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nos á volver los ojos á la Europa y á estrañar la quietud de aquellos colegios, en que con menos interrupciones y trato exterior, podían darse mas largamente á la oracion, y entregarse á todos los excesos de la mas rigorosa penitencia. Muchos pretendieron abiertamente pasarse á la Cartuja. El hermoso pretesto de mayor recogimiento y mas continua contemplacion, no era en realidad sino una fuga vergonzosa de la fatiga y del trabajo, que acompaña los ministerios apostólicos. Habia sido muy comun esta tentacion en algunos misioneros de la India Oriental, y el juicio que formamos de estos jesuitas de la América, es precisamente el mismo que formó la cabeza de la Iglesia S. Pio V, y que esplicó con palabras gravísimas en su constitucion, equum reputamus, expedida el dia 17 de enero del año de 1565.

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Todo este desórden tuvo que remediar el padre Plaza, y lo consi- Pide el Sr. oguió con la mayor felicidad, mezclando con maravillosa prudencia la bispo de Manila jesuitas entereza y la dulzura, segun las diversas circunstancias. El padre Las para Filipinuchi habia ya pasado á Europa cuándo vino el padre visitador, y por lo que mira al padre Alonso Sanchez, breve le proporcionó ocupacion en que emplearse con mas estension' y mas honor de la Compañía, su celo y sus talentos. Acaso por este mismo tiempo habia vuelto de la Europa el' Ilmo. Rmo. Sr. D. Fr. Domingo de Salazar, del sagra. do órden de predicadores, destinado del rey católico para primer obispo de Manila en las islas Filipinas. Este sabio y religioso prelado conoció desde luego todo el trabajo vinculado á aquella alta dignidad, en unas islas recien descubiertas, y en que apénas comenzaba á rayar la luz del Evangelio. Suplicó á S. M. le permitiese llevar consigo algunos religiosos de la Compañía de cuyo celo, decia, por la salvacion de las almas, de cuya utilidad para la Iglesia y fidelidad para con los reyes sus soberanos, podia seguramente prometerse los mas felices sucesos en lo espiritual' y temporal de aquellas recientes conquistas. D. Felipe II, por sí muy piadoso y singularmente afecto á nuestra Compañía, condescendió gustosamente, mandando que de la provincia de México se le diesen algunos sugetos de conocido espíritu y letras para fundar misiones en las nuevas islas, que á su constante proteccion, no menos que á la época feliz de su descubrimiento, debieron el nombre de Filipinas. Poco tiempo antes habia pretendido esto mismo el Exmo. Sr. D. Martin Enriquez, como se ve por una carta de nuestro padre general fecha en 31 de enero de 1579, escrita al mismo Sr. vi. rey, que dice así.-,,Exmo. Sr. Por la relacion que he tenido hasta TOM. I.

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sa

Compendio

descripcion de aque

aquí del padre Pedro Sanchez, y la que de fresco me ha dado el padre Pedro Diaz, entiendo la proteccion continua que V. E. tiene de las cosas de nuestra Compañía, y las buenas obras que hemos recibido de su mano. Mucho me ha consolado el buen suceso que el Señor ha dado hasta aquí á los ministerios nuestros, y la gran puerta que se abre para emplearnos segun el fin de nuestra vocacion. El padre Pedro Diaz lleva consigo buena provision de gente, como la magestad católica me ha pedido, y he señalado algunos que puedan ir á las Filipinas, por haberme escrito de ella que V. E. lo desea. Espero que como V. E. hasta aquí nos ha cuidado, así tambien lo hará de aquí en adelante, especialmente en lo que yo tanto deseo, de que sean los naturales socorridos como cosa tan propia de la mision de los nuestros á esas partes. Nosotros, como con la gracia divina procuramos de no faltar á nuestra obligacion en esta empresa, así tambien procuraremos reconocer las obligaciones que tenemos á V. E., á quien nuestro Señor guarde y prospere &c." El padre visitador Juan de la Plaza, en consecuencia de la real órden, señaló á los padres Antonio Sedeño y Alonso Sanchez, con el hermano Gaspar de Toledo, estudiante, y un coadjutor. La asignacion del padre Alonso Sanchez, dió el lleno á la prediccion que de su viage á Filipinas babia tenido algunos años antes, y aunque en las circunstancias pudiera parecer de alguno resolucion nacida de la política y de la prudencia humana, el suceso mostró que era eleccion de Dios, y que aquel celo ardiente que lo consumia en el retiro de una vida privada, hallando entre los bárbaros una esfera y un pábulo proporcionado á su actividad, habia de hacer de él un digno instrumento de la salvacion de muchas almas. Seguiremos algun tanto en la Asia las huellas hermosas de estos ministros evangélicos: ni será de estrañar que siendo la provincia de Filipinas una estension de la de México, é hija suya en el espíritu, estendamos la pluma mas de tres mil leguas mas allá de la América, pues tan lejos se dispararon sus saetas de salud, y volaron como benéficas nubes sus hijos apostólicos.

Las islas que hoy llamamos Filipinas ignoramos qué nombre tuvieron ántes de su conquista, aunque es bastantemente verosímil sean las llas islas. mismas que llama Ptolomeo Maniolas. El lugar, el número, la longi tud, latitud y abundancia de imán con que las caracteriza este famoso astrónomo, no distan mucho de lo que se ha visto despues en estas islas. El primer español que las descubrió fué Hernando de Magalla

nes, en aquel célebre viage en que dió vuelta al mundo por los años de 1521. Despues de él tentaron la conquista de este pais distintos capitanes, D. Garcia de Lopez enviado de España, y Alvaro de Saavedra encargado de esta honrosa espedicion por su pariente el marqués del Valle. Los dos murieron en el mar. D. Pedro de Alvarado, adelantado de Guatemala, obtuvo del rey la misma comision, y murió estando para hacerse á la vela. D. Rui Lopez de Villalobos que le succedió por orden del virey de México, despues de muchas desgracias ocasionadas de su mala conducta, acabó consumido de tristeza en Amboino el año de 1546. El adelantado Miguel Lopez de Legaspi fué

segundo que desembarcó en Zebú y luego en Manila. Zebú fué la primera poblacion de los españoles en la Asia y el primer obispado de estas islas. Establecióse allí la religion de S. Agustin el año de 1565. La conquista costó muy poca sangre. Despues de una breve resistencia, se añadieron todas las islas, fuera de Mindanao que hasta ahora no se ha conquistado enteramente á la corona de Castilla. Los religiosos de S. Francisco se fundaron en Manila por los años de 1577. Las mas considerables islas de todo este archipiélago, que Magallanes llamó de S. Lázaro, son la de Luson 6 Manila, la de Mindanao, en que predicó en otro tiempo S. Francisco Javier, la de Paraguay, Babau y Lette, las de Mindoro, Panai, Isla de negros, Zebú y Bool. Estas están cercadas de otras muchas que pasan por todas de ciento y sesenta. Ocupan desde el quinto hasta el vigésimo grado de latitud boreal poco menos. La isla principal de Luson tiene de largo como doscientas leguas, y como de treinta á cuarenta en su mayor anchura. Es de todas la mas septentrional y la mas poblada. La ciudad de Manila la fundó Miguel Lopez de Legaspi el 21 de junio de 1571. El rey católico le dió armas y título de ciudad el 21 de junio de 1574. Gregorio XIII le hizo ciudad episcopal el de 78, y Clemente VIII la erigió en metropolitana el de 1595. La primera audiencia fué á Manila el año de 1584, y por primer presidente el Dr. D. Santiago de Vera. Está situada en la embocadura del rio Pasig, que nace de la laguna de Bay y corre del Este á Oeste á arrojarse en el océano estragangen en 14 grados y 40 minutos de latitud septentrional. Las calles son anchas y tiradas á cordel. Guarnece la plaza, que es un polígono irregular, una alta y espesa muralla con algunos baluartes y buena artillería, de que hay fundicion allí mismo, como tambien fábrica de pólvo. ra. Tiene muy buenos edificios: los principales son, la catedral, que

Descripcion de Manila.

fabricó el Illmo. Sr. D. Miguel de Poblete en 1654, los conventos é iglesias de S. Agustin, de S. Francisco, de Santo Domingo y colegio de la Compañía. Dos colegios seminarios, el de S. Juan de Letran, á cargo de religiosos domínicos, y el colegio real de S. José bajo la direccion de los jesuitas. El arzobispo tiene tres sufragáneos, el de Zebú en la ciudad del nombre de Jesus, fundacion del mismo Legaspi en la costa oriental de la isla de este nombre, y la primera poblacion de los españoles. El de Camarines en la nueva Caseres, que en memoria de su pátría fundó el Dr. D. Francisco Sandi, segundo gobernador de Filipinas, y fué instituido por Clemente VIII el año de 1595, y el de Cagayan erigido el mismo año, y cuya capital es la Nueva-Segovia, que fundó el tercer gobernador D. Gonzalo Ronquillo. Estos dos últimos están en la misma isla de Luson, el primero en la parte austral y el segundo en la septentrional, quedando el arzobispado en el centro del pais. El temperamento es bastantemente cálido; pero sin embargo, saludable. El terreno fértil, y abundante de todo lo necesario á la vida, mucha la pesca de varios y esquisitos peges, con quien compite la caza. Son muchos los animales, las aves y las plantas, no conocidas en la Europa. Los renglones de su comercio son el oro, las perlas, el ámbar, el imán, la algália, la cera, la miel, la sal, el añíl, el palo del Brasil, que allí llaman sibucao, el ébano y otras maderas esquisitas, mucho tabaco, alguna canela y mas pimienta, aunque estas dos especies poco ó nada se cultivan. Si á esto se junta la seda, la porcelana, el maque, él papel, la cotonía y otras especies preciosas que le vienen de China y del Japon: el clavo, la nuez moscada, el incienso, las chitas, zarasas y otras telas, el marfil, el alcanfor, el nácar, los diamantes y rubies que vienen de toda la India Orien tal y de la Persia. La plata, la grana y otras muchas cosas que llevan de la América, y por ella de la Europa, se formará un conjunto de preciosidades que la hacen una de las mas ricas ciudades del mundo. Esta opulencia atrae allí gentes de todas las naciones. La plaza de Manila es una asamblea de japones, de chinos, de árabes, de persas, de armenios, de malabares, de americanos, de españoles, de portugueses, de holandeses, de franceses, de ingleses y otros muchos de Europa que causan una hermosa variedad de trages, de idiomas, de profesiones, de fisonomías y de talles. La comodidad y riqueza de estas islas les han atraido la persecucion de algunas potencias. Los portugue. ses resistieron por algun tiempo á su conquista. Limahon, pirata chi

no, la embistió con setenta navíos por los años de 1574. El Cofegn ó Pumpuam, famoso corsario de la misma nacion, á la mitad del siglo pasado, despues de haber echado á los holandeses de Isla Hermosa, mandó intimar á la ciudad que se rindiese, aunque no tuvieron efecto alguno sus amenazas, el año de 1600. Oliverio Wander Nooxt acometió á Maravidez, isla pequeña, frente de la bahía de Manila, y puso en armas á la ciudad, de que salió mal despachado. No desistieron los holandeses de su intento. El gobernador D. Juan de Silva los derrotó sobre Playa Honda por los años de 670 y tomó sobre ellos un rico botin. Los sangleyes, por los años de 1605, los japones en número de mas de quinientos, en 1606. Los chinos, en número de mas de tres mil, por los años de 1639, se amotinaron tomando las armas contra los españoles. Pero unos por arte y otros por fuerza, entraron presto en su deber. Finalmente, en esta última guerra los ingleses, bajo la conducta de un almirante despues de haber dado la nacion pruebas nada vulgares de su valor y de su fidelidad para con la corona de Castilla, la tomaron por asalto siendo el Illmo. Sr. D. Antonio Rojo Rio y Vieyra, su dignísimo arzobispo y presidente entónces de su real audiencia, hizo en la ocasion cuanto podia esperarse de un prelado vigilante, de un prudente gobernador, y de un consumado general. El padre Murillo dá á estas islas tadas 900.000 cristianos. Tal fué el teatro de los apostólicos sudores de estos dos misioneros, y tal ha sido el copioso fruto de sus trabajos.

Fundacion de Tepozo

Mientras que se preparaban los hijos de esta provincia para el viage á las islas Filipinas, sobre muy débiles principios comenzó á levantar- tlán. se uno de los mas grandes y útiles colegios de Nueva-España. Con ocasion de haberse proveido por este tiempo el beneficio de Huizquiluca, no juzgó el padre visitador que podia subsistir allí aquella especie de seminario que se habia formado para el estudio de las lenguas. Retiráronse todos los sugetos á México, y el padre Plaza suplicó al Sr. arzobispo señalase si le parecía bien, alguna otra poblacion en que los padres pudiesen servír á los indios y á su Illma. Vacó en estas circunstancias el beneficio de Tepozotlán, que pareció á D. Pedro Moya de Contreras lugar muy á propósito para los designios de la Compañía. Enviáronse allá los padres Hernan Gomez y Juan de Tobar, insignes en la lengua otomí, masagua y mexicana, con algunos ctros sugetos que voluntariamente quisieron dedicarse á este trabajo, de que solo queda memoria de los padres Diego de Torres, Juan Diaz y Vidal.

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