Historia de la espedicion [sic] libertadora del Perú (1817-1822)

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R. Jover, 1887
 

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Pasajes populares

Página 192 - Al señor Coronel don Juan Gregorio de las Heras, Jefe del Estado Mayor del Ejército expedicionario. Este pliego no se abrirá hasta que se hallen reunidos todos los señores oficiales del ejército de los Andes y sólo a su presencia se verificará.
Página 182 - ... que la suerte se nos presenta propicia y que a usted le proporciona una ocasión y un motivo justo para resistir la orden de su Gobierno. Sin la libertad del Perú usted está convencido que no podemos salvarnos; y ahora éste es el momento de venir usted a Chile con sus tropas, seguro de que, a los dos meses, estamos en camino para lograr el objeto tan deseado.
Página 24 - Estoy bastante enfermo y quebrantado; más bien me retiraré a un rincón y me dedicaré a enseñar reclutas para que los aproveche el gobierno en cualquiera otra parte. Lo que yo quisiera que ustedes me dieran cuando me restablezca, es el gobierno de Cuyo.
Página 236 - Parlamento, sino que posee un carácter superior a toda pretension ambiciosa; i, lo que es mas, incapaz de ser envuelto en el vértigo de las intrigas ministeriales de Europa, en donde se empieza a acechar con celos el engrandecimiento de la América del sur.
Página 490 - En fin, la superioridad de nuestras fuerzas navales en el Pacífico está enteramente decidida: el dominio de estos mares pertenece exclusivamente a los independientes que se han sacrificado para obtenerlo, no con el ánimo de monopolizar sus ventajas, sino de hacerlas comunes a todas las naciones civilizadas del mundo; no para oprimir...
Página 128 - Las provincias en nuestra posesión son las más pobres y no bastan á cubrir las erogaciones necesarias. Nos vamos apresuradamente consumiendo, y es de toda necesidad aumentar nuestros recursos con la restauración de las provincias interiores.
Página 427 - El mundo envidiará vuestro destino, si observáis la misma conducta que hasta aquí; pero ¡desgraciado el que quebrante sus deberes y sirva de escándalo a sus compañeros de armas! Yo lo castigaré de un modo terrible; y él desaparecerá de entre nosotros con oprobio e ignominia.
Página 24 - Ya le he dicho a usted mi secreto. Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos para concluir también con la anarquía que reina.
Página 193 - Alvarado, y proceder después a la votación de los señores oficiales que unánimemente convinieron en lo mismo, quedando de consiguiente sentado como base y principio, que la autoridad que recibió el señor...
Página 192 - A todos es bien conocido el estado deplorable de mi salud, ésta me imposibilita el entregarme con la contracción que es indispensable en los trabajos que demanda el empleo, pero no de ayudar con mis cortas luces y mi persona en cualquiera situación en que me halle a mi patria y compañeros.

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