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que sí estos actos espontáneos del vecindario y autoridades de Guayaquil, acreditan amor ó adhesion á Colombia ó al Perú?

Mas en la suposicion de haber presentado hasta aquí las suficientes pruebas y aun los mas insignificantes pormenores que precedieron á la incorporacion de Guayaquil (por que los menudos accidentes interesan en la historia de los hombres grandes y se leén con avidez, segun lo ha sentado el señor Larrazabal siguiendo á Plutarco), y para que el lector pueda formar juicio del derecho con que fué verificada, pasaremos á la que sigue que será menos fatigosa sin duda, que la que acaba de verse.

PARTE 2 REEMPLAZO DE LAS BAJAS

La segunda cuestion mencionada por Mr. Lafond en su ya citada obra, fué la de reposicion de las plazas de tropa perdidas en la campaña sobre Quito, que terminó con la víctoria de Pichincha.

Esta proposicion parece que si fué iniciada por el jeneral San Martin en la entrevista, debió serlo mui pasajeramente, á estar á lo que aquel mismo dice, que-" San Martin se sorprendió al saber á su llegada á Puná, que el nudo gordiano habia sido cortado por Bolívar:-" añadiendo mas adelante, que" sí este habia hollado los intereses de Guayaquil arrebatandole su independencia, debia estar poco dispuesto á favorecer los del Perú" y terminando sus referencias sobre el particular, que el Libertador respondióle, entonces,

...

"en cuanto al reemplazo de los soldados de la division del Perú, era negocio que se trataria ile gobierno á gó? bierno."

de

que

¡Orijinal contestacion! Y llamola orijinal, desá qualquiera de los lectores de estos apuntes puede ocurrirsele preguntar ó inquirir, sí al prestar el Perú el ausilio de la division Santa Cruz, medió algun tratado ó convencion entre gobierno y gobierno, para que en reciprocidad se considerase Bolívar con derecho á exijir de San Martin ese ceremonioso procedimienio.

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Pero si tal averiguación se intentase, todos los con!». temporáneos de esa época, y yo entre ellos que me con- ! sidero el mas insignificante, contestariamos conforme á los antecedentes que conociamos entonces, como contestarán las crónicas y los archivos del Perú, en especial el de la secretaría de la profed. tura de Trujillo (despues Departamento de la Tibertad,) que no precedió ninguna de esas formalidades de política internacional Que la division' Santa Cruz, fuerte de 1,600 plazas de tropa con sus respectivos oficiales y jefes, cómo dice la recordada "Memoria del coronel Rojas;” marchó de la ciudad de Piura á la de Cuenca, que las tropas guayaquileñas

y

colombianas habian señalado como punto de reu-.. nion-Que no mediaron mas ceremonias ni preám-"\ bulos, que unos cuantos oficios y cartas confidenciales que se cambiaron, entre el jeneral Suere como comandante en jefe de ese cuerpo de ejército, y el

..

jeneral Arenales como prefecto del departamento de Trujillo.

A esto estuvo reducida la diplomacia que antecedió á la marcha de esa fuerza del Ejército Libertador del Perú-Con la sangre y los esfuerzos de esos soldados, se libertó del coloniaje la heróica ciudad de Quito; fue estinguido el poder español en la parte meridional de la América, y lo que es de un inapreciable valor, quedó consolidada la libertad y la independencia del suelo colombiano-Y¿ que siguió á ese gran beneficio conquistado á medias con las armas del Perú?-¡Oh! Nunca lamentaré lo bastante, como quizá lamentarán los mas fervientes republicanos, que Bolívar, ese símbolo de americanas glorias, ofuscado por la pasion de un mal momento, tuviese la ingrata idea de dar una respuesta negativa, á la reposicion de los soldados que habian contribuido á afianzar su poder inmortalizando el nombre de Pichincha!-Y cuando la jeneracion que se levanta pregunte por esa negativa dió principio Colombia á la retribucion del servicio que le acababa de prestar el Perú?¿Qué se le puede responder?.... Pero pasemos adelante.

Por desgracia el primero de los espositores colombianos, el señor Larrazabal, quizá por un inesplicable olvido ó descuido, no ha tocado este punto de la entrevista; que á haberlo abordado, es probable lo hubiera hecho con esa fluidez de narrativa con que ha exornado el capítulo 39 de su Biografía, y derramando nueva luz en la materia, sería un

otro hilo que acaso no desdeñarian los futuros publicistas ó historiadores de la guerra de la independencia-Mas al segundo, el señor jeneral Mosquera, no se le puede acusar esa neglijencia, pues en su impugnacion al necrolojista del jeneral San Martin, dice..." la batalla de Pichincha permitió que estos cuerpos (la division Santa Cruz) se restituyeran al Perú, y se les completó reponiendo las bajas que tuvieron en la campaña, con soldados colombianos.

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Pero este aserto que tanto haria vacilar la credi· bilidad si se buscara el equilibrio entre la solucion dada por el Libertador y el dicho de su secretario jeneral; viene por desgracia á perder toda su significacion, en cuanto se recuerde aquel período de la carta de San Martin á Bolívar, en que le dijo— ...la division del jeneral Santa Cruz, euyas bajas, segun me escribe este jeneral, no han sido reemplazadas. "... Esto parece concluyente en mi concepto-Por cuanto, lójicamente hablando, no se descubre una correlacion de consecuencia mas tanjible entre la negativa de Bolívar y la insistencia de San Martin, que la aseveracion del secretario y el procedimiento de su jeneral?-Pero no nos detengamos

en esto.

PARTE 3a MEDIOS DE ACELERAR LA CONCLUSION

DE LA GUERRA

Este debió ser el punto culminante de los tres que el jeneral San Martin se propuso resolver en su en

trevista con el Libertador, por que quizá y sin quizá, era y tenia razon de ser, el que encarnaba sus altas y patróticas miras en favor del Perú y de la América-Pero antes de proceder á su análisis, un momento de meditacion sobre la última de las esposiciones insertas en el precedente párrafo, me ha sujerido algunas reflexiones prévias de que no puedo prescindir.

De la lectura de la obra del viajero Lafond, se desprende la conjetura de que, debieron acaso ser frecuentes y multiplicadas las conferencias que tuviese con San Martin-Sín un precedente de este jénero, llego á persuadime, que por mas cordiales y mútuas que fuesen las simpatías: sin una bien cimentada confianza, el jeneral no descenderia á confidencias que no dispensaba sinó á persona bien conocida-Esto es tan natural y práctico en el trato de los hombres, como propio de la circunspeccion y esperiencia de aquel; y sobre todo, de su escrupulosa reserva en los asuntos de trascendencia, y con especialidad, en los que le fueron personales-Y sí á estas verosimilitudes se agrega la precision con que el viajero ha consignado los conceptos del mismo, es de imajinarse que debieron hacerle una fuerte impresion y gravarsele tan fielmente en la memoria, que solo así ha podido trasmitirlos con toda la sencillez y la verdad de su orijen-Tal es la identidad del lenguaje, que los que como yo le conocieron, solo pueden echar de menos el timbre de su voz.!

Refiere pues, el marino frances, que las razones

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