Imágenes de páginas
PDF
EPUB

23 años, que tan brillantes servicios prestó después á su patria. El comandante Carujo salvó la vida á cambio de delaciones que le infamaron, y el distinguido joven Vargas Tejada, huyendo hacia Casanare, se ahogó al pasar un río.

Este fué el triste desenlace de la conjuración del 25 de Setiembre. Por grande que sea el horror que inspire tan injustificable crimen, la posteridad cubrirá con el manto de su compasiva indulgencia la memoria de algunos de los que en aquella infausta noche asumieron el carácter de asesinos. Más que ésto, fueron fanáticos y víctimas de sus propios errores, como lo reconocieron después. Ésta ha sido, á lo menos, la opinión de su propia patria, que honró más tarde á los que sobrevivieron con altos empleos, y á algunos de los muertos, con la erección de estatuas.

Por supuesto, no merecen tan piadosas indulgencias los advenedizos que tomaron parte en la comisión de aquel crimen, ni los que por realistas carecían de motivo para inquietarse por las opiniones de Bolívar.

Refiramos para completar la relación de este desgraciado asunto, un episodio que ocurrió aquella noche con el general Córdova, y que fué tal vez causa del levantamiento y muerte de tan heróico soldado. Córdova había dado grandes pruebas de fidelidad á Bolívar. En la Asamblea que le proclamó Dictador, Córdova fué uno de sus más fervorosos partidarios, y aun poco faltó para irse á vías de hecho contra el Dr. Juan Vargas, partidario de Santander. Al oir los cañonazos y las descargas de fusilería durante la noche, Córdova salió de su casa á caballo en dirección de la plaza, como lo hicieron los demás amigos de Bolívar, los generales París, Vélez, Herrera y otros. En el tránsito encontró á Carujo, que acababa de matar á Fergusson; y habiéndole dirigido una pregunta igual á la que le hizo éste, Carujo le hizo creer que venía replegándose, porque las tropas de Vargas se habían insurreccionado. Á tiempo que esto pasaba, llegó una compañía de Vargas, haciendo fuego sobre la fuerza de Carujo, al grito de «¿Quién vive?». Córdova, comprendiendo su engaño,

contestó, «¡Viva el Libertador! »> Carujo desapareció, y los de Vargas acompañados por Córdova siguieron á la plaza. Pero el incidente sirvió de pretexto para que la calumnia se cebara en su nombre, precipitándole más tarde en la rebelión.

XVIII

Fué consecuencia de la conjuración del 25 de Setiembre el levantamiento de los coroneles Obando y López en Popayán, desconociendo la autoridad de Bolívar. De manera que existían por el momento dos peligros en Colombia, la insurrección mencionada y la guerra del Perú.

Bolívar, á pesar de sentirse muy afectado por el aciago acontecimiento de Bogotá, se ocupó sériamente en los asuntos del Sur y organizó en pocos días una división de 1,500 hombres, que al mando del general Córdova

fué enviada en persecución de los dos insurrectos coroneles.

Él mismo resolvió pasar en persona al Sur, y en efecto salió para Popayán el 28 de Diciembre, dejando antes expedido el decreto en que se convocaba el Congreso constituyente de Colombia para el 2 de Enero de 1830.

Á la fecha, una de sus grandes medidas había sido encargar á Sucre el mando civil y militar de aquellos departamentos para organizar en ellos un ejército que oponer á las fuerzas invasoras del Perú al mando del general Lamar. Pensamiento muy acertado fué encomendar la defensa del Sur de Colombia á Sucre y á Flores, generales ambos valerosos é inteligentes que, sin duda alguna, destruirían el ejército del presuntuoso Lamar.

Modesto y generoso Sucre, é inspirado por Bolívar, propuso al peruano un arreglo honroso, que no fué aceptado, porque envanecido Lamar con la posesión de Guayaquil, con la superioridad de su ejército, y con el auxilio moral que le procuraba la insurrección de Popayán, hizo exigencias más que ridículas,

« AnteriorContinuar »