MINISTERIO DE FOMENTO. INSTRUCCION PÚBLICA. ILMO. Sr. : Habiéndose publicado en distintos números de la Gaceta oficial los Reales decretos y órdenes que organizan los estudios de Escuelas normales, Segunda enseñanza y Facultades, con otras medidas de general interés referentes á instruccion pública; y reconocida la conveniencia de reunir todas estas soberanas disposiciones en coleccion ordenada, la Reina (Q. D. G.) se ha servido mandar que se haga en la Imprenta Nacional una edicion correcta de los expresados Reales decretos y órdenes, y que se considere como texto oficial en los establecimientos de enseñanza y dependencias todas de esa Direccion general. De Real órden lo digo á V. S. I. para su inteligencia y efectos consiguientes. Dios guarde á V. S. I. muchos años. Madrid 16 de Noviembre de 1866. Orovio. Ilmo. Sr. Director general de Instruccion pública. INSTRUCCION PÚBLICA. REAL ORDEN CIRCULAR SOBRE LA ENSEÑANZA EN GENERAL. En todas las naciones y en todos los tiempos la enseñanza pública ha tenido el privilegio de llamar poderosamente la atencion de los hombres de Estado, que con justicia la consideran como elemento eficaz siempre, y decisivo á veces del esplendor y grandeza de los pueblos. No podia el Ministro que suscribe desconocer esta verdad. Desde el momento en que tuvo la honra de ser elevado á los Consejos de la Corona comprendió toda la trascendencia del compromiso que aceptaba; y fiando, más que en los recursos de su saber en las inspiraciones de su patriotismo y en la rectitud de sus deseos, se propuso desde luégo atender con especial solicitud al estado de la instruccion pública, punto tan importante y delicado, que en él fijan y de él no apartan los ojos, á pesar de las agitaciones de los tiempos y de la variedad de los sucesos, los hombres pensadores y sensatos; los padres diligentes y celosos; los ciudadanos honrados que tienen patria que servir, creencias que guardar y familia que proteger. No basta á los Gobiernos, si han de ser dignos de este nombre, restablecer el órden material, base ciertamente de toda ulterior mejora y principio de todo progreso verdadero: es preciso asegurar tambien el órden moral; es preciso determinar y garantir los fueros legítimos de la ciencia, nunca más comprometidos, nunca más expuestos á un pavoroso eclipse que cuando el vértigo revolucionario, á título de libertad absoluta del pensamiento y de soberanía de la razon, encadena la razon y envilece el pensamiento, sometiéndolos á la tiranía del error, la más triste y humillante de todas las tiranías. La historia enseña, y á la ilustracion de V. S. no se oculta, que siempre que el movimiento cientifico se ha retrasado ó detenido, siempre que el sistema de represion se ha dejado sentir con más ó ménos violencia, con deplorable acritud á veces, siempre este fenómeno ha reconocido por causa la exageracion contraria; todos los períodos de rebelion triunfante, á contar desde los siglos más remotos, han traido en pos de sí dias de abatimiento y decadencia. Ciertos novadores revolucionarios son responsables ante el tribunal de Dios y de los hombres de inmensos |