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cesos.

con las notas marginales, que hemos tenido cuidado de añadir. Si hubiéramos querido insertar en esta obra las vidas enteras de los inumerables clarísimos varones, que con su santidad y letras han ilustrado la provincia, hubiera crecido mucho el cuerpo de esta obra, é interrumpídose á cada instante la série de los suPor eso, contentándonos con una leve memoria al tiempo en que acabaron su gloriosa carrera, ha parecido mejor dejar la prolija relacion de sus vidas para el fin de esta historia, si el Señor, á cuya honra y gloria se dirige nuestro pequeño trabajo, nos ayuda para tanto, y favorece el deseo que tenemos de cumplir lo que de parte de S. M. nos ha encargado la obediencia.

PROTESTA

Obedeciendo á los decretos de nuestro Santísimo Padre Urbano VIII, y del santo tribunal de la fé, protestamos: que en la calificacion de los sugetos, virtudes y milagros, de que tratamos en esta historia, no pretendemos prevenir el juicio de la santa Romana Iglesia, ni conciliarles mas autoridad que la que por sí me-. recen los hechos mismos en la prudencia humana.

EL EDITOR.

Las personas que dudaren de la autenticidad de estos manuscritos, y de la de otros escritores, cuyas obras ha publicaco, podrán ocurrir á verlos á la calle de Sto. Domingo núm. 13, donde se le mostrarán y cotejarán con el texto, si á tal punto se llevare la desconfianza de su fidelidad y honor, como ya se ha indicado en un Cardillo indecente que entrega á su autor en los brazos de la ignominia.

HI

DE LA PROVINCIA

DE LA COMPAÑIA DE JESUS

DE

NUEVA ESPAÑA.

LIBRO I.

SUMARIO.

Breve noticia del descubrimiento y conquista de la Florida. Pide el rey católico misioneros de la Compañía. Señálase, é impídese el viage. Embárcanse en 1566, y arriban á una costa incógnita. Muere el padre Pedro Martinez á manos de los bárbaros. Su elogio. Vuelven los demás á la Habana. Breve descripcion de este puerto. Enferman, y determinan volver á la Florida. Llegan en 1567. Descripcion del pais. Ejercicio de los misioneros. Nuevo socorro de padres. Llegan á la Florida en 1568. Parte el padre Segura con sus compañe ros á la Habana. Sus ministerios en esta ciudad. Determina volver á la Florida. Vuelve en ocasion de una peste, y muere el hermano Domingo Agustin, año de 1569. Poco fruto de la mision, y arribo de nuestros compañeros. Historia del cacique D. Luis. Parte el padre vice-provincial para Ajacan con otros sietes padres. Generosa accion de D. Luis. Su mudanza y obstinacion. Ocupacion de los misioneros, y razonamiento del padre Segura. Engaños de D. Luis, y muerte de los ocho misioneros. Elogio del padre Segura. Del padre Quiróz y los restantes. Dejan con vida al niño Alonso. Caso espantoso. Escursion á Cuba, y su motivo. Noticia y venganza de las muertes.

Breve noticia

Exito de D. Luis. Descripcion de la Nueva-España, y particular de México. Breve relacion de la Colegiata de Guadalupe. Primeras noticias de la Compañía en la América. D. Vasco de Quiroga pretende traer á los jesuitas. Escribe la ciudad al rey, y este á S. Borja. Señálanse los primeros fundadores, y vela en su conservacion la Providencia. Consecuencias de la detencion en Sevilla. Embárcanse dia de S. Antonio en 1572. Arribo á Canarias y á Ocoa. Acojida que se les hizo en Veracruz la antigua. Su viaje á la Puebla. Pretende esta ciudad detenerlos y pasan á México al hospital. Triste situacion de la juventud mexicana. Preséntanse al virey. Resistense á salir del hospital, y enferman todos. Elogio del padre Bazan y sus honrosas exequias. Primeros ministerios en México, y donacion de un sitio. Sentimiento del virey y composicion de un pequeño pleito. Sobre Cannas. Religiosa caridad de los padres predicadores. Generosidad de los indios de Tacuba. Resolucion de desamparar la Habana. Representacion al rey. Limosnas y ocupaciones en México. Dedicacion del primer templo. Ofrece la ciudad mejor sitio. Carácter del Sr. Villaseca. Pretende entrar en la Compañía D. Francisco Rodriguez Santos, y ofrece caudal y sitio. Primeros novicios, y primeros fondos del colegio máximo. Fundacion del Seminario de S. Pedro y S. Pablo. Muerte de S. Francisco de Borja. Va á ordenarse á Páztcuaro el hermano Juan Curiel. Su ejercicio en aquella ciudad. Orden del rey para que no salgan de la Habana los jesuitas. Pretende misioneros el Sr. obispo de Guadalajara. Sus ministerios. Pasan á Zacatecas que pretende colegio. Parte á Zacatecas el padre provincial, y vuelve á México. Nueva recluta de misioneros. Estudios menores, y fundacion de nuevo Seminario. Fundacion del colegio de Páztcuaro. Descripcion de aquella provincia. Pretension de colegio en Oaxaca. Contradiccion y su feliz éxito. Breve noticia de la ciudad y el obispado. Historia de la Santa Cruz de Aguatulco. Fábrica del colegio máximo. Mision á Zacatecas. Peste en México. En Michoacán. Muerte del padre Juan Curiel. Muerte del padre Diego Lopez. Donacion del Sr. Villaseca, y principio de los estudios mayores.

POR los años de 1512, Juan Ponce de Leon, saliendo de S. German de del descubri- Portorico, se dice haber sido el primero de los españoles que descubrió miento y con la península de la Florida. Dije de los españoles, porque ya antes desFlorida. de el año de 1496, reinando en Inglaterra Enrique VII se habia teni

quista de la

do alguna, aunque imperfecta, noticia de estos paises. Juan Ponce echó ancla en la bahía que hasta hoy conserva su nombre á 25 de abril, justamente uno de los dias de pascua de resurreccion, que llamamos vulgarmente pascua florida. O fuese atencion piadosa á la circunstancia de un dia tan grande, ó alusion á la estacion misma de la primavera, la porcion mas bella, y mas frondosa del año á la fertilidad de los campos, que nada debian á la industria de sus moradores, ó lo que parece mas natural al estado mismo de sus esperanzas, él le impuso el nombre de Florida. Esto tenemos por mas verosímil que la opinion de los que juzgan haberle sido este nombre irónicamente impuesto por la suma esterilidad. Todas las historias y relaciones modernas publican lo contrario, y si no es la esterilidad de minas, que aun el dia de hoy no está suficientemente probada, no hallamos otra que en el espíritu de los primeros descubridores pueda haber dado lugar á la pretendida antifrasis.

Como el amor de las conquistas y el deseo de los descubrimientos era, digámoslo así, el carácter de aquel siglo, muchos tentaron sucesi. vamente la conquista de unas tierras que pudieran hacer su nombre tan recomendable á la posteridad, como el de Colon ó Magallanes. En efecto, Lucas Vazquez de Ayllon, oidor de Santo Domingo por los años de 1520, y Panfilo de Narvaez, émulo desgraciado de la fortuna de Cortés por los de 1528, emprendieron sujetar á los dominios de España aquellas gentes bárbaras. Los primeros, contentos con haberse llevado algunos indios á trabajar en las minas de la isla española, desampararon luego un terreno que verosimilmente no prometia encerrar mucho oro y mucha plata. De los segundos no fué mas feliz el éxito; pues ó consumidos de enfermedades en un terreno cenagoso y un clima no esperimentado, ó perseguidos dia y noche de los transitadores del pais, acabaron tristemente, fuera de cuatro, cuya aventura tendrá mas oportuno lugar en otra parte de esta historia. Mas venturoso que los pasados, Hernando de Soto, despues de haber dado muestras nada equívocas de su valor y conducta en la conquista del Perú, pretentendió y consiguió se le encomendase una nueva espedicion tan im portante. Equipó una armada con novecientos hombres de tropa, y trescientos y cincuenta caballos, con los cuales dió fondo en la bahía del Espíritu Santo el dia 31 de mayo de 1539. Cárlos V, mas deseoso de dar nuevos adoradores á Jesucristo, que nuevos vasallos á su corona, envió luego varios religiosos á la Florida á promulgar el evan.

Pide el rey ca tólico á San Francisco de

nos misioneros.

gelio; pero todos ellos fueron muy en breve otras tantas víctimas de su
celo, y del furor de los bárbaros, Subió algunos años despues al trono
de España Felipe II, heredero no menos de la corona que de la piedad,
y el celo de su augusto padre. Entre tanto los franceses, conducidos
por Juan Ribaud, por los años de 1562 entraron á la Florida, fueron
bien recibidos de los bárbaros, y edificaron un fuerte á quien del nom-
bre de Cárlos IX, entónces reinante, llamaron Charlefort. Para des-
alojarlos fué enviado del rey católico el adelantado D. Pedro Melendez
de Aviles, que desembarcando á la costa oriental de la península el
dia 28 de agosto dió nombre al puerto de S. Agustin, capital de la
Florida española. Reconquistó á Charlefort, y dejó alguna guarnicion
en Santa Helena y Tecuesta, dos poblaciones considerables de que al-
gunos lo hacen fundador.

Dió cuenta á la corte de tan bellos principios, y Felipe II, como para mostrar al cielo su agradecimiento, determinó enviar nuevos misioBorja algu- neros que trabajasen en la conversion de aquellas gentes. Habiase algunos años ántes confirmado la Compañía de Jesus, y actualmente la gobernaba S. Francisco de Borja, aquel gran valido de Cárlos V y espejo clarísimo de la nobleza española, Esta relacion fuera de otras muchas razones, movió al piadoso rey para escribir al general de la Compañía, una espresiva carta con fecha de 3 de mayo de 1566, enque entre otras cosas, le decia estas palabras: ,,Por la buena relacion que tenemos de las personas de la Compañía, y del mucho fruto que han hecho y hacen en estos reinos, he deseado que se dé órden, como algunos de ella se envien á las nuestras Indias del mar Occéano. Y porque ca. da dia en ellas crece mas la necesidad de personas semejantes, y nuestro Señor seria muy servido de que los dichos padres vayan á aquellas partes por la cristiandad y bondad que tienen, y por ser gente á propósito para la conversion de aquellos naturales, y por la devocion que tengo á la dicha Compañía, deseo que vayan á aquellas tierras algunos de ella. Por tanto, yo vos ruego y encargo que nombreis y mandeis ir á las nuestras Indias, veinticuatro personas de la Compañía adonde les fuere señalado por los del nuestro consejo, que sean personas doctas, de buena vida y ejem plo, y cuales juzgáredes convenir para semejante empresa. Que demas del servicio que en ello á nuestro Señor hareis, yo recibiré gran contentamiento, y les mandaré proveer de todo lo necesario para el viage, y demas de eso aquella tierra donde fueren, recibirá gran contentamiento y beneficio con su llegada."

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