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hay, y por consiguiente, si no se ha repartido, no es por culpa de la Mesa. Yo no puedo menos de felicitarme tambien de la eficacia con que la comision ha dado vado á sus trabajos; pero es el hecho que esa reforma toca á puntos sustanciales de la Constitucion. Yo no digo ahora, porque no he podido con una simple lectura enterarme, si estas reformas las creo buenas ó malas me parece que estaré al lado de la comision ó del Gobierno; pero esto no es más que un parecer, porque yo no tengo más que un ligero conocimiento del proyecto de ley, pues no he hecho más que una rápida lectura de él á altas horas de la noche pasada. Se trata de un proyecto de ley que siquiera se discuta en forma de autorizacion, comprende seiscientos y tantos artículos; por consiguiente, así como respecto de los proyectos relativos á la organizacion provincial y municipal se concedió algun respiro á los Sres. Diputados para que estudiasen esos proyectos, yo me permitiria rogar á la Mesa que tuviese en cuenta estas observaciones para señalar la discusion del Código penal para dentro de algunos dias.

Despues de todo, el exigir que lo votásemos sin conocerlo, sería exigir un voto incondicional, que yo creo que nunca los Sres. Diputados pueden ni deben dar, sobre todo en lo que se refiere á los derechos individuales, cuyo ejercicio está consignado en la Constitucion, á libertades por que hemos tanto peleado y tanto hemos sufrido. Y digo que yo no entro a discutir el proyecto, que probablemente será bueno, porque las condiciones de ilustracion y la alta capacidad del Sr. Ministro de Gracia y Justicia son una garantía de acierto; pero esto no obsta para que tanto el que tiene la honra de dirigirse á las Córtes, como los demás Sres. Diputados quieran estudiarlo y examinarlo con el preciso detenimiento, nada más, para dar un voto en conciencia y poder decir al país: «Ahí está la reforma del Código penal; creemos que es buena, creemos que debes aceptarla y que debe regir como ley.>>

Ruego, pues, á la Mesa que tenga presente estas observaciones para cuando llegue el caso de poner á la órden del dia la discusion del Código penal.

El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): La Mesa tendrá en cuenta las observaciones del Sr. Romero Giron, y procurará complacerle en lo que sea posible.

El Sr. Pascual y Genís tiene la palabra.

El Sr. Pascual y Genis: La habia pedido el Sr. Villalobos como indivíduo de la comision.

El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): El Sr. Villalobos la ha pedido despues de V. S.; pero si la ha pedido como indivíduo de la comision, no hay inconveniente en que la use.

El Sr. Villalobos: Sí, Sr. Presidente, la he pedido como indivíduo de la comision.

Hallándose ausente el Sr. Ministro de Gracia y Justicia, y habiéndose hecho en cierto modo una inculpacion á la comision encargada de informar acerca del Código penal, era preciso poner las cosas en claro para que cada uno quedase en su lugar. (El Sr. Romero Giron pide la palabra)

Respecto á la Mesa, el Sr. Presidente ya ha dicho lo que ha tenido por conveniente: queda ahora explicar lo que á nosotros se refiere. Apenas llegó á la comision el proyecto de ley, deben comprender los Sres. Diputados que por la importancia de él y por todas las circunstancias que en él concurren, habia de ser todo lo circunspecta posible para mirarlo con el mayor detenimiento. En este concepto, no han escaseado sus reuniones los indivíduos que la componen: cuatro ó cinco horas hemos invertido en

cada una de ellas, y el sábado celebramos dos: una de cuatro horas, y otra que empezó á las diez y concluyó á la una y media de la madrugada: por manera que no hemos podido obrar con más detenimiento y circunspeccion. Conociendo la gran importancia del proyecto, y sabiendo el deseo que tenia el Sr. Ministro de Gracia y Justicia ce que fuera ley antes de que las Córtes suspendieran sus sesiones, porque en el Código están definidos los derechos individuales y se consignan tambien sus límites, y esta es una materia harto grave para dejarla sin resolver durante el verano, la comision hizo todo lo posible para activar sus trabajos, á fin de que sea ley uno de los más importantes proyectos que pueden presentarse á un Parlemento. En su virtud, se nos repartió manuscrito el Código penal, nos lo distribuimos por secciones, lo hemos estudiado en nuestras casas y hemos introducido en él las modificaciones que los Sres. Diputados habrán visto, puesto que ya se les habrá repartido por completo. Está, pues, en su lugar lo que hasta el presente han hecho el Sr. Ministro de Gracia y Justicia y la comision; y yo al pedir la palabra, no he tenido más objeto que poner las cosas en claro, para que á nosotros no se nos hiciera una inculpacion que no merecíamos. Nada más tengo que decir.

El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): El Sr. Ministro de Uitramar tiene la palabra.

El Sr. Ministro de Ultramar (Moret y Prendergast): Dos palabras sobre este asunto, que tiene una trascendencia práctica de mucha importancia. Conviene que los Sres. Diputados fijen sobre él su atencion, porque realmente lo merece.

El gobierno cree una necesidad la reforma del Código penal, sin cuya aprobacion el Gobierno se hallará en una situacion práctica imposible, en una situacion de arbitrariedad en muchos puntos. Porque no quiere hallarse en esa situacion, á pesar de que parecía natural que se hubieran suspendido las sesiones despues del debate del sábado, he rogado á los Sres. Diputados que permanezcan aquí en bien del país, para que pueda discutirse y llevarse a cabo esa reforma. De otra manera, se hace imposible la situacion legal del país; y para evitar esto, cree el Gobierno una cosa imperiosamente necesaria la discusion de esa reforma. La Cámara está en su lugar haciendo otra cosa si la cree preferible, pero que sea bajo la responsabilidad de la Cámara y no del Gobierno.

Y dicho esto, solo me resta manifestar que la Mesa, como ha indicado muy bien el Sr. Presidente, está en su lugar dirigiendo y señalando el órden de las discusiones como lo tenga por conveniente.

El Sr. Romero Giron: Yo me felicito de haber dado lugar con mis indicaciones á las observaciones que han hecho el Sr. Ministro de Ultramar y el digno indivíduo de la comision. Respecto al primero, lo único que puedo decirle es que yo, como Diputado, estoy dispuesto á permanecer aquí mientras sea necesario para discutir el Código penal y todo lo que quiera el Gobierno.

Respecto al Sr. Villalobos, debo decirle que yo no he dicho nada que pueda tomarse en son de oposicion, sino que lo que quiero es que la reforma del Código se vote con entera conciencia, con la conciencia posible; porque si los Sres. Diputados de la comision con ser tan ilustrados han necesitado ocho dias, sesiones diarias de cuatro horas, algunos dias dos sesiones y repartirse por trozos el Código penal, ¿qué mucho que un Diputado que es bastante ménos ilustrado que los indivíduos de la comision, necesite siquiera cuatro dias para estudiar una ley de tanta importancia? Nada más que eso pido. Se trata de un proyecto para cuya lectura se ne

cesitan lo menos seis horas; y yo creo que hay necesidad de conceder el tiempo suficiente para estudiarlo.

Yo creo que todos los Sres. Diputados, convencidos de la importancia de esta ley, permanecerán en sus puestos el tiempo necesario para que se vote ésta y otras leyes: yo, por mi parte, ya he dicho que estoy dispuesto á permanecer aquí todo el tiempo que el Gobierno considere que deben estar abiertas las Córtes. De todas maneras, lo que antes he indicado y ahora vuelvo a repetir es que solo pido que se conceda el tiempo necesario para estudiar ese importante proyecto de ley. He concluido.

El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): El Sr. Villalobos tiene la palabra para rectificar.

El Sr. Villalobos: Yo no he tratado de oponerme á los deseos del Sr. Romero Giron; yo lo que deseaba era hacer constar que la comision habia procurado tomar todas las disposiciones necesarias para cumplir su cometido y dejar á cubierto cualquiera inculpacion que se le pudiera hacer de precipitacion ó de falta de celo.

Por lo demás, á la Mesa corresponde dirigir las discusiones, y en uso de su derecho dispondrá acerca de este punto lo que tenga por con

veniente.

El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): La Mesa ha tenido la honra de manifestar que hará lo posible por combinar los deseos del senor Romero Giron con la premura de las circunstancias.

El Sr. Figueras: Pido la palabra.

El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): ¿Para este asunto ó para otro?

El Sr. Figueras: Sobre este incidente.

El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): Tiene V. S. la palabra.

El Sr. Figueras: Este debate no será estéril, porque así, cuando la Mesa ponga á la órden del dia el proyecto de reforma del Código penal, no podrá haber reclamacion, ó por lo menos no podrá hacerse con justicia, por parte de ninguna fraccion de esta Cámara.

Nosotros estábamos autorizados para hablar en este debate, por lo mismo que, áun siendo oposicion, no hemos puesto obstáculo de ninguna clase al desarrollo de los principios constitucionales en las leyes orgánicas.

Pero este es un punto sumamente importante. Hay además cierta tendencia por parte de algun indivíduo, no diré de todos los que componen el Gobierno de S. A. el Regente del Reino, á la limitacion ó á la restriccion de los derechos individuales; y como esto puede hacerse de una manera, aunque indirecta, eficacísima, en el proyecto de reforma del Código penal; como puede tambien amenguarse la libre emision del pensamiento creándose delitos de imprenta fuera de los de injuria y calumnia; como todo esto es sumamente grave; como todo esto puede inferir un ataque á la sustancia, á la esencia de la Constitucion, yo uno mis ruegos á los del señor Romero Giron.

Por otra parte, como tampoco yo obro por un sistema de oposicion, á fin de que se dé el tiempo suficiente para que los Sres. Diputados puedan estudiar proyecto tan importante, debo decir á mi amigo el Sr. Ministro de Ultramar una cosa que servirá de contestacion al deseo, ó mejor dicho, á la necesidad que ha manifestado el Gobierno, de tener que salirse de lo arbitrario, y de atenerse á una ley fija y estable con que aplicar el condigno castigo á los que abusen de los derechos individuales.

For de pronto, yo he visto hasta ahora que no por falta de la ley han

dejado de actuar los tribunales de justicia; pero aunque esto fuera cierto, el cargo no podria ser nunca de ninguna de las fracciones de esta Cámara, y mucho menos de la minoría republicana. ¿Tenemos nosotros la culpa de que se haya presentado la reforma del Código penal en las postrimerías de esta Cámara ó de esta legislatura? ¿Tenemos culpa de que el Gobierno no haya querido ó no haya podido presentarla antes, y de que esto sea causa de tener que discutir atropelladamente asunto tan importante, y de que no puedan esclarecerse bien todos los puntos, así como tampoco exponer todos los partidos sus convicciones sobre el particular? Yo reconozco el talento del Sr. Ministro de Ultramar, y no solamente el talento, sino tambien su buena fé, que siendo tan notoria es más recomendable, y creo que ni él ni nadie, por mucho talento que posea, tiene el tiempo suficiente para estudiar el proyecto, para lo cual el Sr. Romero Giron se contentaba con tres ó cuatro dias; pero yo que me considero inferior á S. S., confieso que necesito algunos más para poder estudiar bien un proyeclo de tanta trascendencia.

El Sr. Ministro de Ultramar (Moret y Prendergast): Voy á contestar ligeramente al Sr. Figueras, porque no seria justo de mi parte dejar de hacer justicia á sus explicaciones. El Gobierno no inculpa en esta cuestion ni en otra ninguna á la minoría republicana; reconoce la buena fé y el buen deseo con que la minoría y todas las fracciones de la Cámara han contribuido á la más perfecta y rápida discusion de las leyes. No sospecha, y con esto queda contestado el Sr. Romero Giron, que haya en S. S., ni en nadie, la intencion de entorpecer el debate del Código penal. Conoce la conveniencia de estudiar durante el mayor tiempo posible un proyecto de ley de esta importancia.

Pero partiendo de estos dos extremos; siendo conocida de todos la necesidad de que se promulgue pronto el Código penal; siendo conocido tambien de todos el por qué ciertos proyectos no han podido venir ántes, porque ciertas leyes no pueden improvisarse, y siendo tambien conocida la necesidad de no aplazar la discusion de semejante ley, cree el Gobierno que debemos hacer todo lo posible, cercenando los plazos, y abreviando un poco el trabajo preliminar, para que entremos pronto en la discusion. Luego con más despacio podrá entrarse en el debate; porque si bien es verdad lo que ha dicho el Sr. Figueras que el Código viene castigando por vez primera los abusos de los derechos individuales, ó mejor dicho, de todos aquellos que se cometan con ocasion del ejercicio de esos derechos, tambien es verdad que vienen las garantías que aseguran esos derechos, y pena á los funcionarios que los atropellen, y sobre todo, que se manifiesta la buena fé del Gobierno, puesto que no quiere que se le pueda atribuir de que por medio de sus agentes pueda atentar á alguno de esos derechos.

Bajo este punto, pues, concreto, yo creo que puede empezar la discusion del primer libro; que luego, como los otros no exigen tanto tiempo, pueden estudiarse en conjunto y en detalle, no sólo por jurisconsultos tan distinguidos como los Sres. Figueras y Romero Giron, sino por cualquiera que esté algo familiarizado con la ley penal.

No hago más que estas observaciones, y con ellas creo que la cuestion queda en su lugar, siendo suficiente para que entremos en esta discusion ántes que por falta de términos hábiles, ó por no haber el número suficiente de señores Diputados, nos encontremos con que el Código no puede ser ley por ahora. Pero esto repito que ha de ser sin cercenar en lo más mínimo el derecho de los Sres. Diputados para estudiar detenidamente el pro

yecto del Código, los cuales creo que podrán tener el tiempo necesario para estudiar una ley de esta importancia.

El Sr. Figueras: No tengo inconveniente, ni por nuestra parte pondremos obstáculo alguno para que la discusion del Código se haga con toda la rapidez posible y compatible con el mejor acierto; pero una ley de esta naturaleza, para mí al menos, no puede estudiarse aisladamente, sino que es preciso hacer el estudio en conjunto; pues la ley tiene tal trabazon que no puede estudiarse en puntos determinados, como los derechos individuales, por ejemplo, sino que es preciso examinarla en su total.

Yo creo que con que los Sres. Diputados estén aquí diez ó quince dias más, podrá conseguirse el resultado que todos ambicionamos; y estoy seguro que la Mesa tendrá en cuenta las observaciones que aquí se han emitido para decidir el dia que ha de ponerse á discusion el Código penal. El Sr. Vicepresidente (Marqués de Perales): Queda terminado este incidente.

DISCUSION DEl dictámen DE LA COMISION.

En la sesion de 15 de Junio comenzó la discusion del dictámen de la Comision, y despues de pedir la palabra en contra el Sr. Silvela (D. Francisco), dijo

El Sr. Secretario (Carratalá): Hay una adicion del Sr. Romero Giron, que dice así:

«Los Diputados que suscriben tienen el honor de proponer á las Córtes que el artículo único sometido á su deliberacion, se adicione con las siguientes palabras:

>>Esta Comision propondrá dictámen definitivo, y éste se discutirá con preferencia á otros asuntos tan pronto como las Córtes reanuden sus sesiones. >>

Palacio de las Córtes 14 de Junio de 1870.-Vicente Romero y Giron. —Ramon Vinader.-Eduardo Chao.-Márcos Oria y Ruiz.-J. Ľ. Alvareda.-Gabriel Rodriguez.-Bernardo de Toro y Moya.»>

El Sr. Romero Giron: Antes de apoyar la adicion que se acaba de de leer, y que han oido las Córtes, desearía oir sobre este punto la opinion del Gobierno de S. A. y la de los indivíduos de la Comision.

El Sr. Montejo (como de la Comision): Pido la palabra.

El Sr. Vicepresidente (Madrazo): La tiene V. S.

El Sr. Montejo: La Comision, que ha examinado esa enmienda y conferenciado con el Gobierno, de acuerdo con el mismo, acepta la enmienda.

El Sr. Ministro de Gracia y Justicia (Montero Rios): El Gobierno, que no solamente desea, sino que verá con gran satisfaccion una discusion amplísima del Código penal, tan pronto como las Cortes se reunan, porque aspira á que el Código penal sea la garantía más legítima de todos los derechos y de todos los poderes que en la Constitucion se reconocen y organizan, acepta tambien la enmienda.

El Sr. Romero Giron: Excuso entrar en el apoyo de ella, y sólo me limito á dar las gracias al Gobierno y á la comision; diciendo además que mi propósito al presentarla era únicamente ese: provocar á su tiempo, y cuando pudiera ser, una discusion ámplia.»>

Leida por segunda vez la adicion del Sr. Romero Giron, y hecha la

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