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de pésimo camino por tenerse que pasar veintidos veces un rio de consideracion, pedregoso y de corriente rápida: su poblacion es de 117 hab. que se ocupan solo de la labor de maiz y cria de ganados. Tepeguaje.-Ranchería de la hacienda de San Vicente, en tierras de Izazagas, á ocho leguas de Colmeneros, de camino malísimo, en terreno quebrado; muy abundante en pastos, ganado vacuno y caballar: su poblacion es de 76 habitantes en doce casas de paja.

Rosario-Gran hacienda de ganado vacuno y caballar de D. José María Izazaga, en terreno plano, con abundancia de pastos y agua en la estacion lluviosa. Tiene una poblacion de 200 habitantes, entre mozos arrimados, que solo se ocupan en la siembra de maiz, sin otro giro. Dista cinco leguas de Tepeguaje, de camino quebrado.

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que resultó que los herederos de las escrituras despojaron á este infeliz pueblo de las mejores tierras. Una vista de ojos practicada por el juez de letras del partido, seria muy útil para poner coto á la ambicion de estos y los demas que desde Atoyac hasta Zacatula no dejan respirar á los pobres indígenas. Sigue la copia certificada del recibo de que se ha hecho mencion, para conocimiento del superior gobierno.

"Sello tercero.-Un real.-Año de mil setecientos setenta y uno.-En el pueblo de Santiago Zacatula, en once dias del mes de Abril de setecientos setenta y uno: yo, D. Juan de Izazaga, teniente de este partido, en conformidad de lo mandado por el Sr. juez privativo de tierras, D. Diego Antonio Cornidez, digo: que recibí del Sr. D. Bartolomé Rol. dan y Huerta, comisario que fué nombrado por su señoría de esta provincia de Zacatula, los títulos que aquí diré. Los de Santiago Zacatula, los de José Benites de Ariza, los de Nicolasa Guzman, los de Alberto Gonzalez, los de D. Nicolas Baldovinos, los de los naturales del pueblo de Cuahua

misario por dicho señor juez privativo. Y para que conste, lo firmé con los de mi asistencia.-Juan de Izazaga. Asistencia.-J. Manuel Gadea.-Asistencia.-Isidro Antonio Alvarez.

"Es copia fielmente sacada de su original que me fué presentado, y devolví. Y para su constancia, lo firmé en Cuahuayutla á 10 de Octubre de 1836."

Cuahuayutla. Ultimo pueblo del partido de Tecpam, y curato secular de la mitra de Michoacan: tiene un alcalde conciliador y algunas fami lias blancas: fué saqueado en la revolucion de 810, y á la fecha comienza á reponerse de las antiguas pérdidas: dista una legua de la hacienda del Ro-yutla, y asimismo la comision que obtenia dicho cosario, ochenta y siete de la cabecera del partido y ciento quince de la prefectura, al Norte de Santiago Zacatula. Su situacion está entre cerros áridos que no producen mas que pastos, con muy poca agua, de lo que proviene la miseria de sus habitan tes, que no se ejercitan en otra cosa que en la siembra del maiz, pero tan en pequeño que apenas les basta para su subsistencia anual. La multitud de De Cuahuayutla al rio de la Balsa, que divide el ranchos y haciendas de que está rodeado, junto con distrito por la parte del Norte con el estado de Miotra porcion de gente que viene de tierracaliente choacan, hay eatorce leguas de mal camino y buey de todo el rumbo de la costa, hacen muy concur- nos pastos; pero muy poca agua, en cuyo tránsito se ridas las dos ferias que se hacen en dicho pueblo: encuentran los rauchos de Caracoles, Anita, Paso la primera el 28 de agosto y la otra el 8 de diciem- de las Vacas y hacienda de la Balsa, cuyos habibre, á las cuales se llevan harina, jabon, sal, tabaco, tantes se ocupan en la cria de reses y siembra de algodones, sillas de montar de Puruandiro, aguar- maiz, y su número queda ya incluso en la poblacion diente, frutas y otras producciones de que se hace de Cuahuayutla. De este pueblo, volviendo à Zael tráfico. Hay dos cofradías con rauchos de ga- catula, hay cuatro leguas á la hacienda de San Annado en tierras del mismo pueblo, los cuales seriantonio, dos á la del Platanillo, nueve á la del Naranmuy ricos si los comandantes militares de este rum-jillo, en tierras de los Izazagas, cuyos habitantes se bo no hubieran echado mano del ganado en las di- ocupan en la cria de ganados, siembra de maiz, caferentes convulsiones que han agitado al pais. Hay ña dulce y otras semillas propias de su mantenimiendiez haciendas de ganado, cuatro trapiches y una to. Su poblacion es de 359 habitantes, y el camino multitud considerable de ranchos, por lo que hace de uno a otro punto es sumamente quebrado. Del subir su poblacion á 2,323 almas, cuya administra-Naranjillo á la hacienda de Palo-Parado hay cuacion espiritual está encomendada á un sacerdote tro leguas de mal camino, en tierras de los Izazagas anciano valetudinario, por cuya causa y la larga y de D. Lorenzo Campos: la ocupacion de los vecidistancia de unos parajes á otros (es menester de-nos de esta hacienda es la siembra de añil y maiz, cirlo con dolor) viven y mueren como animales, sin y la total poblacion como de 60 almas. recibir los socorros espirituales: acaso algunos no han visto jamas lo que es misa; no saben lo que es ser cristiano, por cuya causa se matan por el mas leve pretesto.

Segun las noticias que me fueron suministradas por hombres fidedignos, este pueblo tenia hace muchos años las tierras necesarias para el cultivo de las semillas propias de su mantenimiento: en el dia se halla tan reducido que apenas le bastan para lo muy preciso. En 1771 el teniente del partido, D. Juan de Izazaga, les recogió los títulos á varios propietarios, los de Zacatula y Cuahuayutla, de

Cofradia.-Hacienda de D. Manuel Cabrera, hermosísima por el lugar de su situacion y abundancia de pastos, y mas hermosa por su crecido número de ganado vacuno y caballar. Dista dos leguas escasas de la del Palo-Parado, y su poblacion es como de 60 habitantes. De este punto al de la cabecera hay 12 leguas de buen camino, en cuyo transito están los ranchos del Limon y el Pochote, con abundancia de ganado; fértiles en pastos y aguas, solo en la estacion de ellas. Su poblacion se incluira en el pádron de dicha cabecera.

Zacatula (rilla).-Cabecera de la antigua pro

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temperamento es caliente como el de Tecpam y malsano, á causa de que á propósito viven entre los montes para ocultar sus maldades.

Orilla.-Hacienda de labor de algodones, tabaco y maiz en tierras de los Menocales de Pazteuaro. Dista una legua de la cabecera, y está situada á la orilla occidental del segundo brazo del rio de las Balsas: su temperamento es cálido, como los demas de la costa; pero no malsano, quizá porque está mas despejado que la anterior: sus habitantes, en todo semejantes a los de Zacatula, se componen, á escep

vincia de su nombre, curato de la mitra de Michoacan, asiento del ayuntamiento constitucional, y de un comandante de tropa, respecto de que de su poblacion y de la de los ranchos del contorno se forma la quinta compañía del batallon Guarda-Costa de su nombre, que á la fecha consta de 90 plazas. Dista ochenta y dos leguas de la cabecera del partido | y ciento diez de la prefectura, la mayor parte de camino plano. Aunque su fundacion, segun las noticias adquiridas, cuenta la misma época que la del pueblo de Tecpam, la insurreccion pasada la redujo á tal estado de miseria, que no cuenta un solo des-cion de pocos, de foragidos de varios estados, que cendiente de sus antiguos fundadores, por cuya causa los presentes son todos de los que se dicen de razon, emigrados de varios puntos de la República, y la mayor parte de criminales, que agobiados del peso de sus crímenes y perseguidos de la justicia, se han refugiado en dicho punto, como en un asilo se guro, á virtud del disimulo que las autoridades les dispensan, las mas veces por el temor de ser asesinadas en los caminos, ó dentro de sus mismas habitaciones, como frecuentemente se ha esperimentado, por cuya causa se pasean sin el menor temor de ser aprehendidos, armados del machete, belduque y armas de fuego, que les son inseparables.

sustraidos de la persecucion de la justicia, disfrutan de sosiego y viven impunes, de cuyas resultas se ha hecho la Orilla, de pocos años, como el foco de todos los vicios. Separados por tan larga distancia de la cabecera del partido, aun mas de la del distrito, y sin estafeta ni correo, las leyes no tienen ni virtud ni eficacia para ser obedecidas. Puede asegurarse, sin exageracion, que no hay un individuo entre todos los que componen este crecido vecindario, á quien pueda encargarse la administracion de justicia, ni el cobro de las rentas, que en tiempo de cosechas no dejarian de ser de consideracion, á virtud de que los individuos, á pesar de todas sus nulidades, son inclinados generalmente á la labor de los frutos que ya se han indicado, causa por qué

Su principal ocupacion es la siembra de maices y algodones; tabaco, frijol y otras semillas que les producen los inmensos plantíos del uno y otro bor-jamas esperimentan hambre ni desnudez, y la esdo del caudaloso rio del mismo nombre, conocido vulgarmente por el de las Balsas, á cuya orilla oriental está situado.

Los Martinez y Campos, familias criollas del referido pueblo, se han repartido todo el terreno de esta poblacion, hasta el estremo de no dejarle otro que aquel en que está situado, con solo un pedazo de tierra de labor en la isla que forman los dos brazos en que se divide el rio, cuatro leguas antes de su embocadura en el mar; y aun este corto espacio no lo disfrutan los habitantes, porque el ayuntamiento lo tiene arrendado para sus fondos municipales; causa por qué tienen que arrendar tierras á sus mismos usurpadores de las del pueblo.

traccion anual de un año con otro puede calcularse de diez á doce mil arrobas del primer fruto, y de tres á cuatro del segundo. La administracion espiritual de este vecindario esta encomendada al parroco de Coahuayutla, de quien he hablado antes; y como la distancia de este pueblo á la Orilla es de treinta leguas de mal camino, se mueren la mayor parte sin confesion, Jamas han oido la palabra de Dios en el púlpito; ni hay escuelas ú otros establecimientos benéficos que puedan hacerlos variar de condicion: así es que se matan con frecuencia por los mas frívolos pretestos, La poblacion de esta bacienda, con los ranchos de San Blas, Guacamallas, la Laguna y otros, es de 875 habitantes, de entre los cuales se forma la sesta y última compañía del batallon de Zacatula, que consta de 52 plazas, y ya quedan incluidos en el padron de Zacatula.

Acalpica. Hacienda de los Menocales, á siete

Dos leguas mas abajo, siguiendo la orilla del brazo izquierdo del citado rio, se encuentra la hermosa ensenada de Petacalco, cuyas aguas son mucho mas mansas que las de Sihuatanejo, y tan dilatada y có moda, que podrán caber mas de 500 buques de to-leguas de la Orilla: su terreno es vasto y en estredo porte, pero enteramente desabrigada á los vientos del Sur en la estacion de aguas. Las fragatas balleneras suelen hacer aguada en los esteros que se encuentran en la misma playa, que son permanentes en todas las estaciones. Si se habilitase esta eusenada para el comercio interior del pais, produciria los mismos efectos y aun mejores que el puerto de Sihuatanejo, de donde dista doce á quince leguas por la mar, en razon de tener mas á la mano a los pueblos de Apacingan y los demas de la tierra fria del estado de Michoacan.

mo fértil para las siembras de piñas, maiz y algodones; artículos que jamas se pierden; pero su temperamento es húmedo y malsano, por cuyo motivo no tiene mas que 385 habitantes en casas de zacate. Se asegura que la estraccion de algodones que se hace de este punto, puede llegar un año con otro á ocho mil arrobas. Desde este punto á la orilla oriental del rio de Cachan, que divide el distrito del estado de Michoacan, hay como treinta leguas de terreno quebrado, pedregoso é inculto, sin mas habitantes que los de tres ó cuatro familias de las ranLa poblacion de Zacatula, segun el padron de cherías de Guagua; de manera que desde Acapulco 1834, solo sube á 221 habitantes en cuarenta y ocho hasta este punto hay un espacio de tierra de ciento casas de paja; pero unido á las haciendas de la Ori-cuarenta y siete leguas, y como 14,330 habitantes, lla, Acalpica, Sureña, Feliciano y otras rancherías sin contar el pueblo de Coyuca. de que hablaré en seguida, llega hasta 2,285. Su

De Zacatula, volviendo á tomar el camino de la

cabecera del distrito, por la costa, hay veinticuatro leguas á los llanos de Tomalhuacan, de donde me separé para ir á Cuahuayutla en la forma siguiente: cinco leguas á la Congregacion de Sureña; cinco á la hacienda ó ranchería de Feliciano; seis á la de Callas ó Salinas de Camotla, y ocho á Tomalhuacan, en cuyo intervalo á la playa abundan los brasilares, que se pueden estraer por Petacalco y otros puntos con la mayor facilidad. De este precioso árbol están acopiando cargamentos en la actualidad para dos ó tres buques; y de las salinas se hace una estraccion anual para Morelia de 6,180 cargas, que producen los 206 pozos comprendidos en la capacidad de su terreno, á razon de 30 cargas por cada uno, euyo resultado, año con año, no baja de 10 á 12,000 pesos.

ACAPULCO: puerto en el Oceano Pacífico, y correspondiente al Estado de Guerrero. Está situado á los 93° 36' 47" long. O. del meridiano de Cádiz, y 16° 50' 29" de lat. N. La mar del Sur, segun las memorias que se han encontrado de hombres curiosos, fué descubierta por Gil Gonzalez Dávila, de resultas de haber participado á Cortés el rey de Michoacan en 1521, por sus embajadores, la situacion de las costas del Pacífico, quien, informado de las distancias, mandó á Francisco Chico con otros españoles á su descubrimiento, desde Zacatula has ta Tehuantepec.

La última iglesia parroquial que estaba en la plaza, en ruinas por los temblores, se mandó demoler en 1794: fué hecha en 1701, y ya no ha habido otra.

Del año de 1689 al de 1812, se contaron diez y ocho gobernadores castellanos de Acapulco, desde el coronel D. Miguel Gallo, hasta el capitan D. Pedro Velis; catorce en propiedad, y cuatro interinos.

En el periodo de ciento cincuenta y tres años hubo treinta y cuatro clérigos curas propios é interinos, cuyo periodo comenzó á correr en 1659, y acabó en el citado de 1812.

Desde esa fecha, hasta la presente, nada se ha podido conservar, por los frecuentes incendios que ha sufrido la ciudad en la guerra de independencia.

La primera fortaleza ó castillo á quien se dió el nombre de San Diego, fué hecha en tiempo del rey Felipe IV, la que se arruinó completamente en el gran terremoto que hubo la tarde del 21 de abril de 1776.

El segundo castillo que ahora existe, se comenzó el 1.o de marzo de 1778, y se concluyó el 7 de julio de 1784, durando la obra 6 años cuatro meses: la ocupó el mismo mes la compañía veterana.

En real órden de 1742, está mandado á la justicia del partido cuide de que los curas cobren sus derechos parroquiales con total arreglo al arancel. El Galeon, procedente de Manila, comenzó á lleEn el año de 1523 mandó construir el conquis-gar á este puerto, con aprobacion y arreglo del gotador dos bergantines en Zacatula, los cuales se quemaron antes de echarse al agua, y fueron los primeros que se hicieron en nuestras costas; y para reemplazarlos se mandaron construir otros en Tehuantepec, al cuidado de Francisco Maldonado.

En el de 1531 fondearon en Acapulco los bergantines San Miguel y San Marcos; y en el año siguiente de 32 salieron al mando del capitan Diego Hurtado de Mendoza al descubrimiento de las costas, y descubrieron el puerto de Cuantlan ó Colina Matanchel, las Islas Marías, y parte del golfo de la California.

En 1535 salieron del puerto de Acapulco dos buques cargados de víveres, mandados por Cortés, al conquistador del Perú, Francisco Pizarro.

En 1550 comenzó á poblarse la ciudad; su primer poblador, Fernando de Santa-Anna, trajo algunas familias treinta y un años despues de la conquista.

El título de la ciudad fué concedido por el rey Felipe II; pero habiéndose perdido, se le concedió segunda vez por el rey Cárlos IV, en real cédula de 28 de noviembre de 1799, la cual remitió aquí el virey Iturrigaray con oficio de 23 de julio de 1803, y es la que se conserva.

El año de 1591 estuvo en Acapulco, de tránsito á Filipinas, S. Felipe de Jesus, y el de 1597 fué martirizado en el Japon, á los 25 años de su edad. La primera capilla de San José fué fundada en 1634, por el sargento de milicias Francisco Rincon; y habiéndose arruinado tres veces, la última, el 17 de junio de 1799, por un gran temporal, la reedificó de nuevo, en 1819, D. José Ramon Alen. Es la que existe actualmente.

bierno, desde 1751, bajo las condiciones siguientes: principió desde esta fecha á venir cada año con efectos, por valor de 500,000 pesos, hecho el avalúo en Manila; poco tiempo despues se hizo mas fácil la navegacion, y llegaba cada tres ó cuatro meses, habiendo sufrido algunos estravíos por la guerra de España con Inglaterra. El cargamento para su vuelta era compuesto regularmente de galon, lantejuela y grana, llevando algunas veces loza de Guadalajara. Cesó de venir á este puerto en junio de 811, en cuyo año parece que perecieron tres cuartas partes de su tripulacion, y no pudo espender sus efectos por estar sitiada la poblacion por las fuerzas del Sr. Morelos, por cuya causa espendió sus efectos en San Blas, adonde dilató dos meses en llegar, tanto por los estravíos que habia sufrido, como por el mal tiempo.

En 1815, en el mes de junio, se dividió el comercio del Galeon entre este puerto y San Blas, pero ya no por órden del gobierno, sino por empresas particulares, habiendo dejado de venir desde 820, por haber tomado el Sr. Iturbide en Chilpancingo el dinero producido por la venta del cargamento. En 822 vino un bergantin, cuyo nombre era el Feliz, á reclamar el dinero; pero parece que no tuvo efecto su reclamacion.

El nombre del último Galeon era Rey Fernando, y los nombres de los que vinieron de 782 á 800 eran, Magayanes, San Felipe y San Andres.

Desde 700 á 800 ha padecido esta poblacion diez ruinas, causadas tres de ellas por terremotos, otras tres por huracanes, y el resto por crecientes del mar. De 80 á 82 hubo otras tres ruinas como las anteriores, y una última causada por un temporal

en 842, debiendo agregarse que el 4 de mayo de 820, hubo terremotos tan continuados por seis ú ocho dias, que se sentian diez y quince veces en el dia. Se fundó el convento de San Francisco en el año de 1603, con objeto de servir de hospital, dotado con seis religiosos de la provincia de Michoacan, y en 632 pasaron á servir los religiosos de San Hipólito, fundándose el primer hospital.

En 1794 se construyó un camposanto por el gobierno de Carlos IV.

En 1767 se publicó el arancel eclesiástico por órden del arzobispo D. Francisco Antonio Loren

zana.

La capilla que ha servido de parroquia se comenzó á fabricar en 810, y se suspendió á poco de comenzada por la guerra, habiéndose continuado su fabricacion en el año de 16, y concluyó en 19, habiéndose bendecido el 5 de enero de 820.

La tarde del 8 de diciembre de 812 se juró por generala de las tropas á Nuestra Señora de la Soledad, habiéndosele puesto la faja.

El temblor grande con creciente estraordinaria, fué el 25 de febrero de 732.

Tomó el Sr. Morelos la ciudad el 4 de agosto de 813, habiendo comenzado á sitiarla el 10 de diciembre de 810, y estrechado el sitio el 5 de abril de 13: tomó la fortaleza el 20 de agosto del mismo año, recibiendo de las cajas públicas 10,000 pesos, y todo el de los particulares: cuyo sitio costó al gobierno español mas de 600,000 pesos: ademas estaban 14 casas llenas de cacao, que tomaron. Durante la ausencia del general Morelos, quedó encargado del mando de la ciudad y fortaleza, el capitan D. Pedro José Irrigaray. El 25 de marzo de 814 se retiró el general Morelos, dejando sola é incendiada la ciudad, y la fortaleza abandonada, y en la misma fecha tomó posesion de ella sin oposicion ni re sistencia el comandante de las fuerzas españolas, D. José Armijo: la entrega de la fortaleza fué he cha por capitulacion por el capitan de milicias D. Pedro Antonio Velez.

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El sitio se efectuó por una fuerza de 5,000 hombres que ocuparon los cerros que rodean Acapulco. Se abrió el puerto al comercio estranjero por el decreto de las córtes españolas de 9 de noviembre de 1820, declarado vigente por el artículo 1.o del arancel espedido por la suprema junta gubernativa del imperio, en 15 de diciembre de 1821. Lo ratificó el decreto de 17 de febrero de 1837; el arancel de 11 de marzo de 1837; el de 30 de abril de 1842; 26 de setiembre de 1843; 4 de octubre de 1845, y ley de 24 de noviembre de 1849. Por decreto de 28 de febrero de 1843, se le declaró puerto de depósito. El decreto de 2 de marzo del mismo año, estableció la planta de empleados que debian servirle; y por el de 9 de dicho marzo, quedaron derogados los dos anteriores. El decreto de 22 de mayo de 1846 lo cerró á todo comercio, por hallarse sustraido á la obediencia del gobierno, debiendo quedar abierto luego que cesase la revolucion, en virtud de la facultad que concedió al gobierno el artículo 1.o de la ley de 22 de febrero de 1832.

ACAPULCO (SITIO DEL CASTILLO DE, POR MORELOS). Despues de la toma de Oajaca, vaciló Morelos acerca de diferentes proyectos; decidióse al cabo por ir á combatir la plaza y el castillo de Acapulco, que enclavados en el territorio que le estaba sometido, lo ocupaban aún los españoles. Con este fin salió de Oajaca el 7 de enero de 1813, con fuerza de 3.000 hombres y poca artillería de corto alcance. Atravesó lentamente las provincias que lo separaban del punto adonde marchaba; desertaron en el camino la mitad de los soldados, pues gente allegadiza y de clima muy diferente de aquel en que iba á combatir, apenas estuvo algo lejos de sus tierras cuando se desbandó: Morelos llegó delante de Acapulco en principios de abril con solo 1.500 soldados y su escasa artillería.

Fué empresa hasta cierto punto temeraria, atacar un castillo defendido por 90 piezas de cañon, auxiliada por algunas embarcaciones y con buena guarnicion; y esto con medios tan escasos, que apenas hubieran podido servirle para empresa de menos cuantía. Sin embargo, el general insurgente no titubeó en lo que iba á emprender, y el 5 de abril, despues de haber descansado ocho dias en el Paso á la Eternidad, comenzó las operaciones del sitio haciendo marchar al P. Cano con una partida de observacion sobre la garita de Acapulco. Al dia siguiente se atacó la ciudad: las tropas de Morelos iban divididas en tres columnas; la 1.* al mando del mariscal Galeana, avanzó por el camino real, á entrar por la Cuestecilla, para apoderarse del cerro de las Iguanas; la 2.", mandada por D. Julian Avila, debia apoderarse de la Casamata y del cerro de la Mira: y por último, el teniente coronel D. Felipe Gonzalez con la 3.o, se dirigió á ocupar las primeras casas de la ciudad. Antes de romper el fuego, Morelos intimó rendicion al comandante de la plaza, D. Pedro Velez, quien contestó, "que solo los barbaros capitulaban;" no obstante, en el pliego que contenia aquella respuesta, se encontró Morelos un papel de letra de Velez, con estas palabras: "Política y acertadas medidas le harán llegar á vd. al fin que desea." Vista la repulsa, comenzó el fuego al rayar el dia, y á las 9 de la mañana habian sido desalojados de la Casamata los 50 hombres que la defendian, dejando en poder del enemigo dos prisioneros y un cañon. Avila se apoderó tambien del cerro de la Mira, y con esto cayeron en poder de los insurgentes todos los puntos que dominaban la ciudad, quedando ésta rodeada por todas partes.

En el inmediato dia comenzó el ataque de la ciudad, apoderándose los sitiadores de algunas casas y del ancon de tierra llamado Tambuco, situado frente de la isla Roqueta. En los dias siguientes fué incesante el fuego, contestado por el castillo, el fortin del Hospital y las obras avanzadas de la plaza. El 10 ocuparon los sitiadores la Caleta, y el 12 atacaron decididamente la ciudad. Uno de los principales apoyos era el fortin del Hospital, defendido por 4 cañones y 100 infantes, á las órdenes de D. Pedro Rubido, sostenido por los del reducto de las Peñas del Padrastro, templo de San José y obras

avanzadas del castilllo de San Diego. Las colum- | nas de los asaltantes, salidas de los puntos de la Quebrada, Iguanas y Dominguillo, avanzaron resueltamente contra el fortin; á los primeros tiros fué herido en una pierna D. Julián Avila, quien se retiró al Veladero, sin que por ello se desalentaran sus tropas: el fuego continuó sin intermision, los asaltantes ganaban mas y mas terreno; y como hácia el anochecer se hubiera incendiado una caja de municiones, la guarnicion se acabó de intimidar y abandonó el punto, retirándose al castillo con todos los vecinos que quisieron seguirla. Con esto, no solo cayó el baluarte en poder de los insurgentes, sino la ciudad entera: era de tanta importancia aquel suceso, que la tropa, roto el freno de la disciplina, se entregó al saqueo y á la embriaguez, de manera que no quedó reunida ni una compañía; y si los enemigos hicieran una salida, desbarataran fácilmente aquella gente desordenada.

El 13 intentó Velez lo que en la noche antes debiera haber ejecutado: con 200 hombres hizo una salida del castillo, hasta meterse en la plaza de la ciudad: ya entonces no era tiempo: rechazado con algunas bajas, tuvo que retirarse al abrigo de sus murallas, perdiendo ademas los puntos de S. José y de Piedra del Padrastro. El 18 se acercaron los americanos hasta unas cincuenta varas de los muros; y ahuyentando á los tiradores españoles, dieron fuego á las casas alzadas alrededor del castillo: no fueron tan felices al ocupar el punto de los Hornos, de donde se proveian de agua los realistas, pues fueron de allí desalojados.

A las 11 de la noche del 9 de junio, Galeana en dos canoas embarcó 80 hombres de su regimiento de Guadalupe: á las 11 una parte de la gente habia tomado tierra sobre unas peñas sin ser vista de los realistas; y como no todos los soldados cupieron de una vez en las canoas, estas echaron cuatro viajes sucesivos sin infundir sospecha á la guarnicion de la isla, que las creyó ser barcas de pescadores. Cuando la gente estuvo ya reunida, Galeana hizo retirar los esquifes para que la tropa combatiera sin esperanza de salvarse, y á las 5 de la mañana, despues de haber sufrido un copioso aguacero, rompió el fuego sobre la descuidada infantería realista. Poco se sostuvo cargada briosamente por los americanos, é intentó salvarse en las lanchas y en las canoas, rompiendo los cables con que estaban amarradas á la orilla: súpolo evitar Galeana, haciendo prisioneras las cuatro quintas partes de la tropa, y apoderándose de 11 canoas. La goleta "Guadalupe" intentó huir; Galeana la abordó con 5 fusileros denodados, y cayó igualmente en poder de los insurgentes. Esta atrevida empresa, coronada por un éxito tan feliz, no costó la vida mas de á una niña que murió de un metrallazo, y á otra que habiendo caido en el agua se ahogó.

donde desembarcó su cargamento. Anclado el buque bajo los fuegos de la fortaleza, lo atacó Galeana en la noche del 9 de julio, teniendo que retirarse con no poca pérdida, pago merecido de una empresa tan descabellada.

La toma de la isla ponia en circunstancias difíciles á los defensores del castillo, quienes se defendian sin embargo, fiados en que pronto deberian recibir algun socorro. En efecto, en principios de julio se avistó el bergantin San Carlos, mandado del puerto de San Blas por el general D. José de la Cruz, con buen acopio de víveres. Morelos disCorria el tiempo sin que los sitiadores lograran puso algunas fuerzas para defender la isla, y con decididas ventajas. Morelos tomaba toda clase de carta supuesta de Velez intentó que el buque fuedisposiciones para apretar el sitio; pero sin artille- ra á anclar á la Roqueta; la embarcacion se acerría de batir, y teniendo el mar franco la guarnicion có allí, su comandante empero era práctico en la de la fortaleza, mal podia hacerse ningun progreso. tierra; desconoció á la gente de la guarnicion, se Desde S. José se hizo un camino cubierto, que pa-alejó y puao introducirse despues hasta el castillo, sando por la plaza, deberia llegar al foso del castillo; no fué de gran provecho. En Mayo se emprendió una mina que partia desde el baluarte de la Cuestecita y se adelantó hasta 100 varas de los fosos: tampoco dió buen resultado. Los sitiadores entretanto estaban faltos de víveres, teniendo que mantenerse muchas ocasiones con plátanos verdes asados; la peste se habia tambien declarado en el campo, y enfermos en los hospitales un gran número de soldados, el resto hacia un servicio muy re cargado que apenas podia soportar. En tan apuradas circunstancias, Morelos reunió una junta de sus mejores oficiales para resolver lo que seria necesario ejecutar; el teniente coronel D. Pedro Irrigaray, opinó por que el único medio que habia de obligar á rendirse al fuerte, era ocupar la isla Roqueta, de donde recibia auxilios de toda clase. Morelos no mostró que aprobaba aquella idea; mas en secreto dió órden al coronel D. Pablo Galeana para que acometiera aquella empresa.

La isla Roqueta dista dos leguas de la costa; estaba defendida por una compañía de infantería y 3 cañones, al mando de Rubido, y 2 lanchas cañoneras, 14 canoas y la goleta "Guadalupe," venida de Guayaquil, armada con fusiles y con esmeriles.

La llegada del S. Carlos al castillo vino á echar por tierra las lisonjeras esperanzas abrigadas por los sitiadores; esperaban que la hambre lo entregaria; y ahora, con la fatal ocurrencia acontecida, el bloqueo se iba á prolongar indefinidamente, y tal vez se perdia el tiempo en vano. Esta triste verdad, unida á la pérdida que el ejército sufria diariamente por las enfermedades, y á las privaciones de toda clase provenidas de la falta de vituallas y de acampar al raso, desalentaron hasta tal punto á Morelos, que pensó retirarse á Chilpantzingo, dejando á Galeana la prosecucion de las operaciones. Opúsose éste á semejante medida:-"Todos, le dijo al general, subsistimos aquí por el amor que tenemos á V. E.: en el momento que lo vean marchar, no quedará un soldado, y entonces perderémos la reputacion militar que nos sostiene." Las reflexiones hicieron mella en el ánimo de Morelos, quien se quedó para hacer el último esfuerzo.

Pasó todo julio y los principios de agosto; nin

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