Anales de la obra de la Prpagacion de la fe en el Oriente del Peru

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1899
 

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 309 - DOQUIERA que los ojos inquieto torno en cuidadoso anhelo allí ¡ gran Dios ! presente atónito mi espíritu te siente. Allí estás, y llenando la inmensa creación, so el alto empíreo, velado en luz, te asientas y tu gloria inefable a un tiempo ostentas.
Página 309 - La humilde hierbecilla que huello, el monte que de eterna nieve cubierto se levanta, y esconde en el abismo su honda planta ; el aura que en las hojas con leve pluma susurrante juega, y el sol que en la alta cima, del cielo ardiendo 'el universo anima, me claman que en la llama brillas del sol, que sobre el raudo viento con ala voladora cruzas del Occidente hasta la aurora, y...
Página 310 - Tú a la tiniebla oscura das su pardo capuz, y el sutil velo a la alegre mañana, sus huellas matizando de oro y grana; y cuando primavera desciende al ancho mundo, afable ríes entre sus gayas flores, y te aspiro en sus plácidos olores. Y cuando el inflamado Sirio más arde en congojosos fuegos, tú las llenas de espigas volando mueves, y su ardor mitigas.
Página 310 - Pero á par* en las ondas Te hallo del hondo mar : los vientos llamas, Y á su saña lo entregas ; O si te place, su furor sosiegas. Por do quiera infinito Te encuentro y siento ; en el florido prado Y en el luciente velo Con que tu umbrosa noche entolda el cielo. Que del átomo eres El Dios, y el Dios del sol, del gusanillo Que en el vil lodo mora Y el ángel puro que tu lumbre adora.
Página 282 - Comuniqúese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario á su cumplimiento. Dada en la sala de sesiones del Congreso en Lima á los 25 días del mes de Octubre de 1898.
Página 225 - la fe procede del oír, y el oír depende de la predicación de la palabra de Cristo...
Página 310 - Si entonce al bosque umbrío corro, en su sombra estás, y allí atesoras el frescor regalado, blando alivio a mi espíritu cansado. Un religioso miedo mi pecho turba, y una voz me grita : « En este misterioso silencio mora : adórale humildoso...
Página 311 - ¡Ay!, oye a un hijo en su rogar ferviente. Óyele blando, y mira mi deleznable ser; dignos mis pasos de tu presencia sean, y doquier tu deidad mis ojos vean.
Página 243 - Anales de la obra de la Propagación de la Fe en el Oriente del Perú.
Página 311 - De un ardor celestial, que á cuanto existe Como tú se derrame, Y ¡ oh Dios de amor ! en tu universo te ame.

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