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gentinos tenian entonces reconcentrados sus buques para resistir á la expedicion que creían zarpase de Cadiz de un dia á otro sobre el rio de la Plata. El crucero que hicieron dichos

buques fue muy largo y prolijo sobre toda la costa del Sur. El dia 12 de marzo de 1819 se avistaron sobre Acapulco: una lancha tuvo la osadia de acercarse á la caleta por donde trataron de desembarcar; pero se les hizo fuego por el piquete que estaba allí apostado y se largaron sin emprender otra cosa.

Sensible fue esta desgracia; pero como por los infortunios ponemos remedio á los males que nos amenazan, tal vez por medio de esta enérgica leccion el gobierno supremo redoblará su vigilancia, tanto para tener en mayor seguridad aquellos puntos, como para proporcionarles á entrambas Californias todas las ventajas posibles que le retribuirán con mucha usura. La América parece destinada á enriquecerse con el comercio de la Asia por estos puntos: tardará para conseguirlo cuanto mas tiempo tarde en causar la felicidad de aquel territorio de la federacion por medio de establecimientos útiles, y fomentando directa é indirectamente su poblacion. México con sus colonias hizo feliz á Manila y á todas aquellas islas: guiada de mejores principios ¿no hará lo mismo con las Californias? ¿Esperarémos á que las ocupaciones de los rusos que llegan hasta el puerto de la Bodega nos abran los ojos, y nos hagan conocer nuestros verdaderos intereses? Entiendo que la junta llamada de Californias hoy se ocupa seriamente de su fomento; yo la suplico redoble su celo como ciudadano particular, y tambien como miembro que soy de dicha corporacion.

México junio 16 de 1827. (6.° y 7.9).

*

Imprenta de Galvan á cargo de Mariano Arévalo, calle de

Cadena núm. 2.

CUADRO HISTORICO.

TERCERA PARTE DE LA TERCERA ÉPOCA.

CARTA CUARTA.

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Ocurrencias notables en Guadalajara de Xalisco en el año de 1817, que dan alguna idea de la historia secreta de aquella ciudad en este tiempo.

Querido amigo mio: Cuando el escritor de una historia se ve

precisado á ponderar repetidas veces los excesos y crueldades de algun monstruo de la especie humana que figura en la escena, suele pasar por un hombre apasionado, y al cabo de algunos años se suscitan algunos críticos que lo califican de hiperbólico y tal vez de loco ó entusiasta. El padre fray Bartolomé de las Casas casi casi se ha visto en este punto; el ex-jesuita Nuix en su folleto sobre las causas de la despoblacion de las Amé ricas ha tenido sus relaciones por exageradas, y nada le ha faltado para calificarlas de fabulosas, á pesar de que aquel santo obispo en mucha parte escribe lo que él mismo vió, y defendió y sostuvo en juicio contradictorio á presencia del emperador Carlos V. y de lo mas granado de su corte. Temo por mí pasar la misma plaza que el prelado de las Chiapas, principalmente en lo que he hablado con respecto al general D. José de la Cruz, el cual como ministro que ha sido de guerra en España, acaudalado y lleno de amigos (de su dinero), no dejará de impugnarme, y hacerme pasar por un mentiroso con especialidad por lo que he escrito de sus crueldades. Desde la vez primera que hablé de este gefe hablé de ellas porque son ideas accesorias é indefectibles á su persona: el clìmáx progresivo de la historia las ha confirmado; pero va á aumentarlas y echarles el sello la relacion de la tropelia que ejecutó con la audiencia de Guadalajara en Mayo de 1817. Es el caso: el rey de España previno á Cruz en orden de 20 de febrero de 1816 que viniese á México á conferenciar con el virey sobre ciertos asuntos; con tal motiTom. V.

vo nombró de comandante militar de la provincia de Guadalajara á D. Pedro Celestino Negrete, coronel que entonces era del regimiento de Toluca como que era el militar mas antiguo que habia allí segun se prevenia en real órden de 30 de octubre de 1806, y participó por oficio este nombramiento á la audiencia. En 19 de mayo de 1817 Cruz partió para la villa de Zamora, punto distante cuarenta leguas de Guadalajara y fuera del territorio de la audiencia; pero lo hizo sin darle parte á este cuerpo, de modo que supo de su ausencia á la sazon que aquella corpora cion se preparaba para asistir en forma á la funcion que iba á celebrarse en la catedral por el cumple años de Maria Isabel de Braganza reina de España. Notándose esta falta, y que no habia dado parte á la audiencia entró en acuerdo; su fiscal promovió se preguntase al coronel mas antiguo D. José Villaba por medió de un oficio, si habia ó no quedado encargado por el general Cruz del gobierno y presidencia, á efecto de que por su respues ta pudiera tomar el acuerdo las disposiciones convenientes. Hízose asi, y este oficial respondió que solo se le habia encargado el mando militar, pero no el político. Entonces el acuerdo habiendo oido segunda vez al fiscal se hizo cargo de los votos de sus ministros. El oidor Salinas opiró que conforme al espíritu de la ley 45 tit. 3. lib. 3. de la recopilacion de Indias se diese cuenta al virey de México por ser asi consecuente aquel tribunal en las materias de esta clase que declaran las leyes 47 y 50 tit. 15 lib. 2.o de Indias. El oidor Rus opinó que el regente y no el acuerdo desempeñase ambas funciones de presidente y regente, pues de lo contrario el pueblo sin cabeza sufriria una anarquia momentanea, dándose cuenta al virey, y al rey de esta resolucion.

Finalmente el acuerdo resolvió que debia declarar á dicho coronel Villaba en clase de gobernador político por la ausencia del general Cruz, absteniéndose de colocar á ningun ministro togado en este destino provisionalmente. Fundo el acuerdo esta providencia en que habia ciertos lances repentinos que exigian de necesidad el instantáneo ejercicio del gobierno, y correspondencia recíproca entre esta corporacion y el gefe superior. A consecuencia de esta resolucion se libraron los oficios de estilo al cabildo eclesiástico, ayuntamiento, consulado, universidad, asesor intendente interino, y administrador de correos.

Luego que supo el general Cruz esta providencia salió de Zamora con la mayor precipitacion, manifestándose por todo el camino indignado contra los oidores por el despojo que decia le habian irrogado de sus atribuciones: llega á Guadalaja

ra en cuarenta y ocho horas, pone la tropa en 'movimiento, apresta dos partidas para que conduzcan desterrados á dos ministros, y arresta dos oidores. En 30 de mayo la audiencia, dirigió al rey una exposicion, y en el cuerpo de ella se explica del modo siguiente. La audiencia (señor) no puede prescindir de analizar la conducta notoria y privada de este gefe (D. José de la Cruz) en los ramos políticos y de administracion pública. Seria nunca acabar si detallara los pormenores en que ha desbarrado un hombre, que debiendo ser público y moderado, dió rienda suelta á su amor propio y pasiones á veces muy cómicas para sus ideas é invectivas de toda especie. Entró D. José de la Cruz en Guadalajara despues que D. Felix Maria Calleja la hubo recobrado, y por los informes de vuestros ministros Sousa y Andrade testigos pasivos de su ardimiento y calor, á los primeros pasos luego que interinamente quedó solo con el mando, obra cual otro Murat el año de 1808 en Madrid brotando fuego en sus providencias, no respetando á las autoridades constituidas, no queriendo lo fuese otra que la suya sola, é independiente para que todos le temiesen, ninguno le amase, y cada cual lo caracterizára por el mérito de las ocurrencias inconsideradas en un pais afligido por su revolucion, y tratado en cambio mas fuertemente por el terror, la amenaza, la amargura y el insulto. Asi publicaba sus bandos de acrimonia, ajaba al habitante pacífico, apaleaba al pobre que por desgracia pedia justicia o pretendia manifestarsela; daba leyes en todo género de casos y causas, ultrajaba á las jurisdicciones, trastornaba los juicios, alteraba los recursos, y gobernando á su voluntad, por ella todo se hacia, Ninguno tenia virtud para siquiera ilustrarlo, porque él juzgó que aquel sistema libre y despótico era el que convenia; estilo demasiado bajo é impropio de la dignidad que representa sin respetar por lo tanto los fueros y derechos de los tribunales, ni el que se debia al primero del reino, que representando á V. M. por su creacion y establecimiento ha sido su juguete; befando, riéndose, é inspirando en todos y á todos desprecio á sus acuerdos y resoluciones por mas meditadas y juiciosas que fuesen; pues por la suya no debia regir otra ley que la marcial y del momento, sin figura de juicio ni otra audiencia que la del cadalso, suplicio y pase de las armas, como lo verificó en el pueblo de Mezquitan al impulso de una simple queja, aterrorizando á los lugares y atrayéndolos por el temor, y nunca por el amor de que V. M. ha dado tantos testimonios en las crudas

guerras de la Península y dos Américas para conquistar sub corazones, que es lo que mas importa en estos dias de ignorancia y extravio (1).

La toma ponderada de las islas grandes y pequeña de Mezcala en la laguna de Chapala, es uno de los servicios con que se le favorece, siendo en realidad dimanada de su error é ímpetus fogosos De este principio resultó la reunion de los indios en aquellas, y se despreció para que ellos mismos tuviesen tiempo de fortalecerse á su antojo. La causa no fue otra que haberles hecho quemar sus pueblos afligiendo sus personas, hasta el grado de pasar á cuchillo á muchas en el de Tizapan contra la dulzura y suavidad que encargan las leyes, á que no dejaban de ser acreedores por sus crímenes siquiera parà ser oidos conforme á las mismas. El resultado de este trastorno fue lo que se ha visto. Se reunen los indios en las islas de Mezcala, se acojen allí los rebeldes y forman un fuerte inexpunable (2) que consternando á Nueva Galicia y empeorando el curso de su giro y defensa, la empobrecieron con las erogaciones extraordinarias que ha exigido la conservacion del campamento de Tlachichilco, consumiéndose en esto sumas escandalosas para sostener las tropas sus destacamentos y viages de vuestro general, que al fin despues de sus lanchas y tren marítimo jamás pudo atacar con provecho ni entrar en la tal isla, hasta que al cabo de cuatro años durante los cuales esta vision engreia á vuestro general, ella misma se entregó voluntariamente bajo capitulacion y pactos que habian de cumplírsela; manifestándose en el acto de salir sus poseedores la miseria de ellos reducidos á un número despreciable de indios, cuyo caudillo y gefe era el presbítero Castellanos, viejo septuagenario y adocenado, sin ilustracion ni aspecto militar. Este fue el gran capitan y aquellos los valientes soldados ham

[1] El corazon que Fernando VII hubiese conquistado por la dulzura, quiero que me lo claven en la frente, como Sancho queria que hiciesen con el enemigo que hubiera vencido en la Insula cuando la burla pesada de los pavezes."

[2] Los insurgentes auxiliaron á los indios es verdad; pero las acciones que precedieron á la construccion del fuerte y en tierra, las dieron los indios regentados por el caudillo indio Santa Ana, y padre Castellanos: en las posteriores navales tambien tuvieron la mayor parte, y la gloria casi siempre del triunfo.

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