Imágenes de páginas
PDF
EPUB

pios de setiembre llegó de España nueva tropa de operarios, enviados por el padre general Gerardo Mercuriano, tan aventajados en virtud y en letras, que se conoció bien el especial cuidado que desde sus cunas debió á S. P. M. R. esta religiosa provincia. Fueron estos el padre Alonso Ruiz, que vino por superior: el padre Pedro de Hortigosa, el padre Antonio Rubio, el padre Dr. Pedro de Morales, el padre Alonso Guillen, el padre Francisco Vaez, el padre Diego de Herrera y el padre Juan de Mendoza, con los hermanos Marcos García, Hernando de la Palma, Gregorio Montes y Alonso Perez. Vino el padre Pedro de Hortigosa destinado á leer una de las cátedras de teología; pero no habiendo por entonces quien la oyese. pareció mas acertado por no carecer tanto tiempo de tan hábil maestro, que siguiese el curso de artes con los discípulos del padre Pedro Lopez de Parra, ó lo volviese á comenzar, como en efecto lo ejecutó el 19 de octubre de 1576. En Oaxaca se abrieron tambien las clases de gramática y retórica, que pasó á leer de México el padre Pedro Mercado.

Fin del libro primero.

TORIA

DE LA PROVINCIA

DE LA COMPAÑIA DE JESUS

DE

NUEVA ESPAÑA.

LIBRO II.

SUMARIO.

Progresos de los estudios en el colegio de México. Lee el padre Pedro Sanchez casos morales en el arzobispado. Cristiana humildad del Sr. arzobispo. Pretende el virey que lea en la Universidad el padre Hortigosa, y gradúase en ella con el padre Antonio Rubio. Ministerios en Pátzcuaro y sus gloriosos frutos. Ministerios en Oaxaca. Celébrase en México la primera congregacion provincial. Curso de filosofía por el padre Antonio Rubio. Envia el Sumo Pontífice un gran tesoro de reliquias al colegio de México. Incendio en Pátzcuaro, y amor de aque llos naturales á la Compañía. Inténtase la traslacion de la Catedral de Pátzcuaro á Valladolid. Descripcion de esta ciudad, y principios de aquel colegio. Inquietud de los naturales con esta ocasion, que sosiegan los jesuitas. Mision del padre Concha á la Puebla de los Angeles, y principios del colegio del Espíritu Santo. Solemnes fiestas en la colocacion de las santas reliquias. Aumentos del colegio de Valladolid. Principios de fundacion en la antigua Veracruz, y descripcion de aquel puerto. Dáse razon de no haberse encargado hasta aquí la Compañía de ministerios de indios. Principios de ellos en Huixquiluca. Nuevo socorro de misioneros, é historia singular del padre Alonso San

[ocr errors]

chez, y novedades que introduce en lo doméstico. Cédula de concordia en los estudios de la real Universidad y del colegio máximo. Llega el padre Dr. Juan de la Plaza, primer visitador de la provincia, con el hermano Márcos. Carácter del padre Plaza. Tentacion del padre Lanuqui y algunos otros. Pide el Illmo. Sr. arzobispo de Manila je. suitas para Filipinas, y compendiosa descripcion de aquellas islas. Principios de la fundacion de Tepotzotlán y sus efectos. Mudanza en el seminario de S. Pedro y S. Pablo. Ministerios en los demas colegios. Fundacion del seminario de S. Gerónimo. Muerte de D. Alonso de Villaseca, y su elogio. Muerte del hermano Diego Trujillo, y estado deł colegio de la Puebla. Intenta el Sr. arzobispo dar á là Compañía el seminario de S. Juan de Letran. Auto de la real audiencia para que se encargue la Compañía del seminario de S. Pedro y S. Pablo. Mision en Guatemala y en las villas de Zamora y Guanajuato. Pretende la Compañía ausentarse de Tepotzotlán, preséntanse los indios al Sr. arzobispo, y autó honorífico de su Illma. en el asun. to. Ocupacion de los misioneros de Filipinas, y embajada del padre Alonso Sanchez á Macao, sus trabajos y feliz éxito. Reunión de los seminarios de S. Bernardo, S. Gregorio y S. Miguel en el famoso colegio de S. Ildefonso. Seminario de S. Martin en Tepotzotlán. Prctende el visitador D. Pedro Moya de Contreras se graduen los jesuitas en la Universidad sin propinas. Aumentos de los colegios de Pátzcuaro, Puebla y Valladolid. Sucesos de Filipinas y nuevos misioneros. Concilio quinto mexicano. Segunda congregacion provincial, y mision á Teotlalco. Principios del colegio de Guadalajara, y descripcion del pais. Noviciado en Tepotzotlán. Partida del arzobispo y virey D. Pe. dro Moya de Contreras. Sucesos de Filipinas. Viage á Europa del padre Alonso Sanchez. Ventajoso establecimiento del colegio del Espíritu Santo por D. Melchor de Cobarruvias, y breve descripción de aquella ciudad.

los estudios en el colegio

La recluta de los nueve sugetos en que se habia aumentado la nue- Progresos de va provincia, éra la màs á propósito del mundo para llevarla á su ́perfeccion, y darle todo aquel lucimiento, y todo aquel crédito de que se máximo. necesita por lo comun en los principios de las grandes empresas. Sc determinó como dijimos, que el padre Pedro de Hortigosa prosiguiese ó comenzase de nuevo con la misma juventud el curso de artes que habia comenzado el año antes el padre Pedro Lopez. La profunda

TOM. I.

17

erudicion de este insigne maestro, su prudencia y destreza en manejar los fondos de la América, y la emulacion de los distintos seminarios, parecieron desde luego en las públicas funciones con aplauso de la real Universidad y cabezas de la República, que se distinguieron en grandes demostraciones de sólido aprecio. El Sr. arzobispo, no pu diéndose resolver á que la luz de tanta doctrina se limitase á sola la juventud en los privados estudios del colegio, en que á muchos por sus ocupaciones ó su carácter les seria imposible, 6 pudiera parecer indecorosa la asistencia; determinó que alguno de los padres leyese la teología moral en su mismo palacio. Escogió para esta importante ocupacion al padre Pedro Sanchez, que en medio de los grandes afanes del gobierno de la Provincia, se encargó con gusto de un cuidado tan provechoso. Juntaba su ilustrísima todo su clero en dias determinados, y asistia personalmente á oir de boca del padre los principios de la moral cristiana, las resoluciones de casos prácticos, que se proponian con la mas humilde atencion. Así debemos entender las palabras del maestro Gil Gonzalez Dávila, en su Teatro eclesiástico de la Améri ca, cuando dice: „que este señor, deseoso del aprovechamiento de su „clero, pidió del padre Pedro Sanchez leyese el catecismo en su palacio, ,,y que el mismo arzobispo era de los oyentes." Sin duda por la palabra catecismo debió de entender, no precisamente la exposicion de las doctrinas y artículos de nuestra fe, sino todo el fondo de la doctrina evangélica, aun en la parte que mira á los preceptos y obligaciones en que nos empeña la profesion del cristianismo. No contento aun este ejemplar prelado con una distincion tan ruidosa, reconociendo en las mismas conferencias morales la falta que le hacia el método, la precision y el órden de la filosofia y la teología escolástica, quiso que padre Hortigosa le leyese privadamente una y otra. Sin embargo del grande peso de la mitra, daba lugar bastante á este penosísimo géne ro de literatura. Hacia muchas veces el honor de convidar á su mesa á algunos maestros de la Universidad y de las religiones para gustar de su erudita conversacion, y de las disputas escolásticas que hacia nacer con arte entre los manjares. Esta especie de actos literarios era tal vez con mas formalidades, retirándose á la granja de Jesus del Monte en tiempo de vacaciones, donde como uno de nuestros hermanos estudiantes se dedicaba enteramente á la tarea de lecciones, repeticiones, conferencias y demas ejercicios de la escuela. Rare ejemplo de sinceridad, que prueba bien cuánto la cristiana humildad

el

es propia de las grandes almas. No fué tan fácil á la Compañía condescender á la honra que quiso hacerle el Sr. virey, como lo habia sido dar gusto al Illmo. arzobispo. Intentó S. E. que el curso de filosofia lo leyese el padre Hortigosa en la real Universidad, y que allí mismo continuase despues la teología. Muchas otras personas graves, y aun no pocos miembros del claustro, convenian en lo mismo; parte por hacer este honor á la religion; y parte por evitar los disturvios que pudieran nacer en la serie de los tiempos sobre el mútuo embarazo de unas y otras lecciones. Esta razon es por sí misma de tanto peso, que en fuerza de ella se ha visto despues obligada la Compañía, en tiempo de los reyes católicos D. Felipe IV y D. Cárlos II á admitir las dos cátedras de prima y vísperas de que SS. MM. se dig. naron hacerle merced en las famosas Universidades de Salamanca y Alcalá, Sin embargo, la modestia de nuestros primeros fundadores no se determinó á aceptar este honor, y para precaver las funestas consecuencias de una discordia entre los estudios, se resolvió ocur rir á S. M. para que diese á nuestras escuelas un establecimiento sólido, y con que ponerse siempre á cubierto de cualquiera contraria pretension; no porque hubiese entonces ni haya habido despues razon alguna de temerlo de parte de la real Universidad, con quien se ha cor. rido siempre en una perfecta armonía, y que ha reconocido en nuestros estudiantes una entera sujecion á sus prudentísimos estatutos, y una materia fecundísima de sus mayores lucimientos. Uno y otro artículo, quiero decir, tanto el empeño de no admitir en la Universidad cátedra alguna, como la subsistencia de los estudios públicos en el colegio máximo, ha sufrido en parte alguna variacion que tendrá oportuno lugar en otro pasage de nuestra historia. Pero ya que no se pudo omitir aquella honra, tampoco se pudo resistir á las grandes instancias con los señores arzobispo y virey pretendieron que á lo menos los dos insig. nes maestros Pedro de Hortigosa y Antonio Rubio recibiesen el grado de doctores, como se ejecutó con grande aplauso y aceptacion de todos los miembros de la real Universidad, y singular honor de la Compañía. No eran menores los progresos en los espirituales ministerios, tanto en México como en Pátzcuaro y en Oaxaca. En la capital de Michoa- en Patzcuaro can correspondia maravillosamente el fruto á la espectacion con que habian sido recibidos en ella los jesuitas. La escuela de niños, que cultivaba con el mayor esmero el hermano Pedro Ruiz de Salvatierra, era un taller donde se formaban desde los primeros años muy ajusta

Ministerios

« AnteriorContinuar »