Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[blocks in formation]
[merged small][merged small][ocr errors][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small]

Director del Instituto de Higiene Experimental
de la Universidad de Montevideo

PRIMERA PARTE

I

Resumen de nuestros actuales conocimientos sobre la etiología y patogenia de la fiebre amarilla (1)

La fiebre amarilla es una enfermedad reconocida desde hace tiempo como de naturaleza indudablemente específica, pero sobre la cual nuestros conocimientos etiológicos y patogénicos se limitan, hasta ahora, á los resultados de investigaciones científicas insuficientes. La extremada pobreza de tales conocimientos no es debida, por cierto, á falta de notables contribuciones científicas.

(1) Sinonimia: Vómito negro-typhus icteroides (lat.)--typhus amaril (franc.)febbre gialla (ital.)- febre amarella (port.)-gelbfieber (al.)-yellow fever (ing.).

La literatura relativa á la fiebre amarilla ocupa ya, en efecto, un lugar importante en la patología médica de los países cálidos.

A pesar de ello, no ha podido nunca salvar, ni interpretar satisfactoriamente las más sencillas observaciones de la clínica, de la anatomía patológica y de la epidemiología.

Esto es debido á varias causas, que quizá están representadas principalmente: 1.° por la sintomatología, por demás oscura, compleja y proteiforme del cuadro morboso; 2. por el resultado infructuoso de las múltiples tentativas hechas por diversos autores para hallar y estudiar el agente específico.

En cuanto se refiere al cuadro clínico, la fiebre amarilla constituye un conjunto de síntomas variadísimos que acompañan más o menos regularmente y pueden compendiarse en el siguiente tipo nosológico común, que ordinariamente se divide en tres períodos:

1.er período. Después de una incubación, que se cree poder fijar entre 2 á 4 días, aparecen los primeros síntomas que, por lo general, se presentan de improviso y violentos. El enfermo, ordinariamente durante el sueño, es presa de un escalofrío más ó menos intenso, seguido de una rápida elevación de temperatura (40°-41° C.).

Otras veces preceden síntomas que no tienen nada de característico y que figuran en los signos comunes de las infecciones agudas graves: cefalalgia, dolor intraorbitario, cansancio general, dolores musculares, dolor epigástrico, náuseas, vómito y, sobre todo, raquialgia intensa.

En pocas horas el estado general del paciente se pone gravísimo: la piel está unas veces seca y otras cubierta de sudor, la cara y los ojos se inyectan, las pupilas se dilatan y la mirada se pone brillante y asustada como la de un ebrio.

Aparece un insomnio penoso y una agitación indefinible, angustiosa, persistente, acompañada siempre de raquialgia espasmódica el coup de barre de los autores franceses y de una opresión epigastrica tan molesta, que postran al enfermo en un extremo abatimiento físico y moral.

Una persistente intolerancia gástrica, acompañada de náuseas y sed ardiente, precede de poco tiempo á los desórdenes de

« AnteriorContinuar »