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intenciones de S. M. mientras no fuese á él alguna persona inteligen. te en la astronomía y cosmografia, y que despues de repetidas observaciones pudiese dar exacta informacion á la corte. Que en toda Nue va-España no le parecia se podria hallar sugeto en quien concurriesen todas las cualidades necesarias, sino en el padre Juan Sanchez, jesuita, morador de la casa profesa. En efecto, era el padre Juan Sanchez de los primeros quince compañeros y fundadores de nuestra autoridad y religion, y que á los comunes estudios de la Compañía juntaba muchos y muy útiles conocimientos de astronomía, geografía, y otras partes de matemática. Un hombre de este carácter ha sido siempre por nuestra desgracia muy escaso en la América, aun entre gentes que profesan literatura. El virey, con esta noticia, lo mandó llamar luego á Chapultepec, lugar de recreacion á que se habia retirado algunos dias. Propuso el negocio al padre Sanchez, y concluyó pidiéndole se quisiese encargar de aquella jornada. El padre respondió, que aquello pertenecia al padre provincial, á quien estaba pronto á obedecer. Yo siempre esperé, dijo el virey, de un hijo de la Compañía una respuesta tan religiosa. Bien sé que esto pertenece al padre provincial; pero estando este en Zacatecas he querido explorar antes el ánimo de V. R. y guardar este decoro á una persona de tanto respeto en su religion. Si V. R. fuera provincial, ¿qué respondería á mi peticion? Yo, respondió el padre, no condescendería: el negocio, Exmo. Sr., es puramente seglar, y muy ageno del instituto de la compañía ir de piloto y cosmó. grafo á buscar puertos para el tráfico de los navíos marchantes. Cuando los intereses temporales se consideran solos sin los de Dios, no pueden los religiosos procurarlos, porque en esta vida donde el mundo puede recompensarles con sus bienes, ellos los han solemnemente renunciado, y en la venidera, donde esperan el prémio, no tiene el mundo que darles. V. E. junte los intereses temporales con los espirituales de nuestra profesion, y mis superiores y yo le serviremos gustosamente. El virey quedó muy edificado de la santa libertad del padre Sanchez, y le preguntó qué tiempo le parecia mas oportuno para la salida de las naves que S. E., de acuerdo con los capitanes, habian resuelto para el mes de julio. El padre respondió que no convenia, porque habiendo de navegar desde los 17 hasta 50 grados, llegarian á esa altura en la mitad del invierno, en que eran ciertas las tormentas. Que la salida deberia ser por enero para llegar por verano, tiempo apacible y sin los grandes frios de aquellos climas, con dias mucho mas largos para

navegar con luz costas incógnitas. El conde hizo tanto aprecio de la respuesta que mandó retractar el bando que habia promulgado de la salida por enero, añadiendo en el auto que firmaron todos los capitanes y pilotos de la junta, una cláusula que hace mucho honor á la memoria de este sábio y religioso padre; que en atencion á ser el padre Juan Sanchez un sugeto tan docto y grave filósofo, teólogo, astrónomo, cosmógrafo, y excelente en las ciencias matemáticas, y que en todo el reino no habia otro á propósito para que esta jornada se acertase; y otro si no pudiendo negocirse su ida sin facultad de su provincial, que estaba en Zacatecas, convenia se dilatase hasta enero la salida de los navíos para que en presencia de este se le pidiese enviase á dicho padre.

En efecto, no contento con haber escrito á Zacatecas con fecha 14 de junio, y vuelto á México de su visita el padre provincial, instó por la jornada. El padre Francisco Baez y sus consultores se inclinaban ya á condescender con la peticion del virey; pero el padre Juan Sanchez presentó á la consulta un papel, sosteniendo con tanto peso de razones que no convenia encargarse un religioso de aquella espedicion, que los superiores y el virey hubieron de sobreceder, y Sebastian Vizcaino partió por mayo del año siguiente acompañado de unos religiosos carmelitas, entre los cuales Fr. Antonio de la Ascencion, cuya relacion cita Torquemada y el padre Miguel Venegas en sus noticias de la California.

Poco despues de partida esta armada, sobrevino á la provincia una tropa de nuevos misioneros, y por superior de todos el padre Ildefonso de Castro, destinado provincial de Nueva-España. De esta mision se habian ya desde España destacado algunos sugetos para la mision del nuevo reino, á diligencias del padre Alonso Medrano, que habia con felicidad llegado á Europa á principios de aquel año. Nuestro padre general Claudio Acuaviva aceptó desde luego la fundacion, y habido por cartas su beneplácito, partió el padre á Valladolid, corte de nuestros reyes, donde obtuvo en pocos meses del Sr. Felipe III, la siguiente cédula.

„El rey. Por cuanto por cartas que me han escrito el presidente y oidores de mi real audiencia del nuevo reino de Granada, y el arzobispo y cabildo eclesiástico y seglares de la ciudad de Santa Fé, Tunja y Pamplona, que se han visto en mi consejo real de las Indias, se ha entendido lo mucho que importa para bien de aquel reino, que los religiosos de la Compañía de Jesus fuuden en él, para que con su buena

Fundacion de la provin. cia de Santa

Fé.

doctrina ayuden a la conversion y enseñanza de los indios, y la juventud se ocupe en ejercicios virtuosos y necesarios para su buena crianza, por haber mucha gente moza y clérigos criollos, que tienen necesidad de estudio y de doctrina, y que Alonso de Medrano y Francisco de Figueroa, de la Compañía de Jesus, vienen á estos reinos y tienen casa en la dicha ciudad de Santa Fé, á darme cuenta de ello, y llevar mas religiosos, y que Fernando de Espinosa, como procurador general de la dicha Compañía, me ha representado, que el general de ella por constarle de lo sobredicho, ha dado licencia á los dichos religiosos para que lleven ocho para la dicha fundacion, suplicándome les man. dase dar licencia para ello, y habiéndome consultado, acatando lo su. sodicho, lo he tenido por bien. Por la presente, doy licencia á los religiosos de la dicha Compañía de Jesus, para que puedan fundar en dicho nuevo reino de Granada, sin embargo de cualquier órden que ba. ya en contrario; y mando al presidente y oidores de la dicha mi audiencia, y al arzobispo del dicho reino y otras justicias y jueces eclesiásticos y seculares, que no lo impidan, que así es mi voluntad. Fecha en Valladolid á 30 de diciembre de 1602.”—Yo el rey.—Por mandado del rey nuestro Señor.--Juan de Ibarra.

Con esta licencia que envió luego al nuevo reino el padre Alonso Medrano, se dió principio al colegio de Santa Fé por los años de 1604, en que con el título de S. Bartolomé, se erigió tambien un Seminario, que pasó despues á colegio mayor. Al mismo tiempo que se fundaba el colegio de Santa Fé, pasó acaso por Cartagena una mision de jesuitas..... Los moradores de aquella ciudad, que por medio del padre Alonso Medrano habian tambien pretendido se estableciese allí la Compañía, no dejaron pasar tan bella ocasion. Las súplicas del Sr. obispo y la piadosa violencia de los ciudadanos fué tanta, que el superior se vió obligado á. dejar allí á los padres Francisco Perlin y Hernando Nuñez. El Illmo. Sr. D. Fr. Juan de Ladrada, hijo dignísimo del órden de predicadores, con un ejemplo inaudito de benignidad, de pobreza y de amor á la Compañía, salió de puerta en puerta por las calles recoger limosna para la fábrica y sustento de nuestros religiosos, ya que á S. S., la cortedad de la renta y su caridad para con los pobres, no le dejaban que dar. El colegio de Santa Fé fué erigido en Universidad por los años de 1610. El siguiente año se fundó el colegio de Tunja, luego los de Honda, Pamplona y Mérida, por los años de 1620, 22 y 28. El de Santa Cruz de Mompox, el año de 1643. Aña

á

dióse despues el colegio de Santo Domingo en la isla española, y por los años de 1729 el colegio de Antioquía. Hemos propasado toda esta série de años, porque habiéndose agregado los colegios de Santa Fé y demas del nuevo reino, á la provincia de Quito por orden de nuestro padre general Claudio Acuaviva, no podiamos ya sin meter la hoz en la mies agena, insertar en nuestra historia los felicísimos progresos de la Compañía en aquellos paises, y mucho menos despues que por disposicion de N. M. R. padre general Tirso Gonzalez se erigió en distinta provincia el año de 1696. La historia de ella la escribió el padre José Casini. La autoridad de un escritor, por otra parte tan célebre, no nos ha impedido referir los principios de esta ilustre provincia con alguna variacion, tomada de los manuscritos que hemos citado y que verosímilmente no pudo haber á las manos, quien se veia obligado á tomar las noticias tan lejos de su fuente. Volviendo á tomar el hilo de nuestra historia, al colegio máximo de Muerte del S. Pedro y S. Pablo, faltó á fines del año un rigidísimo observador del padre Plaza. instituto, y ejemplar de religiosa perfeccion en el padre Dr. Juan de la Plaza, primer visitador y segundo provincial de Nueva-España, varon de celestial prudencia, de continua y sublime oracion, de una circunspeccion admirable en sus palabras. Murió á los 21 de diciembre con sentimiento universal de toda la provincia. Hemos hablado de su mé. rito en otra parte de esta historia, y esperamos hacerlo aun mas copiosamente en su vida, que con las de otros distinguidos varones prometemos para el fin de nuestro trabajo.

to.

Mision del

El padre Diego Gonzalez, partiendo del colegio del Espíritu Santo de la Puebla, corrió santificando los pueblos de Xuchitlán, Zacapoax- Espíritu Santla, Nautzontla, Quetzala y varios otros comarcanos, con tan copioso fruto, que el beneficiado D. Alonso de Grajeda, dando las gracias al padre provincial, escribe haber confesado en pocos dias mas de mil seiscientas personas, y dado el día de Espíritu Santo la sagrada comunion á mas de trescientos indios, cosa bien rara entre unas gentes, que como hemos visto en otra parte, tenian antes tanto horror (que no podemos llamar veneracion) al mas amable de nuestros santos misterios.

La mision de la sierra de Topía, comenzada por el venerable padre Mision de Gonzalo de Tapia, y despues por motivos diversos, emprendida é in- Topia y des cripcion del terrumpida en varios tiempos, habia tomado finalmente un asiento esta. pais. ble desde la mitad del año antecedente. El padre provincial Francisco Vacz, con la relacion del padre Francisco Gutierrez, y carta que

arriba insertamos del padre Hernando de Santarén, se movió á enviar á los padres Alonso Ruiz y Andrés Tutino. Muy á los principios de su apostólico ministerio los probó Dios con todo género de incomodi. dades y peligros, en la sublevacion de los indios acaxees, la mas numerosa y principal nacion de aquella serranía. La naturaleza del sitio y costumbres de sus habitadores, las oiremos de boca de un escritor respetable, que despues de haberse empleado por mas de veinte años en cultivar aquella region, selló su apostólica vida con una muerte preciosa, derramando la sangre por amor de Jesucristo. Dice, pues, así el padre Hernando de Santarén, escribiendo al padre provincial. ,,La provincia de Topía tomó el nombre de una tradicion fabulosa, muy semejante á la de las metamorfosis de los griegos. Dicen que una india antigua de este nombre, se convirtió en piedra, que hasta hoy ellos veneran en forma de jícara, que llaman en su idioma topía, de donde tomó el nombre el valle mas ancho y mas bien poblado de toda esta region. Aquí fijó su residencia Francisco de Ibarra, primer gobernador, y por la misma razon cuando el año de 1592 entró el padre Gonzalo de Tapia en esta mision, hizo el primer asiento en el valle de Topía, como en cabeza de la serranía Acaxee. Corre esta serranía de Norte á Sur del Nuevo-México hasta Guadalajara, tiene de ancho mas de cuarenta leguas, y en el medio y riñon de ellas, están poblados el dia de hoy estos acaxees y de esta sierra, como de mas alto tienen principio muchos poderosísimos rios, que corren al Poniente y entran en el mar del Sur, y otros que corren al Oriente, y van á parar al mar del Norte, acabándose algunos como el rio de las Naзas, el de Papáztquiaro y el de los Ahorcados en la laguna grande, donde está la mision que la Compañía tiene en las Parras; y como esta sierra está áspera es difícil de andar, porque tiene muchas cuestas de tres leguas y mas de subida, y llegados á la cumbre de esta comienzan otras, y así toda ella sin haber llano ninguno, si no es las cimas y alturas de los montes, donde hay algunos ojos de agua, de los cuales nacen estos rios tan poderosos, ayudándoles á sus avenidas y corrientes, las grandes nieves que hay en el invierno, por ser asperísimo estando la tierra muchas veces por un mes y mas, con dos varas de nieve que cubre y borra los caminos, de manera que no se puede andar por ellos, y cuando esta nieve se deshace, hay grandes inundaciones de los rios, regando en algunos campos vastos dos ó tres leguas de ancho, y esto no sin grande providencia de Dios, porque con esto quedan las tierras húmedas y las

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