacen por la conciliacion de la Familia Argentina.

Poniendo término á esta esposicion, aseguro que, en conformidad de lo que acordé con V. E., los representantes del Brasil, han guardado hasta ahora entera reserva á respecto de esa ocurrencia. Hoy, entre tanto, en presencia de las notables alteraciones con que la prensa continúa á referirse à la comision del Coronel Querencio, nuestro silencio podria ser mal interpretado, y declaro, pues, á V. E. que de parte de los Representantes del Bra sil no solamente se desiste del pedido de reserva, sinó hasta me cumple solicitar que V. E. quiera dar publici..

dad á la presente nota á la par de cualesquieras esplica ciones que juzgue necesarias por su parte, ó permitirme que yo lo haga.

Tengo el honor de reiterar á V. E. las espresiones de mi mas alta consideracion.

Firmado

A. P. de Carvalho Borges.

Contestaciondel Sr. Ministro de Relaciones Exteriores á la nota anterior.

Ministerio de Relaciones Esteriores.

Buenos Aires, Diciembre 1 de 1870.

A S. E. el Señor Ministro Residente del Brasil D. Antonio P. de Carvalho Borjes.

La relacion contenida en la nota que ayer tuve el honor de recibir es de la mas perfecta axactitud, en todo lo que concierne á los incidentes ocurridos con el Gobierno Arjentino, y satisfaciendo el deseo en ella manifestado por el Sr. Ministro, dispongo su publicacion con esta respuesta.

Aprovecho esta ocasion para reiterar al Sr. Ministro las seguridades de mi mas alta consideracion.

Firmado

CARLOS TEJEDOR.

Nota del Sr. Ministro Residente del Brasil, quejándose de procedimientos del Juez de Paz de Santo Tomé.

Legacion del Brasil

Buenos Aires, Diciembre 24 de 1870.

A S. E. el Sr. Ministro de Relaciones Esteriores, Dr. D Carlos Tejedor.

Señor Ministro:

Me consta por informes del Consulado General del Im perio, que varios brasileros residentes en Santo Tomé, Provincia de Corrientes, se quejan de los procedimientos del Juez de Paz de aquella localidad, Sr. D. Juan Zaball y que aun últimamente se produjo el hecho de haber sido arbitrariamente multado y engrillado el comerciante brasilero, Antonio Hilario, habiendo sido inútiles los esfuerzos que hizo en favor de èl el Vice-Cónsul del Impe. rio en Reustaracion que se habia trasportado allí en co mision del Consulado General por estar acéfalo el Vice Consulado en Santo Tomé, segun estoy informado el Juez de Paz no solo no atendió al Vice-Cónsul sinó que le maltrató con palabras ofencivas.

Al hacer esta comunicacion á V. E. espero que el Gobierno Argentino dictará provindencias para que se averigue el hecho en cuestion y para que no se repitan los procedimientos injustos de aquel Juez para con los Brasileros residentes en su distrito.

Reitero á V. E. las seguridades de mi mas distinguida

consideracion.

Firmado- A. P. de Carvalho Borges.

Contestacion del Ministro de Relaciones Exteriores.

Ministerio de Relaciones Esteriores,

Buenos Aires, Diciembre 26 de 1870.

A S. E. El Sr. Ministro Residente de S. M. el Emperador del Brasil.

He tenido el honor de recibir la nota de V. E. fecha 24 del corriente en que se sirve manifestarme que le consta por informes del Consulado General del Imperio de que varios súbditos brasileros residentes en Santo Tomé, Provincia de Corrientes, se quejan de los procedimientos del Juez de Paz de esa localidad D. Juan Zaball y que úl. timamente se produjo el hecho de haber sido multado y engrillado arbitrariamente el comerciante brasilero Antonio Hilario, sin que dieran resultado alguno los esfuersos en favor de este que hizo el Vice-Cónsul del Brasil, quien fuè por esto maltratado con palabras ofensivas.

Termina V. E., pidiendo al Gobierno Argentino, tome las medidas convenientes para que se averigue el hecho en cuestion y para que no se repitan los procedimientos injustos de aquel Juez.

Elevada la nota de V. E. á conocimiento del Gobierno tengo encargo de hacer presente á V. E. que el comercian te Antonio Hilario, como cualquier habitante de la Re

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