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que uno de ellos causó en el espiritu del coronel Cuerbo, dominado de un entusiasmo frenético, despues de agotar su copa, la rompió dandole mordiscos con los dientes: y habiendo los pedazos del cristal causadole algunas heridas en la lengua y los labios, empezó á gotearle la sangre por el peto de la casaca.

Este incidente extraordinario causó algun trastorno en la reunion, y el jenetal Salazar mandó á varios de nosotros en busca del primer médico que se encontrára: pero cuando regresamos, otros compañeros y amigos del herido, ya lo habian trasladado á su casa.-Terminó el convite dejando en los ánimos desagradables impresiones, y el Libertador se retiró despues de tomar el café, acompañado de sus jenerales y edecanes.

Resuelto nuestro regreso á Lima como habia quedado el 13, los buques de la escuadra procedieron desde luego à preparar localidades para recibirnos, y al segundo dia del banquete nos embarcábamos con nuestros equipajes-En la fragata Protector (antes Prueba) el almirante Blanco Encalada, los jenerales Salazar y La Mar, el coronel Rojas, comandante Ruiz, mayor Deslandes y los cuatro capitanes.

Habiendose improvisado con cortinas de lona, divisiones en forma de camarotes en las chazas de la bateria del entrepunte, donde cómodamente se podia colar una persona en un coi, alli fuimos acomodados, y los oficiales subalternos, distribuidos en los otros buques.-Nos ocupábamos de este arreglo, cuando vimos entrar tambien en la fragata, con sus

respectivos equipajes á los señores don Joaquin Olmedo, coronel don Rafael Jimena con su esposa doña Dolores Roldan, don Francisco Roca, don Esteban Amador y teniente coronel de injenieros don Francisco Ugarte, que emigraban al Perú por temor de ulterioridades del partido dominante.-Estos señores refirieron, que ademas pasaban á embarcarse en la fragata Venganza y corbeta Alejandro, el oidor don Francisco Muñoz con su esposa doña Manuela Sanz, y la señora doña Josefa Montoya con sus dos hijas: añadiendo que por falta de lugar en los buques de la escuadra peruana, muchos otros caballeros y señoras no tomaban ese asilo, viendose precisados á emigrar á los pueblos mas inmediatos del Perú como Saruma, Sarumilla y Tumbes, y no pocos á las haciendas de la campaña.

En la mañana siguiente, al pronunciarse la baja marca, los tres buques se pusieron en marcha rio abajo, y llegando al puerto de la isla Puná, fondearon para continuar los aprestos de navegacion al Callao.

LLEGADA DE SAN MARTIN

IV

La conversacion jeneral de ese dia y durante la navegacion, se contrajo esclusivamente á las ocurrencias y episodios que los emigrados habian presenciado ó sabido desde el 11, en particular los de polícia elevados al conocimiento de la autoridad. Asi fué, que nos pusimos al corriente de muchas incidencias de que no teniamos noticia, de antes y despues de la llegada del Libertador á Guayaquil.

Luego de fondear en Puná, el Vice-Almirante ordenó á los buques, se proveyesen de víveres frescos para las tripulaciones y pasajeros, en concepto á seguir en alguna de las baja-mareas del siguiente dia.

Al aclarar el inmediato, se avistó una vela por cl "Muerto" (islote elevado á la boca del golfo), con

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yac almirante del Perú al tope mayor-De pronto y por no haberse recibido comunicaciones de Lima en los últimos doce ó quince dias, los jenerales hacian diversas conjeturas acerca de aquella novedad.

En tal incertidumbre, ordenó el jeneral Blanco que en el acto marchase el primer teniente de la fragata, en un bote á vela y remo, á reconocer mas de cerca el buque avistado-Dispuso á la vez que ua vijia trepase incontinenti al tope mayor con el mismo objeto--Se elijió entre los guardianes el mas diestro y avisado en esta clase de operaciones, quien luego de subirá la cruzeta y fijar su atencion en el horizonte, dio el grito de que reconocia en esa nave á la goleta de guerra Macedonia, correo de la escuadra-Este anuncio y el yac que flamcaba al tope, produjeron la casi evidencia de que fuera el jeneral San Martin el personaje que 'conducia; sacando por induccion que quiza teniendo este noticia de la llegada del Libertador á Guayaquil, se habia embarcado para realizar su anhelada entrevista-Como la goleta á todo paño se acercase cada vez mas á nuestra posicion, los anteojos de la fragata la reconocieron tambien por su casco y arboladura, lo cual haciendo cesar la incertidumbre, significó el Vice-Almirante á los demas buques preparasen su artilleria para rendir los honores correspondientes.

Pocos momentos despues, regresó el primer teniente confirmando los datos, y nos vestimos de uniforme para estar listos á todo evento.

A las dos horas, poco mas o menos, la Macedonia largó su ancla en el puerto de Puná, y al fondear, las fragatas y la corbeta hicieron salva de ordenanza-Acto contínuo los jenerales Blanco, Salazar, La Mar y coronel Rojas pasaron á bordo de la primera á saludar al Protector, y como una hora despues regresaron al suyo respectivo

Es de presumir que entonces informaran al Protector de las ocurrencias mas esenciales desde el dia 11. Este no se hizo esperar á bordo de la Prueba. -Los tres jenerales y los señores de la disuelta Junta, Olmedo, Roca y Jimena, lo aguardaban en el portalon de la escala, y asi que pisó la cubierta le fueron ellos presentados, pasando todos juntos á la

cámara.

Acompañabanle sus dos edecanes, los coroneles don Rufino Guido y don Salvador Soyer, quienes quedaron con nosotros, y formando círculo sobre cubierta, nos dijeron que toda la comitiva que llevaba el jeneral estaba reducida á ellos y al teniente don Luis Perez con una escolta de 25 húsares.

Por nuestra parte les hicimos una sucinta relacion de lo acaeido en los últimos seis meses del año, pero con detalles desde la llegada del Libertador hasta ese dia-Por conversaciones que en los posteriores se hicieron en la mesa, supimos que en la cámara se habian ocupado del mismo tema, y asi que el jeneral se hubo instruido bien de los antecedentes y situacion de Guayaquil, se despidió para regresar á la Macedonia seguido de sus cdecanes.

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