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premio. A estas causas de nuestra dilación, se ha de añadir que, como no puede dejar de doler quedar esta ciudad sin tal pastor, atentando primero cuantos medios se han podido fabricar en la necesidad y la imaginación, hemos reconocido que cualquiera otro remedio viene á ser infructuoso; y habiendo comunicado éste con unánime acuerdo de todo el Cabildo, con los señores de la Real Audiencia, como con personas tan sabias y tan atentas por el lugar que ocupan á todas nuestras medras nos han respondido que este es medio eficaz y solo; en cuya conformidad volvemos, á suplicar á Vuestra Señoría se duela de sus ovejas y emprenda aquesta jornada, pues siendo tantas ellas y tan afligidas, no sin misterio dijo el Redemptor que cargó en los hombros una sola que necesitaba de remedio, porque aunque hizo diligencia tan extraña por todas y por cada una, quiso decir que sus apóstoles y á los señores obispos, que son sus verdaderos sucesores en la obligación pastoral, que sin atender á que es corto el rebaño, se lo echen al hombro.

Denos Vuestra Señoría licencia para que esta súplica se envuelva en una protesta, que á ese título sólo dejamos deste papel un traslado en el libro del Cabildo: protestamos á Vuestra Señoría Ilustrísima los daños temporales y espirituales de sus ovejas que quedan apuntados en lo referido, si alza la mano de su consuelo en tan urgente y tan apretado fracaso, ya que esta protestación sólo se encamina al tribunal de Dios, no por acusar á Vuestra Señoría Ilustrísima, pues si no hiciere lo que le suplicamos, tendrá, pués es tan docto, munchos motivos para no hacerlo, pero hémoslo añadido porque sepa el mundo todo que la Ciudad, Justicia y Regimiento de Santiago, á quien también ha encomendado Dios el cuidado de los pobres y personas miserables, pues ha llegado hasta que no le queda piedra por mover para el remedio desta ciudad. Guarde Nuestro Señor á Vuestra Señoría, como habemos menester, en Santiago, á veinte de enero de mil y seiscientos y cuarenta y ocho años.-Ascensio de Zabala.-Don Francisco de Urbina y Quiroga.-Don Francisco de Eraso.-Antonio de Barambio.-Don Valeriano de Ahumada. -Don Pedro de Salinas Córdoba.-Don Francisco Pedraza.-Don Joán Roco de Carvajal.— Andrés Illanes Quiroga.-Don Francisco Lariz y Deza.-Juan de Arrúe.-Don Antonio Chacón y Quiroga.-Por mandado de el Cabildo, Justicia y Regimiento de la noble y muy leal ciudad de San tiago de Chile y su jurisdición.-Manuel de Toro Mazote, escribano público y de cabildo.

y

RESPUESTA DE LA CARTA QUE SE LE MANDÓ AL SEÑOR OBISPO.

Con la carta en que Vuestra Señoría me mauda vaya á Lima, pudiera enternecerse un bronce; cosa es árdua dejar un obispo su Iglesia y desviarse un hombre de sus amigos, de sus hijos y de su casa, pero todo eso se pisa si ve un pastor en peligro sus ovejas, y como al título de padre se añade la obligación en que me pone esta tan ilustre Ciudad, colgando sus esperanzas en mí, pues con la licencia que tengo dejo satisfecha la disposición del Sancto Concilio, no puedo huir el hom; bro á su reparo, y ya que soy sucesor de los Apóstoles y no les imito en las virtudes, holgara imitarles en sus peregrinaciones: hiciera esta con mucho gusto y los negocios con la puntualidad que declararían los efectos, pero como los señores de la Real Audiencia están en lugar de Su Majestad y les incumbe la protección y amparo deste reino, y en la materia que se me propone, constándome que la Ciudad se la ha consultado, no me han hablado palabra, recelo que haya algún grande inconviniente en esta mi ida, porque de personas tan celosas del bien común no es creíble que no hablaran en ella á no haberle y así no resuelvo este viaje hasta que para mover un obispo de su silla se hagan las solemnidades todas que se deben hacer con tan sancta dignidad, mayormente cuando aún después de hechas debo yo pensar primero si haré más falta aquí que aprovecharé allá. Guarde Nuestro Señor á Vuestra Señoría, como se lo suplico, en Santiago á veinte y dos de enero de mil y seiscientos y cuarenta y ocho años. -Fray Gaspar, obispo de Santiago de Chile.

No pasó nada adelante.

Habiendo quedado de ir á Lima Su Señoria Ilustrísima mudó de parecer, conque quedaron frustrados en esta parte todos los buenos deseos y esperanzas que tenía el Cabildo de alcanzar por mano de Su Señoría todo lo que deseaba.-Manuel de Toro Mazote.

CABILDO DE 24 DE ENERO DE 1648.

JUSEFE DE LEÓN ENRÍQUEZ, ALCALDE DE LA SANTA HERMANDAD.-En la ciudad de Santiago de Chille, en veinte y cuatro días de el mes de enero de el año de mill y seiscientos y cuarenta y ocho, la Justicia y Regimiento de esta ciudad se juntaron en su lugar acostumbrado, y pareció en él el capitán Jusefe de León Enríquez, alcalde de la Santa Hermandad nombrado; y habiéndolo aceptado, juró á Dios y á la cruz, en forma de derecho, de usar el dicho oficio como debe y es obligado, guardando justicia á las partes y las leyes y orde

nanzas de esta ciudad y de Su Majestad, y traído testimonio de haber pagado la medianata, le hubieron por recibido al uso de el dicho oficio.

Y lo firmaron.-Ascensio de Zabala.-Don Francisco de Urbina y Quiroga.-Don Francisco de Eraso.-Don Valeriano de Ahumada.Don Pedro de Salinas y Córdoba.-Don Francisco Peraza.-Don Juan Roco de Carvajal.-Juan de Arrue.-Ante mí.-Manuel de Toro Mazote, escribano público y de cabildo.

SOBRE LOS PRECIOS DE LOS GÉNEROS.-En la ciudad de Santiago de Chille, en veinte y siete días de el mes de enero de el año de mill y seiscientos y cuarenta y ocho, habiéndose juntado las personas de el comercio que abajo firmarán sus nombres para efecto de que los nombrados para dar precio á los géneros en conformidad de el auto de su señoría de el señor Gobernador y capitán general y presidente de la Real Audiencia de este reino, por no haber nombrado para darle á los cordobanes; y habiendo tratado sobre ello los proes y contras, acordaron que el alférez Miguel Romo y el alférez Melchor de Arcaya nombrados, con los demás géneros den precio á los cordobanes, con vista de ellos y de las partidas que se vendieren, y no de otrá

manera.

Y lo firmaron.-Cristóbal de Arcas.- Diego Palomino.-Manuel Gómez.-Jerónimo de Ugas. -Pedro de Elguea.-Diego Faxardo.-Manuel de Orrego.-Francisco González de Elgueta.-Juan de Ubol.—Andrés Ruiz Arrúe.-Esteban de Bocanegra.- Martín de Amuscotegui.— Ante mí.-Manuel de Toro Mazote, escribano público y de cabildo.

CABILDO DE 31 DE ENERO DE 1648.

En la ciudad de Santiago de Chille, en treinta días, digo treinta y uno de enero de el año de mill y seiscientos y cuarenta y ocho, la Justicia y Regimiento de esta ciudad se juntaron en su lugar acosmbrado y acordaron lo que se sigue:

SOBRE EL DEPÓSITO DE LA RENTA DE LA BALANZA.-Este día el señor capitán don Antonio Chacón, procurador general de esta ciu dad, propuso cómo habiendo pedido ante los señores presidente é oidores de la Real Audiencia de este reino se removiese el depósito hecho de la renta de la balanza que pertenece á esta ciudad y á sus propios, en el maestre de campo don Diego de Cárcamo, que Dios perdone, para poderse valer de ello para los lutos que se han de ha

cer para las honras de el Príncipe, nuestro señor, y que ha ofrecido por nuevo fiador al capitán Juan de Arrúe, regidor de esta ciudad, y que los dichos señores tenían acordado se removiese el dicho depó sito y se admitiese la fianza de el dicho capitán Juan de Arrúe; y habiéndolo oído y tratado sobre ello acordaron que, atento á lo referido y á la muerte de el dicho maestre de campo don Diego de Cárcamo, acordaron que el dicho capitán Juan de Arrúe otorgue la fianza fecha por el susodicho y sea depositario de la renta de la dicha balanza y cobre todo lo corrido y que corriere de la renta de la dicha balanza, hasta en tanto que se acaba el pleito ó este Cabildo otra cosa ordenare, que para cobrar lo que fuere á cargo de el dicho maestre de campo don Diego de Cárcamo y de el dicho balanzario y de otras cualesquier personas á cuyo cargo sea y fuere la dicha renta, y dar cartas de pago y tomar cuentas de ello le dieron poder en forma y para dar de lo corrido finiquito en forma al dicho balanzario, habiendo cobrado de el susodicho; y el dicho capitán Juan de Arrúe lo aceptó y se obligó de dar cuenta de todo lo que entrare en su poder, y para ello su persona y bienes.

Testigos: el capitán Alonso Velásquez de Covarrubias y Francisco Pérez; y lo firmó, al cual doy fee conozco.-Juan de Arrie.

SOBRE LA CAPILLA DE LA SANTA VERACRUZ.-Este día se trató cómo se va fabricando la obra de la capilla de la Veracruz con las limosnas que han dado personas devotas y juntado los mayordomos de la cofradía y por orden de este Cabildo, y que por no alcanzar está á punto de cesar, habiendo entrado á este cabildo el capitán don Juan Velásquez de Covarrubias, que es mayordomo de la Santa Veracruz, por orden de este Cabildo y informado el estado de la dicha capilla y lo demás referido y pedido á Su Señoría que como patrón de ella se sirviese continuar el pedir la dicha limosna; y habiendo acordado se pidiese por toda la ciudad y en primer lugar mandasen las personas de este Cabildo, y así mandaron en la manera que se sigue:

El señor general Ascensio de Zabala, veinte pesos.

El señor don Francisco de Urbina, diez pesos.

El señor capitán don Francisco de Eraso, cuatro.

El señor general don Valeriano de Ahumada, diez.

El señor don Pedro de Salinas, cinco.

El señor don Francisco Peraza, cuatro pesos.

El señor maestre de campo Andrés Illanes, cuatro pesos.
El señor capitán don Juan Roco, cuatro pesos.

El señor general don Francisco Lariz, cinco pesos.
El señor capitán Juan de Arrúe, diez pesos.

El señor capitán don Antonio Chacón, diez pesos.
Manuel de Toro mandó cuatro pesos.

Y lo que se dió luego en plata, que fueron trece pesos, que dieron el señor don Francisco Peraza y el general don Francisco Lariz y Deza se entregaron al dicho capitán don Juan [Velásquez de Covarubias] y diez de el capitán Juan de Arrúe, y los demás que tienen mandado se acordó acudan al dicho señor mayordomo.

Y nombraron para pedir la limosna para la dicha obra á los señores capitán don Juan Roco de Caravajal y general don Francisco Lariz y Deza, y que pidan todo lo que pueda aprovechar, y lo acep

taron.

Y lo firmaron.-Ascensio de Zabala.-Don Francisco de Urbina y Quiroga.-Don Francisco de Eraso.-Don Valeriano de Ahumada.Don Pedro de Salinas y Córdoba.-Don Francisco Peraza.-Andrés Illanes Quiroga.-Don Francisco Lariz y Deza.-Don Juan Roco de Carvajal.-Juan de Arrúe.-Ante mí.-Manuel de Toro Mazote, escribano público y de cabildo.

CABILDO DE 7 DE FEBRERO DE 1648.

RECIBIMIENTO DE REGIDOR DE DON JUSEFE DE RIBEROS FIGUEROA.-En la noble y muy leal ciudad de Santiago de Chille, en siete días de el mes de hebrero de el año de mill y seiзcientos y cuarenta y ocho, la Justicia y Regimiento de esta ciudad se juntaron en su lugar acostumbrado, donde pareció el capitán don Josefe de Riberos Figueroa, regidor electo; y habiendo aceptado el dicho cargo, juró de lo usar como debe y es obligado, guardando secreto y las leyes y orde nanzas de Su Majestad; y si así lo hiciere, le ayude Dios, y si nó, se lo demande; con lo cual le hubieron por recibido, y lo firmó.-Don Joseph de Riberos.

COMISIÓN CONTRA JUAN LÓPEZ DE MADARIAGA.-Este día acordaron que el señor capitán don Jusepe de Riberos Figueroa, regidor de esta ciudad, vaya al valle de Colchagua y apremie al capitán Juan López de Madariaga á que venga á dar cuenta del derecho de unión de armas que es á su cargo, y no viniendo con seguridad á ello lo remita preso á esta ciudad, á su costa, proveyendo para ello todo lo necesario y nombrando para ello ministros que lo ejecuten, que para

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