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Dios guarde á Vd. muchos años, Guaira 29 de Julio de 1812 2.o de la República.

MIGUEL PENA.

En este documento declara Peña que su permanencia en el Gobierno sería pesarosa á varios de los patriotas que estaban en el puerto, preparados para embarcarse. Por consiguiente, confiesa que estaba resuelto á impedirles la partida, y causarles así un gran pesar.

En la noche del 30 de Julio, cuentan los historiadores, se preparó un complot en la Guaira entre las autoridades locales y los patriotas que allí estaban reunidos, para arrestar al generalísimo Miranda. Á las tres de la mañana del 31 de Julio, dicho general estaba ya preso y encerrado en un Castillo.

El Doctor Peña salió inmediatamente para Carácas á anunciar á Monteverde lo ocurrido. En el camino encontró el posta que conducía ya la órden de Monteverde para Casas ordenando la clausura del puerto, y la consiguiente detención de Miranda y los demás patriotas.

Algunas horas más tarde tomó posesión de

la plaza de la Guaira el comandante Cerveriz, enviado expresamente por Monteverde para sustituir á Casas en su destino.

¡El Doctor Peña habia cumplido su palabra!... Nos hemos limitado á referir los hechos y á publicar los documentos.

Setenta y un años hace que se cometió aquella felonía, hasta la fecha mal explicada por la falta de documentos. Hoy se lava la mancha, que algunos historiadores arrojaron sobre Bolívar, considerándole injustamente como el alma de aquella maquinación, y hasta como ejecutor de una gran parte del proyecto.

Bolívar y sus compañeros todos, así como también el desgraciado Miranda, fueron víctimas de la astucia, del talento y de la elocuencia del Doctor Peña, puestas en habilísimo juego aquel día para realizar su propósito de impedir que se embarcaran los patriotas. Si Miranda hubiera aceptado la renuncia de Peña, el plan se habría ejecutado de otro modo, pero sin embarcarse nadie. Peña quería deshacerse del carácter de subalterno de Miranda para no cargar con la responsabilidad de

la traición; pero de todos modos hubiera sido pesaroso á los patriotas.

Gran fortuna fué para el general Miranda que su archivo se salvara, pues cuando se publique, Venezuela agradecida hará justicia á aquel mártir de la República, cuya reputación se ha tratado de empañar haciéndole aparecer como traidor á la patria, porque celebró una capitulación con Monteverde, exigida por las circunstancias y creyendo que así libraría á su patria de los horrores de una campaña infructuosa.

Consumada la prisión de Miranda por sus propios compañeros, fácil fué á Monteverde burlarse de la capitulación, y ejercer contra aquel desdichado general y los otros republicanos, todo género de violencias y persecuciones.

Miranda fué trasportado de las Bóvedas de la Guaira á los calabozos de Puerto Cabello, luego al Morro de Puerto Rico, y finalmente á Cádiz, donde se le encerró en el arsenal de la Carraca. Allí se le dió el trato más indigno que imaginarse puede con cadena al cuello se le

tuvo atado á las paredes de la prisión, y al fin, consumido por los tormentos, murió en la mañana del 14 de Julio de 1816.

No se le permitió al honrado criado que le acompañó en su prisión y agonía, que hiciera al cadáver ningunas exequias. Apénas expiró Miranda, le enterraron precipitadamente, amortajado con la ropa de cama. ¡Así concluyó á la edad de sesenta años el Decano de los Libertadores de Venezuela!...

V

Cerveriz redujo á prisión en la Guaira á cuantos pudo haber de los patriotas que allí estaban, pero Bolívar tuvo la buena suerte de salvarse, pasando disfrazado por entre los guardias españoles, y se ocultó en Carácas en la casa de un amigo. Poco despues, obtuvo de Monteverde por influencia de un dignísimo español, amigo personal del dictador, un pasaporte para el extranjero. Nos complacemos. ahora en estampar aquí el nombre de este generoso castellano, D. Francisco Yturbe, á quien de mozos tuvimos la honra de conocer.

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