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Lima, 11 de Julio de 1842.

Con la apreciable nota de US. de esta fecha, he tenido la satisfacción de recibir el tratado preliminar de paz y amistad entre el Perú y Bolivia, concluído en Puno bajo la mediación de mi Gobierno, el día 7 de Junio último, ratificado por el Supremo Gobierno del Perú en 15 del mismo mes, con el fin de que tenga cumplimiento lo convenido en el artículo 8.° de dicho tratado.

Cabalmente ayer recibí la ratificación por parte del Supremo Gobierno de Bolivia, que tengo el honor de remitir á V. E., quedando con este acto verificado el canje de las ratificaciones dentro de los treinta y cinco días que previene el citado artículo 8.o como lo verá V. E. en la formal declaración de esta fecha, que igualmente me cabe el honor de incluirle.

Al manifestar á V. E. el placer con que veo terminada, de un modo tan honroso y satisfactorio para el Perú y para Bolivia, la honorífica misión que el Cobierno de Chile tuvo á bien confiarme, cumplo con un agradable deber, felicitando altamente, á nombre del mismo Gobierno, y por el respetable órgano de V. E., al Excmo. Señor Presidente del Consejo de Estado, encargado del Poder Ejecutivo de esta República, por el dichoso término de la funesta guerra á que circunstancias deplorables habían conducido á dos pueblos hermanos, llamados á vivir en la mas estrecha unión, S. E. debe congratularse por haber visto realizada la paz que tanto anhelaba y en cuya consecución se ha ocupado con el mayor empeño, debiendo crecer su satisfacción por el acierto que tuvo en la elección de la digna persona á quien confió la celebración de las negociaciones de paz, pues á su celo y asíduos trabajos es debido, en gran parte, el honroso resultado que ellas han tenido.

Quiera V. E. admitir los sentimientos de la distinguida estimación y respeto con que tengo la honra de ser de V. E. muy atento y obediente servidor.

Ventura La-Valle.

Al Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores de la República Peruana.

Ministerio de Gobierno y
Relaciones Exteriores

Lima, 12 de Julio de 1842.

A S. E. el Señor Ministro Pleni potenciario de Chile.

Con la muy apreciable nota de V. E. del día de ayer, he tenido el honor de recibir la ratificación del tratado preliminar de paz con Bolivia, concluído en Puno, bajo la mediación del Gobierno de V. E.; el que queda canjeado, según se estipuló en su artículo octavo y se acredita formalmente por la declara. ción que V. E. se ha servido expedir y remitirme con la misma nota. (1)

Yo no puedo dejar de trasmitir á V. E. los sentimientos de la mas viva gratitud de que está penetrado mi Gobierno hácia el de V. E. por los oficios de humanidad y de verdadera amistad que ha empleado para detener el torrente de males que precipitaba sobre las partes contendientes una guerra de la cual ninguna de las dos podía reportar ventajas reales; y á V. E. mismo por el empeño que ha manifestado para conseguir tan laudable objeto, sir reparar en las molestias que el mar y la fuerte temperatura de los Andes debían causarle en los viajes que con este fin emprendió.

Tiempo es ya de que cesen enteramente los escándalos que continuamente damos al mundo civilizado con nuestras continuas discordias, y de que no las armas, sino negociaciones apoyadas, si fuese necesario, por la mediación de poderes amigos, continúen resolviendo todas las cuestiones que se susciten entre las naciones en que se ha dividido la América antes española. El Gobierno que mas contribuya á este santo fin, reportará mas gloria que el que gane las mas expléndidas victorias, y el de Chile, habiéndose puesto á la vanguardia de los demas en este camino, se ha hecho acreedor á la gratitud, no solo de los peruanos y los bolivianos, sino tambien á la de todos los amigos. de la humanidad.

Reciba V. E., de mi parte, las mas sinceras protestas de estimación y respeto con que soy de V. E., muy atento y muy obediente servidor.

José Villa.

[1] Véase esa declaración en la página 285 del tomo citado,

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A la una y media del día de hoy (1) ha recibido S. E. el VicePresidente del Consejo de Estado, en audiencia pública, al Señor D. D. Pedro Guerra, en su carácter de Ministro Residente de Bolivia.

Al entregar el Señor Guerra, la carta autógrafa en que está acreditado, dirigió á S. E. el siguiente, discurso:

Excmo. Señor:

En nada ha puesto el Gobierno de Bolivia mas interés, que en hacer una paz sólida con la República Peruana; y al concluir el tratado de Puno, dió la prueba mas positiva de este noble y sincero interés. Habiendo recibido la ratificación, ha querido luego enviarme cerca del Gobierno Peruano, presidido hoy, muy dignamente por V. E., con la misión especial, y muy particular, de velar en la conservación de este bien inapreciable, que forma la necesidad mas imperiosa de los pueblos hermanos ligados con tantos intereses comunes, que deberían ser estrechados por los lazos sagrados de amistad y de alianza.

El tratado de paz, felizmente concluído el 7 de Junio entre el Perú y Bolivia, nada en sí envuelve de que pudiera quejarse alguna de las dos naciones. He aquí, Excmo. Señor, lo que garantiza su duración; lo que hace esperar la mejor inteligencia entre los dos gobiernos: la unión franca y leal para hacer de consuno el bien de dos pueblos que lo desean con ardor y lo esperan con confianza.

La carta autógrafa que tengo el alta honor de poner en las respetables manos de V. E., y que me acredita Ministro residente de Bolivia cerca del Gobierno Peruano, es la simple expresión de este sentimiento de paz, armonía, unión y buena inteligencia que domina todos los actos del gobierno boliviano.

Al tener la grande honra de ser órgano fiel de los sentimientos del Jefe de Bolivia, me sería muy satisfactorio poder obtener con la benévola estimación de V. E. el principal objeto de mi misión-la conservación á toda costa de la paz, unión, buena inteligencia y amistad absolutamente indispensables para la ventura de dos pueblos, hoy con nombres diversos, y que antes formaban el antiguo imperio de los Incas.

(1) 10 de Diciembre de 1842.

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Con placer he escuchado la noble misión que os trae al Pe-rú: este Gobierno, como el vuestro, desean estrechar sus pacífi.cas relaciones. Sí, la paz es el alma de los Estados, la ambicio nan todos, y el Perú la necesita. Podeis asegurar á vuestro gobierno que esta ceremonia no es reducida á un cambio vano de palabras, sino de sinceros votos por la amistad íntima, union perpetua de Bolivia y el Perú, y que aplaudo hayais sido vos el escogido para desempeñar tan honroso encargo.

Jurisdicción Nacional

República Boliviana

Ministerio de Relaciones Exteriores

Palacio de Gobierno, en Sucre, 3 de diciembre de 1842. 34.°

Señor:

Habiéndose llevado ante los tribunales bolivianos la causa de un asesinato cometido por un indígena en el punto de Quinua-Quichinca, correspondiente al departamento de Tacna de esa República, han determinado estos que no era de su competencia, sino de la autoridad judicial del territorio en que fué cometido el crimen, el juzgamiento del hecho y del autor, aunque éste sea boliviano, según se instruirá V. E. por las copias que incluyo de algunas de las principales piezas del expediente. El gobierno boliviano,persuadido de que el asilo de su terri

-torio no puede cubrir al delincuente de un crimen, y atroz, y de que favorecería la impunidad de él si aguardase que se reclame su extradición, lo cual no habría tenido lugar quizá porque los acontecimientos políticos que se han sucedido en el departamento de Tacna, y en toda esa República, en los meses pasados, no hayan permitido que se instruya la correspondiente causa, ó tal vez porque no haya llegado á conocimiento de los funcionarios, á quienes correspondía hacerlo, la existencia de este crímen y la de su autor en una prisión, toma la iniciativa, manifestando á V. E, la disposición en que se halla de entregar al reo Roque Surco, según aparece de la resolución que ha dictado en el recurso que le dirigió la autoridad judicial respectiva, de que también adjunto copia bajo el número 5.

Al llenar la orden que he recibido de mi gobierno para poner en conocimiento del de la República del Perú el hecho y circunstancias referidas, me es grato reiterar á V. E las protestas de mi distinguida consideración y respeto.

M. de la Cruz Méndez.

Al Excino. señor Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.

Excelentísimo Señor:

El Fiscal dice:- Que Roque Surco, boliviano de nacimiento, ha perpetrado un asesinato en la persona de Asencio Marino en el punto de Quinua Quichinca, perteneciente á la República del Perú. El juzgado de letras de Pacajes, colindante con los desiertos de la provincia de Tacna, tomó conocimiento de este hecho atroz, tocó la dificultad del juzgamiento y dió cuenta al tribunal superior de quien depende. La Corte Superior de la Paz declaró: que no tocaba el juzgamiento de un delito perpetrado en territorio extraño á los tribunales bolivianos, y elevó todo á su gobierno para que tomara las medidas conducentes á fin de que no quedara impune un asesinato que carac teriza de atroz y alevoso. El gobierno de Bolivia hace saber á V. E. que tiene autorizado al prefecto de la Paz, para que entregue al delincuente luego que sea reclamado por las autorida des peruanas. Ofrece la extradición del rco, cuyo crímen es de la naturaleza de aquellos que no gozan de derecho de asilo. En crímenes atroces y que no pueden atribuirse al abuso de un sentimiento noble en sí mismo, deben las naciones tomar el ejemplo de la conducta del gobierno boliviano en el presente

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