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les aunque nos ahorquen, en lo cual se echa de ver un buen entendimiento y razon, como lo descubre mas un dicho de uno de ellos en oca. sion que suponiendo que no habian de escapar ni dejar á vida español ninguno, y preguntando si matarian tambien al padre y respondiendo algunos que no, pues no les habia hecho ninguna mala obra, dijo otro que si no lo mataban, él solo podia obligarlos á dar la paz, y que así se determinasen á matarle porque no quedase en esta ocasion.

Es gente belicosa y de buenos ardidos de guerra, como se vió en este alzamiento, haciendo las lumbres de una parte para que los españo. les fuesen á ella, y saliéndoles en el camino en una emboscada y mal paso á matarlos, como salieron siete indios cuando venia el obispo con uno de nuestros padres, trayendo cuarenta soldados y mas de cien indios amigos, se determinaron á dar en ellos una noche, como despues me lo dijeron ellos mismos. Por otra parte, son tan amigos de los españoles, y de tan buenos naturales y compasivos, que habiendo herido un indio á un español porque le topó dentro de su casa, despues le curó y regaló hasta que estuvo bueno, y hasta entonces no le dejó salir de su casa. Sa facilidad se les echa de ver en que solamente por mi persua. cion dejaron sus puestos antiguos y se bajaron á las orillas de los rios, en los puestos que les señalamos y les eran mas á propósito, porque en los rios tienen mucha abundancia de pescados, de truchas riquísimas, vagres, matalotes y mojarras, y de esto cogen gran cantidad echando brabasco que son unas hojas de unos árboles machacadas y molidas, de lo cual, bebiendo el pescado se emborracha y muere, y abajo tienen atajado el rio con unas nasas á donde el pescado queda sobre aguado hasta que los que ayudan á la pesca dan licencia para coger algunas pes. cas; hay tan buenas que se han cogido cuarenta arrobas de truchas; pero á comparacion de las pescas que se hacen en las bocas de los rios, tres leguas del mar del Sur, es poco csto, porque de una vez que se ataja el rio se cojen tres mil arrobas de lisas y robalɔs que salen por Navidad del mar del Sur, á desovar en las corrientes de los rios,

y cuando vuelven se hallan atajados.

Lo primero que en sus poblaciones hacen es el vatey, que es una plazuela muy llana y con unas paredes á los lados de una vara en alto á modo de poyo, el cual sirve para jugar á la pelota como ajonge de Castilla, que pesa dos ó tres libras porque es tan grande como la cabeza, y hácese de la leche que destilan unos árboles, esta se juega de cinco en cinco, y mas por banda, como se conciertan, y jueganla con tanta

TOM. I.

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destreza, que no la tocan con pie ni mano, ni parte alguna del cuerpo, si no es con el hombro derecho y con el cuadril de los cogines natu. rales, para lo cual es menester muchas veces saltar muy alto, y otras arrojarse en el suelo, dando grandísimas caidas, y en tocando la pelo. ta con cualquier otra parte del cuerpo, es pérdida, y lo que pierden es grandísimas apuestas que hacen de los vestidos, calzones, turquesas, tilmas, arcos, flechas, plata y algunas veces se suelen desafiar unos pueblos contra otros, escogiendo los mejores jugadores, y poniendo mas de quinientos pesos de apuesta. Suelen estos desafíos generales ser muy de ver, porque el pueblo que desafía escoge seis 6 siete jugadores, los mejores, y previénenlos para el desafío; luego recogen las cosas que se han de jugar y envian sus legados y mensageros cargados con ellas á tres ó cuatro pueblos, desafiándolos y señalando el dia del juego: los pueblos tienen obligacion de admitir el desafío, y entregan á los mensageros las prendas que de su parte ponen, las cuales las vuelven á su pueblo y avisan cómo queda el dasafío hecho y señalado el dia. Luego los del pueblo que desafio aderezan el vatey, de modo que no le dejen una china: esto hecho tres noches ántes del desafio, bailan todos los hombres y mugeres del pueblo en el vatey; de esta manera la primera noche salen dos indios dispuestos y aderezados, á manera de guerra, cada uno encima de las paredes del vatey, desde allí dan unas grandes voces, y luego salen solos los viejos y mozos que estaban es. condidos en una enramada, y vánse con gran silencio hasta el medio del vatey, y puestos allí comienzan á cantar á grandes voces, y estas oidas, salen las mugeres de la misma manera, y estando juntos todos, están bailando tres horas, cantando todos los títulos y razones que tienen para alegrarse. La noche siguiente hacen lo mismo, y las letras que cantan son en alabanza de sus jugadores, celebràndolos y engrandecien. do su ánimo y ligereza, y de esta manera gastan otras tres horas del dia. El siguiente se ocupan las mugeres en hacer una gran comida pa. ra el dia siguiente, que es el desafío, por si los pueblos que vienen desafiados pierden, y hácenles el banquete, y dánles de comer; pero si ganan no les dan bocado, y hacen comer á los suyos que han perdido, consolándose con esto. La noche última y víspera del dia señalado, salen á bailar como las dos pasadas, y están obligados los que han de jugar el dia siguiente, á hallarse allí desde que anochece hasta que amanece sin cesar de cantar y bailar: esta noche cantan la fortaleza de los enemigos, sus ardides y gracia en jugar, animando á los suyos y exhortándolos

para el desafío. Llegado el dia, si el padre está en el pueblo, tienen respeto que se acabe la misa para hacer la entrada; pero si no, comien. zan luego por la mañana, y la entrada es de esta manera: salen los dos soldados como las noches pasadas, desnudos y envijados, y con lanza y adarga, y puestos sobre las paredes entran como ántes los hombres á bailar, y luego las mugeres, y estando todos juntos, entran por un lado de la plaza los pueblos desafiados, todos aderezados como se aderezan para pelear: éstos comienzan á flechar con flechas despuntadas á los dos que están en las paredes, tirándoles con bolas de hortigas, cardones y espinas, de que han de procurar defenderse, porque como están desnudos, podian pasarlo mal si no se arrodelasen bien; pero como los enemigos son muchos, vánles desamparando la plaza y retirándose ellos y los que estaban danzando, salidos de la plaza y ganada por los enemigos, entran de nuevo en favor de los que se van retirando. Los que están en el pueblo, para jugar estos, entran con grande algazara y ruido, y van retirando á los enemigos hasta echarlos fuera de la plaza: salidos éstos, entran los que traen en su favor señalados para jugar, los cuales en entrando echan la pelota en la plaza, y cada uno se pone en su puesto sin reparar en la ventaja del número de personas, porque las seis ó siete del pueblo, están obligadas á jugar contra todos los que salieren de la otra parte, aunque sean tres y cuatro, doblado el número. Cuando no tienen algunos que jugar, juegan las pestañas de los ojos, de tres en tres y de cuatro en cuatro los pelos que se les arrancan hasta dejar á uno sin ninguno. Otras veces juegan á pasar por dentro de los ojos abiertos un chile (que es pimiento de las indias) sin cerrar los ojos, con ser el corazon del chile acaxce tan bravo, que en toda la Nueva-España no hay otro que le llegue: pásanles tres ó cuatro veces, conforme á la apuesta, y el paciente queda por gran ratollo. rando hasta volver á vengarse, si puede. Tambien tienen entre las mugeres otro propio entretenimiento, que es el juego del patolé, que son cuatro cañas abiertas, y segun caen, dando con ellas en una piedra, así van contando las rayas en unas piedras que tienen puestas en ringlera con dos puertas que han de salvar con el número que salen sin caer en ellas, que llaman ellos quemaderos, porque si caen en ellas comienzan á contar de nuevo: pongo por ejemplo, fáltanme dos para llegar á la puerta: si caen tres, salvo la puerta, y si caen dos, caigo en ella, y así vuelvo al principio."

Por este mismo tiempo acabó gloriosamente sus dias en la mision Muerte del

gustin.

padre Juan A. de Parras el padre Juan Agustin, primer apóstol de aquellas gentes. Por algunas de sus cartas que hemos puesto arriba, se ve el celo de la salvacion de las almas, que consumia á este insigne operario. Des. pues de haber bautizado millares de infelices, y levantado al verdadero Dios muchas iglesias, y reducido á cristiana sociedad muchas naciones, consumido de enfermedades y provechosísimos trabajos, habiendo conseguido lo que tanto descaba, que fué ver llegar á aquella region compañeros que ayudasen á recoger la miés, y supliesen, como creia su humildad, los grandes defectos que habia tenido en la administracion de aquellos pueblos, descansó en paz el dia 29 de abril de 1602.

Dedicacion

cial.

El siguiente año de 1603, solo ofrece memorable la dedicacion del de la Iglesia templo del colegio máximo, el mas suntuoso que habia entonces en del colegio máximo, y México, aunque sobre un terreno el mas húmedo y cenegoso de toda Besta congre la ciudad, dura aun hoy sin lesion alguna. Es un cañon bastantemen. gacion provin te capaz, con un crucero bien proporcionado. La torre, aunque de una arquitectura muy sencilla, es hermosa y de una altura competente. Al lado del Evangelio se erigió al insigne fundador D. Alonso Villaseca, un túmulo de mármol, en que se ve su estátua, hincadas las rodillas, bajo un vistoso arco que sostienen cuatro columnas corintias, y coronan las tres virtudes, Fé, Esperanza y Caridad. Las cuatro virtudes cardinales ocupan los intercolumnios. El antiguo templo ó xacalteopan, se dedicó para el ministerio de indios en el seminario de S. Gregorio, quedando en él la preferencia á los caciques y naturales del pueblo de Tacuba, en memoria y agradecimiento de su cristiana piedad. Este bello edificio † honró poco despues con su cadáver el espi

+ Dedicado despues á nuestra Señora de Loreto: es una basílica suntuosísima, en que gastó inmensas sumas de dinero el conde Basoco; pero hoy está abandonada por un enorme desplome que ha padecido, aunque están sin lesion sus arcos y bobedas. Creese que ya asentó de todo punto, por lo que esperamos que vuelva á abrir. se para honra de la Vírgen.—La Iglesia de S. Pedro y S. Pablo estuvo cerrada por muchos años: se le permitió abrir al cura del Sagrario, Dr. D. José Nicolas Larra. goiti para sepulcros de su parróquia. En 1821 se destinó para situar allí el primer congreso general de México independiente, que lo instaló el Sr. D. Agustin Iturbi. de, el domingo 24 de febrero de 1822. Despues se trasladó al salon que se erigió en el Palacio nacional, y amenazando ruina la Iglesia de Loreto, volvió á su pr mer destino la de S. Pedro y S. Pablo, donde hoy se celebran los divinos misterios con gran pompa. Es mucho de sentir que el gobierno no haya perpetuado la memoria de la instalacion del congreso con una inscripcion que marque la memoria de un suceso tan fausto, y lo recuerde á la posteridad, como se hace en las primeras ciudades de Europa.

ritual y devoto padre Antonio Arias, uno de los varones mas escla. recidos en letras y en virtud que ha tenido la provincia de Nueva-España. Su íntimo trato y familiaridad con Dios, en una total abstraccion de todas las cosas de la tierra, le hizo muy semejante en el espíritu, y por eso muy amado del venerable siervo de Dios Gregorio Lo. pez, á quien visitó algunas veces, y cuyo extraordinario género de vi da se dice haber aprobado y defendido con una docta disertacion que escribió sobre este asunto. Leyó por algunos años las cátedras de moral y escritura, que antiguamente tenia un mismo sugeto, aunque ən diversos dias. Noticioso de su grande literatura el reverendo padre general Claudio Acuaviva, le envió licencia para que, como los padres Hortigoza y Rubio, pudiera graduarse en la real Universidad, licencia que el humilde varon tuvo siempre oculta porque no le obligasen á usar de ella. Fué muy singular en la devocion para con la Vírgen Santísi ma, de quien en la última visita que hizo al Santuario de los Remedios, se cree haber concebido su temprana y dichosa muerte á los 39 años de su edad, el dia 10 de junio de 1603.

A fin del año, aunque poco ántes de lo ordinario, se celebró en el mismo colegio la sexta congregacion provincial, en que fueron elegidos procuradores los padres Martin Pelacz, y Juan Laurencio, que era tambien secretario. El padre Dr. Antonio Rubio, electo procurador en la antecedente congregacion, y cuasi todo el tiempo que estuvo en la América lo habia ocupado en escribir el curso de filosofia peripatética, que tenemos suyo, alcanzó de nuestro padre general licencia para quedarse en la Europa á cuidar de la impresion de sus papeles.

El tuvo la satisfaccion de que la Universidad de Alcalá adoptase y mandase seguir en sus escuelas la filosofia que escribió. La Universidad de México tiene la gloria de contar entre sus doctores, al que la Universidad de Alcalá reconoció por tan insigne maestro; pero la provin cia de Nueva-España quedó sumamente mortificada de que el padre no hubiese vuelto á la América, temiendo que pudiese ser este un ejemplo de muy fatales consecuencias para los jesuitas de Europa, á quienes el celo de las almas habia endulzado hasta entonces el pasage á las Indias.,,La congregacion, en virtud de esto, suplica á nuestro padre general no permita que los procuradores con motivos semejantes se ,,queden en Europa y dejen de cumplir con su oficio, no volviendo á ,,dar cuenta á la provincia de las cosas que les han encargado."

Notables pos.

Y ya que hemos referido este justo resentimiento de aquellos graví- tulados.

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