La poesía lírica en Cuba: (apuntes para un libro de biografia y de crítica)

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Tipo-Lit de Celestino Verdaguei, 1884 - 175 páginas
 

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Página 36 - Corres sereno y majestuoso, y luego en ásperos peñascos quebrantado, te abalanzas violento, arrebatado, como el destino irresistible y ciego. ¿Qué voz humana describir podría de la sirte rugiente la aterradora faz? El alma mía en vagos pensamientos se confunde al contemplar la férvida corriente, que en vano quiere la turbada vista en su vuelo seguir al borde oscuro del precipicio altísimo...
Página 50 - ¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente! ¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo la noche cubre con su opaco velo, como cubre el dolor mi triste frente. ¡Voy a partir!... La chusma diligente, para arrancarme del nativo suelo las velas iza y, pronta a su desvelo, la brisa acude de tu zona ardiente. ¡Adiós, patria feliz, edén querido! ¡Doquier que el hado en su furor me impela, tu dulce nombre halagará mi oído! |Adiós!... Ya cruje la turgente vela. . . El ancla se alza... El buque, estremecido,...
Página 52 - murió, pronuncia, el férvido patriota...» «murió, repite, el trovador cubano» ; y un eco triste en lontananza gime: «¡murió el cantor del Niágara sublime!
Página 39 - Al sostenerla en mis amantes brazos... ¡Delirios de virtud!... ¡Ay! desterrado, Sin patria, sin amores, Sólo miro ante mí llanto y dolores. ¡ Niágara poderoso ! Oye mi última voz : en pocos años Ya devorado habrá la tumba fría A tu débil cantor. ¡ Duren mis versos Cual tu gloria inmortal ! Pueda piadoso Al contemplar tu faz algún viajero Dar un suspiro a la memoria mía.
Página 70 - ... brazo omnipotente, rasgad de la calumnia el velo odioso y arrancad este sello ignominioso con que el mundo manchar quiere mi frente. Rey de los reyes, Dios de mis abuelos, vos solo sois mi defensor, Dios mío: todo lo...
Página 38 - Niágara! falta a tu destino, ni otra corona que el agreste pino a tu terrible majestad conviene. La palma, y mirto y delicada rosa, muelle placer inspiren y ocio blando en frivolo jardín: a ti la suerte guardó más digno objeto, más sublime.
Página 38 - Por otra parte vi mentidos filósofos que osaban escrutar tus misterios, ultrajarte, y de impiedad al lamentable abismo a los míseros hombres arrastraban. Por eso...
Página 53 - ... fundados ¡ay! sobre agitadas olas. De verte ufano, en el umbral del mundo el ángel de la hermosa Poesía te alzó en sus brazos y encendió tu mente, y ora lanzas, Heredia, el barro inmundo que tu sublime espíritu oprimía, y en alas vuelas de tu genio ardiente. No más, no más lamente destino tal nuestra ternura ciega, ni la importuna queja al cielo suba.
Página 37 - ... del precipicio altísimo: mil olas, cual pensamiento rápidas pasando, chocan y se enfurecen, y otras mil y otras mil ya las alcanzan, y entre espuma y fragor desaparecen.
Página 39 - Dió su voz a tus aguas despeñadas, Y ornó con su arco tu terrible frente. Miro tus aguas que incansables corren. Como el largo torrente de los siglos Rueda en la eternidad : así del hombre Pasan volando los floridos días, Y despierta el dolor...

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