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No tardó Dios en Habian concurrido

nistro á que solo Dios podia curar aquella ceguedad pertinacísima, y á lo que parece con luz del cielo le amenazó delante de todo el pueblo con un castigo muy cercano. El feroz indio salió riéndose de las amenazas, con no poco escándalo de todo el concurso. darle á conocer á aquel insensato su mortalidad. á la mañana siguiente de muchas rancherías á la explicacion de la doctrina cristiana, cuando en medio de todos aquellos gentiles apareció el anciano ensangrentado todo el cuerpo y lleno de heridas, y hablando al padre con un tono de voz humilde y lastimoso. Yo conozco (dijo) que tú tienes razon, y yo estaba engañado. El demonio me habia prometido la inmortalidad, que no podia darme. Una fiera me ha desengañado con bien triste esperiencia, y me ha hecho ver que soy semejante á los demas hombres. Yo hubiera muerto á sus garras si Dios no me ayudara: ruégote que me bautices. No tuvo tan feliz éxito la caridad del padre con otro indio, que ni queria bautizarse ni dejar á su cristiana muger asistir á la doctrina y á los demas ejercicios de la religion que profesaba. Reprendido del celoso pastor, disimuló algun tanto; mas saliendo del umbral arrebató por fuerza la muger y corrió á encerrarla en una cueva entre inaccesibles peñascos; pero aquella misma noche le dió el Señor entera libertad con la repentina muerte de su bárbaro marido.

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Tan bellos principios tuvo la mision de Tepehuanes. No eran tan felices los progresos en la laguna de S. Pedro. Los indios de las cercanías del lago, á que iban lentamente penetrando los padres, eran aun mas rudos, y mas temidos que los vecinos á Durango. Al arribo de los misioneros huian á los bosques y se escondian en algunas isletas que forma la laguna, persuadidos á que con la doctrina de aquellos hombres habia de entrar la enfermedad y la muerte en sus tierras. Caminaban los varones apostólicos por los arenales y las breñas dias enteros sin encontrar un indio, si no lo ofrecia la contingencia; pero con grande confianza de que habian de amansar aquella fiereza. Se bautizaron este año mas de setenta adultos, y muchos párvulos. Tardos en percibir los misterios y verdades de nuestra fé, eran tanto mas firmes en conservarlas. Un indio, oyendo que Dios era Criador de todo, replicó prontamente. ¡Y por qué crió las víboras tan perniciosas al hombre? Otra buena anciana, pidiendo el bautismo, dijo con sinceri. dad al padre, que desde que un hijo suyo cristiano le habia enseñado, que Dios estaba en el cielo, muchas veces entre dia, y todas las ocasiones que despertaba de noche, llamaba á Dios del cielo, y profundamente lo adora

ba. Pero aun era mas admirable la virtud de los chichimecas y la mansedumbre cristiana que habia succedido á la ferocidad y barbarie de aquella nacion. En S. Luis de la Paz se añadian cada dia al número de los catecúmenos muchas familias que de los bosques y las malezas sacaban los padres para que viviesen en sociedad, y se les pudiese mas oportunamente instruir en la doctrina del Evangelio. La semana santa se celebró con grande devocion de los españoles y edificacion de los indios. Un pequeño accidente, de que se pudo temer alguna inquietud, contribuyó mas que nada al aumento de la piedad. Un indio principal muy va liente y atrevido en su gentilidad, era despues de bautizado el primero en la doctrina, y en los demas ejercicios de cristiana virtud. Tuvo la criminal condescendencia de acompañar á unos gentiles, que bebieron largamente el lúnea santo. Quiso poco despues entrar en la Iglesia, donde habia concurrido todo el resto del pueblo. El padre, informado del mal estado en que se hallaba, le mandó una y otra vez que no entrase. La fuerza del licor, y la vergüenza de aquella repulsa, acompañada del fondo de su indignacion orgullosa y fiera, no le permitió conocer lo justo de aquella reprension. Comenzó á vomitar injurias contra el misionero é incitar á los indios que lo dejasen solo y saliesen de la Iglesia. Conocieron cuantos le oian que el calor del vino le ponia en los lábios aquellas voces tan agenas de la conducta que habia constantemente observado despues de su bautismo: retiróse á su casa, y restituido asimismo, conoció la gravedad de su delito y vino á arrojarse bañado en lágrimas á los padres, que habia inconsideradamente ultrajado. Ni contento con esta privada satisfaccion, quiso resarcir el público escándalo, y el jueves santo, ántes de salir la procesion, se acusó del desacato cometido contra su pastor, añadiendo que él estaba fuera de sí, y que prometia de lo uno y de lo otro la enmienda. Dicho esto, comenzó á descargar sobre las desnudas espaldas golpes muy recios con una disciplina, diciendo á voces, que por amor de Dios le perdonasen y pidiesen por él á su Magestad. El mismo arrepentimiento mostró otro indio, que provocado en un desafio le habia dado muerte á su competidor. ¡Admirables efectos de la gracia en una nacion acostumbrada á no reconocer ni aun el dominio que dió la naturaleza á los padres, y á no tener en sus operaciones mas reglas que el interés y el capricho!

Fin del libro tercero.

SUPLEMENTO PRIMERO

A LA HISTORIA

DE LA COMPAÑIA DE JESUS

EN

NUEVA-ESPAÑA,

escrita por el padre

FRANCISCO XAVIER ALEGRE.

El departamento del Nuevo-México es hoy bastante conocido por los aventureros tejanos, y objeto de sus especulacianes mercantiles, principalmente desde que se ha puesto en contacto con los Estados. Unidos del Norte: se ha abierto un camino por el que transitan numerosas caravanas de mercaderes, y por medio de las cuales se fomenta el contrabando, se introducen efectos de primera necesidad y de lujo, y por precios muy cómodos. El abandono en que el gobierno español tuvo aquellos pueblos, y por lo que carecieron de muchos auxilios y artículos necesarios á la vida, ha hecho que sus habitantes tengan por un gran bien lo que considerado exactamente es un verdadero mal, y que envidiando la suerte de los establecimientos anglo-americanos, crean que no pueden ser libres y felices sino á la sombra de aquel pabellon, renunciando á la verdadera felicidad que hoy disfrutan por una facticia y quimérica. Conviene, por tanto, que el gobierno conozca el mérito de aquellas regiones, de donde puede sacar grande aprovechamien. to por medio de una administracion liberal á par que justa, y con cuyo objeto nos proponemos dar aquí una ligera idea. Tenemos á la vis. ta un manuscrito precioso que disfrutaremos en este suplemento y llenará nuestro objeto; mas para ello es indispensable formar la relacion, aunque sucinta, tomándola desde que conquistaron aquellas regiones los españoles y predicaron el Evangelio los religiosos franciscanos.

TOMO I.

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Situacion Se conoce por territorio del Nuevo-México desde el grado 23 de lageográfica. Descubri. titud boreal hasta el 45; pero rigorosamente se ignoran sus límites al miento, con- Norte. † Al Mediodia tiene la provincia de Chihuahua, al Oriente la quista del N. México y sus Luisiana y provincia de Tejas, y al Occidente parte de Sonora y Carevoluciones. lifornia Alta. Su temperamento es frio, pero el terreno muy fértil por

las muchas nieves que caen en invierno. Es comun opinion que este territorio es el mas parecido á la península española por su feracidad, temperamento y producciones. Es despejado y ameno, y participa de la Sierra Madre que se tiene por un manantial de oro ‡ y plata, y seria el pais mas próspero si no tuviera tan cerca la gentilidad.

La conquista de esta tierra privilegiada tuvo los mismos principios que la de la provincia de Coahuila: toda fué obra de la Providencia. Por los años de 1532 se encontró la seccion de tropa que puso Nuño de Guzman á las órdenes de Pedro Chirinos á seis españoles que en la invasion de Pánfilo de Narvaez á la Florida se estraviaron en los montes, y se encontraron con una nacion que á la vez padecia una epidemia que la desolaba, y habiendo aquellos españoles acertado prodigiosamente con arbitrios eficaces para su curación, la contuvieron. Este feliz suceso los defendió de la fiereza de los bárbaros, los cuales no los dejaron salir del pais por el interés de que los curaran en sus enferme. dades. Ellos no perdieron la ocasion oportuna de catequizar á los indígenas que pudieron en los principios religiosos, y buscando arbitrios y modo para salir de su cautiverio promovieron con los indios amigos una expedicion á la parte occidental del territorio, en donde suponian encontrar á sus compañeros. En las dilatadas mansiones que hicieron' se detuvieron mucho tiempo en Nuevo-México, y de allí entraron á Sonora donde se reunieron á los españoles.

La fecunda semilla de religion que habian dejado en unos corazones tan bien dispuestos como los de los indios, se conservó hasta el año de 1591 en que entró al Nuevo-México el padre Fr. Agustin Ruiz, mi. sionero franciscano. Este religioso residia en una mision del territorio de Chihuahua, y fué avisado de unos indios conchos amigos, que

+ Esta relacion está sacada de la historia de la conquista de los estados independientes del imperio mexicano escrita por Fr. Francisco Trejes, cronista del colegio de Guadalupe de Zacatecas, escritor de buena crítica y delicado gusto.

1. Esta es la causa única, y no la decantada filantropía del siglo, la que ha conducido las espediciones de los aventureros tejanos para sucumbir allí con ignominia en estos últimos dias.

no léjos de allí habia muchas naciones, y entre ellas algunos indígenas que ya tenian noticia de la religion católica. Trató luego el padre Ruiz de buscar á estos indios con empeño, y en breves dias logró su objeto, catequizando y bautizando á aquellas afortunadas gentes. Luego procuró el auxilio de algunos compañeros, que felizmente se le proporcionaron de las misiones de Sonora. Cuando el virey de México. supo los nuevos descubrimientos y sus progresos, mandó á D. Antonio Espejo con alguna gente y socorros para protejer las misiones. Por algunos alborotos que se suscitaron entre las tribus inmediatas, fué de necesidad que se pidiese mas tropa para fundar algunos presidios, y salió de México una nueva partida á las órdenes de D. Juan de Oñate, pariente de los conquistadores de Jalisco, el cual llegó á su destino en 1595. A los cincuenta años, es decir, en el de 1644, hubo una sublevacion general de las naciones del territorio, en que murieron todos los misioneros, y aun el gobernador español á manos de los bárbaros: solo escaparon muy pocos habitantes que se refugiaron en el Paso del Nor

te.

Desde allí se hicieron nuevas solicitudes al virey para que se reconquistase lo perdido, y muchos de los descendientes de los primeros defensores del pais se reunieron á la gente que salió de Zacatecas y otros puntos á la reconquista de tan recomendables posesiones el año. de 1694, á las órdenes de D. Diego Vargas.

Esta revolucion la refiere mas detalladamente el padre Andres Cabo en su Historia, † diciendo, que los indios ya reducidos del NuevoMéxico, subian á veinticinco mil, y estaban avecindados en veinticuatro pueblos: se convinieron con los gentiles que estaban estendidos por aquellas tierras en dar sobre los españoles. Para ejecutar esto con el secreto que el negocio pedia, hubo en diversas partes varias juntas. Ignórase si los indios ya convertidos movieron á los idólatras, ó estos á aquellos: lo que consta es, que la trama se urdió tan bien y que se guardó tal secreto, que aquella conjuracion que poco a poco se habia ido disponiendo y que se estendió por mas de ciento cincuenta leguas, fué ignorada de los españoles, hasta que el dia 10 de agosto, improvisamente á una misma hora los asaltaron, dejando muertos veintiun padres franciscanos, que cuidaban de aquellos pueblos y trabajaban en la re

+ Que publiqué, intitulándola: Los tres siglos de México durante el gobierno español, con dos tomos de suplementos, hasta la declaracion de la independencia en 1821, páginas 57 y 58, tomo 2.

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