La oratoria en Cuba: ... recopliación dirigida, prologada y anotada, Volumen5

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Imp. Montalvo y Cardenas, 1928
 

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 152 - ¡la frente que más he amado en mi vida! ...Se entró de tarde en el río, la sacó muerta el doctor; dicen que murió de frío: yo sé que murió de amor. Allí, en la bóveda helada, la pusieron en dos bancos: besé su mano afilada, besé sus zapatos blancos. Callado, al oscurecer, me llamó el enterrador: ¡nunca más he vuelto a ver a la que murió de amor!
Página 218 - Mas ¿qué en ti busca mi anhelante vista con inútil afán? ¿Por qué no miro alrededor de tu caverna inmensa las palmas ¡ay! las palmas deliciosas, que en las llanuras de mi ardiente patria nacen del sol a la sonrisa, y crecen, y al soplo de las brisas del Océano, bajo un cielo purísimo se mecen?
Página 218 - Por qué no miro Alrededor de tu caverna inmensa Las palmas ¡ ay ! las palmas deliciosas, Que en las llanuras de mi ardiente patria Nacen del sol a la sonrisa, y crecen, Y al soplo de la brisa del Océano Bajo un cielo purísimo se mecen ? Este recuerdo a mi pesar me viene...
Página 153 - Si en un ramo miro a solas dos aves cantar querellas, si relucir dos estrellas, si rodar dos mansas olas: si dos nubes enlazarse y por el éter perderse; si dos sendas una hacerse, si dos montes contemplarse: me paro, y con ansiedad recuerdo que a nadie adoro: miro tanto enlace, y lloro mi continua soledad.
Página 140 - Cuando emigran las aves en bandadas suelen algunas, al llegar la noche, detenerse en las costas ignoradas y agruparse de paso a descansar. Entonces dan los ánades un grito, que repiten los ecos, y parece que hay un Dios que responde en lo infinito llamando al hijo errante de la mar.
Página 157 - ¡Dulce Cuba!, en tu seno se miran en el grado más alto y profundo, las bellezas del físico mundo, los horrores del mundo moral.
Página 111 - ... aquellos jóvenes angélicos que del altar de sus bodas o del festín de la fortuna salieron arrebatados de júbilo celeste, a sangrar y morir, sin agua y sin almohada, por nuestro decoro de hombres...
Página 154 - Yo no quiero el deleite que enerva, el deleite jadeante que abrasa, y me causan hastío infinito los labios sensuales que besan y manchan. ¡Oh mi amado, mi amado imposible, mi novio soñado de dulce mirada, cuando tú con tus labios me beses, bésame sin fuego, sin fiebre y sin ansias! ¡Dame el beso soñado en mis noches, en mis noches tristes de penas y lágrimas, que me deje una estrella en los labios y un tenue perfume de nardo en el alma!
Página 141 - De la esfera el leve azul, oscuro y más oscuro se fué tornando: la movible sombra de las nubes serenas, que volaban por el espacio en alas de la brisa, era visible en el tendido llano.
Página 180 - De norte y sur virtió su voz sagrada, La estrella como un manto, en luz lo envuelve, Se enciende, como a fiesta, el aire claro, Y el vivo que a vivir no tuvo miedo, Se oye que un paso más sube en la sombra!

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